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Brujería, hechicería e Inquisición en el Caribe
hispano, siglo XVII: Ponencia ENEH |
Copia de la ponencia presentada el 27 de septiembre de 2013 en el 1er Encuentro Nacional de Estudiantes de Historia de Puerto Rico, realizada en el Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe, Viejo San Juan. Se estará preparando una versión anotada para la Revista Electrónica de la Asociación de Estudiantes Graduados en Historia de la Universidad Interamericana de Puerto Rico, la cual estará disponible en el número de febrero de 2014. Brujería, hechicería e Inquisición en el Caribe hispano Por Pablo L. Crespo Vargas, Universidad Interamericana, Recinto Metro Dentro de la historiografía caribeña, la Inquisición española, al igual que el estudio de las mentalidades, representan campos de investigación con mucho potencial. No obstante, han sido relegados a un segundo plano por una inmensa mayoría de los historiadores, siendo unos pocos, los que han olfateado las posibilidades, que en nuestro caso, representa el Tribunal de la Inquisición española. Entre la gran cantidad de posibilidades de estudio utilizando la documentación inquisitorial está el poder presentar y explicar cuál era el pensamiento de la población general sobre asuntos tales como la sexualidad, las diferencias de género, las creencias populares y supersticiosas, entre muchos otros temas. Junto a la Inquisición española, nuestro estudio utiliza dos prácticas, que para algunos son consideradas supersticiones: la brujería y la hechicería. Al estudiar las supersticiones, que se desarrollaron a principios del siglo XVII, en el Caribe hispano, utilizando la documentación inquisitorial proveniente del Tribunal de Cartagena de Indias, institución que estaba a cargo de supervisar los asuntos de fe en la cuenca caribeña, hemos podido identificar una serie de señalamientos de gran importancia para el estudio histórico de la región. También, logramos establecer unas ideas que nos describen la particularidad de las creencias de la sociedad colonial, así como la funcionalidad de la Inquisición en la zona caribeña. Curiosamente, el Tribunal de Cartagena de Indias fue el centro inquisitorial con mayor cantidad de procesos relacionados a las supersticiones. Se han identificado, al menos, durante el siglo XVII, unos 264 procesos relacionados a estas prácticas. Porcentualmente hablando, esto representa el 37.8% del total de procesados. Quisiera aclarar, que aunque la burocracia inquisitorial, fue una de las más efectivas y competitivas de su época, no siempre podemos contar con la documentación de todos los procesos. Por experiencia en el proceso de investigación, hemos encontrado referencias a causas no detalladas pero que aparentemente fueron desarrolladas de manera formal u oficial. En cuanto a las creencias de la sociedad colonial, podemos indicar que estas eran producto de un mestizaje, que no solamente se había desarrollado tanto en el aspecto genético o étnico de la población, sino que el mestizaje desarrollado implicó un sincretismo cultural entre los grupos afectados. Es importante recalcar que la sociedad colonial del siglo XVII llevaba sobre un siglo de existencia y que anteponía una correlación entre el grupo dominante y las ideas propagadas por estos; sin que ello, quiera decir, que se erradicaron las ideas o la cultura de los grupos subyugados. El elemento ibérico, aunque dominante, no era omnipotente. Las culturas indígenas y las poblaciones de origen africano, que pasaban por un proceso de transculturización, mantuvieron presente una serie de elementos propios que los identificaron como entes sociales distintos al grupo autoritario. Una de las primeras ideas que podemos refutar es la creencia que establece que las prácticas supersticiosas eran exclusivamente parte de la idiosincrasia de los grupos sometidos, los cuales en un principio no seguían el cristianismo como creencia religiosa. Aunque es cierto que la población negra fue relacionada con el surgimiento de sectas diabólicas, vemos que esta práctica solo fue desarrollada en el 26.7% de las causas de fe relacionadas a las supersticiones en el Santo Oficio en Cartagena de Indias. Esto nos deja, con casi tres de cada cuatro procesos relacionados con el delito de hechicería, crimen de fe que predominó dentro de la población blanca. Contrario a los africanos, que habían sido educados originalmente en un ambiente de creencias politeístas y animistas, la población blanca española y portuguesa se había desarrollado en un contexto supuestamente cristiano. Sin embargo, esto no impidió el desarrollo de prácticas supersticiosas dirigidas hacia tres elementos de la vida cotidiana: los avatares del amor, la búsqueda del conocimiento oculto y la suerte en los juegos de azar. La documentación inquisitorial nos ha demostrado que la hechicería, no fue vista como una amenaza al orden social, económico ni político de la colonia. La razón principal fue que los sucesos de hechicería eran casos aislados que en ningún momento constituyeron amenazas graves contra el Estado. No obstante, la población general, desde las clases más altas, hasta los esclavos e indios, pasando por todas las castas, demostraron sentir cierta necesidad de cubrir por medio de hechizos y sortilegios la falta de conocimientos y la búsqueda de felicidad que la Iglesia, y mucho menos, el Estado proporcionaban. Otro renglón de sumo interés que encontramos en la población negra, procesada por brujería, es que estos desarrollaron un sistema ceremonial, que más que una expresión religiosa, representó un desafío a las autoridades coloniales. La realización de juntas, donde se le rendía culto a la figura del demonio, fue una de varias faltas a la fe cristiana y al ordenamiento jurídico colonial, más cuando ambos aspectos estaban unidos. Al crimen de adoración demoniaca se pueden añadir otros delitos considerados graves, tales como: los asesinatos, la profanación de tumbas, el canibalismo y, más que todo, las supuestas conspiraciones que los negros podían generar en sus reuniones nocturnas contra el orden político, social y económico de la colonia. De la misma manera se aprecia la existencia de similitudes entre los cultos demoniacos en el Caribe con los efectuados en Europa. Las ocho características principales que se tienen sobre la brujería europea se pueden demostrar claramente en la brujería caribeña. Estas son: pacto con el diablo, repudio al cristianismo, profanación de la eucaristía, los viajes nocturnos, reuniones en la noche y en secreto, sacrificio de niños, el canibalismo y las orgías. La figura del macho cabrío, es otro símbolo que nos lleva más a los cultos agrarios celtas que a las creencias africanas. Claro está, no podemos negar algunos de los elementos africanos que se dieron en los aquelarres caribeños. Entre ellos, podemos mencionar los banquetes con comida tradicional africana, donde se consumía jabalí, arroz y plátano, además de la importante presencia que representó el árbol en el lugar de culto, ya que este es uno de los elementos que más manifiesta las creencias africanas al sur del Sahara. Otro aspecto histórico, que encontramos en este estudio, fue la utilización de las creencias paganas de los indígenas por parte de cristianos, que buscaban su propio beneficio. El caso de Luis Andrea, aunque único en la documentación estudiada, nos hace sospechar, que pudo haber ocurrido en diversidad de ocasiones sin que ninguna autoridad se hubiera percatado. Vemos, como el supuesto demonio, que se hacía llamar Buciraco, pero que tenía características europeas, tales como uso de botas, espuelas y lanza, que en ocasiones era llamado licenciado y que llegaba a las juntas a caballo, fue solo una artimaña de uno de los conquistadores para aprovecharse de la ignorancia de la población indígena. Este personaje, creó todo un andamiaje estructural dentro de esta comunidad dirigido a enriquecerse con los tributos recibidos. De forma general, la mayoría de los procesados por superstición eran de composición racial blanca. De los cuarenta y cinco reos, veinticinco pertenecían a este grupo, lo cual representa el 55.6%. Aunque en sus causas, no se les pudo relacionar con pacto o trato explícito con el demonio, actitud severamente rechazada dentro del cristianismo, la búsqueda de soluciones fuera de los preceptos religiosos era condenable de igual forma. La Inquisición como institución a cargo del control social de la colonia fue un aspecto que no puede ser negado. El uso de la Inquisición como instrumento de poder por parte de la Corona fue un elemento que se pudo comprobar mediante este estudio. Aunque la Inquisición era una institución eclesiástica destinada a vigilar las desviaciones de fe, los poderes seculares la utilizaron como un mecanismo en contra de grupos que eran considerados enemigos del Estado o del orden que se quería preservar. A su vez, el Estado, decidía cuándo y dónde utilizaba a los inquisidores. Este es el caso de una misiva que la Corona envió para que la Inquisición desistiera de procesar a los cientos de esclavos acusados por cuatro de sus compañeros de seguir la brujería, ya que el inicio de un proceso de esta envergadura hubiera afectado la economía de la región al detener la producción minera. Otro aspecto que hemos rechazado, por lo menos, sobre la región estudiada, fue la imagen sanguinaria que se tiene de la Inquisición y que es presentada por la leyenda negra. En el caso del Tribunal inquisitorial de Cartagena de Indias, allí no hubo grandes autos de fe ni se ejecutaron a decenas de personas. En los casos por superstición las penas fueron mínimas, a tal punto, que algunos reos decidieron continuar con sus prácticas luego de haber sido sentenciados. Ninguno de estos procesados fue ejecutado. En otros casos, la propia institución, desde su Consejo Supremo decidió disminuir sentencias que consideraba severas. De hecho, en un periodo de veintidós años solo hubo dos ejecuciones, ninguna relacionada con superstición. La razón primordial de la ejecución de estos dos reos fue el asumir una actitud de obstinación, al no quererse arrepentir de sus acciones heréticas. La Inquisición, desde el punto de vista religioso buscaba mantener la fe católica y cada proceso tenía como objetivo el salvar las almas de los procesados y convertirlos en buenos cristianos. La realidad documental nos ha presentado una Inquisición que seguía unas normas establecidas y que se autoevaluaba con una serie de procedimientos tales como las instrucciones desde la Suprema y las visitas de inspección. Aunque no se ha encontrado evidencia de visitas de fiscalización en Cartagena de Indias, la capacidad de la Suprema en mantener una actitud recta entre sus inquisidores siempre estuvo latente con el envío continuo de órdenes específicas para atender los distintos tipos de procesos. A todo esto, no se puede negar que hubo abusos, atropellos y malos tratos de parte de algunos inquisidores que teniendo el poder en sus manos lo utilizaron en su propio beneficio. Por último, debemos indicar que la idiosincrasia caribeña es una multicultural desde los tiempos coloniales. El Caribe fue centro de disputas entre las potencias europeas, también fue lugar de acopio y trasbordo de los esclavos africanos, los cuales nunca representaron una sola etnia. La cuenca caribeña, en sí, fue un gran mosaico, donde se mezclaron genes y culturas durante siglos y que hoy día han producido una población llena de diversidad y con una gama de sabores que es única en su clase. Referencias bibliográficas primarias: Archivo Histórico Nacional en Madrid (AHN) Sección: Inquisición Libro 1008: Libro primero de cartas del Tribunal de Cartagena de Indias al Consejo de la Inquisición: 1610-1618. Libro 1009: Libro segundo de cartas del Tribunal de Cartagena de Indias al Consejo de la Inquisición: 1619-1624. Libro 1010: Libro tercero de cartas del Tribunal de Cartagena de Indias al Consejo de la Inquisición: 1625-1630. Libro 1011: Libro cuarto de cartas del Tribunal de Cartagena de Indias al Consejo de la Inquisición: 1631-1638. Libro 1020: Libro primero de relaciones de causa de fe del Tribunal de la Inquisición de Cartagena de Indias: 1614-1637. Libro 1023: Libro cuarto de relaciones de causas de fe del Tribunal de la Inquisición de Cartagena de Indias: 1676-1698. Legajo 1620, expediente 1 y 10. Fuentes secundarias recomendadas: Alcalá, Ángel, et al.: Inquisición española y mentalidad inquisitorial, Barcelona, Ariel, 1984. Bennassar, Bartolomé: Inquisición española: Poder político y control social, Barcelona, Grijalbo, 1981. Caro Baroja: Las brujas y su mundo [1961], 11ª reimpresión, Madrid, Alianza Editorial, 1995. Escudero, José A. (ed.): Perfiles jurídicos de la Inquisición española, Madrid, Instituto de Historia de la Inquisición, Universidad Complutense de Madrid, 1992. García Cárcel, Ricardo: La leyenda negra, historia y opinión, Madrid: Alianza Editorial, 1992. Henningsen, Gustav: El abogado de las brujas: Brujería vasca e Inquisición, trad. Marisa Rey-Henningsen, Madrid, Alianza Editorial, 1983. Lisón Tolosana, Carmelo: Las brujas en la historia de España, Madrid, Temas de hoy, 1992. Kamen, Henry: La Inquisición española, nueva edición totalmente reescrita y puesta al día por el autor, trad. Gabriela Zayas, Barcelona, Crítica, 1985 Maya Restrepo, Luz A.: “África: Legajos espirituales en la Nueva Granada, siglo XVII”, Historia crítica, Núm. 12, 1996, págs. 29-42. _____: “Paula de Eguiluz y el arte del bien querer, apuntes para el estudio de la sensualidad y del cimarronaje femenino en el Caribe, siglo XVII”, Historia crítica, Núm. 24, 2003, págs. 101-124. Pérez Villanueva, Joaquín (dir.): La Inquisición española: Nueva visión, Nuevos horizontes, Madrid, Siglo XXI, 1980. _____ (dir.): Historia de la Inquisición en España y América, Madrid, Centro de Estudios Inquisitoriales, 1984, 3 vols. Russell, Jeffrey B. y Brooks Alexander: A History of Witchcraft: Sorcerers, Heretics & Pagans, 2a ed. aumentada, New York, 2007. |
Pablo L. Crespo Vargas
pablo.crespovargas@gmail.com
Gentileza de Akelarre: historia y ficción
http://editorialakelarre.blogspot.com/ lunes, 30 de septiembre de 2013
Link del artículo:
http://editorialakelarre.blogspot.com/2013/09/brujeria-hechiceria-e-inquisicion-en-el.html
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