XIV |
Yo soy aquel rufián del cuento triste que por no mantener frente a la amada la tímida sonrisa y la mirada sepultó un tulipán cuando te fuiste. La frialdad de tus pétalos consiste simplemente en callar que estás callada, y el dolor en tu espina reventada ¿no es acaso el temblor que en mi piel viste? No sé sino mirarte y ser pionero del antiguo espectáculo de hogueras con que ofrendan los hombres su carnero. No sabré desde ahora, en tus orillas, sino ver la extensión y las laderas incendiadas de pronto en tus mejillas. |
Fernando
Corona
Selección del libro "Ángela"
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