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Chamaco - Cuba, 2012 |
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El joven escritor y dramaturgo Abel González Melo, quien ha incursionado con mayor crudeza en los campos de la prostitución masculina, la corrupción y otras áreas, es el autor de la obra teatral Chamaco, llevada a la pantalla grande por el realizador Juan Carlos Cremata Malberti. El largometraje, filmado desde hace tiempo de forma independiente, es exhibido en las salas oscuras de la capital cubana como parte de la programación oficial del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC). Chamaco está ambientado en la vida nocturna habanera, para que los actores y las actrices pudieran desempeñar los papeles que Cremata les asignara y, por ende, pudieran sumergirse —como en realidad lo hicieron— en el mundo gay y en la prostitución masculina, ambos escenarios hijos legítimos de la homofobia y la crisis socio-económica; realidades que yacían ocultas, hasta el día de hoy. Con esa cinta se lucha frontalmente contra la homofobia; además evidencia que se puede hacer cine —con indiscutible calidad— fuera del contexto del ICAIC y que ese organismo estatal lo acoja con beneplácito, como es el caso de Chamaco, aunque no se puede negar que un número no despreciable de amantes del séptimo arte la hayan visto en copias piratas, signadas por una grabación defectuosa, y que nada tienen que ver con la pieza original. El ICAIC ha adoptado al respecto, desde hace un buen tiempo, una política inteligente: aceptar las producciones independientes, percibidas como una consecuencia lógica de la democratización que implica el desarrollo de la tecnología digital aplicada al audiovisual que se hace aquí y ahora. |
No fue posible concluir Chamaco, la verdadera película, hasta que no se le confirió el Premio del ALBA Cultural Latinoamérica Primera Copia (ex aequo), en el XXXII Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de la Habana (2010). Si bien por estricto orden cronológico, ese filme debió estrenarse oficialmente antes que los largometrajes Fábula (de Lester Hamlet) y Verde Verde (de Enrique Pineda Barnet), expresión genuina de un cine gay hecho en Cuba, la causa de que los cinéfilos no la pudieran ver y disfrutar, a tiempo y en forma, nada tuvo que ver con el polémico tema que en él se desarrolla, sino con problemas relacionados directamente con la producción. En ese, y en muchos otros largometrajes donde se trata el tema gay, las personas homo o bisexuales no aparecen como personajes incluidos en el guión, sino como tema central. Y eso es algo que se reitera cada vez con mayor frecuencia. Para los realizadores del patio, la aparición de ese tipo de cinematografía en cines y salas de vídeo desempeña una función «clave», al presentar sus cartas credenciales y en la misma medida en que esas situaciones «problemáticas» se planteen y se discutan se lograra reflexionar sobre esta temática. Ahora bien, cuando se ocultan y se niegan, irrumpen —como la lava de un volcán en erupción— los traumas y los conflictos que se aprecian en Chamaco. Por otro lado, habría que incluir en la lista de las películas de tema gay, la multilaureada Fresa y chocolate. En esa joya de la cinematografía cubana contemporánea, su guionista, Senel Paz, y sus directores Tomás Gutiérrez Alea (1920-1996) y Juan Carlos Tabío se trazaron como objetivo priorizado ir más allá de la discriminación por orientación sexual. En consecuencia, explorar el marcado componente humano que, en ocasiones, se les niega a las personas con orientación sexual diferente a la aceptada por la programación socio-cultural como «normal», o sea, la heterosexualidad. Ese paradigma del cine gay, no solo en Cuba sino en Iberoamérica, posee el mérito indiscutible de haber llevado al séptimo arte el tema de la homosexualidad, para poder transitar —como ha venido haciéndose hasta hoy— el camino de la inclusión, no exento de espinas que se clavan hondo y dejan profundas heridas psicológicas y espirituales en hombres y mujeres. Sin embargo, en este momento socio-histórico que atraviesa la nación caribeña, existe muchísima más libertad para hablar sobre ese u otros temas candentes. Los cubanos estamos más habituados a polemizar, a opinar; por consiguiente, el cine tiene que hablar de lo que habla el público en la calle, ya que, según la opinión del doctor José Orlando Suárez Tajonera, profesor emérito de la Universidad de las Artes, el cine como manifestación artística «no solo refleja la realidad, sino crea ‘otra’ realidad en la mente y en el alma del actor, el crítico y el espectador», devenido su principal consumidor. |
Leonardo Gell - CHAMACO (Trailer) Filme de Juan Carlos Cremata |
Juan Carlos Cremata y su film Chamaco. avi |
Jesús Dueñas Becerra - psicólogo, crítico y
periodista
jesus@infomed.sld.cu
Publicado, originalmente, en la web de Cuba Literaria http://www.cubaliteraria.cu
Link:
http://www.cubaliteraria.cu/articulo.php?idarticulo=14706&idseccion=77
- La Habana, 27 de junio de 2012
En Letras-Uruguay ingresado el presente trabajo el día 24 de noviembre de 2015
Autorizado por el autor, al cual agradecemos.
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