Introducción
Aproximación a la Vorágine
«El
hombre a pesar de la libertad de su pensamiento, debe rendirse ante la
finitud de su tiempo, sin que el otro tiempo le permita ninguna absolución».
«Loco gasté mi juventud lozana / en subir a la cumbre prometida, / y hoy
que llego, diviso la salida / del sol tras una cumbre más lejana».
Jose
Eustasio Rivera
El
trabajo escrito planteado entorno a La vorágine de José Eustasio
Rivera, representa la aproximación a conceptos propios de la
literatura realista colombiana.
Se
esboza, además, en realizar un acercamiento a la realidad social vivida
por los caucheros en la época (pues la obra es considerada también como
un documento de denuncia social); a los paisajes de las selvas del Orinoco
y del Amazonas descritas por Rivera, y en general a un texto que
representa el inicio de la narrativa regionalista en Colombia por medio de
la novela.
Se
efectúa un bosquejo de los personajes que participan en la trama de la
novela, entre ellos de Arturo Cova. Se da cuenta de una biografía
completa del autor y se establece una serie de objetivos a alcanzar
mediante la realización del trabajo.
Objetivo general y específicos
Objetivo general
Realizar
un análisis literario completo de la obra La vorágine de José Eustasio
Rivera.
Objetivos específicos
Establecer
mediante la obra una aproximación a la literatura realista.
Realizar
una aproximación a la narrativa regionalista.
Reconocer
el valor literario de la obra La vorágine.
Establecer
las diferencias entre los personajes, mediante un análisis psicológico
de su pensamiento.
Producción
de textos tipo ensayo, relacionando diversos aspectos de Arturo Cova y su
comportamiento.
Producción
de un texto argumentativo refiriendo
los distintos acontecimientos de la novela con el titulo.
Biografía
JOSÉ EUSTASIO RIVERA
Escritor
huilense (San Mateo, hoy Rivera, febrero 19 de 1888 - Nueva York,
diciembre 1 de 1928). José Eustasio Rivera nació en el camino que iba de
San Mateo a Neiva, en el seno de una familia modesta, de escaso poder económico
y dedicada a distintas labores relacionadas con el campo. Su padre fue
Eustasio Rivera, casado con Catalina Salas, matrimonio del que nacieron
once hijos. Educado por religiosos, Rivera estudió en los colegios Santa
Librada de Neiva y en el San Luis Gonzaga de Elías. Desde el colegio,
sobresalió por sus habilidades para las matemáticas y las letras. Muy
pronto comenzó a ser reconocido por sus poemas y sonetos. De 1906 a 1909
son los poemas "Gloria", "Tocando diana", "En el
ara", "Duo de flautas", "Triste", "Aurora
boreal" y "Diva, la virgen muerta", este último dedicado a
la memoria de su hermana Inés. Rivera desarrolló un estilo muy personal
en el que se aproxima a la geografía Colombianaza. En términos
generales, la totalidad de la obra de José Eustasio Rivera se encuentra
relacionada con el sentido trágico de la vida.
En
1906 Rivera ganó una beca para ingresar a estudiar en la Escuela Normal
de Bogotá. En 1909 se trasladó a vivir a Ibagué y trabajó como
inspector escolar.
Escribió
algunos dramas teatrales como Juan Gil. En 1917 se graduó como abogado
con la tesis "Liquidación de las herencias". De una selección
de más de 300 sonetos escritos desde su infancia en Ibagué, surgió
Tierra de promisión.
Después
de la muerte de su padre, en 1922, Rivera se trasladó a Sogamoso y comenzó
a escribir La Vorágine. Por esta época fue designado secretario abogado
de la Comisión Limítrofe Colombo-Venezolana, y el 19 de septiembre de
1922 partió con esta Comisión rumbo a Girardot. Siguiendo la ruta del río
Magdalena abajo, pasaron por Barranquilla, Puerto Cabello, La Guaira y
Puerto España. Entraron por el Orinoco hasta Ciudad Bolívar, antigua
Angostura, y llegaron a Caicara a finales de octubre. Antes de la
confluencia del río Meta con el Orinoco, en los raudales de San Borja,
José Eustasio Rivera, cansado por el abandono en que los tenían los
gobiernos de Colombia y Venezuela, decidió renunciar a la Comisión y
continuó solo el viaje. El 20 de diciembre llegó a San Fernando de
Atabapo, sobre la estrella fluvial del oriente que conforman las
desembocaduras de los ríos Orinoco, Guaviare, Atabapo e Inírida.
En
un caserío en Orocué, contralo paludismo y allí se reencontró con
Melitón Escobar, su antiguo compañero de comisión. A finales de enero
de 1923, se reintegró nuevamente a la Comisión. Salieron de San
Fernando, bajaron a Yavita, Maroa y Victorino, en plena selva, y sin
mapas, ni los más elementales instrumentos de trabajo, trazaron los límites,
en compañía de los ingenieros suizos con los que viajaban. Según
anotaciones en el diario del médico venezolano de la Comisión, doctor
Ramón Ignacio Méndez Llamozas, «fue en los largos y tediosos días de
la permanencia en Yavita, que José Eustasio Rivera escribió muchos de
los capítulos de La Vorágine, y fue allí donde le oí leer algunas páginas
de la obra». A finales de mayo regresaron a San Fernando, y Rivera decidió,
con Melitón Escobar, retornar al país.
Durante
el viaje de vuelta, Orinoco arriba, Rivera se dedicó a tomar nota y a
recoger toda la documentación existente sobre el abandono en que vivían
los colombianos en las fronteras. Así conoció la explotación inhumana
de los caucheros en las selvas de Colombia, Venezuela y Brasil, y la fatídica
historia de los capataces de la Casa Arana, que dominaban los territorios
entre los ríos Putumayo y Caquetá. El 18 de julio de 1923, Rivera envió
desde Manaos al Ministerio de Relaciones Exteriores, sus denuncias sobre
las injusticias y crímenes cometidos a los colombianos en las fronteras.
El 12 de octubre regresó a Bogotá. Entre abril y mayo de 1924, luego de
organizar una Junta Patriótica de Defensa Nacional en Neiva, se dedicó a
escribir artículos de denuncia en la prensa nacional, pero sus
advertencias y peticiones no fueron acogidas.
La
Vorágine se publicó en abril de 1924, en la Editorial Cromos de Bogotá.
La novela fue escrita durante dos años, y corregida en seis meses, entre
Sogamoso, San Fernando de Atabapo, Yavita, Maroa y Neiva. Según Isaías
Peña, algunos de los elementos que confluyen en la novela son: «El
sentimiento trágico de la vida, como lente condensador, y los celos como
ingrediente permanente de la relación de pareja».
La
historia de Arturo Cova, protagonista de La Vorágine, es la historia
nuestra, es la historia desolada de los caucheros esclavizados en las
fronteras de Venezuela, Brasil y Perú. Sin caer en la sociología
literaria, Rivera logró fundir magistralmente la tragedia colectiva de
los caucheros, con la tragedia individual de Arturo Cova, su vida y su
turbulento amor. «Pocos autores como Rivera en Colombia y en el
continente latinoamericano anota Isaías Peña- han tenido ese don de
hacer hervir la conciencia de los personajes de una obra. Por eso hombre y
naturaleza en esta novela son un río («grávido») que nace, crece, da
muchas vueltas, se enturbia, se golpea en los raudales, se ahonda, se
embruja y se pierde en el mar o en el cielo». En 1925, Rivera fue elegido
miembro de la Comisión Investigadora de Relaciones Exteriores y de
Colonización.
Publicó
entonces una serie de artículos en El Nuevo Tiempo de Bogotá, bajo el título
"Falsos postulados nacionales". En estos artículos, Rivera
denunció todo tipo de irregularidades, especialmente en la contratación
del oleoducto Cartagena-Barrancabermeja. Estas denuncias, que involucraban
desde el presidente Pedro Nel Ospina hasta el ex ministro Esteban
Jaramillo, provocaron un gran escándalo en el Congreso y en el país
entero. En 1926 apareció la segunda edición corregida de La Vorágine, y
Rivera empezó a escribir su segunda novela, La mancha negra, perdida años
después en Nueva York. En 1928 viajó a Cuba, a representar a Colombia en
el Congreso Internacional de Inmigración y Emigración de La Habana.
Después de cumplida su misión, se embarcó para Nueva York. Allí fundó
y dirigió la Editorial Andes, y contrató con Angel Flores y con Earl K.
James la traducción de su novela. Simultáneamente, buscó las conexiones
necesarias para pasarla al cine, sin resultados positivos a causa de sus
exigencias nacionalistas. Más adelante, publicó la quinta y definitiva
edición de La Vorágine, con más de tres mil correcciones. El 1 de
diciembre de 1928, a los 40 años de edad, José Eustasio Rivera murió en
su apartamento de la calle 73 en Nueva York, de muerte misteriosa.
Su
cuerpo embalsamado recorrió sin descanso, durante un mes y nueve días,
distintos lugares: primero en la Sixaloa de la United Fruit Company, luego
en el vapor-correo Carbonell González, por el río Magdalena, y al final
por el ferrocarril central, recibiendo en cada puerto y en cada pueblo los
homenajes que nunca recibiera en vida. Sus restos se encuentran en el
Cementerio Central de Bogotá, donde fue enterrado el 9 de enero de 1929.
Análisis de la obra
ARTURO COVA
PERSONAJE PRINCIPAL DE LA NOVELA
Es
un personaje indudablemente paradójico, en constante confrontación
consigo mismo y sus ideales; muchas veces se muestra inseguro y frágil,
pero a la vez representa gran vitalidad en la narración.
Algunos
críticos han establecido que en realidad Arturo Cova es una representación
que José Eustasio Rivera, realiza en su obra de si mismo (ver biografía
de José E. Rivera al inicio).
Muchas
veces es de alguna manera exagerado ,y su pensamiento se contradice, pero
siempre en sus diálogos denota cultura, en medio de una relación de
constantes altibajos con las mujeres.
Es
un joven que salió huyendo con Alicia (ya que sus padres la querían
casar con un terrateniente) siendo este el inicio de la novela.
Arturo
Cova, el protagonista de "La vorágine" proviene del Tolima; es
un personaje que se siente perdido en medio de su travesía, en donde se
pregunta por su viaje por la selva y las situaciones que ocurren a su
alrededor; se cuestiona constantemente por un “algo” que oriente su
existencia.
El
se caracteriza por una inmensa inestabilidad psicológica; en su
comportamiento están presentes numerosos altibajos de ánimo.
Es
un ser que idealiza su realidad y que posteriormente descubre que sus
condiciones son diferentes a las que el inicialmente deseo, es decir el
contexto al que se enfrenta realmente.
El
mismo personaje se considera una persona autoritaria y miserable, en el
mundo que el mismo ha creado en su mente.
La relación de las mujeres con
Arturo Cova
“Antes
de que me hubiera apasionado por mujer alguna, jugué mi corazón al azar
y me lo ganó la Violencia. Nada supe de los deliquios embriagadores ni de
la confidencia sentimental ni de la zozobra de las miradas cobardes. Más
que el enamorado, fui siempre el dominador cuyos labios no conocieron la súplica.
Con todo, ambicionaba el don divino de amor ideal, que me encendiera
espiritualmente, para que mi alma destellara en mi cuerpo como la llama
sobre el leño que la alimenta.”
Arturo
Cova asume un conjunto de actitudes y comportamientos que rebajan
injustamente la dignidad de las mujeres con las que el se relaciona en su
viaje; a pesar de que se siente muy atraído por ellas y es indudablemente
mujeriego.
Generalmente
piensa en la perfección de las mujeres (las idealiza) y dedica gran parte
de su tiempo a analizar sus vivencias y reflexionar sobre ellas (desde una
visión poética); sintiéndose muchas veces inconforme, asume una actitud
en la que el mismo se predestina al fracaso en el amor.
Cova
busca un “amor ideal” que sea capaz de llenar las expectativas que ha
mantenido. El se relaciona afectivamente con varias de las mujeres
mencionadas en el libro, entre ellas Griselda (la mujer de Fidel Franca)
que finalmente insta para que se fugue con Barrera, y Clarita que lo
atiende muy bien. El es abstraído por la Madona, que logra representar
algunos de los aspectos que mas lo atraen como la autoridad y el dinero
que ella posee.
/
En aquel momento me sentí pusilánime. No era que mi energía desmayara
ante la responsabilidad de mis actos, sino que empezaba a invadirme el
fastidio de la manceba. Poco empeño hubiera sido el poseerla, aun a
trueque de las mayores locuras; ¿pero después de las locuras y de la
posesión?.../ Dice Arturo Cova
con relación a Alicia
El
considera que el amor que el ha logrado adquirir de las mujeres es por
causa del azar; y que el lo ha retribuido guiándose por los instintos mas
profundos de su ser.
Las
mujeres en el libro se encuentran paralelas a la selva y las luchas
personales de Cova, en donde las mujeres son quienes lo llevan a
analizarse a si mismo.
Las
mujeres de "La vorágine" son colocadas en el lado de la selva
en la lucha de Cova contra la naturaleza: así pues su papel es
destructor. La fuerza y el misterio de la selva son paralelos a los de la
sexualidad femenina. Ambas desencadenan en el protagonista una relación
amor-odio; el hombre necesita de la jungla y de la mujer para llevar a
cabo su introspección.
“Aquella
noche, la primera de Casanare, tuve por confidente al insomnio.
Al
través de la gasa del mosquitero, en los cielos límites, veía parpadear
las estrellas. Los follajes de las palmeras que nos daban abrigo enmudecían
sobre nosotros. Un silencio infinito flotaba en el ámbito, azulando la
transparencia del aire. Al lado de mi chinchorro,
en su angosto catrecillo de viaje, Alicia dormía con agitada respiración.
Mi
ánima atribulada tuvo entonces reflexiones agobiadoras:
¿Qué
has hecho de tu propio destino? ¿Qué de esta jovencita que inmolas a tus
pasiones? ¿Y tus sueños de gloria, y tus ansias de triunfo, y tus
primicias de celebridad? ¡Insensato! El lazo que a las mujeres te une lo
anuda el hastío. Por orgullo pueril te engañaste a sabiendas, atribuyéndole
a esta criatura lo que en ninguna otra descubriste jamás, y ya sabías
que el ideal no se busca; lo lleva uno consigo mismo. Saciado el antojo,
¿qué mérito tiene el cuerpo que a tan caro precio adquiriste? Porque el
alma de Alicia no te ha pertenecido nunca, y aunque ahora recibas el calor
de su sangre y sientas su respiro cerca de tu hombro, te hallas,
espiritualmente, tan lejos, de ella como de la constelación taciturna que
ya se inclina sobre el horizonte.”
Relación de los distintos acontecimientos con el titulo de la novela
El
titulo la vorágine hace referencia a la lucha entre el individuo y su
ambiente; es la lucha de Arturo Cova con la naturaleza, la selva, la
barbarie e incluso la injusticia, que en su caso desea intentar acabar en
relación a los caucheros.
El
viaje en medio de la selva es la “Vorágine” de varios personajes, por
lo exótico, lo profuso, lo formidable, lo desenfrenado y lo fabuloso del
entorno en que ellos se relacionan.
“Vorágine”
significa, entre otras cosas, “remolino”. La palabra refiere a un
hecho de la naturaleza y, por tanto, un objeto inanimado; pero a la vez
implica la acción de engullir y, en consecuencia, la representación de
la naturaleza como una entidad capaz de realizar actos amenazantes y
asombrosos.
Finalmente
es la selva la que lo engulle, la que cautiva al personaje.
Espacio donde se desarrolla la novela
Elementos presentes en la obra
Tomados
de monografías.com
¿Por qué la Vorágine?
La
Injusticia Social
José
Eustasio Rivera. Como hombre político y funcionario publico que fue supo,
vivió de cerca y fue testigo de los atropellos que contra los
trabajadores Comitán las casas explotadoras de caucho en las selvas del
amazonas lo que los impulso escribir su novela fue, en principio la
intención de denunciar esa escandalosa situación, pero no a través de
tediosas exposiciones parlamentarias de memorables o crónicas de efímera
vida sino presentándola del modo mas vivido y realista, es decir, a través
de una historia que permaneciera lo más verídica posible y que además
cautivara por su interés y calidad estética.
La
Selva
Puede
decirse que la selva es algo más que un tema en la Novela de Rivera: es
al tiempo, una especie de personaje ubicuo y maligno es paisaje y
escenario es rareza geográfica antes prácticamente no auscultada el modo
directo y realista por un escritor, y es, también un fenómeno
estructurador capaz de señalarle a la obra un derrotero preciso e
identificador: por algo se tiene La Vorágine como novela por excelencia
de La Selva.
Nos
sustraemos de tratarla más pormenorizadamente en el capitulo de
personajes por resultar casi inasible como tal, aunque es evidente que
cumple funciones que la caracterizan dentro de este grupo. Como
"tema" su tratamiento también es complicado, por que no es un
asunto univoco y simple. Quizás lo mejor sea empezar a definirla por lo
que no es.
La
Violencia
Este,
que es un fenómeno omnipresente en nuestra historia republicana, no ha
sido, no obstante, un tema de fácil manejo para nuestros escritores.
Cuando se lo enfoca muy frecuentemente se le reduce a una acumulación
sensacionalista y hasta tediosa de cadáveres. Rivera supera este riesgo
con poesía con un lenguaje y cosmovisión realista que a la par románticos,
con la creación de una personalidad caprichosa e impredecible -Cova – y
de un personaje invisible y todo poderoso, como lo es La Selva.
Curiosamente, este tema, sin ser el principal parece el más actual de la
novela, dado que es uno de los problemas jamás superados en nuestro país.
Amor
y Honor
El
amor no se evidencia como en tema de mayor peso en la novela, pero hay que
recocer que sustenta como un principio la huida de las mujeres de Cova y
Franco y la misma búsqueda que estos emprenden. En oportunidades parecería
más apropiado hablar de desamor que de amor, pues la de estos hombres son
pasiones que surgen en situaciones confusas, una vez superadas las
condiciones de su origen, tienden a convertirse en pesadas cargas en las
que hay no poco de odio, insatisfacción, celos, fastidio, traición y
utilitarismo. Los personajes femeninos son los que sin duda, más caro
pagan las consecuencias de este confuso sentimiento; a los hombres les
quedan los sinsabores de la vida y la libertad coartada por
responsabilidades que lamentan haber asumido.
La
Eterna Guerra Entre Voluntad Y El Azar
Para
cualquier lector de La Vorágine hay una pregunta que siempre se mantendrá
vigente: ¿en qué momento la huida de Cova y Alicia se entronca en un
problema social como lo es la explotación en las caucherías? La
urdiembre que conecta estas dos historias es imprevisible y, por ello,
cabria tildarla de azarosa. Este azar – que no tiene los visos de un
destino que obre de maneja fatal e ineludible, como una especie de
inteligencia que acomoda fríamente los hechos para conducirlos a un fin
premeditado – opera contra los propósitos y la voluntad de los
personajes. Esta ultima sin embargo, se mantiene y es una constante que
revela la esperanza nunca perdida y la conservación de la dignidad human,
que en algunos personajes secundario ha desaparecido por completo. Estos
resignados y vendidos que han abdicado al ejercicio de su voluntad no
merecen, casi siquiera ser rescataos, pese a que un intento en tal
sentido, casi siquiera ser rescatados, pese a que un intento en tal
sentido a través de notas al consulado, se hace al final de la obra.
Hombre
y selva
Uno
de los personajes principales del relato es la selva tropical, una fuerza
que termina absorbiéndolo todo. La Vorágine descubre en una
vertiente naturalista que la intensidad de la lucha entre el ser humano y
la naturaleza salvaje, esconde la explotación del hombre por el hombre y
la destrucción simultánea de las personas y la selva:
¿Yo
he sido cauchero! ¡Y lo que hizo mi mano contra los árboles puede
hacerlo contra los hombres!
El
problema no es el caucho, es una costumbre sistemática:
La
costumbre de perseguir riquezas ilusas a costa de los indios y los árboles...'
La
naturaleza se defiende, pero además es invocada por los oprimidos:
¿Por
qué no ruge toda la selva y nos aplasta como a reptiles para castigar la
explotación vil?
La
selva no quiere aplastar a todos, acude en auxilio de quienes descubren
sus milagros. Una palmera de cananguche ayudó a Clemente Silva a
encontrar el camino cuando estba perdido:
¿Sería
cierto que la palmera encumbrada en aquel destierro, como un índice hacia
el azul, estaba indicándole la orientació? Verdad o mentira, él lo oyó
decir. ¡Y creyó! Lo que necesitaba era una creencia definitiva. Y por
el derrotero del vegetal comenzó a perseguir el propio. Fue así como
al poco tiempo entró en la vaguada del río Tiquié.
Contrasta
con el desespero y la fe de las víctimas, la imagen civilizada de los líderes
y empresarios de las repúblicas latinoamericanas que en realidad es la
otra cara de la moneda de las bárbaras condiciones a que someten a sus
pueblos:
¿Cómo
pensar que nos apalearan, nos persiguieran, nos mutilaran aquellos señores
de servil ceño y melosa charla que salieron a recibirlo en La Chorrera y
El Encanto
El
Estado es el cómplice necesario:
Hasta
el gobernador negociaba en cucho... El gobernador de esta comarca es un
empresario...
"Señor
Juez cuando se desocupe de pesar el caucho, háganos el favor de abrir las
oficinas...
A
algún visitante (un biólogo francés) se le ocurre denunciar las
violaciones de los derechos humanos:
"Estos
crímenes que avergüenzan a la especie humana deben ser conocidos en todo
el mundo".
Envió
notas a Londres, París y Lima, acompañando vistas de sus denuncias, y
pasaron tiempos sin que se notara ningún remedio...
La
respuesta llega:
"¿Por
qué pretende este aventurero ponerle pauta a nuestro negocio? ¿Quién le
otorgó permiso para darlas de retratista?... ¡El infeliz francés no
salió jamás!"
Desaparecido,
desparecidos, drama que han vivido miles en toda Latinoamérica. La novela
llega al corazón de la situación del continente, de los ecosistemas
agredidos y de las gentes despojadas.
Tribu indígena de la obra
GUAHIBO:
Otros
nombres: No tienen otro nombre
conocido. Distribución: La mayoría habita en Colombia. En Venezuela se
encuentran en los llanos del Estado Apure y, más al este, en la región
de San Juan de Manapiare.
Número:
Se calcula que hay más de cinco mil en Venezuela.
Idioma:
Es una lengua independiente que no ha podido ser relacionada con las demás
conocidas.
Vivienda:
Tienen casas rudimentarias reducidas a un muro-techo y otras ovaladas, con
paredes de barrotes y hojas de palma y con techo también de palma.
Agricultura:
Los grupos que viven a las orillas de los ríos aprovechan la selva de
galería para practicar una sencilla agricultura de quema y tala; la
recolección tiene para ellos mucha importancia ecológica.
Caza
y pesca: La mayoría se dedica
a la caza y a la pesca.
Utiles:
Su especialidad es la cerámica pintada.
Matrimonio:
Son monógamos; la poligamia es exclusiva de los caciques y brujos y es
una manifestación de prestigio social. Se casan, en general, entre
miembros de la misma banda que es la unidad social más extensa a que
pertenecen.
Jerarquía:
Cada banda está dirigida por un cacique, cuya función se supone que es
heredopaterna.
Ritos:
Las técnicas shamánicas incluyen las siguientes secuencias: canto con
maraca, fumigación del paciente con tabaco, masaje y succión de la
substancia patógena.
Muerte:
El lugar donde entierran a sus difuntos se convierte por ello en tabú.
Hacen entierro secundario de los huesos.
Glosario
vorágine.
(Del lat. vorāgo, -ĭnis).
f. Remolino impetuoso que hacen en algunos parajes las aguas del mar, de
los ríos o de los lagos. || 2. Pasión desenfrenada o mezcla de
sentimientos muy intensos. || 3. Aglomeración confusa de sucesos,
de gentes o de cosas en movimiento.
arriscadamente.
adv. m. Con atrevimiento y osadía.
chinchorro.
m. Red a modo de barredera y semejante a la jábega, aunque menor. ||
2. Embarcación de remos, muy chica y la menor de a bordo. || 3.
Hamaca ligera, tejida de cordeles o fibra.
cabestro.
(Del lat. capistrum).
m. Buey manso que suele llevar cencerro y sirve de guía en las toradas.
|| 2. Ronzal que se ata a la cabeza o al cuello de la caballería
para llevarla o asegurarla. || 3. cabestrillo (ǁ cadena
delgada de oro o plata). || llevar, o traer, del ~
a alguien. frs. coloqs. agarrar de los cabezones.
pajonal.
m. Terreno cubierto de pajón. || 2. Am. Mer. y Hond.
herbazal. || 3. Arg. y Ur. Terreno bajo y
anegadizo, cubierto de paja brava y otras especies asociadas, propias de
los lugares húmedos. || 4. Cuba. Pelo enmarañado de una
persona.
moriche.
m. Árbol de América intertropical, de la familia de las Palmas, con
tronco liso, recto, de unos ocho decímetros de diámetro y gran elevación;
hojas con pecíolos muy largos y hojuelas grandes y crespas, espádices de
dos a tres metros, y fruto en baya aovada, algo mayor que un huevo de
gallina. Del tronco se saca un licor azucarado potable y una fécula
alimenticia, y de la corteza se hacen cuerdas muy fuertes. || 2. Pájaro
americano, domesticable, más pequeño que el turpial, de pluma negra y
luciente y muy estimado por su canto.
caño.
(De caña).
m. Tubo corto, particularmente el que forma, junto con otros, las tuberías.
|| 2. Tubo por donde sale un chorro de agua u otro líquido,
principalmente el de una fuente. || 3. Chorro de agua u otro líquido.
|| 4. albañal (ǁ conducto de aguas inmundas). || 5.
En el órgano, conducto del aire que produce el sonido. || 6. Cueva
donde se enfría el agua. || 7. En las bodegas, subterráneos donde
están las cubas. || 8. Galería de mina. || 9. En las
marismas, brazo de agua poco profundo. || 10. Mar. Canal
angosto, aunque navegable, de un puerto o bahía. || 11. Mar.
canalizo. || 12. Ven. Curso de agua de caudal
irregular y lento, sin ribera arenosa, por el que desaguan los ríos y
lagunas de las regiones bajas. || 13. ant. Mina o camino subterráneo
para comunicarse de una parte a otra. || ~ de escape. m.
Arg., Bol., Par. y Ur. Tubo de escape.
zurra.
f. Acción de zurrar (ǁ las pieles). || 2. coloq.
Castigo que se da a alguien, especialmente de azotes o golpes. || 3.
coloq. Continuación del trabajo en cualquier materia, especialmente
leyendo o estudiando. || 4. coloq. Contienda, disputa o pendencia
pesada, en que algunos suelen quedar maltratados. || 5. C. Real
y Tol. sangría (ǁ bebida refrescante).
mata1.
(Quizá del lat. tardío matta, estera).
f. Planta que vive varios años y tiene tallo bajo, ramificado y leñoso.
|| 2. Planta de poca alzada o tamaño. Mata de tomate. Mata
de claveles. || 3. Ramita o pie de una hierba, como de la
hierbabuena o la albahaca. || 4. Porción de terreno poblado de árboles
de una misma especie. Tiene una mata de olivos excelente. || 5.
lentisco. || 6. Col., Cuba y Ven. vegetal
(ǁ ser orgánico que crece y vive, pero no muda de lugar por impulso
voluntario). || ~ de la seda. f. Arbustillo de la familia de
las Asclepiadáceas, de uno a dos metros de altura, de hojas lineares y
lanceoladas, y flores blancas en umbela, que se abren en estío. Vive en
África y en Arabia y suele hallarse en el Mediterráneo. || ~ de pelo.
f. Conjunto o gran porción de la cabellera. || ~ parda. f. mata
baja y espesa de encina o roble, chaparro. || ~ rubia. f. coscoja.
|| saltar alguien de la ~. fr. coloq. Darse a
conocer tras haber estado oculto. || seguir a alguien hasta la ~.
fr. coloq. Perseguirlo y acosarlo con ahínco. || ser todo ~s y
por rozar. fr. coloq. U. para referirse a un negocio enmarañado que
dificultosamente se puede desenredar o aclarar. □ V. salto de ~.
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Madrid: Ediciones Taurus, 1989. Ensayo sobre los autores y movimientos
literarios del siglo XX de la literatura hispanoamericana.
Shimose
Kawamura, Pedro. Historia de la literatura latinoamericana. Madrid:
Editorial Playor, 1992. Sucinto panorama de la literatura latinoamericana
realizada por el gran crítico boliviano.
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