Adolescencia |
Oculta en cicatrices de memorias atravieso penumbras vacías hasta el patio desolado por la ausencia de ayeres del olor blanco de los jazmines de esa alfombra mágica que sólo para mí flotaba en peldaños ahora encanecidos. Vuelvo a ser aquella que subía mientras despegaba de los dedos las sonatas de un Mozart vacilante. Iba hacia una platea de baldosas techada por las nubes, el sol, la luna, las estrellas. Quería contemplar la belleza de un espectáculo sin guión, sin comienzo, sin final. Los hierros de las barandas no alcanzaban a sostener poemas desatados cuando el viento trasponía los umbrales de mi piel entonces tengo guardados muchos entonces en el río se estremecía la filigrana del puente la bruma disgregaba los nombres de las proas algún alquimista mezclaba lilas con celestes, azules y astros mensajeros de la noche en un cielo deshilado en crepúsculos. Adolescencia apareces al buscar el origen de estos años la nostalgia trepó a la alfombra mágica para dejar las sonrisas amadas que no están sobre una terraza ascendida a las nubes. Allí no estaré sola seguiré con los poemas desatados frente a este Riachuelo que hoy no tiene orillas se mezcló con mi sangre cuando el viento trasponía los umbrales de mi piel. |
Alcira Doro Maddonni
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