Toulouse Lautrec

poema de Nyda Cuniberti

En el Moulin Rouge, obra de Henri de Toulouse-Lautrec creada en 1892
Instituto de Arte de Chicago (Estados Unidos)
Óleo y Lienzo - Dim 1230 milímetros x 1410 milímetros

 

                       -I-

 

Fue un quemeimporta el que dejó astillada

la contra de tu cuerpo en un espejo,

y el que te empaquetó tan desparejo

te dio en cambio una luz predestinada.

 

Algo como una estrella dedicada

a afanarle a la noche su reflejo

para pintar su ojera a un París viejo

o el rouge corrido de la madrugada.

 

Hiciste que surgieran de la espera,

medias negras y minas en asedio

que dormían su mufa en tu galera.


Rescataste cancanes deslumbrantes,
un vértigo de ligas y en el medio
los ojos de Oscar Waild, siempre distantes.


                       -II-
 

Naifa en desabiyé, media calada,

remolino de pluma y de puntilla

y la saeta de una pantorrilla

que le apunta a una luna ya cansada.

 

La que se fue a dormir, pintarrajeada,

con su color ritual de pesadilla,

la que bosteza insomne en la sencilla

actitud vieja de no esperar nada.

 

Jane Avril, regresando del laburo

con el gozoso gesto del recato

de quién respira, al fin, el aire puro.


Y esponjándose, siempre casquivana,

la Gulú que se ríe del retrato

que vos, tal vez, le pintarás mañana.


                         -III-


Pudiste transitar con la agonía

colgada alegremente de tu brazo,

prendiéndole de luna algún retazo

al carrusel de la chafalonía.

 

Fue una funambulesca algarabía

el patético grito de tu trazo

y pintaste pedazo por pedazo

el engrupe fugaz de la alegría.


Diste, pequeño conde, testimonio

del sempiterno mundo del olvido

para mandar tus penas al demonio.


Pero ese olvido de fru-frú y de seda

te dejó en la palmera y convencido

de que la pena cuando está, se queda.


                           -IV-
 

¿Qué verde mar de ajenjo te cubrió compasivo

con un traje de curda como hecho a tu medida?

¿Qué cubículo innoble te sirvió de motivo

para que te salieran palomas de la herida?


Fue allí donde el destino no quiso ser esquivo;

te colocó embrocantes para ver que en la vida

no siempre tiene el barro color definitivo

y suele haber burbujas en la ansiedad fallida.

 

Donde el arroyo adquiere insólita frescura,

donde la suerte perra parece distraída,

mojaste los pinceles de tu propia ternura.
Con algo de pernot y de sangre otro tanto

vos pintaste el recodo de una causa perdida

donde la risa tiene menos valor que el llanto.

 

                                -V-
 

Un bastón diminuto, los lentes, la galera,

se aburren bajo el polvo de una prosapia herida;

vacíos ya de culpa, no encajan en la austera

dimensión que la muerte les dio para otra vida.


Tal vez la piedra libre de una noche cualquiera,

noche para el espiante de un ansia no cumplida

les recupere el cuerpo al que otra vez quisiera

un Mulen Rouge fantasma, darle la bienvenida.

 

Un lugar donde pueda dejar su sombra en banda

y allí pintar tranquilo, un coñac por delante

para Arístides Bruant una nueva bufanda.


Una bufanda roja que al cuello del poeta

zigzagueara en la noche cuando lo más campante

abandona Montmartre sobre su bicicleta.


poema de Nyda Cuniberti

 

Publicado, originalmente, en Revista La Torre de Papel Nº 2 Octubre de 1980 (Buenos Aires, Argentina)

Link del texto: https://ahira.com.ar/ejemplares/la-torre-de-papel-no-2/

Gentileza de Archivo Histórico de Revistas Argentinas

Ahira. Archivo Histórico de Revistas Argentinas es un proyecto que agrupa a investigadores de letras, historia y ciencias de la comunicación,

que estudia la historia de las revistas argentinas en el siglo veinte

 

Editado por el editor de Letras Uruguay

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