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La ciudad de Camagüey: diversidad comunitaria |
(Cubarte).- La más relevante comunidad en toda su comarca es, sin dudas, la ciudad de Camagüey, que como toda capital (incluidas las capitales provinciales) deviene una compleja y rica comunidad de comunidades que, como es su caso, trasciende notablemente a las diversas poblaciones implícitas en la misma provincia y otras aledañas; su “zona fundacional”, o “casco histórico”, o “centro”, como le reconocen sus propios moradores, es por supuesto la más tradicional de todas, con la consecuente concentración de valores patrimoniales y atractivos de todo tipo; data de 1528, puesto que esta, que se presume sea la sexta villa fundada por los españoles en Cuba (exactamente en Punta del Guincho en la bahía hoy de Nuevitas, en un pequeño valle a tres kilómetros de Nuevitas, junto a una fuente de agua dulce) el 2 de febrero de 1514 (fecha de La Candelaria, su santa patrona) tuvo, al igual que casi todas, que trasladarse más al interior (al cacicazgo de Caonao) hacia 1517 por el propio Diego Velázquez, bajo los asedios piratas, y es en 1528 cuando se asienta definitivamente y hasta la actualidad, aquí, al sur de Guincho, entre los ríos Hatibonico y Tínima, para evolucionar a partir de esta comunidad que hoy se reconoce como casco histórico. |
Según su nombre fundacional, era la Villa de Santa María del Puerto del Príncipe, luego conocida como Puerto Príncipe y sus nativos, principeños; hasta que con la división político-administrativa de 1878, tras la primera contienda bélica en trazar el camino independentista, se le reconoció con el topónimo del poblado aborigen (cacicazgo) Camagüey que alguna otra fuente, relaciona con una especie de la flora local. Entre otros elementos, se identifica por un trazado urbanístico “de plato quebrado”, que algunos fundamentan era intencional para dificultar el paso de los piratas y corsarios, y otros, que se debía a la irradiación de iglesias (aun hoy, luego de perderse algunas, se conservan más de una docena de ellas) y las comunidades generadas en torno a cada una de ellas, incluidas leyendas como aquella de la carreta atascada, o la del bulto caído donde luego se divisaba una virgen, que fundamentan nuevos recintos eclesiásticos, por lo que también se le conoce como “la ciudad de las iglesias”. Pero como toda identidad, esta no es más que relativa; en fecha tan temprana como 1734, precedida por un pequeño núcleo indigente (se habla, incluso, de aborígenes) en la periferia sur en torno a una ermita, la iglesia que se levanta da oficialmente su nombre al barrio “La Caridad”, el cual, por ubicarse hacia el Camino Real de Cuba, que era bastante recto, rompe hacia una nueva identidad de trazado octogonal que antecede al neoclasicismo cubano, para devenir el único barrio ordenado de la colonia camagüeyana y el único con galerías corridas, que la Lic. Lilian Aróstegui compara con Trinidad, Sancti Spiritus y Remedio (al oeste, cercanos en tiempo y espacio), y la Dra. Concepción Otero, con la misma Habana y sus portales. Casi aledaño, con la primera Feria de la Caridad fuera del barrio de La Caridad (donde paralelamente, continuarían las exhibiciones de animales), de 1856 datan los orígenes del Casino Campestre, nombre que adquiere en 1860, y en 1916 es llamado Parque Gonzalo de Quesada y Aróstegui (nombre del reconocido albacea del Héroe Nacional, José Martí); en la actualidad, entre otros tantos focos comunitarios, es particularmente interesante en este barrio La Caridad que se haya generado el rodeo de Mario García con raíces urbanas y al mismo tiempo, toda una cultura consecuente de amor a sus caballos y otros animales, que nos descubre Marianela Lezcano Rodríguez. Hacia esta periferia sureña proliferan hoy otros barrios: Vista Hermosa, El Jardín, Piña, Las Delicias, La Carbonera, La Gloria, La Esperanza, La Nueva Esperanza… hacia el suroeste, de nuevo en torno al Camino Real de Cuba, La Belén y Ramírez; al sudeste, Torre Blanca, La Mosca, Salomé, Marquesado, Mella, El Retiro, Versalles, Van Horne, San Antonio, Jayama y Alturas de Jayama. Al este del casco histórico se expanden Garrido, La Zambrana, La Norma, Las Mercedes, Guernica, Saratoga, y alejándose al nordeste, San Francisco y Lenin de la Paz; al norte, América Latina, Beneficencia, Florat, 9 de Abril, La Vigía, Caridad de Méndez, Cándido González, Edén, Alturas de La Vigía, Villa Rufa, Vista Alegre, Bella Vista, Buenos Aires, Villa Mariana, Juruquey, Fraternidad y La Matanza; se alejan hacia el noroeste, Simoni, Agramonte, Alturas del Cerro, Juanito, La Mascota, el micro distrito Ignacio Agramonte, Modelo e Imán, y hacia el oeste, Sánchez Soto, Previsora, Vista Bella, Nadales, San Miguelito, El Porvenir, Vietnam Heroico, Montejo y Las Flores. Nada de esto agota, ni con mucho, la riqueza comunitaria existente en la Ciudad de Camagüey con las típicas tejas de sus techos, ubicada en un paisaje llanero a pesar del cual, las calles circundantes hacen sentir el paso, amenizado sobre todo, por la diversidad. Algunos barrios, tanto en la periferia como hacia el centro, se han identificado desde sus raíces y hasta la actualidad, por los más humildes pobladores: Piña, Palma, El Timbalito, Florat… otros fueron, en determinado momento histórico, sede de las más adineradas familias, sobre todo durante la primera mitad del siglo XX: Vista Hermosa, El Retiro, Montecarlo, Boves, Puerto Príncipe… en esta última por ejemplo, se levanta la llamada “Casa Niemeyer”, construida por un croquis hecho por el afamado arquitecto, al que durante su luna de miel conoció el matrimonio en Brasil. Más allá, abundan los barrios en que pululan ciudadelas y cuarterías como la Batista (fuente: Patricia Mujica) y zonas enteras en que coexisten mejores y peores condiciones, tales como El Jardín y Guernica, nombre debido al pueblo vasco masacrado por los nazis, que Picasso inmortalizó. Todas y cada una de estas comunidades ostentan su propia identidad y sus valores patrimoniales, tanto tangibles como intangibles, muchos de ellos en torno a su iglesia y su plaza; en El Carmen (antiguo barrio pobre hacia el centro) cada 29 de junio queman a San Pedro, en torno a las fiestas de San Juan que inician cada 24 de junio; se destacan los mercedarios y la Iglesia de San Juan de Dios, donde el Padre Olayo (cuya canonización ya está aprobada) limpió el cuerpo del patriota insigne del Camagüey, el independentista Ignacio Agramonte (por el cual la región suele denominarse igualmente, agramontina), única iglesia que conserva sus pisos interiores de ladrillos, y una Santísima Trinidad toda con figuras humanas, de las que en el mundo sólo se conoce algún ejemplo en Perú y quizás, otro en Europa; o la Iglesia de San Francisco de Asis que con los catalanes, levantó la hija del primer historiador local, a la que denominaron “Señorita Medio Millón” por el precio que había costado esta obra; o la Parroquial Mayor hacia el Parque Agramonte, luego Catedral, donde el Papa Juan Pablo II, en su visita a Cuba en 1998, recién proclamaba desde 1997 la arquidiócesis para obtener en Camagüey, la tercera provincia eclesiástica de Cuba. Continuará... Ver:
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Avelino Víctor Couceiro Rodríguez
vely175@cubarte.cult.cu
Publicado, originalmente, en el Portal Cubarte http://www.cubarte.cult.cu/ , 3 de julio 2008
Foto tomada de internet
En Letras-Uruguay ingresado el presente trabajo el día 22 de abril de 2013
Autorizado por el autor, al cual agradecemos.
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