Summertime in Princeton |
Bienvenida la mañana y la música casi vulgar de los pájaros recién nacidos, mientras el niño bebe su jugo de frutas sentado como un jefe indio frente a la TV. El verano quiebra la paz de esta casa, y andamos por ahí todo el tiempo, empujando la puerta de tela metálica, dando vueltas con la sangre ardiendo, dispuestos a olvidar, aunque luego no recordemos qué, ni a quién, pues el olvido llega de tarde en tarde como el verano, y llena de pulgas al perro y de telarañas al árbol, ese tilo que crece en el patio, olvidado, a la intemperie, a ratos delirando, deshojándose, crucificado, y convertido luego en espantapájaros. Hasta que una tarde cualquiera lo arrancan de cuajo, como el que arranca un ojo al enemigo, ese vecino que no habla nuestra lengua. Ten paciencia, me digo sin éxito, es el verano: abre las ventanas de esta casa, y que la música de los pájaros recién nacidos picotee en tu alma. |
Belkis Cuza Male
belkisbell@aol.com
Poema extraído de "Los Poemas de la Mujer de Lot"
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