¿A dónde irán estas flechas? |
Esta
aproximación a la historia de los antiguos pampas tiene dos objetivos
principales, primero conocerlos desde su intrincado pasado lejano;
segundo, sacar a luz la aniquilación de una cultura con el propósito mal
disimulado de quedarse con las tierras más ricas del país los que
pagaron "La Campaña del Desierto" y el Gral. Roca que se quedó
con la parte del león. Luego
del conocimiento, viene la denuncia, lo que no se quiso contar en la
historia oficial, está documentado en cartas y partes de guerra, porque
pareció poco elegante mostrar la epopeya de la intolerancia en una
sociedad que no se aguantaba convivir con gente diferente. Porque
nuestro país primero fue español, después, criollo europeo, siempre
occidental y cristiano, que se ufanó de civilizado pero trató de acabar
con los "bárbaros, los salvajes" que andaban deambulando por
las pampas... o en tierras de nuestro país. Nuestros
aborígenes pampas tuvieron que defenderse del salvajismo de los
civilizados, hicieron lo que pudieron, vivieron como lo soñaron, en su
paraíso, pelearon hasta agotarse y terminaron muriendo en nombre del
progreso. Hay temas históricos que no se trataron en cinco siglos, otros se distorsionaron para dejar como héroes a los conquistadores que vinieron al despojo y la muerte. Como no hubo justicia, tampoco hubo memoria, por eso las horrorosas matanzas se repitieron y hasta glorificaron a los asesinos, les levantaron monumentos y los honraron con nombres de pueblos, calles, escuelas y billetes. |
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Mapa
etnográfico de los antiguos pobladores de Córdoba, con ubicación de las
naciones principales y sus parcialidades, según Antonio Serrano en Los
Comechingones. |
Acá, nuestros lectores se van a encontrar con los que lucharon contra las diversas "conquistas", eufemismo con que se disfrazan los hechos de violencia. Pasó en nuestro país varias veces; la primera fue la conquista de América, la segunda la conquista del desierto, siguen; la guerra con el Paraguay, las guerras con los indios del Chaco, las guerras civiles, las dictaduras, y no olvidemos a la de Malvinas, El arrebato venía precediendo a la aniquilación y siempre hubo víctimas inocentes, los niños, tomados como botín de guerra. Nadie ha contado la historia de las indias cautivas, arrebatadas, de cuando las vendían separándolas de sus hijos, que se regalaban para que aprendieran a "ser gentes". |
A
mi abuela inmigrante, le "regalaron" una indiecita huérfana y
en mi niñez, la memoriosa anciana me contaba su novelesca vida, ocurrida
cerca de Los Toldos (Buenos Aires) cuando a la noche le pedía que me la
narrara. En
Me lo contó mi abuela tienen
ese relato que lo atesoro como si conservara una punta de flecha. Ahora,
en este libro lo rescato como un homenaje a su raza y a los niños que
nunca pudieron conocer a sus padres. ¿Cuántas veces, en este país se van a tomar como botín de guerra a los huérfanos que quedan de ella y con el mismo objetivo: apropiarse de algo valioso y que ignore su origen? |
Este
libro intenta recuperar la historia oculta y mostrar quiénes fueron los
verdaderos héroes de la Campaña del Desierto, cada relato, cada
episodio, es un alegato ético que rechaza la intolerancia y afirma el
derecho que tienen los pueblos de ser según su cultura, de vivir de
acuerdo con su modalidad social, de creer en sus dioses. No solamente
importa la muerte de tantas personas que pudieron transformarse en pueblos
útiles, importa que aún se siga pensando en forma intolerante, racista,
autoritaria y discriminante. Aquí
encontrarán el dolor de un pueblo que aún vive entre nosotros, con sus
cantos, sus romanceadas, sus rituales sagrados, con sus fuertes raíces
originadas en su oralidad, fuente de memoria, sus valores, sus principios
a los que no renunciaron aún arteramente traicionados. Estamos
ante los pampas que lucharon permanentemente durante 300 años para ser un
pueblo soberano. Ninguna otra etnia en la América India aguantó tanto. Es
bueno saberlo, la historia de los pueblos silenciados merece nuestras
voces para que sigan trasmitiéndose. Éstas
son las flechas, las palabras, que ojalá describan la parábola destinada
a despertar al conocimiento y la solidaridad con la raza fuerte que nos
precedió. Tendremos
presente que son las costumbres y los valores de un pueblo los elementos
que promueven la integración de las personas. Ellos iluminan los caminos
mostrando quiénes somos y dónde estamos, acercando los corazones para
fortalecer la fraternidad, echando raíces de identidad. Reconocer
nuestras raíces nos proporciona fortaleza. Las
costumbres de nuestro pueblo son nuestro principal documento de identidad.
Son ellos los que mejor nos pintan y descubren. Para
lograrlo, nada como preservar la memoria, tanto la individual como la
colectiva. Los
Pampas no tenían asentamientos en nuestra provincia. Sus tolderías
estaban en los actuales territorios de las provincias de Buenos Aires y La
Pampa. Los
Sanavirones tenían como parcialidades a los Malquesis y Quelosis. Los
Comechingones tenían las siguientes parcialidades: solgas, gamínis,
nigas, agampis, gueclas, machas, tálalo, chines, sitones, naures, auletas,
macacolitas, michilingues (San Luis), nogolmas, saletas. Parcialidades de los Pampas, según su situación geográfica: picunches, pehuenches, candiches, mamulches, leuvuches, puelches, chülches y ranqueles, sus incursiones llegaron hasta la zona marcada. |
Susana
Dillon
De "Se vienen Los Pampas"
Imprenta Graficop - Río Cuarto - setiembre 2006
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