Utilidades
del método genealógico y su aplicación en un pueblo posnahua de México Luis Guillermo Davinson Pacheco |
Introducción
El
presente artículo tiene por objetivo mostrar al lector la utilidad y
aplicación del método genealógico como herramienta de recolección de
información, representación y análisis de distintos procesos sociales
que se viven en una comunidad. El método es utilizado durante el trabajo
de campo para recolectar y organizar los datos de tal manera que
posibiliten posteriormente una vasta red de aplicaciones. El artículo se encuentra estructurado de
la siguiente manera: en una sección inicial desarrollamos un breve
recorrido histórico que muestra los orígenes científicos del método. A
continuación referimos al lector algunas consideraciones técnicas sobre
la simbología utilizada para la representación de los distintos niveles
de información. Por último, ilustramos la viabilidad del método con un
ejemplo específico de una investigación desarrollada en México1,
uno de cuyos objetivos era determinar con exactitud los orígenes y
pormenores de la actividad textil en el pueblo de San Felipe Cuauhtenco,
Tlaxcala. En
la parte final del artículo ilustramos al lector acerca de algunas normas
convencionales sobre la representación grafica de las genealogías
utilizadas en el campo antropológico. A ello sumamos el apunte de algunas
consideraciones sobre características técnicas que ciertos programas
computacionales genealógicos en versiones comerciales deben contemplar
para sistematizar la información. Los
inicios del método genealógico: vigencia y principales características Podemos
definir el método genealógico
como el procedimiento técnico por el cual un investigador efectúa,
mediante entrevista, una recolección de ciertos datos sobre los
integrantes -tanto ascendientes como descendientes- de una o más familias
y efectúa después el procesamiento y análisis de esa información. Todo
ello lo expresa gráficamente en un documento denominado genealogía que muestra las conexiones familiares entre los
diferentes sujetos entrevistados. Este documento se erige en representación
gráfica de una situación social e histórica determinada, lo que
posibilita dar una visión de conjunto mostrando a sus miembros
distribuidos en generaciones y relacionados con algún tema especifico. En
la actualidad es posible presentar este documento mediante diversos
programas computacionales, que permiten mayor rapidez y despliegue de los
distintos datos; no obstante, conociendo las convenciones internacionales
para su construcción es posible graficarlo partiendo del relato de algún
miembro específico de la familia seleccionada. Si la recolección de los datos es suficientemente prolija, muestra con
exactitud el sexo de las personas, sus relaciones de unión conyugal,
filial y de hermandad y aún parentescos más alejados, sumados a aquellos
datos específicos que el investigador desea indagar en particular. En
la gráfica se emplean símbolos específicos para relacionar la información
recopilada. De esta forma, para indicar
el sexo de los sujetos se utiliza un triángulo
para el caso de los hombres y un círculo
para el de las mujeres. Triángulos y círculos son unidos por líneas. El
tipo de líneas que liga a todos ellos permite visualizar con facilidad el
tipo de parentesco que une a los sujetos. También se muestra la forma
correcta de numerar las generaciones, consignando para ello un número
romano situado siempre a la izquierda de la generación correspondiente, y
a cada individuo dentro de una generación mediante un número arábigo
ubicado bajo del símbolo de esa persona. Esto es de gran utilidad, pues
si uno desea referirse a una persona determinada (por ejemplo, en una
publicación) pueden señalarse fácilmente tanto en la gráfica como en
el análisis. El
despliegue de estas relaciones recibe el nombre de árboles, sean éstos de descendencia o ascendencia respecto al
sujeto sobre el cual se está construyendo el conjunto de relaciones. Según la disciplina científica que maneje el método,
los registros asumidos convencionalmente para esos efectos podrán ser
distintos. Ciertamente, la asociación
del origen científico del método con la antropología hizo que muchas de
sus aplicaciones tuvieran lugar en el campo de los estudios de parentesco.
Murdock (1994), en su Guía para la
clasificación de datos culturales, señala en el código 601
“terminología de parentesco” y la necesidad de utilizar los
“cuadros genealógicos” (Murdock 1994:110) en los análisis. Con
respecto a sus orígenes, Montórfano (2002) proporciona algunos
antecedentes históricos que aseguran que la práctica genealógica es tan
antigua como universal. Las culturas Incas y Mayas guardaban las genealogías
de sus gobernantes. En otro orden, los textos evangélicos, en los que se
hace constar el árbol de la familia de Jesucristo, constituyen una clara
muestra de la importancia que tuvo la genealogía para los hebreos, algo
que sucedió también con los babilonios, griegos, romanos y muchos otros
pueblos. Las culturas asiáticas, como la china y la japonesa, han
otorgado también gran importancia a los orígenes familiares. El
emperador de Japón es un vivo ejemplo de una dinastía que se ha sucedido
sin interrupción durante casi 2.000 años y los registros permiten
constatar tal hecho. Para los árabes, la genealogía ha sido fundamental
para determinar la descendencia del profeta Mahoma. Se puede afirmar que el movimiento genealógico
comenzó en Europa occidental en el siglo XVI, cuando aparecieron los
registros donde están apuntados tanto los individuos destacados como las
personas comunes del pueblo. Estos registros coincidieron con la aparición
de la monarquía en algunos países, y fueron ellos quienes insistieron en
realizar registros veraces; la finalidad era poder cobrar impuestos y,
además, ostentar honorables árboles genealógicos. Entre el año 422 y
1000 constituye el periodo oscuro de la Historia, donde la documentación
escrita que la atestigua es mínima, y lo poco que fue escrito lo
registraron los monjes irlandeses. Nada fue destinado a la vida diaria y
menos al registro de familias de esa región. Aunque hay escritos en
Francia y España anteriores a la época oscura, no es literatura que
contenga evidencias para realizar aportes a la genealogía. Ocurrió
también que nobles y reyes deseaban a cualquier precio mostrar una relación
de sangre con los personajes mitológicos y admirables. Por esta razón,
los encargados de realizar los estudios genealógicos no dudaron en ser
poco rigurosos como para satisfacer a sus ilustres clientes. La Edad Media
constituye un periodo en el que se elaboran un buen número de genealogías
falsas. El siglo XVII marca un importante cambio en varios países
europeos. Se introdujeron nuevos métodos de búsqueda e investigación
que contribuyeron al desarrollo de esta técnica y, sobre todo, a su
fiabilidad. Es el período de los grandes genealogistas alemanes y
franceses, del jesuita portugués Jerónimo de Souza, del inglés Dugdale
y del español Luis de Salazar y Castro (Montórfano 2002:1). A
partir de la segunda mitad del siglo XIX y la primera del XX, la genealogía
comienza a tomar rigor gracias a los trabajos de historiadores y
cientistas sociales, entre los cuales cabe destacar a un medico, psicólogo
y antropólogo británico: W. H. R. Rivers. Existe consenso general al señalar
a este autor como el introductor de este método antropológico en sus
estudios de campo. Desde sus comienzos, la
antropología ha hecho un uso extensivo del método genealógico
desarrollando técnicas de campo y métodos de análisis que permitieron
“acercarse al significado social de las estructuras de parentesco en
sociedades que de otra manera hubieran permanecido conceptualmente
ininteligibles para nosotros. Desarrollado en el estudio de sistemas de
descendencia unilineales este método no pierde vigencia cuando el objeto
de la antropología se extiende hacia nuestra propia sociedad” (Ruiz
1994:71). A diferencia de los genetistas, a
la antropología le interesa el tratamiento social
de las relaciones genealógicas. Sin embargo, el estudio de estas
relaciones se ha confundido, en parte, con el análisis de parentesco. L.
H. Morgan había basado desde el principio la comparación de terminologías
en el carácter universal del reconocimiento de éstas relaciones, pero el
“mérito (como se ha señalado) de haber definido en 1910, el estatuto
heurístico del método genealógico de la encuesta antropológica
corresponde a W. H. R. Rivers” (Bonte 1996: 577). El británico William
Halse Rivers Rivers nació en 1864 en Luton (Kent) e inició la carrera de
médico en Londres antes de comenzar sus investigaciones de psicología
experimental. Dio clases desde 1897 en la Universidad de Cambridge, y en
1902, en el St. John’s College. En 1889 “participa en calidad de psicólogo
en la expedición al estrecho de Torres dirigida por A.C. Haddon durante
la cual hace pasar pruebas sensoriales a los insulares. Desde entonces se
orienta decididamente hacia la antropología social y se dedica a
investigaciones de campo entre los toda de la India del Sur en 1902, y
luego en Melanesia en 1908 y 1914. En 1915 vuelve parcialmente a la
psicología experimental y se interesa por la terapéutica de los
traumatismos de la guerra. Muere en Cambridge en 1922” (Juillerat
1996:643). El cuestionario genealógico
de Rivers permitía, sin necesidad de conocer la lengua vernácula,
acceder al universo del parentesco y de otros aspectos de la vida social
de los entrevistados. Si bien posee un carácter conjetural y sus
preocupaciones apuntan a encontrar mediante la comparación efectos
determinantes de instituciones como la familia y el matrimonio, su aporte
resultó muy importante. Rivers “no se preocupa por el estatuto
epistemológico de su método, en particular del lugar del referente biológico
de la genealogía (Firth en Rivers 1968). La antropología funcionalista
inglesa, tras Rivers, distinguirá cuidadosamente entre las relaciones
genealógicas centradas en Ego y que incluyen este referente biológico, y
las relaciones de parentesco (Fortes 1970) se trata por lo tanto de un
simple método de aproximación al parentesco” (Bonte 1996: 577-578).
EGO es la palabra utilizada en antropología para designar el ‘Yo’
desde cuyo punto de vista se consideran las relaciones de parentesco. “A
veces resulta necesario establecer si la persona de referencia es un ego
varón o un ego mujer” (Harris 2000:429). Desde el comienzo de su carrera como antropólogo,
Rivers institucionaliza las genealogías como un método que utilizó en
sus trabajos sobre herencia de los comportamientos. No obstante, “creía
decididamente que este era el único método científico que permitía
acceder sin riesgos de error a las terminologías de parentesco. Rivers veía
en las terminologías de parentesco el reflejo fiel o la supervivencia de
formas de matrimonio actualmente desaparecidas” (Juillerart 1996: 643).
Método no exento de dificultades en su aplicación, por cuanto deben en
ocasiones considerarse varias entrevistas y mucho tiempo en su ejecución.
Radcliffe-Brown, el padre la antropología británica, y discípulo
precisamente de Rivers, comentaba al respecto sobre su trabajo de campo en
las Islas Andaman entre 1906 y 1908: “Recogí
cierto número de genealogías de los indígenas, pero, desgraciadamente,
mi propia inexperiencia en el uso del método genealógico y mi
consecuente incapacidad para superar las dificultades con que me
encontraba, hicieron fracasar esta parte de la investigación” (Kuper 1973:59). Otro de los antropólogos
más importante de la disciplina, Malinowski, después de haber
establecido contacto con los nativos de las islas Trobriand llevaba a cabo
lo mismo que Radcliffe-Brown pero con más éxito que éste: “sabía que
el mejor remedio era ir recogiendo datos concretos y obrando en
consecuencia hice un censo del poblado, tomé notas de las genealogías,
levante planos y registré los términos de parentesco” (Palerm 1992:
38). Ahora
bien, en la época de Rivers ciertas abstracciones teóricas poderosas
prometían ayudar a los etnógrafos académicos a alcanzar el corazón de
una cultura más rápidamente (Clifford 1995:49-50), por ejemplo, que la
realización de un extenso inventario de costumbres y creencias. Sin pasar
años enteros tratando de conocer a los nativos y los detalles íntimos de
sus complicadas lenguas y costumbres, el investigador podría buscar datos
particulares que le permitieran dar cuenta de la armadura central o
estructura de una totalidad cultural. “El método genealógico de Rivers
y luego el modelo de la estructura social de Radcliffe-Brown,
proporcionaban este tipo de atajo” (Clifford 1995:49-50) Al
utilizar el método genealógico para estudiar sociedades con sistemas
bilaterales de descendencia -como las comunidades, barrios y sectores
rurales o urbanos-, tenemos una herramienta muy efectiva para entender las
relaciones de ayuda mutua, los sistemas económicos informales, los
patrones de movilidad espacial y social, las tendencias en los
intercambios matrimoniales o de convivencia sexual o las preferencias en
la selección de parientes rituales, entre otros. Un interesante trabajo
sobre la utilización del método genealógico en investigación social lo
desarrolla Sonia Ruiz Pérez en el boletín de la sociedad puertorriqueña
de Genealogía.2 El
método genealógico ha “demostrado ser de una utilidad tan grande en
las investigaciones de antropología, que hoy se le considera una técnica
sociológica esencial”. (Ribero, 1971: 36). Este mismo autor destaca en
su trabajo Manual del campo del
antropólogo las ventajas del método, sobre todo entre los pueblos
que carecen de escritura. Cabe señalar al respecto que la información se
conserva en la memoria de los ascendientes por varias generaciones, y que
los sujetos conocen por su
nombre a un gran numero de parientes. Los datos genealógicos se usan para
regular los matrimonios, la herencia de las propiedades, la sucesión de
los jefes, etc. Resulta, por tanto, obvia la importancia de comprender un
principio en constante uso. Ribero (1971) refiere que en las
comunidades pequeñas resulta a menudo posible recoger las genealogías de
la totalidad de los habitantes. Este censo puede constituir la base, no
solo del trabajo sociológico, sino también de investigaciones sobre
población y migraciones. Los datos de las genealogías proporcionan al
investigador los nombres y las relaciones existentes entre todos aquellos
con los que va a trabajar durante su estudio de campo. Además, le
proporcionan información “sobre individuos que están ausentes. Tal
conocimiento es de gran ayuda. El estudio de las relaciones de parentesco,
tan importante para la antropología social, solo puede hacerse mediante
una comprensión adecuada del método genealógico” (Ribero, 1971: 36). Existe
consenso general entonces en el hecho de que el método genealógico nos
permite adentrarnos en otros patrones de comportamiento, como pueden ser
persistencia de oficios, desplazamiento geográfico, escolaridad,
comportamiento o afiliación política, patrones de matrimonio y
fecundidad, tendencia a ciertas enfermedades, rasgos fenotípicos
persistentes, uso o abuso de alcohol, etc. Sirva al respecto de ejemplo
recordar que, dado que como señalábamos antes los orígenes fueron en el
área de
la medicina -y de ahí fue asumido por la antropología-, sus aplicaciones
siguen siendo vastas y vinculadas actualmente a su nicho inicial. La
Escuela Universitaria de Enfermería de Alcalá en España, establece en
sus programas curriculares el uso por los alumnos del método genealógico
con objeto de contar con una representación visual a la hora de
planificar cuidados, dado que para ellos es de suma utilidad conocer los vínculos
de parentesco de la persona que requiere atención médica, para saber con
quién se cuenta como familia, y así poder recuperar al sujeto en los
centros hospitalarios. Muchas
de las aplicaciones del método genealógico en la reconstrucción de las
historias familiares quedan de manifiesto en Picó (1996) para el caso de
sus estudios en Puerto Rico, señalando importantes avances y hallazgos en
la historia social de este país mediante el uso de este método.3 Algunas convenciones
sobre la representación
Por
norma general, la información se obtiene a través de informantes clave y
su representación se hace sobre el terreno. Como hemos señalado, el
sujeto que sirve de eje para estructurar la información se denomina EGO.
Sobre éste -sea hombre o mujer-, registramos los nombres, las edades,
ocupaciones o cualquier otra información de los sujetos que el
entrevistado considere como parientes.
Sin entrar en mayor detalle sobre quién es o no considerado como
pariente, asumiremos algunas definiciones generales. Harris sostiene que
“las personas relacionadas entre sí a través de la filiación o de una
combinación de afinidad y filiación son familiares o parientes.
El campo de ideas constituido por las creencias y expectativas que los
parientes comparten entre si se llama parentesco” (Harris, 2000:426). Para el caso concreto de nuestros lectores
latinoamericanos, sirva en tal sentido la definición de Robichaux (1995)
quien [citando a Needham] conceptualiza el parentesco como “la asignación y transmisión de los derechos en
cuanto a la pertenencia (membresía) a grupos” (1995:36).4
Pero hemos señalado ya que no
es únicamente en los estudios de parentesco donde el método genealógico
cobra importancia. La multiciplicidad de preguntas que se pueden hacer al
entrevistado hace que esta técnica tenga cubra un amplio abanico de
aplicaciones. Más adelante ilustraremos al lector en un caso sobre
reconstitución de hechos históricos vinculados a la textilería. Ahora
bien, la representación grafica de las genealogías debe distinguir dos
tipos diferentes de relaciones: la conyugal o afín y la consanguínea.
Para la conyugal o afín se traza una línea que une un triangulo
(representación del hombre) con un círculo (representación de la
mujer). Para especificar el hecho que la unión entre ambos es legal o
consensual, asignamos una connotación gráfica específica a dicha línea.
Ahora bien, de ser una relación que se ha interrumpido –por muerte,
divorcio, abandono, etc.- se cruza una diagonal sobre la línea. Sí uno
de los representados (triangulo o circulo) ha muerto, marcaremos dicho símbolo
con otra diagonal. En el caso de que desconozcamos el sexo, utilizaremos
un rombo como distintivo.5 En
este mismo esquema representaremos gráficamente la relación consanguínea
-a saber, la que se establece entre nuestro Ego
y sus padres, sus hermanos y sus hijos- uniendo el símbolo de éste Ego y sus consanguíneos a través de una línea vertical u
horizontal. Ahora bien, puede darse el caso de que nuestro Ego y sus padres mantengan una relación social -y no consanguínea-,
por lo que escogeremos una línea distinta que señale dicho fenómeno.
Existe una tercera posibilidad de parentesco que deberemos tomar en
consideración -el parentesco ficticio o ritual- para la cual también
deberemos establecer una convención gráfica determinada. Ribero
(1971) complementa lo anterior señalando que alcoger los cuadros genealógicos
es conveniente escribir los nombres de los hombres en mayúsculas y los de
las mujeres en minúsculas. Los nombres de las divisiones sociales,
pueblos y otros aspectos pueden escribirse en algún color que los
diferencie. Muchas otras particularidades del proceso pueden ser
estipuladas por el investigador, consiente de que mucha de esta información
es transcrita desde los registros de campo a otros documentos definitivos
o a programas computacionales. Palerm (1992) establece algunos consejos prácticos
con respecto a la aplicación del método. Señala la pertinencia de
iniciar el trabajo de campo en la comunidad desarrollando un par de
genealogías. Parte del entrenamiento del investigador debe considerar
unos ejercicios autogenealógicos para comprender las implicanciones que
reviste el ofrecer información sobre su familia. Se “recomienda hacer
genealogías durante la segunda semana cuando ya hay una cierta
familiaridad con la familia con la que uno (el investigador) se aloja y
quizás con alguna otra familia” (Palerm 1992:19). La información que a
continuación se presenta fue producto de la convivencia del investigador
con los habitantes de San Felipe, comunidad de La Malinche, muchos de los
todavía se expresan en náhuatl, lo cual no representó ningún obstáculo
significativo para conocer y describir parte de su vida diaria.6
La residencia permanente y la observación participante -herramienta fundamental de
la investigación- permitió elaborar detalladas
descripciones de la vida de esta localidad. También se llevaron a cabo
recorridos del área, aplicación de encuestas en las dos escuelas del
pueblo y la revisión de antecedentes en Archivos de Contla y Tlaxcala,
elaboración de mapas y el uso del método genealógico que pretendemos
describir. A esto se suma la participación en algunos de los
acontecimientos socioreligiosos, como la fiesta patronal y otras
festividades familiares. Las
genealogías fueron elaboradas en la primera etapa de la investigación.
Los grupos domésticos seleccionados superaban cada uno de ellos las 300
personas y el registro obligaba a un trabajo extenso. En varias ocasiones
se complementó la información a través de entrevistas a las familias.
Las actividades se llevaron a cabo entre los meses de junio y julio de
2002. Se ha señalado -pero sirva de recordatorio- que en este pueblo el
uso del método estaba dirigido a determinar las fechas en las que la
actividad textil fue introducida en la localidad, así como para
establecer también los iniciadores de dicha actividad, pues no se contaba
con registros documentales sobre la situación. Las preguntas sobre el
trabajo textil estaban dirigidas a los integrantes de cada uno de los árboles
familiares. Se debió visitar en tres ocasiones, como promedio, a los
entrevistados para obtener la información y poder presentar árboles
genealógicos que comprendan dicho numero de personas. Varias
son las etapas que destacan en el proceso de aplicación del método
genealógico. En primer lugar, se debe proceder a la identificación de
los Egos que manifiesten
disponibilidad a facilitar este tipo de información. A ello se suma que
la entrevista genealógica demanda bastante tiempo, ya que se debe
idealmente ir registrando toda la información. Según los criterios antes
señalados, Ego reconoce a familiares, tanto ascendientes como
descendientes; pero además debe recordarlos. Para ampliar la red de
información se recomienda que otras personas del grupo domestico acompañen
a Ego durante la entrevista. Por norma general, los Egos
entrevistados logran identificar con facilidad hasta sus bisabuelos: el
nombre, apellidos, oficios y fechas de nacimiento y defunción de éstos,
así como de aquellos descendientes que residen en el pueblo o en áreas
vecinas a su localidad. Aquellos familiares que residen lejos de la
comunidad -o que han permanecido por mucho tiempo sin contacto- y los
menores de edad son en ocasiones para Ego sujetos difíciles de recordar,
salvo algunas excepciones. Habitualmente Ego
recurre a expresiones tales como “ellos son dos adultos y tres niños”.
En esos casos se logra a lo más cuantificar el número de integrantes de
los grupos familiares. Ante este tipo de situaciones se recomienda
entrevistar a los menores de edad del grupo domestico de Ego,
quienes en una segunda entrevista logran con mayor facilidad identificar a
estos familiares que por edades constituyen para ellos un referente más
próximo, sus primos o sus tíos. De esta forma recuerdan edades y
colegios de sus parientes con mayor facilidad. Para ello, se les
representa mediante un borrador una grafica de la genealogía que los sitúa
en el contexto general y se registra la información en el documento. Una
segunda etapa consiste en presentar estos borradores de las genealogías
en las entrevistas posteriores con Ego con el objeto de complementar mucha
de la información que ha sido recopilada y transcrita hasta ese momento.
Parte de los símbolos del árbol genealógico se encuentra en esta etapa
preliminar vinculados a Ego, lo
cual no es obstáculo para posteriores modificaciones. En esta fase se
explican a los entrevistados la simbología de los borradores para que éstos
logren identificar los sujetos de quienes se requiere mayor información.
Resulta un aporte significativo localizar en estas entrevistas el máximo
número de familiares de Ego (al
cual se le está haciendo la genealogía) para optimizar la información
con los nuevos datos que proporcionan. La
experiencia de campo en este tipo de entrevistas grupales señala que es
importante recurrir a la memoria colectiva del grupo doméstico para
recordar los nombres y demás detalles de sus parientes. En este momento
del estudio el investigador obtiene sus datos mediante el registro en las
graficas de la simbología previamente estructurada, y las modificaciones
que surgen son inmediatamente incorporadas. Para nuestro caso en
particular resultó de mucho interés observar que son las mujeres del
grupo doméstico las que recuerdan con mayor precisión tanto a sus
familiares directos como a los del esposo o –incluso- del padre de éste.
Esto se debe quizá al hecho de que en muchas comunidades de México
predomina la residencia postmarital virilocal de las mujeres.7
A medida que avanza el proceso de confección de las genealogías, se
advierte el ensanchamiento piramidal del árbol, debido a que cada vez
resulta más difícil obtener la información de los ascendientes de Ego, no así en sus descendientes directos y colaterales. Para
subsanar dicha situación – siempre y cuando sea necesario- debe
procederse a la obtención de dicha información en archivos u otras
fuentes documentales. En
una tercera etapa se procedió a registrar, consultando la ocupación de
cada uno de los miembros de las distintas familias, la vigencia del oficio
de tejedor, así como los inicios (fechas probables) de la actividad
textilera en el pueblo. De esta forma, por ejemplo, un abuelo de un Ego
de 43 años, al ser identificado en cuanto a su ocupación, otorga un
registro histórico del momento y circunstancias en que ejerció el
oficio. Así fue posible reconstituir, a partir de quienes eran en ese
entonces tejedores o personas vinculadas a este tipo de trabajos, parte de
la estructura comunitaria de la década de 1950. Es
posible sintetizar el proceso en tres etapas: en la primera se procedió a
registrar la información en cuadernos; luego, durante la estancia en el
pueblo, representarlas en papelógrafos y revisarlos con los
entrevistados. Posteriormente se ingresaron los datos en el programa
informático Family Tree Maker
que logra una rápida sistematización y representación de las genealogías. Procesamiento
computacional de la información
En
la actualidad existen muchos programas computacionales para crear bases de
datos genealógicos. Esto se debe al carácter generalizado de Internet,
que ha permitido difundir diversos archivos, fuentes y formas de compartir
datos sobre familias en todo el mundo. El criterio más importante para
calificar la calidad del programa es su facilidad de uso. El programa debe
facilitar el acceso directo a la información sin que haya que revisar
primero toda la base de datos.8
Algunas
características a considerar en los programas genealógicos
Hacemos
nuestras algunas recomendaciones técnicas sobre este particular del
Centro de la Genealogía Cubana: 1.-
Manejo de las letras del alfabeto castellano y posibilidad de ingresar
apellidos compuestos. Se
hace necesario el manejo de las letras acentuadas del idioma Castellano,
lo que se denomina alfabeto "extenso". Es importante además que
el programa provea campos de entrada separados para los nombres de pila y
para los apellidos, y que el tamaño de estos campos sea suficiente para
manejar los múltiples nombres de pila y los dobles apellidos que son típicos
de la cultura hispana. 2.-
Habilidad de producir una base de datos de intercambio de información
compatible con el protocolo GEDCOM. Posibilidad
de poder intercambiar datos con otros programas genealógicos. Se ha
desarrollado un formato estándar con este fin bajo la tutela de la
Iglesia Mormón. Este formato se llama "GEDCOM" ("GEnealogical
Data COMunications"). La gran mayoría de los programas
comerciales de genealogía posibilitan la manera de importar y exportar
bases de datos usando el protocolo GEDCOM. Desgraciadamente, los programas
varían algo en su interpretación del estándar GEDCOM. Esto se
manifiesta en problemas en la transferencia de los caracteres del alfabeto
extendido (como la "ñ" Castellana), problemas en la
transferencia de datos especiales (como las referencias y notas), y hasta
la truncación (acortamiento) de algunas líneas, lo que tiene el efecto
de dejar incompletos los datos transferidos. 3.-
Número, variedad y tamaño de los campos de datos. Los programas de genealogía proveen como mínimo
un grupo "estándar" de campos de entrada para cada página de
entrada de datos. Las páginas de individuos incluyen, como mínimo,
campos para la fecha y lugar de nacimiento, y la fecha y el lugar de
fallecimiento, pero es preferible optar por aquellos que ofrecen la
posibilidad de ingresar mayores datos. 4.-
Capacidad de almacenamiento. 5.-
Rapidez de introducir los Datos. Algunos programas ayudan la entrada de los
datos llenando automáticamente algunos campos, tales como los apellidos
de los hijos, o dándole a escoger de una lista de nombres de los lugares
anteriormente entrados en la base de datos. Esto reduce el esfuerzo
necesario para registrar los datos, evitando además el tener que escribir
seguidos los mismos nombres. 6.
Impresos. Calidad
en los impresos de las gráficas. Como mínimo, el programa debe contar
con: 6.1.-
Página de Familia: impreso con toda la información disponible sobre un
grupo familiar individual: esposa, esposo, hijos e hijas. 6.2.-
Gráficas de Descendientes: Todos los descendientes directos de un
individuo; puede también incluir los cónyuges de cada descendiente.
Estas gráficas pueden ser de estilo "compacto" -cada nueva
generación empieza el mismo numero de espacios a la derecha del margen y
se proveen líneas verticales para marcar cada generación-, o puede ser
de estilo "pedigrí invertido" -donde cada individuo se
representa en una "caja" conectada por líneas a sus padres e
hijos-. 6.3.-
Gráfica de Antecesores: Todos los antecesores directos de un individuo,
trabajando en dirección temporal retrospectiva a través de las
generaciones anteriores. Estas gráficas pueden ser también en forma de
"árbol" compacto donde cada generación previa empieza el mismo
numero de espacios a la derecha del margen y líneas verticales conectan
cada individuo con sus padres; o puede ser un pedigrí tradicional, donde
cada individuo aparece en una "caja" conectada por líneas a sus
padres e hijos. 7.-
Habilidad de Individualizarse. La
habilidad de poder dividir su base de datos en varias partes separadas
puede facilitar el darle una de las partes a algún otro miembro de la
familia que esté interesado únicamente en una rama. Es posible también
el desear combinar una base de datos suplida por otro miembro de la
familia con la de uno. Algunos programas posibilitan realizar ambas
acciones. Otra ventaja de algunos programas es la capacidad de poder
chequear la integridad de su base de datos y rectificar los errores
encontrados. Algunos programas hacen esto automáticamente cuando generan
o importan bases de datos de tipo GEDCOM. Conclusiones
El
método genealógico representa en el trabajo antropológico una
herramienta de vital importancia, tanto para la recolección de información
como para la representación y el análisis de diversos procesos sociales.
Mediante una simbología especial la genealogía permite, entre otras
cosas, que el investigador grafique y represente diversas particularidades
de una situación social, donde se presenta una
familia o conjunto de familias con sus miembros distribuidos en
generaciones. Es
posible sistematizar y presentar la genealogía mediante diversos
programas computacionales que permiten una mayor rapidez y despliegue de
los datos. No obstante, aún sin contar con estos recursos tecnológicos,
no resulta difícil graficarla partiendo del relato de algún miembro de
la familia estudiada y conociendo las convenciones internacionales para su
construcción. El
estudio de las genealogías ha sido una preocupación de numerosos
pueblos, por eso se afirma que es tan antigua como universal. Sin embargo,
el mérito de haber definido antropológicamente el método genealógico
de la encuesta corresponde a W. H. R. Rivers. Al
utilizar el método genealógico para estudiar sociedades -como las
comunidades, los barrios y los sectores rurales o urbanos- con sistemas
bilaterales de descendencia, contamos con una herramienta muy efectiva a
la hora de entender las relaciones de ayuda mutua, los sistemas económicos
informales, los patrones de movilidad espacial y social, las tendencias en
los intercambios matrimoniales o de convivencia sexual o preferencias para
la selección de parientes rituales, etc. En el caso descrito, el uso del
método permitió reconstituir parte de la historia textilera de la
localidad a través del seguimiento de los oficios de muchos
entrevistados. Los
datos de las genealogías aportan al investigador los nombres y las
relaciones existentes entre todos aquellos con los que va a trabajar
durante su trabajo de campo; además, le proporcionan información sobre
los individuos que se encuentran ausentes. Por otro lado, el estudio de
las relaciones de parentesco, tan importante para la antropología social,
sólo puede hacerse mediante una comprensión adecuada del método genealógico. Por último, existe un consenso general
entre los antropólogos y otros investigadores sociales en que este método
permite estudiar los más diversos patrones de comportamiento humano, como
pueden ser –entre otros- la persistencia de oficios a través del
tiempo, los desplazamientos geográficos, la escolaridad, el
comportamiento o afiliación política, los patrones de matrimonio y
fecundidad, la tendencia a contraer ciertas enfermedades, los rasgos fenotípicos
persistentes, el uso o abuso de alcohol, etc. La información, obtenida
generalmente durante el trabajo de campo a través de informantes clave,
puede ingresarse posteriormente en programas computacionales con objeto de
lograr una rápida sistematización y su representación grafica través
de genealogías. 1.-
La investigación se desarrolló en un pueblo
postnahua de La Malinche, específicamente en San Felipe Cuauhtenco, en el
estado de Tlaxcala. Desde junio del 2001 a diciembre del 2002, se realizó
trabajo de campo, en el marco de una tesis del programa de maestría en
antropología social de la Universidad Iberoamericana. Dicha tesis se
denominaba; “cambio social y transformación económica: los talleres
textiles familiares en San Felipe Cuauhtenco, Tlaxcala, México”. 2.-
Véase al respecto Vol. VI Abril 1994, núm.1/2.
San Juan, Puerto Rico, páginas 71-77. 3.-
Picó (1996) señala algunos
importantes estudios al respecto. 1.-
Morales Muñoz, buscando identificar a los fundadores de pueblos y a los
iniciadores de apellidos puertorriqueños, vinculó sus esfuerzos al
examen de los grandes asuntos de las épocas que estudiaba. 2.-
El trabajo de Géigel sobre la genealogía de Campeche documentó la
transición de la esclavitud a la libertad en una familia de origen
africano. 3.-
Lluch Mora sobre la familia Ortiz de la Renta trazó la descendencia de
uno de los fundadores de San Germán, a pesar de las inevitables lagunas
del siglo 17. 4.-
Ursula Acosta y David Cuesta Camacho, en su libro Familias de Cabo Rojo
han podido reconstituir las hegemonías y las fisuras sociales en un
municipio en el siglo 18. 5.-
Jaime Alberto Solivan de Acosta ha trazado la
historia de cinco apellidos desde el siglo 18 hasta el presente y Aura
Pierluissi ha logrado reconstituir la familia de sus antepasados no sólo
en Puerto Rico, sino también en Córsega, Venezuela y otros países. 4.- Sobre este particular Robichaux precisa en (1995:115) citando a Needham
que éste término de “parentesco” es una palabra “multiusos”, que
muchos antropólogos utilizan “sistema de parentesco” cuando hablan sólo
de la terminología, pero que éste término abarca varios ámbitos de la
realidad empírica, como redes genealógicas, grupos de filiación
localizados o no, grupos domésticos y sistemas reguladores de matrimonio.
5.-
El tipo de
sistema terminológico de parentesco con el que los lectores estamos más
familiarizados es el esquimal. Dos rasgos importantes de este sistema son:
primero , ninguno de los términos que designan a los parientes nucleares
del ego se aplica fuera de la familia nuclear; y segundo , no se establece
distinción alguna entre los lados materno y paterno. Esto quiere decir
que no se hace distinción entre los primos cruzados de los paralelos o
entre las tías y tíos cruzados de los paralelos. Estos rasgos reflejan
el hecho de las sociedades que usan la terminología esquimal carecen ,
por lo común de grupos de filiación corporativos. Como su propia
denominación implica , el sistema esquimal se encuentra frecuentemente
entre cazadores y recolectores . Esto es así por que todos los factores
que aíslan a la familia nuclear incrementan la probabilidad de que
aparezca una terminología de tipo esquimal. Como hemos visto entre los
grupos de cazadores y recolectores, los factores determinantes son la baja
densidad demográfica y la necesidad de una máxima movilidad geográfica
en relación con las fluctuaciones en la disponibilidad de caza y otros
recursos. En las sociedades industriales la misma pauta terminológica
refleja la intrusión de las instituciones de mercado en la rutina
domestica y el alto nivel de movilidad social y geográfica causado por
los salarios (Harris 2000:443). 6.-
El
pueblo objeto del estudio, San Felipe Cuauhtenco, se ubica en las faldas
nororientales del extinto volcán de La Malinche, en lo que es conocido
como el medio poblano – tlaxcalteca. Comprende su traza urbana una superficie de 3 kilómetros cuadrados y según
el XII Censo general de población y vivienda del año 2000 su población total asciende a 1,839 habitantes, que se dividen en
951 hombres y 888 mujeres. Se
encuentra a 20 kilómetros al este de la capital estatal Tlaxcala. Es
posible definirlo como indígena, asumiendo con Romero
toda vez que la reproducción cultural de prácticas como el
compadrazgo católico, las uniones conyugales con residencia virilocal
temporal, le herencia mayoritaria a partir de la reproducción de la
ultimogenitura, la participación política de los hombres en la asamblea
y sobre todo, la inclusión de los rituales político religiosos que
norman la vida de sus habitantes es a través del sistema de cargos cívico
– religiosos. Todo lo cual unido al uso del náhuatl, pese a un
creciente proceso de aculturación lingüística, reafirman esta categoría.
La economía local la conforman principalmente cuatro áreas productivas
que constituyen los ejes sobre los cuales el pueblo desarrolla su vida
económica. En orden de importancia a) agricultura, b) actividad textil,
c) trabajo en fuentes externas a la localidad y d) comercio y mercados. 7.- El ciclo de desarrollo del grupo tiene las
siguientes características: al casarse o al comenzar la vida en pareja,
el hombre lleva a su cónyuge a vivir a casa de sus padres. Sus hermanas,
al casarse o al comenzar a la vida en pareja van a vivir en la casa de su
cónyuge…normalmente, los hijos viven con sus padres durante un período
variable, después del cual, si no hay suficiente espacio, construyen su
propia casa, normalmente, al lado de la casa paterna. La duración de este
período de residencia virilocal inicial para todos los hijos varones,
salvo el benjamín, depende de varios factores....el benjamín tiene una
residencia virilocal permanente, es el heredero de la casa paterna... se
encarga de los padres ancianos (Robichaux 1995:376, 377, 405). 8.-
Los mejores se caracterizan asimismo por la vista previa de la impresión
y la opción de guardar la información en formato Web. El software debe
concordar también con el formato "Genealogical Data
Communication" (GEDCOM - Comunicación de Datos Genealógicos), cosa
que posibilita el intercambio de datos entre las aplicaciones genealogicas
standard. Entre los programas que reúnen todas estas condiciones están
"Family Tree Maker", "Family Chronicle" y
"Dynas-Tree". Bonte,
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