Y al final remata con un apéndice, donde,
punto por punto responde a sus detractores ante un proyecto de ley
presentado a la Asamblea Legislativa para cambiar la fecha de la
celebración de nuestra independencia. Así, en una exhaustiva y puntual
réplica, señala los supuestos desaciertos del Ministerio de Educación,
la Academia de Geografía e Historia de Costa Rica y el Archivo Nacional,
según consulta de la Asamblea Legislativa.
El texto cuenta con un anexo importante que va desde cantos para
celebrar la Independencia el 29 de octubre, pasando por el Plan de
Iguala con la proclama de Iturbide, la Sala 29 de Octubre que existía en
el antiguo edificio del Archivo Nacional y la celebración de esa fecha
en el mismo archivo en 1979, hasta los datos de la Independencia de
Comitán, Ciudad Real y Tuxtla el 3 y 5 de setiembre de 1821, el Acta de
Independencia de la ciudad de Guatemala del 15 de setiembre de 1821
(léase bien “ciudad de Guatemala”, ni siquiera de la provincia/país de
Guatemala e, incluso, con visos de nulidad dado que no estuvieron
presentes todos los delegados), el bando de la Diputación de León del 11
de octubre de 1821, el Acta de Independencia de Costa Rica del 29 de
octubre de 1821 y el Acta del pronunciamiento de independencia del
Ayuntamiento del Partido de Nicoya el 26 de octubre de 1821.
Antes de ello hemos conocido el hecho importantísimo de la declaratoria
del 29 de octubre “como fecha destinada a la conmemoración de la firma y
jura de nuestra Independencia Patria”, por parte del gobierno de Daniel
Oduber (1974-1978) y firmado por su Ministra de Cultura; Juventud y
Deportes y encargada del Despacho de Educación Pública, la recordada
escritora Carmen Naranjo Coto, el 3 de octubre de 1975. Aunque este
decreto tiene dos pifias, según el autor (habla de la Capitanía General
de Guatemala que de hecho y derecho ya no existía y de la Diputación
Provincial de León en su comunicado de setiembre de 1821 que no resolvió
nada para Costa Rica), es un antecedente fundamental para aspirar a que
los costarricenses en un futuro próximo celebremos la independencia de
España los días 29 de octubre.
Las conclusiones no dejan duda alguna. Cito: “Concluimos el estudio
presente con la certeza de que el 29 de octubre de 1821 es la fecha
histórica y jurídica de la Independencia de Costa Rica, así como que es
la que señala la soberanía histórica del país, ratificada en el contexto
de la época en nuestra primera constitución política, conocida como
Pacto de Concordia, el 1º de diciembre de 1821”. Lo anterior, como ya se
dijo, basado en un riguroso análisis de documentos de la época y
estudios y conclusiones de diversos historiadores e investigadores.
Vale la pena leer este alegato en favor del cambio de celebración de
nuestra independencia para que la polémica baje de la élite académica y
política a la discusión ciudadana. Así, personas que no somos
especialistas, podríamos aportar a la recuperación de lo que Miguel
Rojas llama la “soberanía histórica”, pues, al parecer, hemos venido
celebrando una independencia errónea, por tanto falsa y artificial, es
decir, de antorchas, faroles y desfiles escolares impostados en nuestras
más profundas identidades. |