Están castigados los que dijeron qué pasó en la cárcel |
Si
la jefatura de la Unidad Carcelaria de Río Cuarto considera que no debe
pasar al conocimiento público lo que está sucediendo en su interior,
luego de la muerte misteriosa del interno Silvio Robledo y se está
castigando con traslados a otras unidades, a los sospechosos de pasar
noticias al exterior, es señal que se están produciendo actuaciones
reñidas con la libertad de expresión, cuando precisamente se están
violando leyes. Lo que pasa tras los severos muros de la fortaleza, no se quiere dar a luz pero se filtra, no sólo por los que concurren a los que deben ser enterados porque son familiares de la víctima, sino porque cuando más se quiere tapar lo que pasa: introducción de drogas y fármacos para tener a la gente con somniferos, así no molestan. Se ha obstaculizado a la prensa y resulta evidente que las autoridades de la gobernación están ciegas, sordas y mudas ante el caso. Salvo los cambios acelerados de personal jerarquizado, idas y venidas con el tema de la destrucción de los nichos de castigo y enseguida vueltos a armar con los mismos elementos: cadenas, collares de hierro, argollas para sujetar de pies y manos a los castigados sobre colchones de portland a los que se les arroja agua para que no se duerman. Estas medidas tomadas a la ligera, con el sólo efecto de pretender que ya no se hable más, son una prueba contundente de culpabilidad en el manejo de los destinados a seguridad. |
Cabe
seguirse preguntando ¿no llegarán al Sr. Gobernador y a su secretario
de Derechos Humanos estas espeluznantes noticias que son un calco de lo
padecido en la dictadura o prefieran seguir machacando con vacíos
discursos lo bien que se está gobernando y lo bien que nos va a ir si
los votamos, cuando se avecinen las elecciones?. Hay
que volverles a advertir que tales procedimientos y silencios
sugestivos, son un verdadero "piantavotos". No
será posible, con esta nueva ley de medios, hacerles llegar a nuestras
autoridades las noticias de lo que está pasando en las penitenciarías
de nuestra provincia , en especial la nuestra, donde lejos de procurar
que los internos salgan en mejores condiciones, sino que a raíz de mal
trato van a salir con mayores rencores, ignorancia y endurecidos por la
falta de justicia y trato humanitario. La
mayoría de los que todavía estamos afuera, estamos concientes que las
cárceles están ocupadas por ignorantes, pobres y morochos. La clase
alta, la que "las sabe hacer bien", ésa tiene para comprar
abogados, jueces, y pagar abultadas sumas para pasarlo cómodamente en
casa. Hay
dos justicias, para ricos y para pobres y más tarde o más temprano
este estado de cosas termina mal. A ver si la entienden los que no
quieren escuchar los lamentos de madres inconsolables e hijos sin
padres. Este
caso, el del joven Robledo es otro de los que echan por tierra nuestra
confianza en la justicia y en los que tienen por ocupación la política,
utilizada como medio de vida no para servir al pueblo, sino para
servirse de él. Y
aquí otro asunto a tener en cuenta: algunos presos están haciendo un
trabajo de pintura para las aberturas de la Universidad Nacional. Los
que pintan no usan los barbijos que esa tarea requiere y como la pintura
emana gases tóxicos , al momento de aplicarla los demás están en una
verdadera niebla malsana. Estas informaciones vienen del "afuera". No se desquiten con los internos. |
Susana Dillon
13 de mayo de 2010
Gentileza de "Ciudadanos autoconvocados de Río Cuarto"
http://ciudad4.blogspot.com/
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