George Bernard Shaw

y la comedia de ideas

Ensayo de Francis Donahue

Cada año con mayor certidumbre la crítica anglosajona conceptúa a George Bernard Shaw (1856-1950) como el príncipe de los dramaturgos ingleses después de William Shakespeare (1564-1616). Durante 75 años este anglo-irlandés, a medida que va teatralizando sus temas, logra crear una leyenda personal como humorista e iconoclasta, polemicista formidable y pensador heterodoxo, así como individuo garboso y altanero que no deja de emitir opiniones olímpicas.

En tanto que dramaturgo, destaca Shaw como el creador moderno de la comedia de ideas, ya que envuelve en ropaje dramático, de manera espectacular, a las nuevas ideas de su época, las de Karl Marx (1818-1883), Henry George (1839-1897), Charles Darwin (1809-1882), Friedrich Nietzsche (1844-1900) y Henri Bergson (1859-1941). Asimismo, dramatiza sus propias ideas sobre una gama de temas: el socialismo, la religión, el sexo, la medicina, la literatura, la ciencia y la necesidad de una distribución más equitativa de los ingresos. Lleva al teatro temas que anteriormente se consideraban aceptables sólo para el pulpito, el tribunal o la reunión política: la explotación de los capitalistas, la prostitución, la inutilidad de la guerra, y su teoría de la "Evolución Creadora”, la que promete asegurar la sobrevivencia del hombre.

En la confección de sus piezas, Shaw luce un poder imaginativo que desemboca en paradojas, antítesis e ironía. Es maestro de una prosa rica y muscular. Por sus obras campea una lucidez de pensamiento y expresión, conjuntamente con una pasión moral. Cabe agregar que a veces peca Shaw por falta de debida atención ai argumento en sí, o la delineación de sus personajes, debido a su preocupación por exponer sus ideas, las que constituyen lo medular de las piezas shavianas. De hecho, en más de una ocasión el dramaturgo ha calificado sus obras de "dramas de discusión”.

Con su teatro, en el que no rige la acción sino el contenido intelectual, el que se impone con humor y elocuencia. Shaw consigue motivar a los espectadores a continuar meditando sobre el tema mucho después de abandonar el patio de butacas.

De Dublín es la familia protestante en que nace Shaw, familia con pretensiones sociales pero escasos medios económicos. Al padre le da por tomar, a la madre le urge proporcionarle a su hijo una preparación en la música. Antes de cumplir los 15 años, Shaw abandona los estudios formales, colocándose en una inmobiliaria. Se desplaza a Londres donde se pone a escribir una serie de cinco novelas, ninguna de las cuales se publica en aquel entonces. Mientras tanto, sigue educándose a sí mismo, pasando sus días en el famoso Museo Británico donde, tras oír una conferencia dictada por el economista norteamericano Henry George, exponente del concepto de un solo impuesto sobre las rentas, y autor de Progreso y pobreza (1879), se convierte Shaw al socialismo.

Hasta esa noche... a mí me había interesado principalmente ... el conflicto entre la ciencia y la religión. George me inspiró a preocuparme por la economía política.

Al interesarse por Karl Marx lee ávidamente el Capital (1867-1894) en el Museo Británico, y da a la imprenta varios ensayos sobre Marx. Mas disiente de la teoría marxista que vaticina que las masas van a ser los arquitectos de un futuro cambio radical. Shaw estima que las masas están embrutecidas, sin educación, e incapaces de pensar lógicamente sin orientación.

Se une Shaw al incipiente movimiento socialista inglés conocido por "Los Fabianos”, los cuales —al bautizarse con el nombre del general romano Quintas Fabius (275-203 a. J. C.), quien siguió una política encaminada a evitar el conflicto directo, derrotando por fin a Haníbal— pasan de una política utópica a otra de socialismo científico, cuyo lema es "Educar, agitar y organizar”. Entusiasmado por la nueva doctrina, Shaw llega a ser orador y conferencista que propaga el socialismo fabiano.

En el Museo Británico sigue estudiando Shaw la música, manifestando gran afición por el alemán Richard Wagner (1813-1883) cuyas obras, como Tristan und Isolde (1865) y Die Meistersinger von NürnBerg (1868), se están imponiendo en estos años. Durante la década 1880-1890 Shaw se dedica al periodismo, sirviendo de crítico literario para el Pall Malí Gazette, de crítico de arte para The World., y de crítico de música para The Star.

Por razón de su versatilidad intelectual, Shaw se niega a limitarse a enjuiciar la literatura, el arte y la música y, al ampliar el rango de sus estudios, principia a ahondar en el teatro de la época. De pronto reconoce el liderato técnico del noruego Henrik Ibsen (1828-1906), cuyas obras estudia a fondo. Como fruto de dicho estudio Shaw compone La esencia del Ibsenismo (1891), en el cual se declara partidario del gran noruego en las controversias que habían surgido a raíz de la representación de Los espectros (1883) en Londres. Hasta el advenimiento de Ibsen, en traducción inglesa, el teatro inglés se había dedicado a los melodramas, las farsas sentimentales y las adaptaciones de las "piezas bien hechas" de los franceses Agustín Scribe (1791-1861) y Victorien Sardou (1831-1908). Ninguna de dichas realizaciones escénicas encierra interés intelectual, ni tampoco se ocupa de los problemas sociales y domésticos que acompañan la consolidación de la burguesía en Inglaterra.

Shaw percibe claramente que Ibsen no propone un Realismo que se limite a un decorado y una puesta en escena fieles a sus prototipos actuales sino que aboga por la aplicación de la inteligencia a una interpretación de la problemática humana de actualidad. Al analizar las piezas ibsenianas, el dramaturgo inglés llega a concluir que éstas quedan integradas por la exposición, la situación y la discusión, en contraste con las fórmulas teatrales anteriores que abarcan la exposición, el desarrollo y la resolución. A Shaw le atrae sobretodo la tercera parte de la praxis ibseniana, o sea, la discusión, ya que el noruego no pretende hechizar al público con un drama "bien hecho" sino instruirlo, alentándole a pensar activamente en el tema del cual se ocupa la pieza. Gracias a Ibsen, descubre Shaw el arte de la dialéctica en el drama, lo cual quiere decir que el conflicto estriba más en las ideas que se ventilan que en los personajes que expresan dichas ideas.

Al proseguir su estudio de Ibsen y del teatro de su época, Shaw llega a sostener que la finalidad primordial del arte es didáctica, y por eso resuelve valerse del drama como arma de combate contra la gazmoñería, así como contra las tradiciones y creencias caducas. Plantea el conflicto entre la vitalidad libre del hombre por una parte, y las instituciones, teorías, costumbres y tradiciones por otra, todas las que sirven a impedir el ejercicio sin trabas de dicha vitalidad.

A fin de concretar intelectualmente dicho conflicto, Shaw se afianza en una creencia que él apellida la "Evolución Creadora”, o "fuerza vital”, o "élan vital”, creencia que tiene sus cimientos en las teorías de cuatro destacados intelectuales de su época: los naturalistas Charles Darwin y J. B. Chevalier de Lamarck (1744-1829) y los filósofos Henri Bergson y Friedrich Nietzsche. Afirma Shaw que es incontrovertible la teoría darwiniana expuesta en su célebre obra Del origen de las especies por vía de selección natural (1859), y que por tanto no cabe duda de que "Dios está muerto" como sostiene Nietzsche. Para reemplazar la creencia en el "Más Allá", Shaw se atiene a la teoría del "élan vital” bergsoniano que impele sucesivamente al hombre hacia formas superiores. Es decir, el hombre, habiendo perdido el consuelo del "Más Allá”, no se desespera ya que sabe que él mismo se va evolucionando hacia un ser siempre superior a lo que ha sido. Esta "Evolución Creadora” shaviana se encarna en muchas formas, sobre todo en el Deseo de Reproducción manifiesto en la mujer, y en la Mente, órgano que va permitiendo al hombre superar su estado actual para alcanzar formas más trascendentales de existencia. La meta final de este proceso de superación individual viene a ser el estado de Superhombre nietzscheano en quien domina la Mente.

Al llevar esta teoría a la práctica en sus piezas, Shaw dota a sus héroes del "élan vital”, el que les confiere una superioridad que los aproxima al nivel de los superhombres.

No bien entrado en su carrera de dramaturgo, Shaw se acostumbra a redactar un prefacio para la edición impresa de cada pieza. Dicho prefacio no comenta el drama mismo sino el tópico que en él se enfoca. Con esta técnica acierta Shaw, ya que a menudo merece tanta atención el prefacio como la obra misma.

Santa Juana

Con esta pieza (1923), acaso su creación escénica de mayor aceptación, Shaw explora dimensiones políticas a la vez que ahonda en el concepto del "élan vital”.

Esta obra histórica proporciona una interpretación shaviana de la carrera de la joven de Orleans quien, en 1429, llega a ser nombrada comandante de las tropas francesas, las que están en guerra con los ingleses. Juana, favorecida por "voces” que, según Shaw, no son sino los dictados del sentido común, sale victoriosa en el campo de batalla. Bien que descubre un juicio sorprendente en sus relaciones con sus ayudantes, Juana incurre la enemistad de ingleses y franceses por igual, y por fin la Inquisición la procesa por hereje. A la joven se le insta retractar sus "herejías” y aceptar la absolución de la Iglesia. Mas Juana, al rehusar lo exigido, alega que recibe su autoridad directamente de Dios sin la intervención del clero. La condenan a la hoguera, y muere impenitente, convencida de que estan equivocadas las autoridades religiosas.

En un Epílogo, a los 25 años, vuelve Juana para conversar póstumamente con el Dauphin francés que la nombró comandante, el que ya es Carlos VII de Francia. Resulta que para esta fecha la Iglesia ha cambiado de parecer, exculpando a Juana. De repente la acción escénica cambia de nuevo, el año es 1920, y a Juana la califican de Santa. No obstante, se empeñan los inquisidores en afirmar que hicieron bien al condenarla en el siglo XV ya que los herejes siempre representan una amenaza para la Iglesia.

En esta obra, además de dramatizar las cualidades del superhombre (o super-mujer), pone de manifiesto Shaw que en todas las épocas los rebeldes se tienen que sacrificar para mantener la fachada del "statu quo” institucional.

Hombre y superhombre

Vuelve Shaw al tema del "élan vital” y al del super-hombre en este drama de Don Juan, mediante el cual el dramaturgo propaga sus conceptos filosóficos.

La heroína, Ann Whiteside (Dona Ana) es la encarnación del ''élan vital”, el que quiere ella expresar por medio de la procreación de un hijo, una especie de super-hombre. Queda empeñada en casarse con Jack Tanner (Don Juan) quien, habiendo superado su etapa de mujeriego, se ha entregado a una pasión moral, la de crear un mundo mejor. Representa Ann la mujer eterna cuya función es producir una nueva y mejor generación. Jack Tanner ha de ser el instrumento de fecundación. Shaw invierte hábilmente los papeles del cazador y de la cazada, ya que es Ann la cazadora y Jack el cazado. Este discurre sobre la democracia, la maternidad, las relaciones entre los sexos, así como sobre los obreros, evitando las maniobras de Ann, quien por fin lo atrapa con una pluma larga, luego con sus brazos. Al rendirse, Jack declara,

Me consta que no soy hombre feliz...lo que hemos hecho es renunciar la libertad, la tranquilidad... sobre todo hemos renunciado las románticas posibilidades de un futuro desconocido por las preocupaciones de casa y familia.

En el tercer acto, el cual por su extensión se omite generalmente en la representación de esta pieza, Jack se escapa de Ann, acudiendo a España, tierra de su famoso antepasado, Don Juan, y donde se encuentra con unos bandidos encabezados por un tal Mendoza, judío romántico. Mientras todos duermen, se representa una escena que tiene una configuración onírica: "Don Juan en el Infierno”. Esta consta de una serie de cambios de impresiones entre los principales, los que ya se han metamorfoseado en sus prototipos históricos: Don Juan (Jack), Dona Ana (Ann), el Comendador (Roebuck Ramsden, amigo de la familia) y el Diablo (Mendoza). Comentan sabiamente sobre la vida y la muerte, el amor y el matrimonio, y, socarronamente, sobre la ausencia de los ingleses en el Infierno:

Están casi todos en el Paraíso porque. . . noblesse oblige’. . .

Don Juan se muestra aburrido pero posteriormente se deja vencer por el "élan vital”, el cual funciona por medio de las mujeres a fin de ayudarles a éstas a atrapar a los hombres. De tales uniones salen crios superiores, una manifestación de la "Evolución Creadora”.

Siguen los personajes exteriorizando sus puntos de vista con sinceridad y soltura, creando un diálogo intelectualmente brillante, sin parangón en los anales del drama inglés de la época moderna.

En esta escena de fantasía intelectual, Shaw contribuye dos revaloraciones cómico-irónicas: se invierten los valores del Paraíso y del Infierno, y Don Juan se ha convertido en todo lo contrario del gran amante que ha pasado a la historia.

El Infierno es la tierra del honor, del deber, de la justicia y de las

demás virtudes. .. pues en la tierra se realiza toda la maldad en

nombre de dichas virtudes.

Don Juan, lejos de ser mujeriego, se ha consagrado a la pasión moral. Sin interés en cooperar con la mujer en la procreación, Don Juan ha eludido los amores posesivos, adquiriendo, no obstante, una reputación donjuanesca. Por eso, ha ofendido la "moralidad”, la que se identifica con el matrimonio, identificación que, según Shaw,

ha contribuido poderosamente, más que cualquier otro error, a destruir

la conciencia de la raza humana...

De repente los personajes se desmetamorfosean, volviendo a desempeñar sus papeles originales. John Tanner resulta ser un revolucionario cuya labor queda interrumpida por la incursión del "élan vital” encarnado en Ann Whiteside, con quien se ve obligado a cooperar a fin de avanzar la ‘'Evolución Creadora”. El ímpetu revolucionario de Don Juan viene reemplazado por la fuerza evolutiva de la Naturaleza, la que exige la procreación de una nueva generación.

Tal explicación teatral guarda consistencia con las creencias fabianas de Shaw, las cuales sostienen que la transformación y el perfeccionamiento de la sociedad ha de seguir un proceso lento pero seguro.

Hombre y superhombre, denominada "una comedia y una filosofía”, cuya acción escénica transcurre en Inglaterra, España y en el Infierno, aparenta ser un duelo entre los sexos, se convierte en una exposición humorística pero acertada de la teoría shaviana de la Evolución Creadora, y acaba por confirmar teatralmente las convicciones fabianas del dramaturgo.

Vuelta a Matusalén

Al proseguir su interés en el "élan vital”, Shaw redacta su pieza más larga (1921), la cual se puede considerar" una introducción a la Biblia de la Evolución Creadora". Resulta ser una fantasía de orientación humorística.

Habiendo concluido que el hombre, si ha de perfeccionar su mundo, tiene que vivir muchos más años de los que vive ahora, Shaw concibe la evolución humana en forma de cinco etapas, a cada una de las que corresponde una parte de su obra. La primera se sitúa en el Jardín de Paraíso en el año 4,004, antes de Jesucristo. Aparece Lility, quien pare a Adán y Eva, los que no demoran en conversar con la Serpiente. Logran inventar la muerte y el nacimiento, pariendo a Caín, quien contribuye su propio invento: el homicidio.

Queda ubicada la segunda parte en 1921 después de Jesucristo. Se mofa Shaw de los políticos liberales de su época, e introduce al personaje Conrad Barnabas, biólogo que propone un nuevo evangelio destinado a prolongar la vida del hombre por tres siglos. Conforme a este evangelio, conocido por la "Vuelta a Matusalén”, al hombre se le aconseja imponer su propia voluntad, ante todo, pues, según Shaw, la voluntad es el elixir humano.

Con el tercer acto, estamos en el año 2,170, e Inglaterra está gobernada por intelectuales clvnos:

      Confusio — Los ingleses no están adaptados por naturaleza para entender la política. Desde que nosotros los

                           chinos estamos a cargo de los servicios públicos, el país está bien gobernado.

Borge-Lubin — Lo que no me explico es que la China es uno de los países que tienen el peor gobierno del mundo.

     Confusio — No, señor. Hace veinte años, sí estaba mal gobernado. Pero desde que prohibimos que los chinos

                           mismos participaran en el gobierno, y habiendo importado naturales de Escocia para gobernar, todo ha marchado bien.

Borge-Lubin — La gente, por lo visto, no sabe gobernarse a sí misma. ¿Por qué será?

     Confucio — La justicia consiste en la imparcialidad. Sólo los extranjeros son imparciales.

Se ha extendido la vida un promedio de 300 años, y se han inventado muchas máquinas para mejorar la calidad de la vida, in. cluso la televisión.

En el cuarto acto, el calendario marca el año 3,000, y los hombres se clasifican como primarios, secundarios o terciarios, según el número de siglos que han vivido. Llega a Inglaterra un Caballero Viejo en plan de turista, quedando muy impresionado por una estatua, cuya historia se relata en estas palabras:

Hace mil años, cuando habitaban el mundo los hombres de vida corta, estalló una Guerra para Acabar con Todas las Guerras; a los 10 años, otra Guerra, en la cual no se murió ni un solo soldado, pero se rasaron siete ciudades europeas, y perecieron los estadistas. Los diez millones de soldados quedaron protegidos en sus cuevas y trincheras. Posteriormente, se respetaron las casas, pero los inquilinos no, pues se murieron debido a los efectos de gases mortíferos. Pasaron hambre los soldados, y con esto acabó la seuda civilización cristiana. El último gesto civilizado fue el descubrimiento por parte de los estadistas de que la cobardía constituía una gran virtud patriótica, y por lo tanto se erigió una estatua, esta misma, a su original exponente, un sabio corpulento llamado Sir John Falstaff.

Con el quinto acto Shaw progresa, con su fantasía, al año 31,920 cuando los crios nacen a los 17 años y, tras dedicar cuatro años a amar y divertirse, se amoldan fácilmente a la nueva existencia progresiva.

En este drama Shaw deja patente su creencia de que, con los años la Evolución Creadora suya ha de llevar al hombre a un estado en que triunfarán la Voluntad y la Mente. Sostiene por implicación que los hombres del siglo XX sólo gozan de una libertad vigilada y, al igual que los animales prehistóricos, se atrofiarán y desaparecerán si no se trascienden a sí mismos, formando una nueva existencia cuyos baluartes han de ser las ampliamente evolucionadas facultades intelectuales.

Armas y el hombre

Queda satirizado en esta obra (1894) un tema que le interesa sobremanera a Shaw: el militarismo.

Un capitán suizo, quien milita en las filas del ejército de Serbia, se escapa de la batalla contra los búlgaros, refugiándose en casa de la joven Raina Petkoff. En la conversación animada que sostienen los dos, el capitán se mofa del chauvinismo de Raina, alegando que la primera responsabilidad del soldado es la de salvarse el pellejo.

Se acostumbra el capitán a comer chocolates, por lo cual le llaman el "soldado de chocolate”. (En 1908 el compositor vienés Oscar Straus (1870-1954) ha de estrenar su ópera cómica El Soldado de Chocolate, inspirada por la pieza de Shaw).

Cuando el novio de Raina desafía al capitán, éste logra escaparse de la situación sin pelear. Terminada la guerra, el capitán, ya dueño de nueve hoteles en Suiza, se promete con Raina.

Con su obra Shaw aspira a alcanzar dos finalidades: la de poner en ridículo la aureola heroica que envuelve a la guerra, y la de mostrar el valor de una actitud pasivista y pragmática.

A estas alturas, resulta palmario que George Bernard Shaw, con su praxis escénica enraizada en el mundo de las ideas, figura entre los titanes del teatro occidental del siglo actual.

Vida y obra del dramaturgo George Bernard Shaw

 

27 feb 2018 Una discusión sobre la vida y obra del dramaturgo GEORGE BERNARD SHAW con el crítico ERIC BENTLEY

y el actor PHILIP BOSCO. Fecha de la cinta original: 11 de noviembre de 2005.

Ensayo de Francis Donahue

 

Publicado, originalmente, en: Cuadernos Americanos Año XL Nº 3 Mayo - Junio 1981

Cuadernos Americanos es editado por la Universidad Nacional Autónoma de México / Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe
Link del texto: http://www.cialc.unam.mx/ca/CuadernosAmericanos.1981.3/CuadernosAmericanos.1981.3.pdf


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