Oscar
Niemeyer. Entre la modernidad, el samba y el tropicalismo Por Alejandro F. Della Sala |
“…Quando a minha música sai boa, penso que parece Tom Jobim. Música do Tom na minha cabeça é casa do Oscar.” |
I.- Introducción. II.- En el universo del samba, la bossa nova y su influencia en la arquitectura moderna. III. Entre la bossa nova y el tropicalísimo. IV.- Mas allá de la música. I.-
Introducción Se trata de Oscar Niemeyer uno de los más grandes pensadores y arquitectos de todos los tiempos que en diciembre del año 2007, cumplió 100 años de creación y vida. Desde la “Casa do Brasil” de Buenos Aires lo recordamos el día de su cumpleaños viendo la película “a vida é um sopro”, un especial sobre la vida de este arquitecto maravilloso que más que un arquitecto, parece un filósofo o el más filósofo de todos los arquitectos. La película conmemorativa en comentario, comienza con una entrevista a Niemeyer en el que cuenta sus principales obras, destacando su perspectiva modernista , el cambio en las formas con la inspiración tanto en los morros de Río de Janeiro, su ciudad natal, como en las mujeres de dicha ciudad maravillosa. Es que “la forma debe seguir lo femenino” como gusta decir Oscar. Creador de ciudades modernistas como Brasilia –punto focal de pensadores, pioneros y artistas de la década de los 60- con el apoyo del presidente Bossa Nova, como se le decía en ese entonces a Juscelino Kubitscheck. El proyecto Brasilia con su catedral, sus edificios y espacios públicos amplios que invitan a la observación y al diálogo ya que todo aquello debía representar la idea de galope y de futuro como síntesis conceptual del modernismo, aunque en el caso brasileño no desconoce sus raíces autóctonas, las incorpora y las respeta sin dejar de tomar elementos foráneos para perfeccionar lo que ya se tiene. En efecto, un punto de inflexión en la cultura del Brasil contemporánea fue la Semana de Arte Moderna de 1922, que fue organizada como reflejo de los fuertes acontecimientos sucedidos luego de la Primera Guerra Mundial y de la mano de la creación de la Sociedad de las Naciones, precursora de lo que hoy son las Naciones Unidas, edificio en el cual también Oscar Niemeyer tuvo un papel primordial en su diseño. Con la intención de mostrar esas nuevas tendencias que ocurrían en Europa pero desde una perspectiva latinoamericana, se organiza la Semana de Arte Moderna en el Teatro Municipal de Sâo Paulo en 1922. Era un momento clave, que había que abandonar viejos valores estéticos, para promover un estilo que se podría resumir en una vuelta a una estética nacional para deglutir lo viejo para que naciera un nuevo hombre, un hombre autóctono síntesis de étnias y con pensamiento propio pero sin dejar de ser influenciado por los grandes acontecimientos del siglo pasado que atravesaban de norte a sur , no sólo la sociedad latinoamericana, sino el mundo todo.
De esa manera participaron de la Semana de 1922, escritores modernistas como Oswald de Andrade –luego marido de Tarsila do Amaral- Mário de Andrade , Manuel Bandeira; Guillermo de Almeida y Monteiro Lobato, con su fascinación por el automatismo norteamericano y el milagro de Henry Ford. También pueden ubicarse en dicha corriente de pensamiento, aunque colateralmente a Gilberto Freyre y Jorge Amado. En la pintura, se destacaron Anita Malfati, Tarsila do Amaral y Cándido Portinari, el arquitecto Oscar Niemeyer entre otros, junto al primer volador futurista y humanista Santos Dumont, el primer hombre en tocar “el cielo con las manos”.
Oswald de Andrade junto con Mario de Andrade fueron los líderes intelectuales del movimiento, aunque pensadores como Cassiano Ricardo, Plínio Salgado y Menotti del Piccia fueron también centrales como así también músicos como Villa-Lobos. Mientras Mário de Andrade había sido la figura responsable, normativa y organizadora del modernismo de 1922, Oswald representaba la fragmentación radical, la fuerza intuitiva y violentamente iconoclasta.[1] Luego, autores como Mario de Andrade publican la novela Macunaíma-Héroe sin ningún carácter- que trataba la historia de ese dios indígena, procedente de las leyendas de las tribus amazónicas Teulipang y Arekuná, quien representaba el carácter (identidad) de la raza brasileña –como le gustaba decir de manera humorística a Mario en relación al pueblo brasileño-La novela, constituída en un clásico de la literatura modernista, si bien parte de la preocupación por la identidad nacional del brasil, recibe en Macunaíma un trato humorístico y satírico –típico de los modernistas de la semana de febrero de 1922 de Sao Paulo- ya que el autor parece concluir que el principal rasgo del carácter brasileño es precisamente la “falta de carácter”, por ello el título de la novela: “Macunaíma, Herói sem nenhum caráter”. Podemos decir, en relación a dicha obra que el viaje de Macunaíma a Sâo Paulo, y el contacto del indio con la cultura occidental, lo lleva a un auténtico fracaso identitario puesto que aquél no resiste a la tentación de renegar de su identidad y querer asimilarse a la cultura paulistana de ese entonces.[2] Con
relación a Tarsila do Amaral y sus amigos, podemos decir que se preocupaban en mostrar a través de su
arte, la mecanización de los seres humanos por causa del crecimiento
irracional de las ciudades, con sus rascacielos y fábricas. También
estaban imbuidos de un sentimiento nacionalista ya que pensaban que el
arte brasileño debía buscar sus raíces[3].
En
la Argentina, el modernismo influyó fuertemente en escritores, pensadores
y artistas como Alejandro Xul Solar, Emilio Petorutti, Leopoldo
Lugones, Leopoldo Marechal, Jorge Luis Borges, Macedonio Fernández, entre
otros que integraban por
ejemplo distintos grupos como los de Florida y
Boedo que si bien
encontrados por cosmovisiones diferentes por ser los primeros más
aristocráticos y los segundos más populares, en general
no dejaron de beber elementos del modernismo. Por ejemplo, el
caso del creador argentino Alejandro Xul Solar
tuvo contactos com la vanguardia brasileña de 1922, era amigo de
Mario de Andrade y poseía a la sazón um ejemplar de la novela Macunaíma
que comentáramos más arriba como um clásico de la literatura
modernista brasileña.
Luego de la Segunda Guerra mundial en 1945, la sociedad global salía de los traumas de ese conflicto armado y para ello se buscaban imágenes superadoras que inspiren humanidad en sus formas y estilos, especialmente para ayudar a salir del holocausto y de los desastres tanto de los bombardeos convencionales como los con armas de destrucción masiva, nótese que es la primera vez que los Estados Unidos utilizan la bomba atómica, dos veces contra población civil indefensa, en Hiroshima y Nagasaki . Lo cierto es que todos nos acordamos del escenario europeo pero nos olvidamos del teatro de operaciones en el océano pacífico que fue tan o más sanguinario que el europeo. Ya en el plano musical, en los Estados Unidos cobran fuerza el Jazz y el be bop, como expresión de cambio, creatividad y libertad. En la Argentina, cobraba fuerza el tango con fuerte contenido nacional sin perder su mirada romántica en relación al amor y al desencanto. En el Brasil, el samba canción dejaba su estilo melodramático y comenzaban a proyectarse nuevas formas de expresión de ese estilo musical, que más que música consideramos que es un “estado de espíritu” capaz de deglutir otros estilos para saber mejor vivir o el “carpe diem” como decían los renacentistas. Necesariamente debemos partir en cualquier análisis que se haga sobre la cultura brasileña desde su música como elemento articulador de las otras artes, incluida la arquitectura, la política y el derecho. Se considera que durante el Siglo XVIII en las principales ciudades coloniales como Río de Janeiro y Salvador, surge esta expresión cultural marcada por la síntesis de ritmos portugueses, indígenas y negros, fusionándose de esta manera, la música erudita que venía de Europa, con la popular originada en el propio territorio sudamericano. Tenemos así el desarrollo de la “modinha”, una suerte de canción lírica y sentimental cuyo origen fue la corte portuguesa, fue una de las primeras expresiones musicales del Brasil. Durante el Siglo XIX predomina el “lundù” traido por los esclavos angoleños.[4] Con la instauración de la República en 1870 aproximadamente aparece el “choro” caracterizado por la improvisación ejecutado por guitarra, cavaquinho (una guitarra más pequeña) y flauta traversa, donde se mezcla el ritmo aborigen junto al negro y la música clásica europea. El samba surge a finales del siglo XIX en Río influenciada por los ritmos anteriormente explicitados, así como otros de generación espontánea, en el que reflejan, el sentimiento traido por los indios, la pasión del Fado portugués y la alegría de los negros.[5]
En el nordeste se desarrolla la música sertaneja que trata la vida del hombre de campo o del interior que sufre las “secas” de esa especie de desierto que es el Sertâo. Dicha música reflejaba las dificultades del hombre que se encontraba solo, en el interior del país, sin acceso a los principales recursos de la gran ciudad. Esto se vuelve a reflejar en la década de los 50 con Luis Gonzaga y el tema “Asa Branca”.[6]
Durante la década del treinta, junto a la caida de la República y la instauración del Estado novo liderado por Getulio Vargas, se prefigura una movida musical donde surge “el rey de la voz” Francisco Alves, liderando las sambas canciones de esa época; también es el momento del tema “Aquarela do Brasil” de Ary Barroso, con su esplendor de paisajes y bellezas naturales que implicaba solamente la letra de esa canción, reflejando de esa manera un Brasil pujante y bello[7].
Inspirado en la famosa “Aquarela Brasileira” aparece el samba-enredo compuesto por Silas de Oliveira para el carnaval carioca de 1964, donde a través de sus versos redescubre y enaltece los bellos paisajes y las principales ciudades del Brasil describiendo además cada región en particular, desde el amazonas hasta Brasilia, desde el estado de Ceará en el Nordeste hasta San Pablo y describiendo así, a todas las regiones como si el país fuera un escándalo de colores y de progreso sin fin. Más allá de la belleza de la letra de este tema, con ello se mostraba a un país que marchaba para adelante, bendecido por la naturaleza, todo lo cual vino como “anillo al dedo” a los militares ejecutores del golpe institucional que derrocara al gobierno constitucional de la época. También, a mediados del siglo pasado, surgen autores como Lupicínio Rodrigues con temas como “Venganza” donde habla de las desventuras de amor y se instala lo que hoy se circunscribe en las sambas canciones. Las “sambas- canciones”, son más bien de tipo melódicas y hacen alusión a cuestiones de amor y sentimiento. A mediados del siglo pasado se cantaban con mucha emoción y grandilocuencia, como si fuesen tenores italianos de música clásica (Noel Rosa), donde tomaban algunas características del bolero junto al tango y el fado portugués, donde amor, celos y sufrimiento iban de la misma mano. Como contraste, en la Argentina se afirma con fuerza el tango, ya explorado por nuestro querido Carlos Gardel donde expresaba el romanticismo de la primera parte del siglo pasado. Luego de los años 50, el tango domina casi todos los escenarios de la sociedad de ese entonces, especialmente en el ámbito rioplatense, lo que también se incluye al Uruguay,[8] pero con la aparición de grandes orquestas donde el bandoneón era uno de los principales actores, y los temas trataban tanto cuestiones de amor, donde la mujer deja a hombre y este llora por ella , los celos del hombre a cualquier flirteo de la mujer, esto además lo tiene el fado portugués – lo cual generara en el Brasil obras clásicas de la literatura de ese país tales como Dom Casmurro de Machado de Assis y Sâo Bernardo de Graciliano Ramos, donde los celos del hombre hacia la mujer son el eje de toda estas dos obras. Otro género musical importante para destacar en la Argentina es la música folclórica del interior del país, donde se expresa de alguna manera una idealización de la mujer, aunque el hombre sigue siendo el principal actor de la sociedad de ese entonces que es básicamente de tipo patriarcal y aristocrática, como en general lo es en todo el escenario latinoamericano. Entre otros géneros musicales, está la música del litoral –por ejemplo el chamamé que también se lo escucha en gran parte del sur del Brasil- que expresa cuestiones de amor vinculadas con la exaltación de la tierra y que en algunas regiones como en Misiones se mezclan otros géneros traidos de Europa por los inmigrantes como ser la polca, el vals y la tarantella. Tambièn sucede lo mismo con la farraupilha gaúcha desarrollada en toda la región de lo que son hoy los estados de Paraná, Santa Catarina y Rio Grande do Sul.
II.- En el universo del samba, la bossa nova y su influencia en la arquitectura moderna En pleno apogeo del samba como expresión popular y sentimiento colectivo de bienestar y de unidad popular aparece en el Brasil durante los años cincuenta –especialmente en los barrios acomodados de la zona sur de la ciudad de Río de Janeiro- un ritmo mucho más suave, una manera de tocar la guitarra muy especial y de cantar no más fuerte que el sonido mismo del instrumento, lo que diera origen a lo que actualmente se llama Bossa Nova. El gran impulsor de esa manera de tocar la guitarra de nominada “la batida” y de cantar bajito y modulado fue el sutil bahiano Joâo Gilberto, uno de los precursores de la Bossa Nova junto con otros grandes que surgieran – casi todos al mismo tiempo- es una característica especial de la época, diría que única en el mundo, donde aparecieron genios como Tom Jobim, la dulce de Nara Leâo, y en algún aspecto también por el poeta Vinicius de Moraes, etc. Si bien la Bossa Nova fue una expresión “culta” de un grupo de jóvenes intelectuales de clase media carioca, no ha dejado de reflejar una cosmovisión especial; que se cantaba por la vida, por las cosas lindas que ofrece la naturaleza, por el amor y de alguna manera por la paz y la preservación del medio ambiente. Por lo tanto, la Bossa Nova -tomando elementos del samba-canción, del jazz, del bolero y de la música clásica- vino a demostrar que todavía existía esperanza y que se podía cantar por las cosas bonitas de esta vida, sin distinción de credos y de religiones, ni de razas.[9] Por ello, entendemos que este tipo de manifestación popular también ha sido parte del pensamiento geopolítico del Brasil ya que con la letra y la canción – por ejemplo de “Garota de Ipanema” o de “Aguas de Marzo” , el tema “Desafinado” o “samba de uma nota só o samba de una nota sola”[10], han ofrecido al mundo una expresión de belleza, amor por las cosas simples de la vida y optimismo, factores elementales para el crecimiento de cualquier país.
Con la Bossa Nova pasó algo similar al tropicalismo, primero adoptó estilos foráneos para luego “deglutirlos” y producir un estilo propio, que se devolvía a la sociedad y al mundo con nuevas expresiones artísticas, que en el caso de la bossa nova, pasó de ser influenciada por el jazz, a influenciar el jazz en todas sus manifestaciones. Es que hoy más que nunca el proceso de expansión cultural y de cosmovisión inclusive, de los países económicamente más desarrollados hacia los menos desarrollados instrumentados a través de una cultura de importación - como diría el modernista Oswald de Andrade puede ser antropofágicamente revertido a través de la deglusión - por parte de los países menos desarrollados- de la tecnología foránea y la devolución de productos terminados (por ejemplo la Bossa Nova y el tropicalismo) que son diferentes a los ya absorbidos, debido a dicha influencia que actualmente es mayor si tenemos en cuenta los avances de los medios de comunicación como mecanismo de poder.[11] Las artes visuales también cobran fuerza de la mano de la música con el cinema novo por ejemplo a través del film “Dios y el Diablo en la Tierra del Sol” de Glauber Rocha con música de Sérgio Ricardo con un estilo más nordestito que bossanovista, mostrando a los rebeldes de Canudos cuya historia fue contada por Euclides de Cunha en su obra “Os Sertoes”.
Además, se desarrolla el samba junto a otros géneros nordestitos, considerados portadores de elementos distintivos de nacionalidad. En otro ángulo del repertorio que engloba la Música Popular Brasileña (MPB) aparecen las sambas-enredo, que son manifestaciones populares que apuntan a expresar los orígenes de la creación y relacionarlos con temas históricos del Brasil. Dicha melodía es acompañada de una gran escenografía que representa una temática en especial y una orquesta con un coro que canta una letra con un significado especial.[12] Así, el sambódromo de Niemeyer, un espacio dedicado al samba, brilla como nunca en cada fiesta dedicada al samba, donde toda la gente se agrupa para expresar ese sentimiento que se hace con el cuerpo, el alma y su máxima expresión, el canto. Algunos bailarines manifiestan a viva voz que “el samba nunca morirá” o que “en mi casa siempre hay samba” o “ aunque pierda la casa me queda el samba” o sin olvidar la esperanza que es la base del samba “mañana todo irá mejor”. Y es en esa idea de esperanza, que aparece el samba, la cual influye necesariamente en toda la obra de este arquitecto innovador.[13] Es que en ese escenario de samba, sea cual fuese su clasificación incluyendo a la bossa nova, Niemeyer desarrolló toda su arquitectura, con pie en la música y en la poesía proyectándolo a la vida cotidiana en obras que parecen tener vida. Por ello, algunos autores sostienen que la obra de Niemeyer consiste en la celebración del “saberhacer” tecnológico del hombre aplicado poéticamente a la superación de la vida cotidiana.[14]
Si uno observa por ejemplo una de las obras más emblemáticas de Oscar, el Museo de Arte Contemporánea de Niteroi, tiene la forma de un plato volador futurista, aunque también sus curvas asemejan a las montañas de Río de Janeiro, que no son otra cosa que la representación natural de una mujer sambando o caminando hacia la playa. El referido museo, encierra un misterio ya que visto desde afuera parece que los extraterrestres han amerizado en el mar para explorar la tierra o la luna ya que visto desde lejos parece un paisaje lunar, insertado entre el mar y los morros cariocas. Igual criterio se descubre con la vista del teatro popular de Niteroi, o buceando en obras más antiguas del autor, la sede del Congreso Nacional de Brasilia, donde predominan las curvas y las rectas. Otra obra que también fue un clásico en el autor fue la catedral de Brasilia.
Cabe destacar que no se van a enunciar todas las obras realizadas por el autor, simplemente se han mencionado a título indicativo algunas pocas como para que el lector tome esos ejemplo y busque más material en torno al autor en análisis. El objetivo de este trabajo fue comparar la obra de Niemeyer con la música popular brasileña, cómo esta influenció en él y viceversa y por cierto también el fuerte impacto del modernismo en la cultura latinoamericana que arranca con Rubén Darío y la obra clásica de la literatura Ariel, del uruguayo Rodó hacia fines del siglo XIX y continúa en el siglo veinte con autores como Alejandro Xul Solar en la Argentina, Leopoldo Lugones, y en el Brasil la pléyade de artístas que surgieron a raiz de la Semana de Arte Moderna de Säo Paulo. Hacia fines del siglo XIX y como prolegómeno a la referida Semana de Arte Moderna aparecen en Latinoamérica y en España una serie de autores como Gutiérrez Nájera en Méjico, José Asunción Silva en Colombia, Julián del Casal en Cuba, José Martí y Rubén Darío en América toda y España que van más allá de la literatura, sino de un movimiento que ha dado por resultado el actual modernismo, o sea esa sensibilidad del estilo que están impregnados los poetas sucesores del romanticismo a partir de 1830. Ahora bien, lo nuevo es para esta corriente de pensamiento -como reacción a la vieja Europa aristocrática y decadente- esa sensibilidad que vino de América pero nutrida de savia europea, pero donde se ha originado una transformación de la raza originada por la transfusión de la sangre indígena y las condiciones de clima y ambiente. Si bien es Francia la que inspira necesariamente a sus precursores, ellos toman elementos autóctonos para desarrollarlos en territorio americano.[15] Según algunos autores, el modernismo fue inspirado en el simbolismo y decadentismo franceses, en D’Anuncio, en los prerrafaelistas ingleses, aunque la nueva escuela tiene también sus raíces en el idioma y la poesía españoles. Fue un trasplante a éstos de la elegancia y de la belleza formal de la poesía francesa de fines del siglo XIX, Decía Rubén Darío a la sazón: “… Yo hacía todo el daño que me era posible al dogmatismo hispano, al anquilosamiento académico, a la tradición hermosillesca, a lo seudoclásico, a lo seudorromántico, a lo seudorrealista y naturalista, y ponía a mis raros de Francia, de Italia, de Inglaterra, de Rusia, de Escandinavia, de Bélgica y aún de Holanda y Portugal, sobre mi cabeza. Mis compañeros me seguían y me secundaban con denuedo”.[16] Si bien dichos autores fueron los precursores desde lo literario, su influencia fue más allá impregnando las demás artes y la ciencia como lo vemos un siglo después con la obra de Niemeyer. Es que ya la ciudad de Brasilia es una obra de arte en sí, no es necesario a nuestro modo de ver, citar todas las obras del autor en análisis, no es ese el objeto de este trabajo, para ello están los libros especializados y la búsqueda por internet de sus proyectos arquitectónicos . Lo importante, es rescatar la incorporación de las curvas como elemento articulador de toda su arquitectura y el mensaje que transmiten sus obras, especialmente diseñadas para incentivar la comunicación social en espacios colectivos de intercambio., sin alterar el medio ambiente, en más realzándolo como fenómeno de unidad entre la obra del hombre y la naturaleza a través de la generación permanente de emociones visuales. Por ejemplo se sostiene que la casa de la Floresta de Tijuca fue construida en 1953 en vidrio cuyo núcleo central es una gran roca sobre la que se articuló la casa y la piscina. Así, su tejado plano rodeado y acentuado por la forma libre del espacio, tanto su interior como su exterior dialogan con el paisaje de montaña sin alterarlo, al contrario, lo complementan, lo que abona nuestra tesis de que la arquitectura de Niemeyer es una sinfonía que sintetiza naturaleza y arte como expresión del obrar humano.[17] También el aludido creador carioca sostuvo entre otras cosas, que la vivienda debía ser la misma para pobres y ricos -esto no significa igual, sino debía tener ese concepto de belleza sin diferenciar el tipo ni la clase social a quien pertenezca el propietario o morador- y así las viviendas sociales no debían construirse en programas sociales por separado. Así, es la creación de emociones visuales a través del obrar humano aplicado poéticamente a la superación de la vida cotidiana es lo que caracteriza a toda la obra de este gran pensador que revolucionó a arquitectura moderna del siglo XX y desafía a muchos arquitectos de este siglo.[18]
III. Entre la bossa nova y el tropicalísimo La estética de la Bossa Nova se armonizaba con el optimismo que marcò el gobierno desarrollista de Juscelino Kubitschek en su utopía de construir la capital del futuro. La arquitectura de Niemeyer era informada por la misma concepción constructivista que orientaba el concretismo o el neoconcretismos, tanto en las artes plásticas como en la poesía, en el sentido de buscar una integración estética con el mundo de la industria de la comunicación de masas. En el caso brasileño y también el argentino –aunque con mucho menores posibilidades de expresión popular ya que el golpe militar de 1955 frustró muchas expectativas y desarrollos de ese tipo- se buscaba superar el subdesarrollo a través de una postura positiva con relación a la industria y a los medios que permitiese a los artistas intervenir directamente en pro de una transformación de la sociedad[19]. Por ejemplo, los Centros Populares de Cultura de la década de los 60 son un ejemplo de ello, generados con la intención de reunir y promover artistas y pensadores con la idea de transformar la sociedad brasileña de ese entonces. En la Argentina después del segundo gobierno de Perón fueron pocas las posibilidades de expresión popular, salvo el pequeño período de gobiernos constitucionales con un peronismo proscrito, obligaban a los artistas a recluirse en el más entero ostracismo o bien a migrar del país para no ser censurados, perseguidos o encarcelados. Esta situación si bien se repite en casi todo el escenario latinoamericano, entendemos que en el Brasil, los artistas tuvieron un mayor margen de participación en proyectos más que nada culturales. Siguiendo con el desarrollo de los temas a partir de la música, el tropicalismo se desarrolla como movimiento en respuesta al autoritarismo del golpe militar de 1964. Incorpora y “deglute” ritmos universales como el rock, el funk y el reggae incorporando elementos autóctonos como la percusión y el estilo de la bossa nova que confunde voz con instrumento musical. También tiene elementos grandilocuentes del samba canción que lo incorpora y lo mezcla con los ritmos de la actualidad de esa época No olvidar que era la era de la posguerra, el ingreso a otras guerras como la de Vietnam y además el hombre llegaba a la luna. Con la promulgación del Acto Institucional Nro. 5 del 13 de diciembre de 1968, el gobierno militar brasileño endurece su postura en relación a la libertad de expresión, obligando a muchos artistas entre ellos Caetano Veloso y Gilberto Gil a pasar por la prisión para luego exiliarse en Londres, otros migran a Italia como el caso de Chico Buarque de Hollanda, etc. Es que, el tropicalismo es una manera de ver críticamente la sociedad, en especial la brasileña de ese entonces, marcada por el autoritarismo, y en reacción a ello, los músicos tropicalistas se expresan a través de las canciones de protesta. En esa manera de pensar críticamente el arte y la cultura brasileña tenemos poetas como Torcuato Neto y Capinam, músicos de extracción erudita como Rogério Duprat y Julio Medaglia y de extracción popular como Caetano Veloso, Gilberto Gil, Tom Zé y el grupo los Mutantes y artistas plásticos como Rogério Duarte. Se configura como un movimiento que rompe a su vez con la idea de movimiento, incorporando a lo que se consideraba como de extracción nacional los contenidos musicales y artísticos que en ese entonces circulaban por un mundo en constante cambio.[20]
Las canciones tropicalistas convergen en la poètica de Oswald de Andrade, en el sentido modernista de llevarse bien con el pasado y el presente cultural brasileño aunque incorporando los géneros musicales que se manifestaban en ese entonces. Sería en la propia expresión de Oswald en el Manifiesto de Pau Brasil de 1924, lo “mejor de nuestra tradición lírica” y lo “mejor de nuestra tradición moderna”.[21]
Un punto no menor en el periodo que podríamos llamar de tropicalista es el fenómeno de la intertextualidad, es decir esa capacidad de aludir en sus canciones a otros textos poéticos o musicales para fundamentar su propio proyecto estético. Ellos construían sus textos musicales a partir de citas de repertorios de otras músicas de la canción popular. Desde el modelo de contención de la Bossa Nova hasta los efectos grandiosos utilizados por el tropicalismo, no dejaron de impactar positivamente en el mundo artístico cualquiera haya sido la disciplina de la que estemos hablando.
IV.- Mas allá de la música Así como la Bossa Nova y el Tropicalismo, siempre sostenidos en los pilares del samba, incorporaron – a manera de inclusión- todo lo que venía sucediendo en cada época de su aparición casi de manera correlativa, la arquitectura de Oscar Niemeyer agregó a un pensamiento clásico la idea de modernidad, de que el hombre, especialmente el latinoamericano estaba capacitado para diseñar grandes obras inclusive levantar ciudades en el medio de la nada e incorporar las curvas a los diseños rectos o cuadrados sin alterar el medio ambiente o mejor dicho que la arquitectura se funda con el ambiente desde una perspectiva humanista. Y el samba como origen de todos los géneros musicales del Brasil, ha sido la base sobre la cual Oscar Niemeyer construyó todas sus obras, en un marco geográfico como ser los morros sinuosos casi femeninos de la ciudad de Rio de Janeiro, con su bahía de Guanabara que aún impresiona al viajero que llega a dicha ciudad sea de avión o de barco o por vía terrestre. Así, el contraste que provoca la vegetación a simple vista y desde su ingreso a la ciudad maravillosa, sus morros vestidos de mata atlántica y el mar con su color verde esmeralda, provoca tranquilidad al viajero y a su vez alegra las almas trashumantes que la visitan. Las obras meta – arquitectónicas de Oscar, “nadan” en ese universo acuífero, resaltando sus contrastes entre montaña y mar, pero sin alterar el medio ambiente local, al contrario, aquéllas potencian las mejores virtudes del paisaje carioca.
De otra parte, pudimos observar la influencia modernista durante el siglo pasado en todo Latinoamérica e inclusive, Latinoamérica influenciar al resto del mundo con su perspectiva de ver la realidad, tanto desde la música como la arquitectura y el arte en general.
Casi como un sueño premonitorio de lo que después vino a ser la ciudad de Brasilia casi navegando en el medio de la nada, por ello la cita y por ello la vinculación entre este autor, también modernista, y la obra de nuestro querido Oscar Niemeyer.
Del film “A vida é um sopro” conmemorativo de los 100 años de este arquitecto-pensador maravilloso que ultrapasó las fronteras de la arquitectura, trascribimos algunas de sus frases. Decía Oscar en la película de cita con relación a la belleza: “…Beleza é importante. Você vê as pirámides,…uma coisa sem menor sentido, mas sâo tâo bonitas, sâo tâo monumentais que a gente esquece a razâo das pirámides e se admira në? Se você ficar preocupado com a funcâo, fica uma merda.” O por ejemplo , vinculado a la arquitectura europea, Oscar también nos dice: “…Eu me lembro que na Europa, ás vezes eles diziam: O passado arquitetônico de vocês é pobre, é mais portugués do que brasileiro. E eu dizia. Isso é muito bom para nós, porque vocês vivem circulando entre monumentos, e nós estamos livres para fazer hoje o passado de amanhä.” [22]
Sin ser arquitecto y efectuando un análisis poético de la arquitectura en el sentido de efectuar conclusiones a partir de lo que siento al observar un monumento, edificio lo que fuere. Por ejemplo, observo algunas de las obras del colombiano Felipe Uribe que ha transformado la ciudad de Medellín, la fachada del edificio cultural y parque de los deseos tiene mucho de líneas rectas, aunque se destaca los espacios utilizados para la interacción del público , por ejemplo para que los niños jueguen en el agua o bancos giratorios para que la gente pueda mirar al cielo. Si bien son obras que no son similares a las de Niemeyer, rescatan la tradición modernista de interacción entre el hombre y la naturaleza.[23] En igual sentido la obra del español Zaera Polo, rescata el muro cortina inventado por Niemeyer en las viviendas en Carabanchel, España y algunos de sus diseños poseen curvas un poco menos sinuosas que las de las obras de Oscar en el proyecto para la sede de la orquesta de la BBC en Londres. También se destaca como obra de este joven arquitecto, el pabellón español para AICHI de 2005, que tiene forma de colmena.[24] Ya desde otra perspectiva, un punto no menor es la obra de Alejandro Xul Solar en la Argentina, también modernista, quien tenía relaciones con Mario de Andrade y promovía la creación de un idioma que como panlengua tuviera elementos del español y el portugués como el neocriollismo. Si bien a este autor se lo considera el pintor del misterio por la capacidad de inventiva en cada una de sus obras, también incursionó en la lingüística, la escultura, la música y el arte en general. Inspirado en las novelas de Julio Verne, Xul pintaba barcos que volaban sostenidos por globos y accionado por hélices sobre una ciudad a orillas de un mar o río. El cuadro elaborado en el año 1936, tenía dos dimensiones, superior e inferior, en esta última se despliegan los edificios costeros, altas murallas, torres, almenas, etc. Pero el detalle es tan minucioso, que ambas dimensiones se confunden: el barco volador es también una ciudad flotante ya que contiene construcciones acastilladas de varios pisos y el barco posee varias llaves como u juguete a cuerda.[25]
En relación al referido cuadro Xul escribió: “Alguien en Buenos Aires tenía, ya desde varios años algún proyecto en boceto, de una ciudad, digámosla villa, que cualquier día podría presentarse sobre el horizonte, asomarse por entre las nubes, aparecer en cualquier lugar del aire donde no había nada el día antes, es decir una villa que flote, derive o navegue por los aires, una villa volante, una Vuelvilla”[26]
Es que la obra de Oscar Niemeyer, quizás comparable en magnitud a la obra de Alejandro Bustillo en la Argentina, si bien ya fallecido y con un estilo más clásico que el de Niemeyer, con influencia en la Francia del siglo XIX pero con un estilo más austero. Entre las obras de Bustillo se destacan, el proyecto del Banco Torquinst, el Museo Nacional de Bellas Artes, el Banco de la Nación Argentina, la Procuración del Tesoro de la Nación, el edificio de la Secretaría de Informaciones del Estado, el nuevo centro turístico de Bariloche, el actual hotel LLao-LLao, también en la ciudad de Bariloche , el Hotel Provincial de Mar del Plata, una casa de campo estilo “veneciano” en la localidad de Los Cardales, provincia de Buenos Aires, entre otras. Con más de doscientos cincuenta proyectos, aunque sin la proyección internacional de Oscar Niemeyer, Bustillo fallece en 1982 a los 93 años de edad.[27]
Así como Xul Solar pintaba edificios con formas que se acercaban a su ciudad ideal en 1954, de casas sobre agua, con pilotes, escalas, techos, distribución del espacio interior y exterior coronado con banderas que flameaban en una comunidad universal de artistas denominado el Pan Klub, Niemeyer soñaba con espacios en los que la gente pueda encontrarse, no sólo entre si sino con la naturaleza a la que siempre hay que preservar, que sería de Río de Janeiro sin sus montañas o sin la mata atlántica o de Brasilia sin la mata siliar. Es que la problemática de las grandes ciudades, que aparecen con fuerza principalmente en el siglo XX, son la cara más notoria del modernismo, con los problemas que han traido acarreadas como ser la marginación, la soledad, la pérdida de identidad, de la producción en masa, pero también es el terreno de la creatividad y del saber. Por ello, dichas problemáticas pueden ser explicadas por el aporte que hace la estética al estudio de la modernidad. En tal sentido, tanto las obras de Niemeyer como el aporte de otras artes nos sirven para interpretar la modernidad desde una perspectiva artística. De esta manera, algunos autores sostienen que la escena que simboliza el espíritu de la Modernidad, puede ubicarse en 1902, cuando encuentran Lenin y Trotsky en Londres, que resplandecía de progreso, y Trotsky al ver que esa ciudad era la capital del Imperio Británico le dice a Lenin que “Algún día la revolución pulverizará todo esto” Y Lenin, le responde con mayor grandeza, “Algún día la revolución heredará toda esta belleza.” [28] Luego sobrevino la Primera Guerra Mundial, el uso de gases tóxicos y la cantidad de muertos sin sentido que aparecieron como producto de la locura humana. Como correlato de todo ello, las vanguardias –como manifestación más palpable del modernismo-, a diferencia del arte burgués, van a mostrar la contracara de la belleza clásica. Sus figuras van a ser la prostituta, el enfermo, el marginal, el corrupto, los cuerpos mutilados, el trabajador explotado, todo lo que el arte burgués de esa época escondía.[29]
De ahí la idea de que la historia no solamente se aceleraba en sus estructuras productivas, sino también en el campo de las ideas, como en el campo artístico, para constituirse en avanzada en el tránsito de un tiempo a otro.[30] Ya transitando el siglo XXI, entre todas las propuestas, una de ellas puede ser que se realicen más obras de Niemeyer en Latinoamérica, especialmente en la Argentina, a través de la creación de espacios multipropósito, es decir la construcción de edificios que sirvan para fomentar el encuentro de los seres humanos como el pan Klub de Xul Solar o algo similar al Museo de Arte Moderna de Niteroi, que invita a la observación en comunión con la naturaleza y a la participación. Un diseño de Oscar por ejemplo en el delta del Paraná podría ser uno de los mejores regalos de la cultura brasileña al pueblo argentino a los fines de que se conozca aún más el arte latinoamericana.
Aunque si bien el Brasil, se originó desde una cosmovisión insular, aislado del resto de latinoamérica, principalmente por el modo de colonización y su lengua, distinta al español, qué mejor que este siglo nos encuentre más unidos que nunca, tratando de que las culturas se junten aún más sin perder sus particularismos o regionalismos pero asimilándose a la manera brasileña del modernismo, es decir , tomar lo mejor de afuera para incorporarlo a la cultura local , sin alterarla, preservando las raíces de sus más firmes convicciones. En suma, desde la música del Brasil hasta artistas argentinos que han influido en la sociedad del siglo pasado, esperamos que la obra de Niemeyer no quede en el olvido y que tanto sus 100 años como los 50 años de Bossa Nova que se cumplen el próximo 10 de julio de 1958 -si tomamos a dicha fecha como el día en que se grabó el clásico tema “Chega de saudade” de Tom Jobim y Vinicius de Moraes en la voz de Elizeth Cardoso- nos sirvan para reflexionar sobre qué queremos que suceda en el arte, incluida por cierto la arquitectura en los próximos 100 años. A.D.S. 3/2/08.
Fuentes consultadas [1] Cfr. VELOSO, Caetano, Verdad Tropical, Música y Revolución en Brasil, Salamandra, Barcelona, 2004, pág.209.
[2] Cfr. KAZMIERCZAK, Marein, “Estratégias Citogenéticas en Macunaíma de Mario de Andrade”, Universitat Abat Olibaceu, www,hottopos.com/rih9/marcious.htm, en línea, acc. 1/2/08. Para este autor, al trasplantar a Macunaíma de la selva amazónica a la ciudad de Sâo Paulo, este pierde su identidad al querer asimilarse a la cultura citadina, en más, lo que mejor conoce de esta cultura es el funcionamiento de la prostitución y el poder del dinero. Según el autor en comentario, este cambio indicaría que la fusión o la síntesis de las culturas, en realidad, no es más que una utopía.
[3] Cfr. BRAGA, Angela, REGO, Ligia, Tarsila do Amaral, Editora Moderna, São Paulo, Brasil, 2000, pág. 13. [4] Cfr.HARUMI DE PONDE, M., BURIM Silvia, FLORISSI, S., Bem Vindo, SBS Editora, 6ta.ed. Säo Paulo, pág. 192. [5] Cfr. HARUMI, BURIM, FLORISSI, Op.Cit., ibídem. [6] Cfr. HARUMI, BURIM, FLORISSI, Op.Cit., passim. [7] Se sigue en este punto un trabajo de mi autoría “La Música y la Geopolítica. Hacia un Acorde Conclusivo”, Revista Logogrifo, editorial Ala de Cuervo, Venezuela, publicado en el mes de setiembre de 2007, www.logogrifo.com / setiembre de 2007. [8] Recuerdo que mi bisabuela tenía en su pieza la foto del uruguayo Julio Sosa, el “varón del tango” por su voz y por lo que el expresaba simbólicamente. Hasta nuestro días me emociono con esa voz , a más de que al escucharlo me acuerdo de ella, en realidad descendiente de italianos de. Corobraro, un pueblito cerca de Nápoles en el sur de Italia. [9] Si bien no fue un movimiento de tipo social estético o político como si lo fueron el tropicalismo como respuesta a la dictadura brasileña o la Semana de 1922 desde el punto de vista de volver a las raíces del Brasil, la Bossa Nova vino a reflejar un estilo camerístico minimalista donde guitarra y voz se fusionaban en un ritmo sereno, por ejemplo a través de “la batida” de Joao Gilberto pero que reflejaba vitalidadad. Cfr. NAVES CAMBRAIA, Santuza, De Bossa Nova à Tropicàlia, segunda ed. Jorge Zahar Editor, Rio de Janeiro, 2001, pág.8 y ss.
[10] En este tema clásico de la Bossa Nova, Tom Jobim y Newton Mendonça hacen un juego entre la música y el amor, y dicen que “…es un samba hecho con una nota sola, que yo soy la consecuencia inevitable tuya y que va a cantar con mi nota como gusto de ella, y termina diciendo que quien quiere todas las notas, rè ,mi,fa,sol,la ,si, do, se queda sin ninguna, quédese con una nota sola”, un poco dando a entender que el que mucho abarca poco aprieta. La interpretación al español me pertenece. Se aclara que la cita no es textual y se ha tomado una parte de la canción como ejemplo de belleza y progreso imparable que se respiraba en el ambiente en esa época tan especial de la música brasileña. Es que, además de haber aparecido este nuevo tipo de música en un momento de la historia que necesitaba recrearse –después de la II Guerra Mundial y de dos bombas atómicas-, aparecieron una serie de artistas a nivel universal, todos a la vez y en una misma época. [11] Cfr. DE CAMPOS, Augusto, Balance de la Bossa Nova y otras Bossas, Vestales, Buenos Aires, 2006, pàg.62. [12] Se ha seguido en este punto un trabajo de mi autorìa “La Música y la Geopolítica” publicado en la revista Logogrifo de la editorial ala de cuervo de Venezuela en su edición electrónica de setiembre de 2007, cfr. www.logogrifo.com. [13] Cfr. DERCON, Cris, Alma de Samba y Curvas de Cemento, Revista Ñ, Clarín, Buenos Aires, 29 de diciembre de 2007, pág.7.
[14] CAVALCANTI, Lauro, “ Crear emociones visuales”, Revista Ñ, 29/12/07, pàg.7.
[15] Cfr. DARIO, Rubén, Obras Completas, Madris, 1930, Pròlogo ala edición española, pág.12. [16] GUTIERREZ Estrella, SUAREZ CALIMANO, Emilio, Historia de la Literatura Americana y Argentina, Kapelusz, Buenos Aires, novena ed., 1959, pág.435.
[17] Cfr. CAVALCANTI, Lauro, Op. Cit. pág.7.
[18] Cfr. CAVALCANTI, L., Op.Cit. ibídem. [19] Cfr. CAMBRAIA NAVES, Op. Cit., pág.30 .
[20] CAMBRAIA NAVES, Op.Cit., pág. 47.
[21] Cfr. CAMBRAIA NAVES, Op.Cit.pág.49. [22] Cfr. Marcial Fabián, Sacha, “Oscar Niemeyer, a vida é um sorpo”, en www.avidaeumsopro.com.br/pt/niemeyer_depoimentos.php, en línea, página visitada el 1/2/08.
[23] Cfr. CLARIN, Diario de Arquitectura, 29.1.2008, pág. 12. [24] Cfr. CLARIN, Op.Cit. pág.5.
[25] ABÓS, Alvaro, Xul Solar, Pintor del Misterio, Sudamericana, Buenos Aires, 1995. pág. 165.- También se recomienda ver la página web del museo Xul Solar en Buenos Aires, cuya visita es recomendada para todos aquéllos que quieran conocer más sobre el pintor del misterio, www.xulsolar. org.ar
[26] ABÓS, A. , Op. Cit. Ibídem. [27] Cfr. Revista Arquitectura Andina, ed. Nro 4, www.arquitecturaandina.com.ar/revista, página visitada el 30/1/08.
[28] Cfr. CASULLO, Nicolás, FORSTER Ricardo, KAUFMAN, Alejandro, Itinerarios de la Modernidad, Corrientes del pensamiento y tradiciones intelectuales desde la ilustración hasta la posmodernidad, EUDEBA, Buenos Aires, Primera ed., Cuarta reimp., 2006, pág.24.
[29] Cfr. CASULLO, N., FORSTER R., KAUFMAN, A., Op.Cit., pág.71.
[30] Cfr. CASULLO, N., FORSTER, R., KAUFMAN, A., Op. Cit.,pág.67.- |
Abogado, Magíster en Derecho Empresario, egresado de la Escuela de Defensa (Maestría en Defensa Nacional), período 2006-2007, tesis en trámite de aprobación, asesor de planta permanente del Ministerio de Defensa de la República Argentina. Estudiante de portugués, nivel proficiëncia, en la casa do Brasil de Buenos Aires. El presente ensayo fue enviado a la Fundación Oscar Niemeyer de la República Federativa del Brasil y se encuentra en trámite de publicación en la Revista Logogrifo de la Editorial Ala de Cuervo de la República Bolivariana de Venezuela.
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