"Jugando" el tango con las herramientas de la filosofía Néstor Cordero | filósofo y lunfardista |
La
Gaceta NÉSTOR CORDERO |
FILÓSOFO Y LUNFARDISTA
Martes 23 de Noviembre de 2010 | El académico argentino residente en Francia disertará hoy y mañana en Tucumán. Experto en Filosofía antigua y miembro de la Academia Argentina del Lunfardo, Cordero habló de esas dos pasiones
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-¿Ha
encontrado relación entre el tango y la filosofía? ¿o son pasiones
paralelas? -
¿Cuáles son los temas de la filosofía presocrática hoy vigentes? -
Yo prefiero hablar de "actitud". Los temas pasan, las actitudes
son eternas. Justamente Platón (y luego Aristóteles) dijeron que el
origen de la filosofía es el asombro. Quien encuentra todo
"normal", nunca será filósofo. Revivir la admiración de
quienes hace veintiséis siglos se asombraron de que "haya"
cosas en vez de nada, y que para explicarlo hayan tenido que exprimirse el
cerebro es una actitud que debería ser cotidiana. Y a partir de ella, sí,
surgen problemas, que se concretan en preguntas y que se transforman en
"temas". Sin restringirnos al ámbito de los llamados
"presocráticos", la búsqueda de la felicidad en un momento en
el que se hace todo para que no se la alcance (pues los mass media fijan parámetros
que la gente "normal" no puede alcanzar: countries, paraísos
artificiales, Ferrari roja), tiene que llevar a meditar. -
¿Hay preguntas nuevas en la filosofía, en este siglo XXI? -
Hay cuestiones nuevas relacionadas con nuevas técnicas, desconocidas en
el pasado. Por ejemplo, la diferencia entre exceso de información y
formación de la personalidad. No sé si Heráclito no había ya previsto
este estado de cosas cuando escribió: "el exceso de información no
educa la inteligencia". En cambio hay, eso sí, replanteo de
cuestiones "antiguas". La teoría del lenguaje "performativo",
popularizada por J. L. Austin, se encuentra ya en Gorgias y en el Eutidemo
de Platón, por ejemplo. -
Como todo estudioso de la filosofía grecolatina, soy un poco filólogo,
es decir, "amante de las palabras". El lenguaje cotidiano tiene
una fuerza expresiva maravillosa. Los primeros filósofos sólo tenían a
su alcance la lengua de todos los días; no había enciclopedias ni
diccionarios, y no inventaban palabras. Se las ingeniaban para expresar
ideas filosóficas en una lengua "banal" que, poco a poco,
fueron enriqueciendo. Hoy podemos decir que como fruto de ese
enriquecimiento se fue creando una terminología filosófica, distinta del
lenguaje cotidiano. Mutatis
mutandis, hasta se puede hablar de un lunfardo filosófico.
Nuestro lunfardo, claro está, siguió otro camino, pero también
enriqueció la lengua. No hay en ninguna lengua un verbo que refleje mejor
que "junar" la mirada inquisidora que caracterizo a los primeros
filósofos, que "junaron" la realidad para ver lo que
"mirar" no veía. -
¿Cómo zanjó la discusión con Leopoldo Federico sobre Julio Sosa? ¿El
tango no es macho? -
La discusión surgió sin que yo me lo propusiera. Simplemente (!) dije en
un reportaje que Sosa le hizo mal al tango, pero no pude explayarme
demasiado. Le hizo mal porque en un momento en que el tango vuelve a
interesar a la juventud (años 60-64), Sosa impone como prototipo un
estilo, una manera de cantar "machista" (lógico: es el varón
del tango), alejada de quienes crearon la manera de cantar el tango, de
Gardel a Carlos Dante, pasando por Fiorentino y Vargas, e incluso
Castillo. Todos ellos cantaron tangos con letras horriblemente machistas (A
la luz de un candil, De
puro guapo), pero lo hicieron hasta compadeciéndose del pobre
bruto cuya historia estaban contando. Todo es cuestión de estilo. Y ese
estilo influye hoy en la manera ridícula de bailar (en espectáculos; en
las milongas se baila como Dios manda) en la cual la mujer es una pobre
hembra sumisa. A pesar de las letras que la hacen quedar mal, el tango
siempre reivindicó a la mujer ("Muchacho" evoca el
"encanto de haber derramado llanto sobre un pecho de mujer"), y
cuando en los 60 la juventud, gracias a los Beatles, los Rollings... y
Piazzolla, se está des-machizando (sin lo cual no se hubiera llegado hoy
al matrimonio igualitario) el "caso" Sosa fue negativo. Por
suerte, no tuvo émulos: sólo cantores de cantina. Así y todo me duele
en el alma haber ofendido a Federico, y le escribí para decírselo. |
Jesús
María Dapena Botero
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