Una Educación Progresista, como camino a la equidad social
Prof. Dr. Guillermo Cortés Lutz
Administrador Educacional 
Grupo De Estudios de Atacama GEA

Educar es formar al hombre hasta su estado perfecto en cuanto hombre, que es el estado de la virtud”.

Santo Tomas de Aquino

Educar es sin duda la transformación permanente y en lo posible sistemática y razonada  del ser humano; mujer y hombre , hacia una constante , hacer el bien, es decir  partiendo de la emoción ante la vida y el aprendizaje, pasar a ser un sujeto que conoce, reflexiona, critica, participa y propone  activamente en el proceso de enseñar y aprender  y con ello se inclina  al progreso social y la democracia económica y política de la comunidades y de la sociedad. En palabras de Santo Tomas,  propender al bien o sea la virtud. ( Suma Teológica, parte III, cuestión 61, artículo 1).

Siguiendo la misma línea argumentativa, GEA – Atacama, piensa que la educación es el proceso critico - participativo de enseñanza   aprendizaje,  para la promoción del ser humano y la creación de un sociedad más fraterna. En esta línea se plantea también El Doctor Juan Casassus, quien   ha venido exponiendo como  tesis de su pensamiento pedagógico ;  que en la medida que existe apertura y  un clima  emocional  pertinente,  donde se den fuertes anclajes emocionales,   habrá buen aprendizaje.

De esta forma la educación como ciencia y como acto humano,   podrá detenerse de la vorágine competitiva -  globalizadora  y reflexionar que busca: éxito  en los ranking,   éxito en el ingreso a las universidades, o se decanta  por el ya mas que dudoso concepto de calidad,  termino extraño  y exportado de otras ciencias y cuya aplicación en educación  ha sido no solo incomprensible ,sino que un escollo para una buena educación.  

 Esta propuesta, de una educación con base en lo social , a partir de las emociones,  también encuentra apoyo teórico - practico en las investigaciones  y  acciones pedagógicas de  la corriente de la educación democrática, progresista  y antiautoritaria, al respecto  se puede revisar ampliamente desde principios del siglo XX, partiendo con John Dewey,  Alexander  Neill y su Summerhill, Jean Piaget, Joel Spring, Iván Ilich, Paulo Freire,  entro otros,  quienes  postulan  que  en un ambiente de grata emocionalidad, lógicamente quien enseña se siente cómodo y en un máximo como educador, y el que aprende derriba los muros de la distancia y logra un potencial cognoscitivo, a la vez que se humaniza. De esta forma el enlace    emocional es un componente troncal  cuando se emprende proceso de educar,   y  por lo tanto debe ser incluido como parte del diseño o planificación  para lograr  aprendizajes profundos (Cf. Beas, Santa Cruz, Thomsen y Utreras, 2003) y  significativos, nos parece que   afortunadamente esta afirmación es extrapolable a  cualquiera de los niveles de la educación formal, incluso informal.

Otro hecho  que advertimos es  que ya  no es posible y hasta poco riguroso,   hablar solo desde la óptica de las ideas, ese  sola mirada ya no sirve,   en  palabras de cientista educacional Dr. Wilfred Carr    Hay que oponerse  a la tentación de hablar  desde el escritorio,  hay que abandonar el aislamiento y la ignorancia autocomplaciente,  ya que la teoría es una dimensión indispensable de la práctica  ( Wilfred Carr, 2002).  De allí  la necesidad y lo fundamental  de contar en cualquier reforma, estudio,  o propuesta sobre educación  con la opinión y el concurso del colegio de profesores, actores protagónicos  en cualquier actividad sobre lo educativo, por que como lo expreso  el pedagogo  Soviético,  Anton Makarenko:  El profesor es  quien crea y organiza la colectividad, y allí se produce el circulo virtuoso del aprender.

No es posible seguir con un tipo de educación que evita lo social y político ( en cuanto a participación, individual, comunitaria y social), y  pone el acento en la competencia, en las mediciones estándar  y no en la colaboraron, así creamos una sociedad  individualista, frustrada e  inhumana, lejana a una emocionalidad creadora. La emociones en educación, dice Juan Casassus, es el principal factor que explica las variaciones en el rendimiento de los alumnos, las emociones sirven para pensar mejor. ( Casassus , 2007, Pág.  239). Por ello una buena  educación   es una educación social que propende al bien,  e inclinarse al bien es buscar una alternativa de progreso,  distinta a lo que hoy existe, donde el  mercado nos ha querido hacer ver esta tipo de educación  como lo valido y lo moderno, a pesar de estar absolutamente en contraposición  con los principios básicos y verdaderos de la educación y la pedagogía, que siguen siendo;  La Justicia , la participación, la tolerancia, la democracia  política, social y especialmente económica, en suma  el bien para la integralidad humana.  

Bibliografía Referencial.

BEAS,CRUZ,THOMSEN,UTRERAS: Enseñar a pensar para aprender mejor, Ediciones Universidad Católica de Chile, 2003.

CASASSUS,Juan: La Educación del ser emocional, Ediciones Índigo / Cuarto Propio , 2007.

CARR,Wilfred: Una Teoría para la Educación, Ediciones Morata S.L., 2002

TOMAS DE AQUINO, Santo. Suma Teológica, Reedición

TRILLA et al. El legado pedagógico del siglo XX a la Escuela del siglo XXI, editorial Graó, 2005

Prof. Guillermo Cortés Lutz
Doctor en Historia - Académico e Investigador Universitario
Grupo de Estudios de Atacama GEA Copiapó – Chile
gea_atacama@yahoo.es  

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