La espada de Damocles
poema de Ramiro de Casasbellas

Al abrir la puerta, tu lejanía me golpeará el rostro con una fuerza insistente y desconocida.

Para olvidarte será suficiente iluminar la habitación donde dejo resbalar mi rutina, limpiar las manchas que tu voz ha dejado en mis ropas. O si fuera posible, reuniendo nuestras horas más felices, habilitar una ventana sobre mi desorden, tan necesario como inútil.

La calle intolerable se detiene a veces permitiendo el golpe mágico del día:

es cuando salgo, vencido, o merodear el peligro de encontrarte, sosteniendo la fría estatura de mi constante inconstancia.

Más tarde, de vuelta de esos parajes irremediables, comprenderé que ni siquiera puedo engañarme, que tu recuerdo cuelga siempre sobre mí desordenándome alevosamente.

Ir a página inicio

Ir a índice de poesía

Ir a índice de Ramiro de Casasbellas

Ir a índice de autores