Altruismo versus egoísmo
por Dr. Jesús Dueñas Becerra

Hospital Psiquiátrico de La Habana
jesus@infomed.sld.cu

El altruismo, viene del francés antiguo altru igual a «de los otros», y se puede caracterizar como: comportamiento que aumenta las probabilidades de supervivencia del otro a costa de una reducción de las propias. Una actitud ética ante la vida y ante nuestros semejantes, a quienes debemos percibir como amigos y no como enemigos reales o potenciales. En el altruismo, predomina el nosotros sobre el yo, sin que la persona que practica el altruismo anule, comprometa o lesione el yo íntimo con alguna de las acciones que realiza para beneficiar o ayudar al no yo. De acuerdo con la Real Academia Española, el altruismo se define como la diligencia para procurar el bien ajeno, aun a costa del bien propio. Este término se refiere a la conducta humana y es identificado como la preocupación o atención desinteresada hacia el otro. Altruismo es sinónimo de solidaridad humana desprovista de cualquier tipo de beneficio o prebenda de índole personal. Altruismo es la decisión libre y soberana de la persona de hacer el bien a los demás, pero sin esperar nada a cambio o recibir recompensa alguna, solo la satisfacción moral que genera en el alma obrar bien. El egoísmo es lo opuesto al altruismo. En aquel, prevalece el yo sobre el nosotros, y quien lo alimenta, en el componente instintivo del inconsciente freudiano, se considera el ombligo del mundo. Cuando la persona que le hace el bien al prójimo espera que este le «devuelva el favor o se lo pague en metálico o en especie», sencillamente, no puede calificarse como altruista, sino como egoísta u oportunista. Los valores éticos, patrióticos, humanos y espirituales en que se estructura, históricamente, la nación cubana, se han convertido en contravalores que muy a pesar nuestro son los que, hoy por hoy, prevalecen en el micromedio familiar y en el macromedio social que configuran nuestra geografía insular. Por lo tanto, no se debe confundir a una persona egoísta u oportunista, que hace un favor con segundas o terceras intenciones o con el objetivo de obtener una ganancia secundaria, con una persona altruista, quien cultiva las virtudes que identificaran a hombres de la talla excepcional del venerable padre Félix Varela, José Martí y don Enrique José Varona, piedras fundacionales de la psicología cubana.

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