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Chinos en Cuba: breve introducción
por Dr. Avelino Víctor Couceiro Rodríguez
vely175@cubarte.cult.cu

Palabras para delegaciones chinas en Cuba, al pie del Obelisco a los Chinos que lucharon por la independencia de Cuba. Línea y L, entre El Vedado y La Rampa.

 

Buen día, bienvenidos a Cuba, a esta Habana capital de todos los cubanos, y en particular, a nuestro municipio Plaza de la Revolución, capital de capital, que tanto nos complacemos en recibirlos… en esta esquina de Línea y L entre La Rampa y El Vedado, estamos esta mañana ante uno de los principales monumentos erigidos a los chinos en Cuba, pero los chinos tienen muchísima más importancia en la historia y en la cultura cubanas.

El 3 de junio de 1847, llega a La Habana procedente de Cantón en China, el primer barco con chinos entonces en condiciones de esclavitud para ir sustituyendo la mano de obra que ya no podían importar de África, hace ya más de 166 años, pero desde mucho antes había ya un imaginario sobre los chinos en nuestro país, que extendían a los filipinos, yucatecos y otros con rasgos similares. Llama la atención cómo, a pesar de ser culturas tan distintas y distantes, casi de inmediato llegaron a prácticamente, las más alejadas comunidades cubanas, a la par que se integraron en todas las manifestaciones de la cultura cubana casi sin excepción, lo que se consolida y diversifica mucho más en el tiempo con las próximas oleadas de inmigrantes incluso transculturados ya por terceros países, como los chinos que nos llegarían por vía de los Estados Unidos.

Los chinos fueron muy conocidos en Cuba por su laboriosidad, cultivando verduras donde quiera que llegaran, en el comercio y en diferentes servicios que ofrecían, enriqueciendo la cultura culinaria cubana desde lo más popular hasta lo más elaborado, en la religiosidad por ejemplo con San Fankón y su buda chino, su calendario y toda su ritualidad y celebraciones, incluso en el ñañiguismo cubano y en el resto de la cultura asociativa cubana, y en la cultura funeraria, por ejemplo con el Cementerio Chino en el Nuevo Vedado de nuestro municipio, único lugar de Cuba que conserva el culto budista a cielo abierto; en la cultura festiva y la danza, con la danza del León y la comparsa del Dragón desde el Barrio Chino de La Habana, pero que los chinos desde mucho antes ya habían rebasado con creces por todo el país, su teatro que trascendió como personaje del teatro vernáculo cubano o teatro bufo, y todo el resto del teatro cubano, su ópera, y abundan al margen de las raíces étnicas en todos los estratos y contextos sociales cubanos, en otras comparsas que se hacían llamar “Los chinos” y otras variantes, en la literatura, en las artes visuales con descendientes tan relevantes como Wifredo Lam y Flora Fong entre otros, en los audiovisuales y la radio, en diversas artes marciales, en la cultura ambiental cubana, en el erotismo, en los juegos y los deportes, la cultura farmacéutica, la medicina y otras manifestaciones de la cultura científica cubana, en la estética, en la filosofía, en el vestuario, la decoración y otras costumbres, en las artes circenses, en la música en canciones e incluso con instrumentos como la corneta china entre otros, en zarzuelas como Rosa La China, en el piropo y el pregón, en los dichos y la sabiduría popular, en personajes populares aun cuando no fueran de ancestros chinos; importaron a Cuba sus propias diferencias internas y confrontaciones políticas y de todo tipo, con su prensa en su propio idioma, y un vasto etcétera, prácticamente infinito.

 

Acto del día 2 de diciembre del año 2013
al pie del Obelisco a los Chinos que lucharon por la independencia de Cuba

No falta comunidad cubana que sea exponente de no pocas de estas huellas chinas en el pueblo cubano, y abundan los diversos tipos de monumentos al legado chino en la cultura cubana. Sin embargo, sin la menor duda, este donde nos reunimos hoy, es uno de los más representativos, y todo cubano lo conoce como el Obelisco a los chinos que lucharon por la independencia de Cuba, y el parque del Obelisco a los chinos. Se pensaba inaugurar el 10 de octubre de 1931 en homenaje al inicio de la gesta independentista cubana, pero por los acontecimientos internacionales y Japón en la Manchuria, hubo que posponerlo 15 años, cuando ya había finalizado la II Guerra Mundial, el viernes 12 de abril de 1946, a las 12 del día, auspiciada por la Asociación de Veteranos de la Independencia de Cuba y presidida por el entonces Presidente de la República, con motivo de la visita de una flotilla de ocho unidades de guerra china a La Habana. En un ángulo frente al monumento y con ofrendas florales, fue inaugurado con prólogo del Dr. Ti – Tsun Li, enviado extraordinario y ministro plenipotenciario de la República China en Cuba.

Acto del día 2 de diciembre del año 2013
al pie del Obelisco a los Chinos que lucharon por la independencia de Cuba

 

Se trata de un obelisco octogonal de mármol negro con dos tarjas, obra de Fritz Weigel. Una columna de granito negro de 8 metros de altura, con siete piezas de 99 centímetros de alto y 1.10 metro de diámetro en su parte más ancha. La cima de la columna es de granito pulido a brillo de espejo, y al igual que la base luce anillos de bronce. En el texto de la inscripción se lee: “Este monumento es erigido a la memoria de los chinos que combatieron por la independencia de Cuba. Inaugurado el día 10 de octubre de 1931.” Otra tarja de bronce escrita en chino y en castellano, costeada por la colonia china tiene la siguiente inscripción: “No hubo un chino cubano desertor. No hubo un chino cubano traidor. Gonzalo de Quesada”, quien era el albacea del Héroe Nacional de Cuba, José Martí, muerto precisamente en la gesta independentista en 1895. Este obelisco es significativo en este lugar además, donde ya inicia el edificio en altura con el López Serrano en 1930 y la estatua del conde de Pozos Dulces abre sus brazos en bienvenida a todo el que por esta Rampa, llegue a su Vedado desde el este de la ciudad, y del país, hereda el urbanismo histórico del Vedado modificado por la costa en esta también histórica calle Línea, de las primeras y más importantes calles extramuros con raíces en el siglo XVI entre el río y aquella villa de San Cristóbal de La Habana que acaba de cumplir su 494 aniversario.

En todas las gestas libertarias cubanas, los chinos también protagonizaron. No es casual que todavía Cuba era una colonia española, y ya los cubanos exiliados en Cayo Hueso al erigir el primer monumento conmemorativo, un cenotafio a los que se habían sacrificado por Cuba en una pirámide truncada a la sombra de un mamoncillo en el cementerio local, incluía los nombres de tres chinos: el capitán Tancredo, José Anelay y Sebastián Sian, entre “los más ilustres cubanos”. No se puede olvidar que al instaurarse la República, entre los primeros propuestos para Presidente del país, hubo tres que no eran nacidos en Cuba, y entre ellos, un chino. Estamos esta mañana entonces, frente a un monumento dedicado a todos ellos, y que tampoco limita ni con mucho, toda una historia que aun hoy, continúa dando muchos y muy saludables frutos solidarios. Bienvenidos entonces a este país, a esta ciudad, a este municipio que es también su casa, y muchas gracias.  

Avelino Víctor Couceiro Rodríguez
vely175@cubarte.cult.cu

 

En Letras-Uruguay ingresado el presente trabajo el día 3 de diciembre de 2013


Autorizado  por el autor, al cual agradecemos.

 

 

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