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Lo
que costó la fundación de Córdoba |
Al analizar las fechas en
que fueron empadronados los comechingones no bien
descubiertos por Jerónimo Luís de Cabrera que venía del Norte a
fundar ciudades, nos damos cuenta que a partir del año 1600 se acaban
los datos de los censos, no porque se hubiese suspendido esa labor de
estadística sino porque los indios habían desaparecido, los habían
exterminado y aquellos que huyeron hacia lo más oculto de las
sierras, permanecieron conservando sus vidas pero perdieron su
cultura, su trabajo comunitario en los ayllus, su idiomas
y sus cultos, es decir se aculturizaron, desmembrándose de sus sacate. La riqueza que
encontraron que eran precisamente esos primitivos pobladores, pronto
se dilapidó, sin tener en cuenta que se quedaron sin mano de obra
para construir las iglesias, conventos, cabildos, casas solariegas,
estancias y obrajes. |
Por ese motivo tuvieron
que entrar en el vil negocio de la esclavitud que se había prohibido
en Europa pero que se instaló en América con el beneplácito de la
Iglesia que también la adoptó para sus construcciones y vida social.
El esclavo negro suplantó al indio, de allí que se iniciara este
nuevo flagelo para estos desdichados venidos del África. La ciudad de Córdoba,
sus soberbias Catedrales, sus suntuosos templos, sus casas solariegas,
su cabildo están edificados sobre los despojos y la sangre de los
nueve pueblos de las inmediaciones, entre ellos Quilino,
San Jacinto, Soto, Pichanas, Nono, La Toma, Cosquín y
San Martín de Nonsacate. Con el paso del tiempo y siendo
Sobre Monte Gobernador Intendente de Córdoba, volvió a mandar otro
censo y en poco más de 200 años sólo anotaron 531 aborígenes. |
Según nuestro
historiador Miguel Ángel Gutiérrez, que conoce a los serranos, de la
región de Achiras, porque fue durante 37 años maestro rural, colgado
de las sierras, dice que los actuales pobladores nativos conservan las
mismas características físicas y costumbres de los comechingones,
descriptos por los colonizadores españoles, agregando que son
personas retraídas, de pocas palabras, con una notable resistencia física
al clima duro de las altas sierras, a las que se han adaptado durante
centurias. Hay un trabajo muy
interesante de la Dra. Beatriz Bixio, titulado "Los pueblos indígenas
de Córdoba en el siglo XVII. Desnaturalizaciones étnicas y derecho a
la tierra", editado en la revista "Memoria del Primer
Congreso de Culturas Originarias", 11, 12 y 13 de Oct. de 2005,
Cba. Pág. 17 que expresa: "y paralelamente a este proceso de caída
rápida y abrupta demográfica, encontramos que esta ciudad de Córdoba,
que en sus orígenes no fue más que un fuerte donde habitaban
aproximadamente cien españoles, en ese mismo período sufrió un
proceso de mejoramiento enriqueciéndose de modo tal que incorporase rápidamente
sus vecinos feudatarios al tráfico comercial interregional, al vida
política y a la vida económica". "Pueden, hasta el
punto que Córdoba, a fines del siglo XVII ser una de las ciudades más
florecientes del interior". "Este es el período
menos conocido que hay, porque hay menos investigaciones en relación
a este tema. El pronto enriquecimiento trajo el asombro y el repudio
de los funcionarios superiores venidos desde el Alto Perú
(especialmente de la Audiencia de Charcas) que comprobaron los excesos
cometidos con los indígenas por el sistema de las encomiendas a la
que se unía el despojo de las tierras adjudicadas a los naturales
para su subsistencia". Con este sistema, los que
se hacían propietarios de tierras por medio de la expropiación
ilegal pasaban a tener derechos económicos y políticos, pasando a
participar de cargos en el cabildo, por lo tanto ascendidos en su
condición social. La posesión de las tierras no sólo dio rindes
económicos, sino participación en el poder y ascenso en la escala
social. A todo esto, la corona
española hizo la vista gorda, pues la despoblación no coincidía con
las leyes de protección al indígena al que se le debía alimentar,
proteger la salud, instruirlo en la doctrina cristiana y darle
descanso. El encomendado debía
trabajar de sol a sol todos los días del año, sin domingos ni
feriados, eran por lo tanto esclavos, sin ningún derecho. Apartados
de su familia y del ayllu. Jerónimo Luís de
Cabrera en esto daba el ejemplo, tenía más de 200 indios esclavos
encomendados en su estancia. Los oidores de Charcas,
anotaron en sus informes que se sintieron horrorizados por el
resultado del trato: la desaparición de esta etnia. Los jesuitas, tratando el
mismo tema lo resumieron de esta manera desde la misma Córdoba:
"Los indios en esta ciudad trabajaron más que los israelitas en
Egipto". Lorenzo Suárez de
Figueroa en 1571 encontró en la región aledaña a Córdoba 30.000
indios cuando los censaba para encomendarlos en la construcción de la
futura ciudad, ya lo hemos consignado, en 200 años no quedaban más
que 531 y es útil recordar estas cifras para no seguir levantando
monumentos a los invasores que venían con el objetivo de fundar
ciudades para aniquilar luego a sus constructores. Tanto los templos como
los palacios y las casas de los españoles se ornamentaron con lo que
luego se llamó "el arte mestizo" en que trabajaron también
nuestros comechingones: tallas de imágenes esculpidas en
maderas finas, muebles, altares, sillería, frentes esculpidos en
piedra, columnas con riquísimos decorados, púlpitos recamados y
recubiertos de láminas de oro, fueron también tallados por nuestros
primitivos habitantes que aprendieron de los profesionales venidos de
España a embellecer los lugares en que iban a residir. También
trabajaron en el arte de la pintura. Hay millares de obras religiosas
esparcidas por toda América realizada por pintores nativos que se
agruparon en las grandes capitales americanas. Así surgieron obras
maravillosas de las Escuelas Cuzqueñas, limeñas, potosinas y también
las nuestras, durante la época colonial. Sin embargo esas telas
valiosas no llevan la firma de su autor por ser indio. Se les estaba
prohibido. El acelerado crecimiento de nuestra capital y la abundancia de suntuosos templos y edificios oficiales se debe a la sangre y el sudor de los 30.000 indios de su entorno. |
Susana Dillon
1 de noviembre de 2009
Gentileza de "Ciudadanos autoconvocados de Río Cuarto"
http://ciudad4.blogspot.com/
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