Elogio a la locura |
A Miguel Barco, in memoriam. |
El amarillo cadmio se esparce estridente sobre el lienzo. Un rostro desdibujado se desparrama como pisada sobre el vacío sin dejar huella que lo identifique o simplemente le recuerde. La sonrisa retorcida me asalta desde el cuadro, manos oscuras se extienden invitándome al saludo, al diálogo silente. El Gran Hermano nos vigila Miguel. Nunca lo olvides. |
©
René Dayre Abella
renedayre@gmail.com
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