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Martí y la Defensa de la Naturaleza 
de M. Sc. Miguel Dehesa Remond

“La tierra no es como   muchos piensan, una herencia de nuestros padres. Es cuando menos, un préstamo de nuestros hijos”.

José Martí.

La afectación llevada a cabo por las grandes transnacionales   de la madera en los países subdesarrollados   y que amenazan con   aniquilar   las selvas tropicales   del planeta   y todos los bosques   físicamente comerciales   en poco más de 20 años,   si no se detienen sus máquinas genocidas   , serán las causantes   de la desaparición del entorno ambiental   y del desencadenamiento de desastres naturales   como sequías prolongadas, grandes inundaciones con prolongados períodos lluviosos. A esto hay que añadir las miles de toneladas de dióxido de carbono   por la quema de petróleo   por las grandes industrias, los   millones de automóviles y máquinas   que circulan   en los países desarrollados   y que envenenan, como las grandes industrias el medio ambiente la lenta desaparición de la capa de azono, los problemas del efecto invernadero, fenómenos todos que agudizan   el peligro del cambio climático   convertido ya en una realidad.   

 

Ante tal situación , en el año l992, el compañero Fidel   envió un mensaje a la conferencia de las Naciones Unidas   sobre el medioambiente donde afirmaba:

 

 

"Evidentemente, si nos queremos plantear de verdad la eliminación de los principales problemas ambientales   de   alcance global   en el mundo de hoy , dos son los principales pasos que tendría   que dar la humanidad: Por una parte   lograr la sustitución de la cultura consumista y derrochadora del mundo industrializado y de los sectores de altos ingresos en los países subdesarrollados(…).Por otra parta propiciar un cambio radical   en las condiciones socioeconómicas del tercer mundo y por consiguiente, en las   condiciones de vida de las enormes   masas depauperadas de su población".

                                                                                     Mensaje de Fidel   a la conferencia de la   ONU
                                                                                      Sobre Medio Ambiente y Desarrollo.14 -6-l992

                                                                                                                                                                                                               

Precisamente, mucho antes que Fidel, otro gran revolucionario cubano, José   Martí, había alertado   sobre el peligro de la deforestación delos bosques. Una y otra vez llamó la atención de la humanidad sobre lo que esos fenómenos representaban para los pueblos.   En este trabajo nos proponemos:    

                   
1ro:La gran identificación de Martí con la naturaleza tal y como lo demuestra en su obra escrita.

 

2do.   Demostrar como en fecha tan temprana como fueron   los años finales del siglo XIX, además de denunciar el crimen que se cometía contra la naturaleza   al desmontar sus bosques,   alertaba sobre sus graves consecuencias.

 

No pretendemos hacer un análisis de las doctrinas filosóficas y de las fuentes literarias que Martí   conoció en su juventud , etapa en   que escribiera   más concretamente   sobre filosofía , ideas que aparecen reflejadas en sus cuadernos de apuntos y algunos otros escritos de la etapa de su madurez intelectual. Si trataremos de valorar ,el mensaje que en sus reflexiones sobre el tema de la naturaleza   nos hizo llegar y la defensa que hiciera   de la misma pues con toda seguridad estos estudios y meditacines sobre el tema lo ayudaron a encontrar el fundamento teórico de su concepción humanista de la vida, aunque en el caso de Martí, a la hora de indagar las raíces   de sus ideas siempre es importante aclarar que aunque sus lecturas   en todos los campos del saber fueron muchas y numerosas, no se adhirió a ninguna escuela filosófica, ni ingerió manjar recalentado, como el mismo solía afirmar . De Martí podemos afirmar lo que el mismo dijera del filósofo norteamericano Emerson:

 

"No obedeció a ningún sistema , lo que le parecía acto de ciego y siervo , ni creo ninguno, lo que le parecía   acto de mente flaca, baja y envidiosa. Se sumergió en la naturaleza y surgió de ella   radiante. Se sintió hombre y Dios por serlo. Dijo lo que vió y donde no pudo ver, no dijo. Reveló lo que percibió y veneró   lo que no podía percibir. Miró con ojos propios el universo y habló en lenguaje propio. Fue creador por no querer serlo . Sintió goces divinos   y vivió   en comercio deleitoso y celestial . Conoció la dulzura inefable del éxtasis . No alquiló su mente ni su lengua ni su conciencia. De él . como astro. Surgía luz. En el fue enteramente digno el ser humano".

                                                                                 OC tomo l3 pag. 20 

 

Es precisamente leyendo su trabajo sobre Emerson   que encontramos esta afirmación: 

 

"…la naturaleza inspira, cura, consuela , fortalece y prepara para la virtud al hombre,   y el hombre no se haya completo , ni se revela así mismo , ni ve lo invisible sino en su íntima relación con la naturaleza".

                                                                                 OC tomo l3 p. 25.

 

Y en sus reflexiones de carácter filosófico introduce lo que constituye un principio de su concepción del mundo:

 

"La naturaleza observable es la única fuente de filosofía".

                                                                            OC. Tomo 21   p. 54.

 

Para Martí todo lo existente es naturaleza. Esta visión cósmica de la naturaleza estará presente en aquellas páginas de su quehacer intelectual donde en una u otra forma   se abordan temas de carácter filosófico, no solo en sus ensayos, en su poesía, en sus versos sencillos, en sus trabajos periodísticos, en sus meditaciones íntimas. Toda su creación artística es un canto a la naturaleza.   

  

Por eso concebía el arte como la recreación de la naturaleza por el hombre. Ella es ilímite y el hombre siente afán por lo infinito, por lo grandioso. Todo empieza en la naturaleza   y termina en ella. La naturaleza le acompañará siempre. A través de los bosques húmedos , a las montañas más altas, a los ríos turbulentos, al remanso tranquilo y silencioso. Al arroyo cenagoso, al murmullo de la sierra, a los profundos   e inconmensurables   espacios   que ocupan las estrellas. El hombre en contacto con la naturaleza   gana conciencia de que forma parte de ella. "La naturaleza inspira", diría en mas de una oportunidad, y en otra añadiría: "Y el hombre no se halla completo, ni se rebela así mismo, ni ve lo invisible sino en íntima relación con la naturaleza".

 

El hombre pertenece a la naturaleza , de donde viene y es por eso que separar al hombre de la naturaleza es un crimen monstruoso. La naturaleza nos crea, formamos parte de ella, de ese universo del cual somos su resumen, la síntesis de todo lo que hay en ella. De la naturaleza somos lo singular. De la naturaleza somos lo general . El hombre es el universo porque el universo está en el hombre. Uno en lo diverso . Lo diverso en uno. El hombre es el amor. El hombre es el verso ¿Qué es la naturaleza?   Martí responde:

 

“El pino agreste. El viejo roble. El bravo mar. Los ríos que van al mar como a la eternidad vamos los hombre. La naturaleza es el rayo de luz que penetra las nubes y se hace arco iris, el espíritu humano que se acerca y se eleva con las nubes del alma, y se hace bienaventurado . Naturaleza es todo lo que existe, en toda forma, espíritus y cuerpos, corrientes esclavas en su cauce, raíces esclavas en la tierra, pies esclavos como las raíces, almas menos esclavas que los pies. El misterioso mundo íntimo, el maravilloso mundo externo , cuanto es de deforme y luminoso u oscuro, cercano o lejano, vasto o raquítico, licuoso o terroso, regular , todo medido, todo   menos el cielo y el alma de los hombres, es naturaleza".    

                                                                                       OC. Tomo l9   pag.328.

 

Con tal concepto de la naturaleza, no puede extrañarnos que sea uno de los primeros pensadores que sentara las bases de la ecología moderna.

 

Para Martí, la naturaleza influye en el hombre, pero a su vez el hombre   influye en la naturaleza. Es el hombre   el que hace que la naturaleza esté alegre o triste, elocuente o muda   ausente o presente. Está la constante   “relación naturaleza   hombre cuyo conocimiento da a la vida un nuevo saber   y priva a la tristeza de buena parte de su veneno y amargura “.

                                                                                       OC. Tomo 23.   P. 328

 

Esta relación   hombre naturaleza , no e una relación pasiva, meramente contemplativa. El hombre transforma la naturaleza paralelamente a como la naturaleza transforma al hombre.

 

El hombre transforma a la naturaleza como únicamente lo puede hacer, en forma creativa. No es la destrucción de la naturaleza ,   es su transformación.   Transformar a la naturaleza es multiplicarla.   Destruir a la naturaleza es destruir al hombre. La naturaleza solo es posible transformarla a través del trabajo.

 

“El hombre crece con el trabajo que sale de sus manos. Es fácil ver como se depaupera y envilece a las pocas generaciones la gente   ociosa hasta que son meras vejiguillas de barro, con extremidades finas   que cubre de perfumes suaves y de botines de charol, mientras que el que debe su bienestar al trabajo   o ha ocupado su vida en crear y en trasformar fuerzas   y en emplear las propias, tiene el ojo alegre, la palabra pintoresca y profunda , las espaldas anchas y la mano segura. Se ve que son esos los que hacen el mundo “.

                                                                   OC.   Tomo 8.   P.285.

 

“…la naturaleza no es más que un inmenso laboratorio en el cual nada se pierde, en donde los cuerpos se descomponen, y libres sus elementos vuelven a mezclarse , confundirse y componerse, pudiendo , en el transcurso de los siglos, que son instantes en la vida del mundo, volver a su antiguo ser , a colmar los vacios   que el hombre haya causado , por otra parte imperceptibles   en los inconmensurables depósitos del globo”.

                                                                           OC: tomo 8 p. l87

 

¡Cómo disfruta de la naturaleza! Es como si solamente ella. La naturaleza calmara su sed de belleza. Quien haya leído sus versos sencillos vera   surgir la naturaleza en cada uno de sus poemas. Le acogerá la sombra de un árbol después de cada estrofa. Le besara una flor después de cada verso. Será un remanso al terminar el libro. La naturaleza forma parte de su intimidad, de su yo, de su mundo.   Así   en la poesía     número 2 de sus versos sencillos:

 

Yo se de Egipto y Nigricia,         o de la poesía no. 3 Denle al vano el oro tierno

De Persia   y de Jenofonte                                      que arde y brilla en el crisol,

Y prefiero la caricia                                               A mi denme el bosque eterno

Del aire fresco del monte.                                      Cuando rompe en él , el sol.                              

Todo para decirle al viejo   obispo de España:

¡Díganle al obispo ciego.

al viejo obispo de España

Que venga, que venga luego,

A mi templo, a la montaña.

 

No es posible dejar de mencionar, aunque solo sea como muestra, en los versos libres, en su poesía "Yugo y Estrella" aquel planteamiento, donde está plasmada en forma poética las dos leyes más importantes de la teoría de la evolución. ¨:

 

De mi y de la creación suma y reflejo

Pez que en ave y corcel y hombre se torna,

Mira estas dos que con dolor te brindo,

Insignias de la vida,   ve y escoge.

 

Ahí están la filogenética y la ontogenética. Ahí está la teoría de la evolución.

 

Martí, que ama a la naturaleza, que prefiere lo natural a lo artificial, observa como el hombre maltrata la naturaleza, la destruye, la convierte en humo y sal. Y ya entonces (segunda mitad del siglo XIX) alerta . Y afirma que la naturaleza no recibe en calma el maltrato que recibe de sus hijos. El hombre sentado en el trono de la ciencia, creyó tener poder sobre la naturaleza, ponerla de rodillas, hacerse servir de la madre que le dio la vida. Represó sus ríos, robó espacios a sus mares, miró desafiante sus espacios inmensos y lo que es peor, quiso destruir, talando y quemando sus bosques y selvas. Ella que enseña modestia y sencillez, que no tiene celos ni envidia, que no es egoísta y brinda a manos llenas sus frutos, al sentirse vejada, perseguida, se revolvió en el espacio infinito y herida se vuelve contra el agresor:

 

“Se vuelve hacia el hombre y como el tigre al cazador de un golpe de grifo lo desfibra y aplasta   y gruñe y tiende.”.

                                                                                OC.   Tomo l0   p. 24-

 

Seguimos parafraseando a Martí que plantea que hoy( parecen palabras dichas en pleno siglo XXI) la naturaleza , exige el espacio que se le ha robado al mar, el tiempo perdido, libertad para sus ríos, exige los bosques y selvas que han desaparecido y como cronos, devora a sus hijos que quisieron sentarse a su trono. Es así, que en época tan temprana como el año l883 alertaba:

 

“He aquí una cuestión vital para la prosperidad de nuestras tierras. El mantenimiento de nuestras riquezas agrícolas.   (…)La cuestión vital de la que hablamos es esta. La conservación de los bosques, donde exista. , El mejoramiento de ellos, donde existan mal., su creación donde no existan.(…) Comarcas sin árboles, es pobre. Ciudad sin árboles es malsana. Terrenos sin árboles, llama poca lluvia y da frutos violentos(…)   Hay que cuidar de reponer las maderas que se cortan para que la herencia quede siempre en flor y los frutos del país solicitado estén señalados como buen país productor.”

                                                                           OC. Tomo 8 p. 303.

 

Y en otro artículo, vuelve sobre el tema, describe los resultados de la tala inmisericorde de árboles:

“Ellos,( los bosques)hacían en otros tiempos fertilísimas y saludables regiones enteras,que hoy vuélvense   estériles e insalubres,   y otras donde la facilidad de los riegos en los ardientes veranos constituían una perenne fuente de riqueza, ya se ven disminuir y a veces secarse antiquísimos manantiales al propio tiempo que los ríos y torrentes desbordantes truecan en su momento, algunas de nuestras mas ricas y fértiles comarcas en áridos arenales.

 

"La masa de árboles favorece la lluvia, dan humedad al aire, evitan que la tomen de las plantas agrícolas y la agoten, sujetan las tierras y las aguas, evitan los hundimientos, los arrastres, las inundaciones y los torrentes, dan frescura al suelo y permiten asi que crezcan buenos pastos.(…)son, en una palabra los arboles además de un gran elemento de riqueza, los mejores amigos de la agricultura y la ganadería"  

                                                                           OC .Tomo 8. p. 307                                                          

 

Esa   era su concepción de la naturaleza y que reflejara   en sus versos. En sus discursos, en sus ensayos. De sus versos, y a manera de ejemplicar lo que afirmamos es interesante,   es interesante realizar el estudio de uno de sus poemas de los versos sencillos. Se trata del poema número XXX   donde en cada estrofa en que va describiendo los hechos que narra, lo enmarca en una visión correspondiente de la naturaleza. Veamos:

                                               El rayo surca sangriento,

                                                 El lóbrego nubarrón,

                                             Echa el barco, ciento a ciento                                 

                                             Los negros por el portón.

 

Obsérvese. En los dos primeros versos se describe el entorno. Los dos versos siguientes   se expone el hecho social   que se quiere describir. Y así continua:

                    El viento, fiero. quebraba  

                    Los almácigos copudos.,

                     Andaba la hilera andaba ,

                     De los esclavos desnudos.

 

                     El temporal sacudía

                     Los barracones henchidos.,

                     Una madre con su cria,  

                     Pasaba dando alarido.

 

                     Rojo como en el desierto

                     Salió el sol al horizonte.,

                     Y alumbró a un esclavo muerto

                     Colgado al ceibo del monte.

 

                     Un niño lo vio., tembló

                     De pasión por los que gimen.,

                     ¡y   al pie del muerto,   juró

                     Lavar con su sangre el crimen.

 

Obsérvese la estructura del poema: En cada estrofa. En los dos primeros versos, nos describe el cuadro que nos brinda la naturaleza ., en los dos últimos y en correspondencia con los dos primeros y sirviendo de marco al drama humano que describe, la tragedia de la esclavitud.

 

En su discurso “Con todos y para el bien de todos”, en uno de los momentos más emotivos de su intervención, la naturaleza le vuelve a servir de fondo para objetivizar lo que su pensamiento quiere expresar:

“Es el sueño mío, es el sueño de todos., las palmas son novias que esperan y hemos de poner la justicia, tan altas como las palmas. “

                                                                  OC.   Tomo 4.   P.   273

 

Pero esta forma de identificar a la naturaleza con sus más profundos sentimientos lo veremos reflejado, mas que en ningún otro en su discurso del 27 de noviembre de l89l y que todos conocemos como el discurso de “Los Pinos Nuevos”   Aquella noche inolvidable como la calificara nuestro apóstol , después de describir con un lirismo   que va mucho más allá de la prosa poética. Es toda una creación de arte literario donde describe   como se va tejiendo el alma de la patria, para cerrar aquella plegaria dedicada a sus hermanos muertos donde los asesinos enseñaron a odiar el crimen aquel día nefasto del 27 de noviembre, en que bajaron a sus tumbas los ocho asesinados con un maravilloso boceto de la naturaleza que habría de eternizar a los muertos sublimes:

 

“Cantemos hoy, ante la tumba inolvidable, el himno de la vida. Ayer lo oí a la misma tierra , cuando, venía, por lla tarde hosca, a este pueblo fiel. Era el paisaje húmedo y negruzco, corría turbulento el arroyo cenagoso., las cañas, pocas y mustias   no mecían su verdor   quejosamente, como aquellas queridas por donde piden redención los que la fecundaron con su muerte, sino se entraban, ásperas e hirsutas, como puñales extranjeros, por el corazón., y en lo alto de las nubes desgarradas, un pino desafiando la tempestad, erguía entero su copa. Rompió de pronto el sol sobre un claro del bosque, y allí ,    al centelleo de la luz súbita   vi por sobre   las yerbas   amarillentas erguirse, en torno al tronco negro   de los pinos caídos, los racimos gozosos de los pinos nuevos:   “Eso somos   nosotros: pinos nuevos. “

                                                                     OC: tomo 4.   P.   286.

 

  era el paisaje que su visión grabara en su mente la tarde   en que se dirigía hacia aquel pueblo   repleto de obreros, de combatientes, de patriotas, aquel pueblo ansioso de volver a la tierra que los viera nacer y donde descansaba sus antepasados. Pero no seríamos justo si redujéramos las palabras de Martí en su relación con   la naturaleza a este último párrafo del discurso. En Aquel discurso del 27 de noviembre de l89l , Martí acudiría a la naturaleza para expresar, no solo un estado anímico, sino para sembrar en la multitud de cubanos que le escuchaban la semilla de amor a la historia glorioso de la patria y a los héroes caídos por su dignidad y honor, la semilla de consideración y respeto hacia el   enemigo que podemos convertir en amigo porque “ no quiere llamarse   hermano de los asesinos, la semilla de la unidad y el de enfrentar con decisión y valor los combates que estaban por venir. Así diría:

 

“…afuera de esas puertas repletas, viene la ola de un pueblo que manda. ¡Así el sol   después de la sombra de la noche levanta por el horizonte   su copa de oro.”

                                                                                   OC.   Tomo 4.   P. 203.

 

La muerte no aflige.   La muerte fructifica la vida en la tumba. Ella es la almohada y la levadura de la vida. Como afirmara Martí entonces:

 

“La mañana después de la tormenta., por la cuenca del árbol desarraigado echa la tierra fuente de frescura, y es más alegre el verde de los árboles, y el aire está lleno de banderas y el cielo es un dosel de gloria azul, y se inundan los pechos de los hombres de una titánica alegría. Allá sobre los depósitos de la muerte, aletea, como redimiéndose, y se pierde   por lo alto de los aires,   la luz que surge invicta de la    podredumbre. La amapola más roja y más leve   crece sobre las tumbas desatendidas. El   árbol de mejor fruto, tiene debajo un muerto.”.

                                                                                      OC: tomo   4.   P. 285

 

Podríamos afirmar que Martí acudía   a esas imágenes de la naturaleza   para hacerse entender mejor. “Todos entendemos su lenguaje”. Además de existir una concepción donde hombre y naturaleza forman una unidad. “El hombre no se halla completo, ni se eleva así mismo, ni ve lo invisible, sino en su íntima relación con la naturaleza.”

 

Elementos como los que ya hemos citado más arriba   se repetirán   no solo en sus discursos, sino en otros muchos trabajos que explican su cosmovisión del mundo:

 

“Donde yo encuentro poesía mayor es en los libros de ciencia, en la vida del mundo, en el orden del mundo, en el fondo del mar, en la verdad y música del árbol y su fuerza y amores , en lo alto del cielo, con su familia de estrellas,_ y en la unidad del universo que encierra tantas cosas diferentes, y es todo uno, y reposa en la luz   de la noche del trabajo productivo del día. Es hermoso asomarse a un colgadizo, y ver vivir al mundo., verlo nacer ,cambiar, mejorar,   y aprender en esa majestad continua el gusto de la verdad y el desden de la riqueza y la soberbia a que se sacrifica y lo sacrifica todo, la gente inferior e inútil.”

                                                                                       C.   tomo 20.   P.   2l8.

 

Donde encontraremos la   plena identificación entre su naturaleza como hombre y la naturaleza que lo crea. Entre su mundo subjetivo y el mundo objetivo que lo rodea, entre la raíz y las flores que alimenta será cuando pise suelo cubano después de tantos años de ausencia. La carta que escribe a   los seres queridos que ha dejado en los Estados Unidos así lo reflejan.   En carta a Gonzalo de Quesada habrá de confesarle:

 

“Hasta hoy, no me he sentido hombre. He vivido avergonzado, y   arrastrado la cadena de mi patria toda mi vida. La divina claridad del alma aligera el cuerpo. Este reposo y bienestar   explican la constancia con que los hombres se ofrecen al sacrificio.”

                                                                                        OC. Tomo 4   p.   l24.

Y en Carta a Carmen Miyares :

“Es muy grande Carmita mi felicidad, sin ilusión alguna de mis sentidos, ni pensamiento excesivo en mi propio, ni alegría egoísta y pueril. Puedo decirte que llegué al fin a mi plena naturaleza y que el amor que en mis paisanos veo, en la naturaleza a que nuestro valor nos da derecho, me embriaga de dicha, con dulce embriaguez. Solo la luz es comparable a mi felicidad.

                                                                                             OC: Tomo 20. P.   223.

Y en el diario de campaña escribiría:

“…La luna asoma roja, bajo una nube arribamos a una playa de piedra, ( La playita de Cajobabo. Me   quedo en el bote, el último, vaciándolo. Dicha Grande.”.

                                                                                             OC: Tomo l9.   P.   2l5.

 

Es que el Diario de Campaña, “De Cabo Haitiano a Dos Ríos”, asistimos a la total identificación   del hombre con la naturaleza. Es el estado anímico de Martí interactuando con el medio natural   que le dio vida.   El Cauto no es un río más de la geografía cubana. El Cauto es el río amado: “De nuevo reverancia, se hincha el pecho   y cariño   poderoso ante el basto paisaje del Río Amado”.   Y no puede evitar repetir la frase del general Gómez : “ ¡Ah Cauto!   ¡Cuánto tiempo sin verte!” . Y otra vez vuelve a dibujar   con sus palabras la corriente del río: “ Allí volví a ver, de pronto, a la llegada, el Cauto, que ya   venía crecido, con su curso hecho en lo hondo, el basto declive d los barrancos, y pensé de pronto, ante aquella hermosura, en las pasiones bajas y feroces de los hombres.” Mayo l0.                                                                                         

OC. Tomo l9. P. 237.

 

Las montañas se abren a sus pupilas llenando de admiración al hombre que deja correr la pluma para describir los montes   “cerrados, tetudos, picudos” con otros montes   “plegados a todo alrededor y al sur del mar.”

 

Al medio día, marchamos loma arriba,   río al muslo. Bello y ligero, bosques de pomarrosa, naranjas y caimitos, por abras tupidas y mangales sin frutas. Llegamos a un rincón de palmas y al fondo dos montes bellísimos.

                                                                                  Abril l6.   OC. Tomo l9.   P. 2l7.

 

Causa admiración ver con que minuciosidad   describe la naturaleza cubana. Cuantos detalles y minúsculos   hechos que no escapan a su observación y que descubriendo y escrutando en su trayecto: el arroyo o el rio, el arbusto o el bosque, la montaña yo el bosque. A cada planta le dedica el calificativo adecuado:   L naranja de China, el café cimarrón, el bosque de jigüeras, verdes, puyadas, el tronco desnudo o el tramo ralo. Hoy vio la yaguama, la hoja fénica que estanca la sangre y con su mera sombra beneficia al herido: “machuque bien   las hojas y métalas en la herida, que la sangre se seca”.    La sabina, olorosa como el cedro, de saboar y eficacia medicinal.   _El aguardiante. - …que el te de yagruma.- de la hoja grande de la yagruma,´- es bueno para el asma.

 

¿De dónde, cómo aprendió tantas cosas, este aprendiz de brujo?.   Ello significa , que durante todo el camino, con el jolongo a la espalda y el rifle   al hombro iba captando las maravillas de la naturaleza cubana, preguntaba,   aprendía , actuaba , se regocijaba.

 

El diario de Martí,   de Cabo Haitiano a Dos Ríos, está   la espiritualidad de un hombre, su intimidad, su yo , su verdadera naturaleza: “ …! Qué extraño poder   hay   en toda naturaleza humana para elevarse, como sin esfuerzo, y a la mirada   natural, a la más grande altura.¡”.OC. tomo 21. P. l83.

    

Es importante, para medir la importancia que tiene el estudio de estos diarios hacer referencia a un hecho que registra Martí en el diario de Montecristi a Cabo Haitiano el 4 de marzo de aquel año de l895. Aparece descrito en forma poética, pero muy sintético, lo ocurrido aquella madrugada.   Demostrativo del estado interior que vivía el apóstol en aquellos días   iniciales de la lucha por la independencia, cuyos combates ya se habían reanudado en Cuba desde el 24 de febrero. Dice así el diario :

 

4 de marzo

Y abrí   los ojos en la lancha al canto del mar. El mar cantaba. Del Cabo salimos con nubarrón y viento fuerte, a la diez de la noche., y ahora a la madrugada, el mar cantando. El patrón se endereza, y oye erguido, con una mano en la tabla y otra en el corazón: el timonel deja el timón a medio ir: “Bonito eso”: “ Eso es lo más bonito que yo haya oído en este mundo”:   “ Dos veces no más en toda mi vida he oído yo esto bonito”. Y luego se echa a reír: que los vaudous, los hechiceros haitianos, sabrán lo que eso es: que hoy es día de biaile vaudou,   en el fondo de la mar, y ya lo sabrán ahora los hombre de la tierra. Que aalá abajo ya estarán haciendo los hechiceros sus encantos. La larga música , extensa y afinada, es como el son unido de una tumultuosa orquesta de campana de platino. Vibra igual y seguro el eco resonante. Como en ropa de música se siente envuelto el cuerpo. Cantó el mar una hora, -más de una hora.-   La lanche piafa y se hunde, rumbo a Montecristi.

 

El que este trabajo escribe , siendo adolecente   leía y volvía a leer   este día 4 de marzo   , en que Martí, en horas de la madrugada oyó cantar el mar , tan armoniosamente que parecía “ el son unido   de una tumultuosa orquesta de campanas de platino”   y pone en labios de quienes la escuchaban la expresión “Eso es lo más bonito que yo haya oído en este mundo”. Y me preguntaba, ¿ Será este pasaje obra de la imaginación poética de Martí?. Y entonces recordaba un pasaje de la epopeya Odiseo en la qu3e Homero hace referencia al canto de las sirenas. En este fragmento de la obra, Circe toma de la mano a    Odiseo´, y le dice.”Ahora escucha lo que voy a decirte te lo hará recordar un Dios.   Tendreís   que pasar primero,   cerca de las sirenas, (se refería a tres hermanas ninfas, de voz melodiosa y destreza incomparable para tañer la lira y cantar), que encantan a cuantos hombres se le acercan. ¡Loco será quien se detenga a escuchar sus cánticos! Pues nunca festejarán su mujer y sus hijos su regreso al hogar!. Las sirenas los encantarán   con sus frescas voces. La pradera a donde habitan   tienen a su alrededor   una orilla blanqueada por los huesos de los hombres cuyas carnes se pudrieron…Para sin detenerte después de taponear   con blanda cera las orejas de tus compañeros, ¡Qué ni uno solo las oiga! . Tú, solo en la nave puedes oírlas si quieres, pero con los pies y las manos atadas (…). Hazte amarrar al mástil para saborear el placer de oír su   canción.

 

Algún tiempo después pude aclarar   lo que escribe Martí esta madrugada del 4 de marzo gracias a un trabajo de la profesora Hortensia Pichardo titulado Martí y la Naturaleza y que mi memoria tratará de reproducir. No fue un sueño ni una fantasía poética. Fue cierto. Aquella madrugada el mar cantó. Según cuentan los cartógrafos existen en las Antillas lo que ellos llaman “los bajos roncadores “, descritos por el varón   A. Humbolt en su ensayo sobre la isla de Cuba.Cuando se produce la marea alta, entra el mar en la hendidura de las   rocas y en las numerosas cavernas que existen en la zona por donde navegaba Martí esa madrugada, las aguas del mar, al entrar en las cavernas   comprimen el aire y lo hace salir   con un ruido extraordinario. Son decenas de cavernas emitiendo notas musicales al mismo tiempo en el silencio de la noche y que explica   el fenómeno de los bajos roncadores tan conocido por los navegantes que van desde Jamaica   hasta la desembocadura del río San Juan en Nicaragua. Ese fue el coro de voces que escucho Martí   aquella madrugada. Ese fue el canto bonito que escuchó junto al capitán y el timonel del barco por mas de una hora, mientras el barco se hundía y emergía,   rítmicamente,   en su camino rumbo a   Cabo Haitiano. Y seguramente la explicación del misterioso canto de las sirenas que escuchaban los navegantes de la antigua Grecia en su camino al Ática.  

 

¡Qué hermoso el canto del mar.¡

¡Qué hermoso el canto de la selva!

Es el canto de la naturaleza.  

                                                                                                                                            

  ¡Qué hermoso es el canto del hombre cuando canta a la naturaleza!  

Aquella noche del l8 de abril martí canto al misterio de la soledad y el silencio. Está escrito. Hoy leemos esta página y nos percatamos que en ella va unida   al canto del mar, el canto de la selva:

“…La noche bella no deja dormir. Silba el grillo., el lagartijo quiquiquea y su coro le responde: aún se ve entre las sombras, que el monte es de cupey y de paguá, la palma corta y espinada., vuelan despacio, en torno,   las animitas, entre los nidos estridentes, oigo la música de la selva, compuesta y suave, como de finísimos violines., la música ondes, se enlaza y desata, abre el ala y se posa, titila   y se eleva, siempre sutil y mínima- es la miríada del son fluído: ¿ Qué alas rozan las hojas?. ¿Qué violin diminuto , y oleadas de violines, sacan son, y alma a las hojas?.   

 

¿Qué danza de almas de hojas?

¿Será revelación   o misterio?

Quien sabe. Ya él no podrá contestar.

Allá, junto al rio amado.

Allá, entre las montañas ásperas y tetudas.

Allá, bajo los árboles.

Allá, bajo las piedras del monte, dejó su vida.

Mejor aún, nos dejó su vida.

 

Bibliografía:

 

Aguirre,   Mirta : Los principios estéticos e ideológicos de José Martí, Centro de Estudios Martianos. La Habana.      

Arias, Salvador: Acerca de LA Edad de Oro. Centro de Estudios Martianos. Ed.   Letras Cubanas. La   Habana.

Castro, Fidel: El mas genial y el mas universal de los políticos cubanos. Discurso. Tomado del libro El autor intelectual. Ed. Política. La Habana.

Diccionario Filosófico: Ed. Progreso, Moscú.

García ,   Marrúz,   Pina: Diarios de José Martí. Ed.   Libro cubano La Habana.

Homero: LA IIíada   y LA Odisea, Madrid, 1967.

JImenez Grullón : La Filosofía de José Martí. Departamento de relaciones culturales. Universidad Central de Las Villas.

Marti, Jose:Obras Completas.Ed.de Ciencias Sociales. La Habana. 27T.

Mella, Julio : Glosas al pensamiento de José Martí. En siete enfoques marxistas. Ed. Política.   La Habana.

Pichardo, Hortensia: José Martí, lectura para jóvenes. Ed. Gente Nueva. La Habana.

Pupo, Rigoberto: Aprehensión martiana de Juan Marinello. ED. Academia, LA Habana.

Rodriguez, Rolando: A caballo y con el sol en la frente. Ed.de ciencias sociales. LA Habana.

Toledo Sande, Luis: Cesto de llamas, biografía de José Martí, ED.de ciencias sociales. LA Habana.

Vitier, Cintio: ese sol del mundo moral. Ed. Unión.

Vitier, Medardo: Martí, estudio integral. Publicaciones de la organizadora de los actos y ediciones y del monumento a José Martí. La Habana.        

M. Sc. Miguel Dehesa Remond

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