Entonces, con el regocijo –síntoma de qué entendían el cruce
idiomático-- de los jóvenes asistentes a la presentación, Giles y Durán
se trenzaron en una suerte de esgrima verbal en el que hicieron gala del
dominio de la materia, es decir, un intercambio de albures
“A pesar de que es una cultura popular tan amplia, reflejada en millones
de películas en las que se toca el tema del albur, pero en realidad no
hay muchos libros que lo documenten. A mí me apena que sea una cultura
tan rica, pues no se le da la importancia que tiene en el habla
cotidiana, pues muchos amigos que nos han ‘buleado’ en las oficinas, en
las escuelas, y no sé por qué o que se están riendo de mí, si sólo dije
“pásame mi chaqueta” y todos se mueren de risa. Quiere decir que sí hay
un conocimiento popular de este modo de hablar y está muy subvaluado”,
agregó.
El autor, agregó que “comentándole a Julián Romero al respecto, él dijo
que le gustaría tener un manual para tenerlo a la mano, nos empezó a
interesar tanto que el resultado final sirve como un libro de autoayuda
o de defensa personal. El libro empieza con un glosario, titulado ‘Alburario’,
para todas las partes del cuerpo humano, con todos sus sinónimos
albureros; unos que ni yo sabía; empezamos a desglosar la idea y nos
gustó tanto que empezamos a poner cosas que son en realidad importantes
como un retrato de esa picardía del mexicano para hablar en doble
sentido”.
En una conversación jocosa con Giles, dijeron que “debería ser un libro
de cabecera para los conductores de televisión, porque luego dicen cosas
al aire que el público entiende que se autoalburean. En el ‘Alburario’
Hay nombres propios, comidas y bebidas, “el salpicón de camarón”, “en
cajita feliz con monito incluido”, “la ya tan querida cuarto de libra” y
otras que sólo el mexicano es capaz de entender.
“Empezamos a discernir que también sucede con medicinas, que debe saber
cualquier boticario o médico. El libro da muestra de cómo se habla en
doble sentido. En este tipo de temas hay que estar a las vivas,
justamente por eso está diseñado como un manual, como sugirió Julián
Romero; por eso el diseño de las ilustraciones y las viñetas estuvo a
cargo de Jorge Aviña, quien hacía los trabajos para “Sensacional de
Luchas”, “Sensacional de traileros”, con toda esa gráfica que
corresponde al tema, así que el libro iba a salir y decidimos darle un
tratamiento que fuera de acuerdo al tema”, apuntó.
Dirigiéndose a la audiencia, conformada principalmente por jóvenes de
entre 15 y 17 años, les señaló: “La industria editorial en México
siempre está supeditada a los temas, y es importante conocer de todo,
ustedes como jóvenes, nosotros como chavorrucos, aunque nos verán como
que hay una brecha generacional, de todos modos compartimos mucho de la
cultura popular: el albur, el doble sentido, es parte de nuestra
cultura. Sería muy bueno que el albur estuviera presente en muchos
lugares, pero luego se satanizó un poco y se le dio un tratamiento de
vulgar y como diría Nicolás Alvarado, `tiene una sintaxis muy baja”.
Y aprovechando la coyuntura, dijo Giles: “Sobre el tema de Nicolás
Alvarado sería bueno invitarlo a hablar de albur, sobre todo porque a
nuestra generación nos tocó escuchar mucho en la radio a Chaf y Queli,
quienes fueron unos grandes difusores del albur.
“Si se requiere de un conocimiento de este lenguaje encriptado, que
siempre está mutando, no sólo en los barrios, ya hay un albur que ya es
muy abstracto y esto ya habla de la capacidad de ingenio del mexicano.
“Este libro me lo han pedido gente de cualquier clase, gente de oficina;
es un poco reivindicar esta parte de lo que realmente somos, a veces
quisiéramos tener un humor noruego o finlandés, pero no, somos así”.
En tono de broma el autor siguió departiendo y sugirió que el albur
debería ser deporte nacional, pues si fuera deporte olímpico,
ganaríamos: “imagínate a un mexicano compitiendo contra un ruso, (o
mejor una rusa). A ver si se vuelve a armar aquí en Pachuca el
campeonato, y hablar con Sergio Corona para que nos ceda la estafeta”,
dijo.
Giles, a su vez, señaló que gran parte de esta cultura se propagó en
películas como “Los Albañiles”, gracias a actores como “Pompín”
Iglesias, Manuel “Flaco” Ibáñez. Mucho de esta cultura del albur en las
películas se rebajó mucho de nivel como algo vulgar e inculto, si
quieres meterte a un barrio a echar albures, se necesita tener mucha
agilidad mental.
“Creo es una cultura que estaría padre que en los medios pudiéramos ver
más a menudo, a nuestros presidentes, como Fox, ‘la ley 3 de 3 es una
mamada’, y yo pensé: ‘a ver deme más detalles’; pues ahí uno se da
cuenta, de que ese tipo de temas no debería ser satanizado, sería muy
bueno que viéramos a los políticos hablar tal cual, Fox ha sido el
presidente más dicharachero”, recordó.
Agregaron que en el tema del albur es algo que todo mundo puede empezar
como aprender, estudiar, “así como el openenglish”. En el albur hay
muchas variantes, pero en especial están los personajes quienes hacen un
estilo; hay una parte en el libro que muestra cómo es diferente la
manera como alburea un taquero o un policía o un “viene-viene”; son
personajes que aparecen como en un cómic.
“Esta el costeño, el mesero, el carnicero, todos diferentes. Y, al final
del libro viene el ‘open-albur’, es como el nivel básico, para empezar a
manejar el albur, con ejemplos muy claros, si a ustedes le dicen, pongo
en una forma académica y muy clara, la definición”, y procedió a leer
fragmentos en el que se percibe la burla a las definiciones académicas.
El autor refirió que aprendió realizando trabajo de campo por los
barrios, y su mentor fue un maestro del albur, un integrante del staff
de grupos de rock, desde el Tri hasta Caifanes, quien le ayudó mucho a
completar el manual de albures; y que en la parte académica, recibió la
guía de Gilberto Prado Galán, quien es un palindromista de prestigio a
nivel mundial --redactor del prólogo--,“y él me explicó una figura
literaria, el calambur, que lo utilizamos para el albur, que es
descomponer en sílabas una palabra para cambiarle el sentido”, reveló
Martín Durán
“El calambur se aplica mucho en el albur, no sabemos de dónde viene el
albur, eso es un misterio, dicen que los aztecas lo usaban para burlarse
de los opresores, pero encontrar los orígenes del albur significa todo
un trabajo antropológico, en el que sería muy interesante buscar por qué
somos así, ya que no tenemos juguetes, sólo podemos jugar a la lengua.
Claro que el albur también tiene una connotación sexual, y hay quienes
dicen que hasta homosexual, porque es un toma y daca, es un juego entre
hombres. Y qué bueno que las mujeres le entren, así se rompe el
machismo”, enunció el también músico y periodista.
Más adelante Fabián Giles y Martín Durán hablaron del trabajo que Libros
Colofón dio a la edición, al cariño que le dedicaron y agradecieron a la
UAEH y a la FUL la invitación, “lo que habla de la libertad y de la
inclusión” y, con la ironía propia del autor, culminó: “Analicen comprar
un libro como éste; deberían incluirlo en los libros de texto, en la
reforma educativa, etc. Ayuda a defenderse de quienes te quieren
alburear”, concluyó el autor.
El libro fue presentado en el Polideportivo Carlos Martínez Balmori, de
la Ciudad del Conocimiento, en la mayor fiesta cultural del estado de
Hidalgo, promovida por la comunidad universitaria, a través de su
Patronato y el apoyo de la Secretaría de Cultura del gobierno federal. |