Diez mil años de historia Aymara |
El siguiente
artículo hace referencia a los 10.000 años de historia aymara Al
llegar los españoles al Qollasuyu (región de los estados Aymaras,
ubicado en el sur del Perú, Bolivia, Chile y Argentina) en el 1536,
llegaron a una tierra desconocida y con gente que poseía una concepción
y visión distinta del mundo, la cual era ajena y nueva para los europeos.
Al no comprender esta forma de vida desconocida, los españoles intentaron
destruir las creencias de los estados Aymaras y reemplazarlas con su
propia religión y forma de pensar. En unos pocos años, la figura de Dios
reemplazó a la del Sol, Thunupa ó Wiracocha y comenzó con ello la
destrucción de la identidad, conocimiento científico, cosmovisión,
historia, estructura organizacional, economía y religión andina. Con
el transcurrir de los años, la ciencia e historia andina comenzaron a ser
modificados a un punto que jamás se podrán recuperar, sin embargo, un
pequeño fragmento de los orígenes del hombre andino se encuentran
guardados en la tradición y costumbres que se trasmite de padres a hijos
desde tiempos inmemoriales. Para
entender la historia mítica o legendaria del mundo andino(es un período
de hechos heróicos, donde los humanos, dioses y demonios conviven en el
mismo mundo), es necesario conocer y recordar el significado de la palabra
PACHA que es Tiempo. PACHA, según la traducción de los lingüistas, hace
referencia a tiempo y espacio, pero para el andino más bien, esta palabra
va más allá del tiempo y el espacio, implica quizás el poder superar el
tiempo y el espacio; una forma de vida, una forma de entender el universo. El
investigador Francisco Mamani del IECTA nos da una visión más completa
de lo que significa Pacha: ”Pacha,
entendida como espacio para los aymaras se divide en tres
estadios: AKA PACHA: este mundo o planeta tierra, conceptualizado
sacramentalmente como “Pachamama” o sea “Madre
tierra”; ALAX PACHA: el mundo de arriba o celestial; MANQHA
PACHA: el mundo de abajo, desconocido o lugar tenebroso
donde habitan los espíritus malignos. La
Pacha, entendida en el sentido del tiempo se divide en tres ciclos: NAYRA
PACHA el pasado, JICHHA PACHA el presente (Ahora y aquí), QHIPA PACHA el
futuro”. En parte
importante de la región andina el Alax Pacha es representado por el Cóndor;
El Aka Pacha por el Puma y el Manqha Pacha por la serpiente Amaru. El
Tiempo, tierra y espacio son parte esencial para entender la historia
Aymara, se debe dejar en claro que esta historia mítica o legendaria es
la contada por los Aymaras que vivían al momento de la llegada de los
españoles y que han llegado a nosotros por medio de las leyendas contadas
por los abuelos. Es
importante decir, que solo existen tres historiadores indígenas que entre
el año 1.532 (inicio de la conquista española) al 1.630 (comienzo de la
colonia española), que dejan evidencia de la versión andina de la
historia, estos hombres son Felipe Huaman Poma de Ayala (Quechua del
centro del Perú que termino de escribir su obra en 1615), Juan de Dios
Pachacuti Yampi (Aymara del Sur del Perú, escribió su relación en el año
1613) y Titu Cusi Yupanqui (penúltimo emperador inka en la conquista,
escribió su obra 1570),por ello nos basaremos en su legado para entender
la historia mítica del hombre andino. Para
el hombre andino el tiempo e historia andina se divide en edades y todo
este periodo se llama pacha o tiempo particular. Las edades del mundo
Aymara se dividen en: En
esta edad el Dios creador Thunupa o Wiracocha (Wiraxuxha) surgió del Lago
Titicaca y creo un mundo caótico, primitivo y sumido en las tinieblas,
sobre el que domina el genio maligno. Es un mundo de barbarie y de la
naturaleza silvestre, creando una humanidad salvaje, monstruosa y carente
de cultura. Este mundo oscuro y primitivo dura 2.142 años, donde la
barbarie del genio maligno no tiene oposición, es el período más
antiguo de la historia andina. En esta edad de tinieblas las criaturas,
salvajes, duendes y hombres son víctimas de estas criaturas gigantes y
monstruosas. Se
puede decir que en ésta edad es un período donde los hombres andinos (no
se sabe exactamente si son hombres o no) viven con criaturas míticas y
comienzan a descubrir el uso de plantas y vegetales. Esta
edad (nada se sabe sobre la duración de esta edad), es la edad del Dios
creador Thunupa o Wiracocha (Wiraxuxha) es también héroe civilizador,
que surgió nuevamente del Lago Titicaca.
La historiadora
Teresa Gisbert cita de Olivia Harris y Terese Bouysse-cassagne. califica
de “Dios Aymara celeste y Purificador”. La información de este antiquísimo
Dios Aymara es escasa y solo tres historiadores nos informan sobre él,
con mayor claridad: el Padre Ramos de Gavilán, Huaman Poma de Ayala y
Juan Santa Cruz Pachacuti Yampi conocieron con más detalle la leyenda de
Thunupa. La versión Santa Cruz Pachacuti Yampi es la más completa y fiel
de la leyenda de Thunupa, por ello, nos basaremos en ella para conocer al
Dios Thunupa. Thunupa
es un hombre sabio que habla todas las lenguas mejor que los naturales.
Recorre todo el Qollasuyu (región Aymara desde el Lago Titicaca al sur)
“enseñando a los naturales con gran amor” y predicando su mensaje
moralizador, mientras hace toda suerte de milagros y castiga a los que se
niegan escucharlo. El
padre Ludovico Bertonio, quien fue el primer sacerdote en América en
escribir el primer diccionario de Aymara a español nos dice de Thunupa
“Dios fue tenido de estos indios(…) uno que llaman Thunupa, de quien
cuentan infinitas cosas …”. Thunupa
trasmite los principios de la ética comunitaria, en que se basa la
organización social andina. Thunupa
esta armado del rayo y de la luz, con los cuales derrota
al genio maligno y aniquila a la primera humanidad convirtiéndolos en
estatuas de pierda, destierra a las tinieblas e ilumina el mundo. Es una
edad donde se transforma el mundo, pues se inicia la luz, el orden y la
civilización, en otras palabras es el amanecer de la civilización
andina. Después de destruir el mundo de las tinieblas el Dios creador
Thunupa crean una nueva humanidad y les enseña el arte, la agricultura,
la ingeniería, la cultura, etc., así surgen las ciudades e instituciones
en el mundo andino. Al
final de ésta era Thunupa, es seducido en Copacabana por mujeres sirenas
y muere en el mismo lago Titicaca y su cuerpo desaparece con la promesa de
volver algún día. Esta
edad dura 1.100 años. En ésta edad el hombre andino mejora sus métodos
de cultivo y manejo del ganado, es una etapa donde existen nuevas y
mejores casas, pueblos y ciudades. Es una era de prosperidad en general,
los hombres de ésta edad se multiplican hasta ser tan numerosos “como
las arenas del mar”, entonces comienzan a poblar los valles hondos y las
llanuras cálidas. El aumento de población
impone la necesidad de más tierras para sobrevivir y por ello se
conforman las unidades territoriales en el mundo andino. Este
es el origen de las instituciones políticas: se organizan los ayllus y
linajes, cada uno con un rey que dicta y hace cumplir las leyes. La gente
de la época respeta las leyes, vive con gran orden y moralidad, practica
las buenas costumbres, la justicia y la caridad (ayuda al prójimo); pero
a causa de las rivalidades por la posesión de la tierra y por el regadío
surgen las guerras que, seguidas de una epidemia, hacen disminuir a la
población. Esta
es una edad de guerras que dura 2.100 años. Los conflictos y las guerras
iniciados en la edad anterior se acentúan hasta terminar con una guerra
generalizada. Ante el peligro, las poblaciones
de los valles y llanuras abandonan sus pueblos y aldeas originales
para refugiarse en los sitios inexpugnables de las tierras altas, donde construyeron
fortalezas, dotadas de habitaciones, pozos de agua, etc. En ésta edad se
perfeccionan las armas ofensivas y defensivas, en la batallas se destacan
“bravos capitanes, valientes y animosos hombres”, que durante las
batallas se transforman en jaguares, pumas, cóndores o halcones, de los
cuales toman sus nombres y los transmiten a sus descendientes (poma =
puma, Condori = cóndor, mamani = halcón, otoronko = jaguar). Los más
bravos, belicosos y fuertes atacaban como leones y arrancaban el corazón
de los cautivos para comérselos de puro coraje. Además de las
sangrientas guerras, es una época de abundancia, la sencillez de la vida
y la moralidad de las costumbres. No había pestes ni hambruna, pues existía
una gran variedad de cultivos y productos que abarrotan los depósitos
bien provistos de víveres. Imperaban entonces la justicia, la austeridad
y la sabiduría: severas reglas aseguraban la moralidad, la salud, la
fortaleza y capacidad guerrera del hombre andino; no se conocía la
pobreza, el robo, el adulterio, la avaricia, el orgullo, ni la pereza
(flojera). Es
una época donde había filósofos, sabios y astrónomos que observaban
las estrellas, y los cometas y eclipses, se sabían lo que iba a suceder,
pronosticaban las tempestades y decidían cuando sembrar y cosechar. Tenían
registrados todo en sus quipus todo lo que conocían gracias a su
inteligencia. Una muestra de los valores imperantes en la época es que el
rey ascendía a la nobleza a quien era conquistador o hombre de fuerza o
sabio. Edad awka runa o Pachakuti, quiere decir entonces que es un período
de enfrentamientos de dos partes, es como el enfrentamiento de los bueno y
lo malo, lo blanco contra el negro, es el vuelco total del mundo donde
negro o blanco deben vencer. Es un tiempo donde se comienza a imponer una
nueva edad donde todo debe cambiar. Esta
edad corresponde a los inka y duro 1.500 años para Huaman Poma de Ayala.
Esta edad representa la culminación del proceso civilizador y la máxima
realización de los valores andinos de dominio y belicosidad. Las
experiencias de miles de años ha permitido formar la identidad andina y
los elementos de ella son: “el milenario proceso de creación de la
cultura” y las continuas guerras interétnicas. Ambas experiencias han
sido logradas por las hazañas del dios Thunupa y las edades puruma y awka
runa. La
edad Inka Runa es la Edad de Oro de la historia andina y el prototipo de
las virtudes y valores. En ésta edad el hombre andino es trabajador y
disfruta de la abundancia y la austeridad de sus costumbres, que le
asegura salud y fortaleza. Es
un tiempo en donde la naturaleza laboriosa (trabajadora) del hombre
andino, es uno de los máximos exponentes de sus virtudes, pues vive en: “El
suelo más difícil, el más rebelde y duro de las América Suelo que
requiere la mayor dedicación al trabajo; suelo para héroes no para
holgazanes. Ni las montañas de faldas que son casi precipicios, ni los
desiertos ni la costa, ni la selva, ni las pampas inclementes y heladas de
la puna producen, si el hombre no las domina recurriendo a su máximo
aliento. El hombre de esta edad convirtió, por eso, le trabajo en sagrada
obligación y la ociosidad, era la imagen de la muerte (Hidalgo, 1983)”. Es
en esta edad donde la organización social andina logra desarrollar un
poderoso estado que es capaz de: •
Movilizar grandes contingentes de fuerza de trabajo. •
Generar excedentes alimenticios y económicos. •
Garantizar la paz, la seguridad y la legalidad. •
Redistribución de los bienes. Esta
edad es el esplendor de las edades del mundo andino, pues en ella logran
convivir hombres, animales mitológicos, dioses (pachamama, achachilas, el
sol, la luna), demonios (anchanchus, hapiñuñus, achacallas) y espíritus
protectores y malignos. Es una edad cuando el mundo se pone al revés, es
decir da vuelta, se produce un Pachakuti, momento en el cual aparecen los
españoles. Esta versión de la historia andina es respaldada por una
cantidad importante de de ilustraciones dejadas por
Huaman Poma de Ayala(1615) y Santa Cruz Pachacuti Yampi(1613), que van
desde el diario vivir en el campo, los emperadores, los abusos de los españoles
y la cosmovisión andina reflejada el los dibujos de Pachacuti Yampi, por
ello las siguientes páginas están dedicadas a estos historiadores indígenas.
Este
dibujo representa el resumen del pensamiento y cosmovisión del hombre
andino, que Don Joan de Santa
Cruz Pachacuti, nos dice, que existió en el templo inka de Coriqancha en
el Cuzco antes de la llegada de los españoles. En este dibujo se
encuentran representadas las creencias religiosas, astronómicas y
culturales de los pueblos andinos, que van más allá de solo creer en
Wiracocha, el Sol o la Pachamama, si no en un universo más complejo,
donde dioses, animales, estrellas y humanos conviven en un mismo espacio y
tiempo, donde el dios Thunupa Wiracocha posee un lugar central junto a la
Cruz del Sur. Para aclarar más esta parte de la historia andina hace
falta recorrer aun un largo camino de estudios y reencuentro con el
conocimiento, espiritualidad y la forma de ver el mundo desde los ojos de
los propios hombres andinos. La
historia mítica de los andes, no son otra cosa que el esfuerzo
civilizador, que se remonta a varios miles de años de permanente
perfeccionamiento e intercambio de los aportes hechos por los distintos
pueblos de la región, que van desde: ocupación humana de la región; la
domesticación de la papa; del maíz y
los camélidos, los métodos de crianza y cultivo en diversas zonas
ecológicas (costa, sierra y puna), las técnicas de cultivo, la tecnología,
las astronomía, arquitectura y ciencia, son los logros de estas edades,
donde hombres, demonios y dioses andinos convivieron y dieron vida al
mundo andino que hoy heredamos y conocemos. 1. Los primeros cazadores en América y el Mundo Andino (del 20.000 A.C al 9.000
A.C.)PAR La
historia andina ha sido estudiada mayoritariamente por historiadores y los
arqueólogos de modo que la
ciencia arqueológica estudias las culturas que no han dejado algún tipo
de tipo de escritura, sino que restos de materias utilizadas por el
hombre. Los restos materiales generalmente se refieren a las piezas líticas
(piedras), cerámicas, metalúrgicas, construcciones, pinturas, tejidos,
etc. Estos restos son estudiados con métodos científicos, sin embargo,
la historia del mundo andino se comienza a rescribir a partir de
evidencias históricas, antropológicas, etnográficas y lingüísticas,
estos nos lleva el día de hoy, ha conocer aspectos ocultos y desconocidos de
la historia de los Andes, podríamos decir, que nos encontramos en un
nuevo horizonte de cómo escribir la historia, que va más allá del
enigma y el misterio, si no de acontecimientos vividos que algunos
llamaron mitos o leyendas y que hoy se comienzan a mostrar como hechos
concretos en el pasado milenario del mundo andino. Esta
parte del texto ha sido elaborado a partir de los trabajos y escritos de
cronistas, historiadores y arqueólogos de origen chilenos, americanos y
europeos que se han dedicado a buscar indagar en la historia andina, basándose
como hemos dicho anteriormente en las evidencias arqueológicas e históricas
dejadas por los primeros españoles. Sin embargo, he querido incorporar
algunos elementos nuevos de como ver la historia, es decir, verla desde la
lógica y racionalidad de los Andes y sus pueblos, pues sólo ahí
encontraremos esta la herencia de la oralidad y los sentimientos de cómo
vemos nuestro pasado, verla historia desde los ojos de los Andes es un
enorme desafió, que llevara tal vez a cometer errores, pero estos nacen a
partir de las imprecisiones producto de que gran parte de la historia y
conocimiento andino fue destruido durante la conquista española y
principalmente durante el gobierno del Virrey Francisco Toledo en 1570
quien manda a rescribir la historia de los Andes para beneficiar a los
Españoles. El
explorar en la historia de los pueblos andinos y en especial la Aymara no
es un tema sencillo, pues para llegar a ello debemos conocer primero
cuales son los Orígenes del pueblo Aymara y para eso es necesario
remontarnos a los inicios del tiempo en los Andes. El historiador y arqueólogo
Lautaro Núñez[2]
(1989) nos dejó las siguientes preguntas para la reflexión: ¿Quiénes
fueron los primeros hombres que pisaron el suelo americano y cómo eran
las características del Continente en esos remotos días?, el responder a
éstas preguntas, no es fácil y por ello, puede tener
diversas respuestas. Durante
muchos años a existido discrepancia sobre el origen del hombre en América,
pués se ha dicho que proviene de una de las tribus perdidas de Israel,
que son descendientes de los sobrevivientes de la mitológica isla de la
Atlántida ó que los hombres americanos son descendientes de
civilizaciones extraterrestres, esto se dice por los gigantescos
monumentos que existen en México y Perú. Hay más teorías de la
existencia del hombre en América, pero la más aceptada por los científicos,
es que hace miles de años (40.000 a 20.000 años A.C.) durante la era del
Hielo (glaciación), se congelo el polo norte y el polo sur más allá de
lo normal permitiendo que se uniera el Continente Asiático con América
con un puente de hielo. Esta unión de los dos Continentes ocurrió en el
sector del Estrecho de Bering, por donde pasaron hombres y mujeres en
busca de nuevos territorios de cacería, es un periodo en el cual el
hombre vive sólo de la cacería y recolección de vegetales y como había
una era del hielo éstos eran más escasos en todo el planeta. Esos
hombres y mujeres eran cazadores y recolectores de vegetales, teniendo una
vida en permanente nomadismo (movimiento de los grupos humanos, pués no
tenían un lugar fijo donde vivir). En ese tiempo el “territorio árido
de (Arica - Copiapó) aún cuando ya regía un régimen desértico, el
clima era más húmedo, con mayor lluvia y cubierta vegetal conformando
ricos valles y paisajes lacustres4 (lagos)”. En ese tiempo los valles y
quebradas eran más húmedas, formando bosques, praderas y lagos en otros
lados, donde vivían grandes manadas de animales herbívoros que hoy ya no
existen. Estos animales eran los mastodontes o elefante americano, el
ciervo de los pantanos, la paleo lamas (ancestros de las llamas), el
caballo americano y carnívoros como el tigre dientes de sables entre
otros muchos animales. La
forma de vida de esos primeros habitantes de la región andina, no fue fácil,
pués ésta región si bien contaba con un forma de clima más cálido y húmedo
en los valles y quebradas, en la zona del altiplano era mas fría que el día
de hoy. Hace 14.000 años atrás el hombre debió convivir con esos
grandes animales en diversas zonas como Tojotojone ó Patapatane. En zonas
como Putre y Tignamar habían grandes manadas de animales y que en ese
tiempo el Taapacá poseía hielos eternos y no existían las quebradas que
hoy rodeaban Putre, los cuales sólo aparecerán con el derretimiento de
los hielos en la cordillera miles de años después. Hace 12.000 años atrás el clima húmedo y cálido en la costa y los valles, comenzó a desaparecer y la región fue más seca y árida. Serán éstos cambios de clima en el continente americano y el planeta que traerán consigo la extinción y desaparición de los grandes mamíferos. 2. Los antiguos cazadores andinos de La Puna y costa Este
período de tiempo podemos dividirlo en dos etapas, pués la tradición
cultural de éstos cazadores, será diferente en la cordillera y la costa,
por ello hablaremos de los cazadores de la puna y los cazadores de la
costa. 2.
a. Los Antiguos Cazadores Andinos de la Puna o Cordillera. En
la zona andina de la precordillera y el altiplano existe un mayor grado de
aridez y sequedad, los hielos eternos de los Payachatas, Tarapacá y otras
montañas y volcanes comienzan a derretirse y convertirse en las zonas que
hoy conocemos. Sin duda, a pesar de éste cambio de clima y temperatura
esta zona seguía como un territorio más frío que hoy en día. Es una época
en la cual los grandes animales como el caballo americano y los ciervos
están desapareciendo y comienzan a aparecer animales que son más pequeños
pero que se han adaptado a estos cambios de clima en la puna, los valles y
quebradas. Estos animales serán las Vicuñas, Guanacos, Tarucas, Llamas y
Alpacas, estos dos últimos estarán en estado salvaje hasta miles de años
después. Los
hombres andinos de ese tiempo vivirán de la cacería de guanacos, vicuñas,
viscachas, y recolección de vegetales. Existen evidencias arqueológicas
de esos cazadores andinos en Tojotojone, Piñuta y Puxuma en la actual
comuna de Putre entre los años 6.000 al 4.000 años antes del nacimiento
de Cristo, es una época en la cual las armas de caza son más pequeñas y
mejor elaboradas, pués ya no eran necesaria las grandes armas de piedra y
hueso, ya no habían los grandes animales. Es una etapa que requiere una
mayor especialización en la cacería y recolección de vegetales pués la
nueva fauna es más veloz y pequeña y los vegetales escasean más,
podemos decir que es una etapa de invención e innovación porque el
hombre andino no sólo ésta inventando nuevas armas si no que también
esta creando y expresando sus creencias religiosas. Se asocia a este período
el surgimiento del arte rupestre en diversas zonas de Parinacota, el arqueólogo
Calogero Santoro en 1989, nos dice sobre el sector de Akenasa en las
cercanías de Cosapilla que “destaca un bloque de piedra asociado a la
fecha señalada (4.000 años antes de Cristo) con un diseño de tres
figuras humanas con hileras similares a la de Piñuta. El desarrollo de
estas expresiones, posiblemente de tipo religioso, mostraría parte de la
complejidad de éstas sociedades de cazadores en la puna”. Entre
los años 9.000 al 4.000 antes de cristo existe una fuerte presencia del
cazador andino, sobre todo en la puna o altiplano, zona en la cual existen
mejores zonas de cacería a diferencia de la precordillera donde las
condiciones eran más difíciles. La zona del altiplano posee en éste período
campamentos de cazadores más estables ó semipermanentes, Calogero
Santoro agrega, “se podría sugerir que presiones demográficas habían
llevado a los cazadores a ocupar territorios de la sierra, cuando las
praderas de la puna, donde se encuentra las mejores zonas de caza, estaban
sobre explotadas o sobre pobladas”. Se puede decir, que al estar
sobrepoblada las distintas zonas de cacería, el hombre andino debió
mejorar sus técnicas y herramientas de cacería para ocupar las zonas de
la precordillera, que por su forma y geografía le hacia más difícil su
sobreviviencia debiendo entonces iniciar la adaptación de su forma de
vida, entre ellas, debe haber estado la religiosidad, el arte y una forma
de organización social más ordenada. 2.
b. Los antiguos cazadores andinos de la costa. Existen
diversas posiciones acerca de cómo llegó el hombre a las costas de
Arica, Pisagua e Iquique, por un lado algunos dicen que son los hombres
del altiplano quienes bajaron por valles y quebradas y se asentaron luego
en la costa. Por otro lado, el historiador tacneño Luis Cavagnaro nos
dice que el hombre de la costa, llego primero a las orillas del mar desde
el norte y después colonizó valles, quebradas y altiplano. Si bien,
ambas teóricas son opuestas creo que ambas son válidas y porque el
hombre andino por esencia siempre a buscado conocer los desconocido y lo
que está más allá de sus propia mirada. La
zona costera de Arica a Pisagua, se caracteriza por tener un clima cálido
y húmedo, de valles fértiles, con abundancia de árboles, arbustos y
hierbas de tipo tropical. En esta etapa la costa es ocupada por cazadores
y recolectores que se dedican a la cacería de lobos marinos, ballenas,
recolección de mariscos (locos, lapas, machas, almejas, erizos, etc.) y
vegetales en las desembocaduras de los ríos de Arica y quebradas como
Chaca, Camarones o Tiliviche. Las herramientas de los cazadores de la
costa eran anzuelos, cuchillos, dardos, arpones y otros utensilios de
piedra y huesos. Gustavo
Espinosa (2000) nos dice: “entre el 9.000 a 3.000 años antes del
presente, las poblaciones costeras mejoraron sus tecnologías para
explotar una amplia gama de recursos marítimos. A partir de los 6.000 A.P.
las desembocaduras de los valles de Arica fueron focos importantes de
actividad y ocupación humana permanente”. Es decir, que a diferencia de
la sierra y altiplano donde, los cazadores viven en campamentos
semipermanentes, en la costa los cazadores se han establecido de forma
permanente. “Las
poblaciones costeras desarrollaron una serie de instrumentos como anzuelos
hechos de conchas del Choro Zapato, que actualmente está extinto en la
zona, de espinas de cactus y de huesos, lo que les permitió pescar una
rica y variada lista de peces, muchos de los cuales son muy cotizados hoy
en día, como la corvina, congrio, acha, entre otros cita del manual del
circuito arqueológico Sarañ Puriña(2000).”. La dieta de los
pobladores costeros era muy rica en proteínas, donde no sólo se cazaba
lobos marinos o se recolectaba mariscos y peces, sino que esta incluía raíces
de totora, aves marinas, camarones de río y entre otros. Al
igual que los cazadores de la puna, donde se desarrollaba el arte rupestre
y la religiosidad, también se realizaba el cuidado de sus muertos, los
cuales, eran enterrados en zonas de difícil acceso. En la costa se
comienza la tradición funeraria y de culto a sus muertos, es decir, se
comienza a realizar la preparación de las momias que hoy llamamos la
cultura Chinchorro ó momias Chinchorro. Estas
momias son una tradición y costumbre que se realizó hace unos 8.000 años
antes del nacimiento de Cristo, con la finalidad de unir el mundo de los
vivos con el mundo de los muertos de los cazadores de la costa. Las momias
Chinchorro se han encontrado en zonas como caleta Camarones, morro de
Arica, playa Chinchorro, sector de Quiane (sector de las pesqueras) o
sectores remotos como Pisagua. Estas momias se preparaban de una forma
compleja de elaboración y tratamiento que consistía en sacar del cuerpo
del difunto, todas las partes blandas como los órganos y la carne, es
decir, que sólo se dejaba la piel y los huesos y sólo entonces el cuerpo
era rellenado con arcilla (greda) y ramas de vegetales que algunos casos
reemplazaba a los huesos para luego cocerlos y depositarlos en los
primeros cementerios de la historia de Arica. Es importante decir que en
estos cementerios se ha encontrado una cantidad importante de niños más
que de adultos, lo que nos dice es que la probabilidad de vida era escasa,
producto de las enfermedades y tal vez la falta de agua dulce en forma
permanente o que ésta muchas veces estuviera contaminada. Podemos decir, que hacia el año 5.000 A.C., en el mundo andino, el clima cambia nuevamente, colocándose más árido en la costa y el altiplano, siendo entonces más difíciles las condiciones de vida para los cazadores. 3. Las vísperas de la agricultura y la ganadería (5.000 al 1.000
A.C.) Los
cazadores y recolectores de la puna y la costa lograron proveerse de
alimentos y víveres a través de la cacería, la pesca, recolección de
mariscos, plantas y frutos silvestres, pero gradualmente fueron observando
que el clima que conocían estaba cambiando y sus alimentos comenzaban a
escasear y será entonces que comprenderán la importancia de producir sus
propios alimentos. Será
en éste periodo en el cual el hombre andino ya había observado el ciclo
de vida de las plantas y animales para intentar controlarlos ó
domesticarlos. En ésta etapa el hombre andino pasó de ser un cazador de
tarucas y guanacos, a un horticultor de vegetales, estos logros ocurrieron
unos 4.000 antes del nacimiento de Cristo, pero, es posible que se haya
iniciado tal vez mucho antes, cerca del 4.000 A.C. El mundo andino ya había
comenzado a vivir transformaciones profundas en algunas zonas más que en
otras, se puede decir, que hay una etapa en la cual el cazador
andino convivió con los primeros agricultores compartiendo territorios
definidos, no es extraño entonces que mientras en los valles costeros y
precordillera, se comience a experimentar e inventar la agricultura, en
zonas de la costa de Arica y altiplano todavía viven cazadores. ¿Por
qué el hombre andino pasó de ser un cazador a agricultor?, ¿Cuáles
fueron éstos cambios previos para ser un agricultor?. El hombre andino
comenzó a ajustar su forma de vida y en especial porque los recursos
naturales de cuales dependía, no eran los mismos y por ello comenzó a
conocer otros alimentos que les permitiesen subsistir y por lo tanto
comenzaron a adaptarse a su nueva realidad. El inicio de la producción
artificial de los alimentos, ya sea, este cultivado o criado fue uno de
los logro más relevantes, porque no sólo sustenta a la población ó
diversificó la producción de bienes, sino que la propia conducta del
hombre andino se enriqueció al existir tiempo para crear e inventar
nuevas tecnologías, como también aumento la esperanza de vida de cada
uno de las personas al existir una
mejor cantidad y calidad de alimentos. La existencia de una mayor
abundancia de alimentos no solo trajo consigo la innovación en su
capacidad de crear e inventar, sino que también trajo con ella, una nueva
forma de organización social, podemos decir entonces, que será en esta
etapa en que la vida de forma comunitaria será aparecida a la que
conocemos en la actualidad. Esto significo, también, que la forma de vida
del cazador cambia, pues deja de ser una sociedad que vive en movimiento,
pues en esta nueva forma de vida a comenzado a conformar aldeas estables,
como los pueblos del día de hoy. Es una etapa donde comienzan a surgir
nuevos valores, como las obligaciones sociales, la armonía étnica y el
énfasis ceremonial que sirvió para dar una mayor unión y cohesión
comunitaria. El
paso de ser un cazador a agricultor, no debe haber sido una empresa fácil
de realizar, pués debió haberse desarrollado durante un largo período
de éxitos y fracasos. El desarrollar la agricultura en sierras, del tipo de suelos, climas, semillas y aguas
en la región andina. No sabemos con exactitud en que sector de la región
andina se inventó y creó la
agricultura, pero se cree que fue en algún lugar Cercano al Lago Titicaca
o en lo Valles Serranos del Perú, lo que si apreciamos es que en cada
región, valle y quebrada fue distinto el proceso pués cada zona tiene su
forma particular y única de ser.
El
Maíz y la Quinua son los primeros cultivos encontrados en las
excavaciones realizadas en Tiliviche, en las cercanías de la Quebrada de
Camiña y en Caserones en la Quebrada de Tarapacá. Otros cultivos
encontrados en las aldeas de Achá en las faldas del cerro Sombrero, son
las calabazas y zapallos. La Mandioca,
camote y el zapallo son encontrados en Camarones por los años 1.640 al
1.110 A.C. De la domesticación de la Llama y Alpaca no se sabe
exactamente donde comenzó, lo que si se puede asegurar que fue una
empresa tan difícil como inventar la agricultura. Suponemos que fue una
experiencia llena de dificultades y fracasos, pues existen evidencia
arqueológica en el altiplano de Parinacota y San Pedro de Atacama que
indica que hace unos 4.000 años existió muertes masivas de fetos de
llama y crías de llama. En el sector de Wankarani en las cercanías de
Oruro en Bolivia se han encontrado
evidencias de una cultura antigua que elaboraba estatuas y tallados de
piedra de llamas. No se sabe que técnica de domesticación pudo haberse
empleado, pues pudiese haberse capturado a los líderes o machos
dominantes de las manadas o haber capturado a las pequeñas crías recién
nacidas cuando estas se acercaban a los arroyos y vertientes a tomar agua. “Es
una etapa de grandes progresos y en especial que será a partir de este hecho
que se comenzará a desarrollar una ciencia y tecnología del manejo de
las llamas y alpacas, que hoy conoceremos como el calendario de manejo de
la Llama y Alpaca. Se debe recordar que para ésta época los camélidos
son esenciales
para la vida y sobreviviencia de las primeras aldeas alto andinas, pues la
Llama y Alpaca no sólo proveerán la carne, sino también abrigo y
combustible(guano) para el diario vivir”. Otro
de los animales domesticados en la región andina fueron los cuyes, las
evidencias arqueológicas encontradas Los primeros pobladores (20.000 al
9.000 A.C.), Lautaro Núñez (1989). nos hacen pensar que los cuyes fueron
domesticados mucho antes que la llama y alpaca “en el caso de Tiliviche
(cercanías de Camiña) el consumo de cuyes se intensificó entre el 4.955
al 1.830 A.C. como una dieta rica en proteínas, sólo algo más baja que
la carne de llama”, siendo el cuye un mamífero de rápida reproducción
y fuente segura de proteínas. Al finalizar este período, los hombres andinos han domesticado los camélidos (llamas y alpacas) ó desarrollado la agricultura, han conformado comunidades estables y aldeas, un ejemplo de este desarrollo será la construcción de las primeras pirámides del planeta en la costa norte del Perú. Se desarrollo en esta etapa en la región de Tarapacá una cerámica rústica, los primeros textiles y surgimiento primitivo de la metalurgia y la conformación de una organización más ordenada y especializada, es decir, las labores de artesano, soldados, sacerdotes, agricultores y elite étnica, está más definida y clara. 4. De la agricultura al Imperio Aymara de Tiwanaku (1.000 A.C. – 1.100
D.C.) Antes
de iniciar esta etapa de la historia andina, es importante decir que
muchos historiadores como Alfredo Torero, afirman que la presencia Aymara
en la zona de Tarapacá será entre el 1.000 al 1.200 D.C. (después del
nacimiento de Cristo), pues antes que existieran los Aymaras habían otros
habitantes con lenguas distintas al Aymara como el Uru y el Puquina. No
estoy de acuerdo con estas posturas e interpretaciones de la historia,
porque las lenguas andinas como el Quechua, el Uru y el Aymara, son
lenguas que tienen muchas similitudes y prestaciones lingüísticas y además,
deben haber sido desarrolladas por miles de años para lograr una posición
en el mundo. Me
atrevo a asegurar que cerca del año mil A.C. ya existían versiones menos
desarrolladas de la lengua Aymara (como el Jaqaru hablada por comunidades
ubicadas al sur de la ciudad de Lima) y con muchas variedades en cada región
y que sólo será a partir del siglo X D.C. que la lengua Aymara logrará
ser una lengua universal en parte del mundo andino cómo el inglés del día
de hoy, quedando las otras versiones en el desuso y con el tiempo con su
desaparición. Los Orígenes del hombre Aymara sólo se podrán explicar
cuando la lingüística logre responder muchas interrogantes y preguntas
del día de hoy. El
surgimiento de una nueva economía producto de la domesticación de
animales el desarrollo
de la agricultura, la mayor organización social y el aumento de la
especialización del trabajo, desembocará en un nuevo horizonte cultural
que llevará al hombre andino de la vida aldeana y tribal a la conformación
del imperio Tiwanaku. De éste tema Iván Muñoz[3]
menciona“como producto de este mayor esfuerzo colectivo de la
población, se enriquece la cultura con la aparición de la cerámica y la
metalurgia, se perfeccionan los utensilios de trabajo y desde la
perspectiva mágico religiosa, surgen cultos relacionados al agua y la
tierra” que son a su vez elementos de suma importancia para el
desarrollo de esta nueva forma de vida. Como
producto de esta nueva estructura económica y social las aldeas se
expanden y se convierten en algunas zonas de Perú y Bolivia en ciudades,
en el caso de Chile, podemos decir que se comienzan a conformar y
consolidar aldeas con una estructura urbanística definida. En
el aspecto cultural de desarrollan las artes y las manufacturas como la
cerámica, metalurgia, tejidos, la escultura y la arquitectura, construyéndose
así los primeros centros ceremoniales de poder, es decir, es la
consolidación de una clase dirigencial de líderes étnicos. La
producción de una mayor cantidad de alimentos traerá consigo la evolución
de la economía y la consolidación del comercio en toda la región
andina, es decir, es una etapa de la historia donde no sólo se comerciarán
alimentos o productos manufacturados como la textilería y cerámica, sino
también se realizará un fuerte intercambio cultural entre la costa,
quebradas y altiplano. Es una etapa en la cual se comenzará a ver por
todos los Andes caravanas de llamas transportando maíz, quinua, textiles,
ají, calabazas, sal, etc., pero por sobre todas será el intercambio de
la cultura, la lengua y la identidad las principales
herencia del periodo, siendo también éste, el motor de los siglos
posteriores. Tiwanaku
ó Taypikala existió entre el 1.580 A.C. – 1.172 D.C., es decir unos
2.752 años, fue una de las culturas más significativas del altiplano en
el sur Andino y su influencia fue notable en la cultura e Imperio Wari que
se desarrollo en el centro del Perú. Tiwanaku en sus inicios fue una
simple aldea a la cual se sumaron otros pobladores provenientes de otras
zonas. Así la pequeña aldea se fue transformando lentamente hasta
convertirse en una poderosa ciudad, en la época de máximo esplendor.
Esta ciudad, se caracterizó también por ser uno de los ejemplos vivos de
una sociedad respetuosa de la naturaleza, ya que su planificación urbana
contempló redes de acueductos superficiales y subterráneos para la
captación de agua, y para la evacuación de aguas servidas. Tiwanaku, según
el arqueólogo Carlos Ponce Sanginés tuvo tres estadios de desarrollo: el
aldeano, el urbano y el imperial.
En el período aldeano, Tiwanaku se caracterizó por una economía basada
en la agricultura, donde destacó el cultivo de la papa, la quinua y la
oca. También sobresale por su cerámica con la predominancia de los
bordes y formas geométricas con colores como crema, rojo y blanco.
Durante el estadio urbano, desarrolló la arquitectura con
la construcción de edificios de centros ceremoniales y de viviendas. En
este período aparece la diferenciación de categorías sociales con el
predominio del poder de la elite sacerdotal. Los sacerdotes, además de
poseer el poder político-religioso, se dedicaron al estudio de la
astronomía. Y por último el estadio imperial de la cultura
Tiwanaku fue la fase expansiva territorial por el mundo andino. A la
postre Tiwanaku abarcó un inmenso territorio que se expandió hacia la
sierra y la costa de Perú y norte de Chile, al norte de Argentina y hacia
los valles y selvas de Bolivia. Entre
los años 200 al 1.100 D.C., se comienza a ver una estrecha relación
entre los utensilios y materiales encontrados en los valles y desiertos
con la civilización de Tiwanaku. La relación del norte de Chile y sus
habitantes en Arica, Tarapacá y Atacama comienza a ser fluida y
permanente, esta relación comenzó mucho antes, debido al intercambio
comercial con los pueblos andinos cercanos al lago Titicaca. En ésta época
la influencia cultural de Tiwanaku no solo fue en el norte grande de
Chile, sino también en Bolivia, Argentina y todo el sur del Perú. Es un
período en el cual toda la región andina sufre transformaciones tecnológicas,
culturales y sociales, pués si bien, ya se conocía la: metalurgia,
alfarería, textilería, comercio y vida aldeana, todo
el cúmulo de adelantos anteriores permitió el perfeccionamiento de cada
actividad trajo consigo el surgimiento de una de las primeras grandes
civilizaciones del mundo andino, Tiwanaku. Aproximadamente
a partir del siglo II (año 100 después de cristo) y por espacio de mil años,
la ciudad de Tiwanaku y sus varias ciudades alrededor del Lago Titicaca
fueron el centro de una de las sociedades más
poderosas e influyentes en la historia de la región andina. La
impresionante cantidad de monumentos tales como: pirámides, templos,
palacios y esculturas de piedra no tienen comparación en el mundo andino,
sus tejidos, cestos, cerámicas, objetos de oro y plata y una infinidad de
otras finas artesanías están entre los más valiosos artículos
producidos por las antiguas culturas de América. La
base de este espectacular desarrollo hay que buscarla en tres pilares
fundamentales de la economía de Tiwanaku[4]: •
En primer lugar, en el aprovechamiento de las extensas praderas que
rodeaban el lago para criar grandes rebaños de llamas y alpacas, y en la
agricultura en “camellones” que eran grandes lomos de tierra rodeados
permanentemente de tierra, como surcos de mayor profundidad. Se calcula
que en su mejor momento la producción agropecuaria sirvió para alimentar
entre 80 mil a 150 mil personas al año. •
El segundo pilar de la economía de este estado, estuvo en la
colonización y explotación de los valles bajos y cálidos situados a
ambos lados del altiplano. Allí se proveyeron de productos tropicales
(selva) y semitropicales (valles y oasis de los desiertos) como el maíz
tan imprescindible para la vida social y religiosa de los pueblos andinos. •
El tercer pilar estuvo en un inteligente manejo de los hilos de
intercambio de larga distancia, a través de caravanas de llamas y
alianzas interétnicas que se dieron en lugares como Arica, Azapa, San
Pedro de Atacama, entre otros. Con esta estrategia obtuvieron acceso a una
serie de productos esenciales para satisfacer las necesidades de
prestigio, lujo y distinción social de la élite dominante. La
llama se convirtió en uno de los elementos claves del desarrollo de
Tiwanaku, en atención a que era el único medio de transporte masivo
disponible entonces, ya que se carecía de vehículos a tracción animal.
El intercambio comercial se hacia en base a materias primas que estaban
destinadas a la confección de artesanías y productos alimenticios. Otro
elemento importante de comercio fueron los productos cerámicos, textiles
y metalúrgicos entre las diferentes provincias. El creciente comercio de
Tiwanaku con los otros territorios de la región estuvo sustentado por
tecnológica agrícola, avanzada para su tiempo, que permitía altos
rendimientos de producción alimenticia, la cual apoyo la manutención del
aparato burocrático, ejército, artesanos e iglesia oficial. Cuando
Tiwanaku había logrado extender sus dominios a un vasto territorio, se
establecieron importantes centros de poder lejos de la capital, lo cual
significo también que se elaboro una extensa red de caminos y ciudades a
lo largo del imperio. Las ciudades y palacios de Tiwanaku contaban con la
provisión de agua potable captaba de algunos ríos y vertientes surgidas
en las serranías próximas. De
la misma manera, construyeron una red de drenaje para evacuar las aguas.
Ambos sistemas exigían un amplio conocimiento de la mecánica de fluidos
y de ingeniería hidráulica. Las edificaciones monumentales fueron
realizadas con el empleo de diversos tipos de piedras, todas muy bien
trabajadas y exquisitamente acabadas. El área “Cívico Ceremonial” es
la parte más importante de la capital. En ella se destacan impresionantes
estructuras como Kalasasaya, Templete semisubterráneo, Pirámide Akapana,
y PumaPunku, entre otros. En Kalasasaya se verificaban con exactitud los
cambios de estaciones y el año solar de 365 días, dentro de sus
estructuras que cubren aproximadamente 2 hectáreas se hallan una serie de
estatuas, en este mismo templo; encontramos la Puerta del Sol, uno de las
muestras del arte religioso más importantes del mundo andino, que refleja
la importancia del sol y del Dios Thunupa o Wiracocha. La Pirámide de
Akapana, es una estructura de unos 18 metros de altura, lo que es
equivalente a un edificio de 9 pisos, tenia en su cima de acuerdo a las crónicas
bellas edificaciones y un templete semisubterráneo con una planta en
forma de cruz escalonada, es decir, la Chalana andina, otra pirámide era
el Pumapunku que se extendía en unas 2 hectáreas y con unos tres pisos
de altura. Existen otras construcciones, templos, plazas con grandes
extensiones abiertas por lo general los templos eran abiertos, se sabe que
eran espacios creados para comunicarse con los dioses, concibiendo estas
edificaciones como un completo y complejo microcosmos. Las Pirámides de
Akapana y Pumapunku, simbolizan, en sus bases el ámbito subterráneo (Manqha
Pacha) y en sus partes altas, el ámbito celeste (Alax Pacha) como
verdaderas replicas de las montañas a las que se le consideraban los
sitios donde habitaban los dioses. En
Azapa los dirigentes de Tiwanaku implantaron colonias de agricultores que
convivían con los habitantes de los valles y costa, estos campesinos del
altiplano conocidos como cabuza, trajeron al valle nuevos instrumentos de
labranza y técnicas más complejas de riego para cultivar maíz, camote,
fréjol, quinua, zapallos, hojas de coca y otros cultivos, la producción
agrícola de los valles de Azapa, Moquegua, Tacna, Codpa, Pica, entre
otros, era llevada en caravanas hacia la ciudad de Tiwanaku. En los valles
la forma de vida de estas colonias que convivían con los habitantes
originarios de la zona, era modesta, pues vivían en casas rectangulares y
no circulares como en los inicios de la agricultura en la actual región
de Tarapacá. Estas casas tenían cimientos de piedra y muros de caña y
totoras amarradas con sogas emplazadas juntos a los campos de cultivo. Enterraban
a los muertos en posición fetal o en cuclillas, envueltos en unkus o
camisas de lanas amarradas con cuerdas de totora y acompañados de
ofrendas. Algunos de los utensilios de la ofrenda son gorros, cucharas,
ceremoniales, keros o vasos para beber chicha, tazones (la cerámica está
ricamente decorada con figuras geométricas de distintos colores) entre
otros utensilios. A
cargo de la administración de estas colonias, había contingentes
militares, funcionarios públicos y agricultores con sus familias, en
sitios como cabuza se encontraron tumbas con uniformes de soldados y sus
armas, lo que nos indica que la convivencia entre las colonias de Tiwanaku
y la población local o comunidades originarias estuvo sometida a
conflictos y a una relación no ajena a la tensión. Sobre ese tema, la
historiadora Maria Rostworowsky nos dice “la implantación de colonias
altiplánicas costeras pudo desembocar en conflictos particularmente
agudos con las etnias locales”. En esa época de expansión de Tiwanaku
pueden haberse producido situaciones explosivas que requirieron el uso de
la fuerza militar e incluso de una guerra de conquista. Aunque algunos
arqueólogos piensan que no hubo conquista militar de los Valles de Arica
y la Región de Tarapacá, esto es probable, pues los pueblos andinos son
pueblos que se caracterizan por su territorialidad, es decir, su apego a
la comunidad y el territorio y al igual que hoy, en aquellos años nadie
podía entrar y salir de un territorio definido con límites geográficos
y rituales. Otras
evidencias que respaldan lo anterior, son los restos encontrados en la
parte baja del Valle de Azapa que nos dicen que en sectores como las
Maytas tenían un desarrollo cultural propio, pues el estilo de la cerámica
y los textiles son distintos a las colonias de Tiwanaku, por lo tanto no
solo habría una cultura e identidad distinta sino también una autonomía
territorial y política, distinta dada esas evidencias lo mismo ocurrió
en el resto de la región de Tarapacá. D.L. Browman (Tiwanaku expansion
and altiplano economic patterns.) Nos dice: “el pueblo Tiwanakota
fue indiscutiblemente aymara-parlante”. Este pueblo Aymara habría
ocupado parte del altiplano, precordillera y costa en la forma de
“archipiélagos”, es decir, la presencia de Tiwanaku no está en todos
los pueblos, solo está en algunos, estableciendo con otros una relación
comercial y política y con otros teniendo una relación tensa. Las otras
poblaciones existentes en la región serán comunidades Aymaras con otra
variedades de lengua Aymara de las comunidades urus, pukinas, camanchacos
y changos, en otras palabras la región esta compuesta por sociedades
multiétnicas. Podemos decir, al finalizar este período que no sólo se
habían logrado expandir las fronteras de la agricultura y la cultura en
general, sino que es un período de expansión de una lengua Aymara más
uniforme en todo el mundo andino, por ello no es raro encontrar
comunidades que hablan variedades de la lengua Aymara en zonas como el sur
de Lima, la cual posee una lengua llamada Jaqaru, que no es otra cosa que
una lengua Aymara más antigua. Entre los siglos X – XI, el Lago Titicaca y el altiplano experimentan una seguidilla de desastrosas sequías, que producen el colapso del hasta entonces exitoso imperio Tiwanaku. Producto de la crisis económica y social las conexiones entre el estado Tiwanaku, las colonias y sus aliados terminan bruscamente y para siempre. Poco tiempo después, desaparecen en Arica las colonias de Tiwanaku como Cabuza y otras como Pica, en el mismo período el Imperio Wari enemigo de Tiwanaku comienza a desaparecer producto de estos cambios medio ambientales. El imperio había desparecido bruscamente, y aparecen en toda la región sur de los Andes, una serie de reinos regionales llamados también desarrollos regionales. Los estados y señoríos aymaras (1.000 a 1.470 D.C.): La Época de los Pucarás Después
de la caída de Tiwanaku, surgen en el altiplano, precordillera y costa
numerosos estados y señoríos Aymaras independientes, en permanente
guerra unos con otros, los reinos del altiplano acosados por las sequías
y siempre necesitados de productos que no se producen en el altiplano,
ejercen una enorme presión sobre la precordillera y los valles costeros.
Estos estados altiplánicos serán los: Kollas, Lupacas, Pacajes, Karankas,
Quillaka-asanaques, Confederación Charka, entre otros menores
dependientes de los grandes. Desde luego la
organización social Aymara estaba asentada en base al Ayllu y a la
Marka. Estos
estados y señoríos Aymaras debieron tener sus inicios en pequeños
kurakazgos ó señoríos étnicos “este nivel involucra una organización
fundamentada en los lazos de parentesco sin existencia de clases sociales,
pero con la diferencias de estatus adquiridos por una forma distinta de
prestigio. Este prestigio no
se basa en la acumulación individual de bienes, si no en la distribución
de los mismos, los que a su vez son obtenidos por una norma de intercambio
recíproco, forma usual de circulación de bienes de este tipo de
sociedades y que descansa en las relaciones básicas y cotidianas que se
dan dentro de una unidad social9”. Esto quiere decir, que la forma de
riqueza y prestigio que había en ese tiempo, no era de forma personal o
individual por medio de un negocio o empresa, si no por la forma de
distribución de la riqueza y prestigio se lograba por “el intercambio y
compartir la propia riqueza”. Hoy en día podríamos decir que esa forma
de distribuir y “compartir” perdura en la responsabilidad de un alférez,
pasante y mayordomo que comparte su riqueza al atender a su comunidad o
pueblo en una fiesta como la cruz de mayo, fiesta patronal o carnavales.
El historiador Roberto Choque (2003) nos dice sobre el desarrollo
regional: “De esta época existen algunas construcciones atribuidas a
los Aymaras, conocidas como Chullpa uta (casa-chullpa). Hacia el siglo
XIII los Aymaras aparecen organizados en diferentes estados regionales o
señoríos. Es evidente que los Aymaras habían llegado a una evolución
política con la organización de los estados regionales”. Para
comprender esa evolución política de los Aymaras se deben rescatar las
cuatro categorías de autoridades políticas dadas por Roberto Choque, que
son: 1.
Qhapaq Jefe político de un Estado. 2.
Apu Mallku Jefe político de una Provincia o Estado Regional. 3.
Mallku Jefe político de una Marka. 4.
Jilaqata Jefe de un Ayllú – Jatha. Los
jefes étnicos Apu Mallkus y Mallkus, a excepción de los Qhapaq, poco
antes de la conquista inka, estuvieron en plena acción, pues trataban de
dominar territorios en la costa y el oriente de sus señoríos, esto
quiere decir que hasta antes del Tawantinsuyu, los Aymaras sin duda
estuvieron en plena lucha política por los espacios territoriales. Este
Apu Mallku y Mallku o señor étnico (jefe) dirige las actividades
ceremoniales y en ese sentido es una autoridad regular y repetitiva que
transmite y difunde varios aspectos de la vida social, tal cual hoy en día
en que, los dirigentes de las comunidades y juntas de vecinos aún
practican dichas costumbres al presidir cada actividad del pueblo. Este
Mallku tiene mucha injerencia (opinión) en la normativa de las
actividades productivas y generalmente ejerce su autoridad a través de un
calendario de festividadesproductivas, como es el Pachallampe en la
precordillera o el Floreo del Ganado en el altiplano. Sí este Mallku quería
alterar o imponer otras reglas a los deseos de la comunidad nadie tenía
la obligación de seguirlo, de manera que su poder no es absoluto. Los
documentos históricos hacen mención a la existencia del Mallku principal
y la segunda persona (2º Mallku), nos confirma que para este período
existe una sociedad con una “organización social dual”, es decir, la
comunidad, señorío y estado se encuentra dividido en dos, como en la
existencia de una comunidad indígena y una junta de vecinos. Un claro
ejemplo es la división de comparsas en los carnavales
e las cuales Socoroma y Putre pues en esos días, surgen las
comparsas de Tarkeadas y orquesta, que compiten en demostrar sus mejores
bailes y canciones. Durante
este período la presión demográfica10 fue muy fuerte, por lo cual cada
grupo trato de “consolidar sus territorios y esferas de interacción en
la medida de su capacidad”. Es una etapa en la cual se trato de expandir
el espacio agrícola al máximo, por lo cual es un período, en el cual se
trató de ocupar todas las zonas agrícolas posibles en el altiplano, pero
principalmente en la precordillera por ello no es extraño encontrar
antiguas zonas de cultivo como las laderas de cerro calvario en Socoroma,
Umagata (Camino al Santuario de las Peñas) ó Ausipar en Azapa.
Este
aumento explosivo de la población en el altiplano y en los valles
precordilleranos y costeros, trajo consigo, que desde el sur del Perú
hasta San Pedro de Atacama, se construyeron pueblos fortificados o Pukaras
(fortalezas), para detener la presión e intento de invasión de los
pueblos del altiplano de la actual Bolivia y Perú. Este
período de conflictos se ve reflejado en el arte rupestre, como lo son
las evidencias existentes en Ofragia en la Quebrada de Codpa. No hay duda
entonces que fue un tiempo de permanente tensión y guerraen la zona de
Parinacota y Tarapacá. Los pukaras se construyeron como enclaves de
control de las rutas del comercio andino y de dominio territorial de las
diversas zonas agrícolas y ganaderas y estuvieron ubicadas en lugares
estratégicos como el pukara de Kachuchatiza (Socoroma) que se encuentra
en la ruta que se dirige hacia Zapahuira y el Valle de Lluta. En
esta parte de la historia andina es necesario aclarar que si bien, los
pueblos andinos del período se caracterizaron por su enorme capacidad
comercial, por medio de las caravanas de intercambio, se dice que es período
de “movilidad andina”, es decir que el hombre andino se desplaza de un
territorio a otro sin respetar la integridad del territorio de otra
comunidad. Se debe aclarar, que ésto no era así, pues no
se puede ir y venir de un territorio a otro como se hace hoy en día, si
no más bien eran las caravanas comerciales y diplomáticas las que se
desplazaban de un territorio a otro por las rutas comerciales existentes
teniendo la obligación de presentarse en los diversos pukaras de los
territorios andinos. Al
igual que mil años atrás, estas caravanas no sólo comerciaban los
productos alimenticios, sino también tecnología y expresiones
culturales, por ello, no es extraño que este intercambio perdure hasta el
siglo XXI con expresiones culturales de bailes como el Tinku ó la Saya
que provienen de otras regiones andinas y orientales. En el pueblo de Belén
existe una zona llamada Huaihuarani, que es una ladera ubicada entre la
Quebrada de Laguane y Río Belén, este Pukara posee unos mil recintos o
casas divididos en habitaciones y patios, además, posee zonas de
cementerios y andenerías, en esta época las viviendas poseen un diseño
circular a diferencia de las colonias Tiwanaku que eran rectangulares.
También existen recintos de almacenamiento de alimentos, la cima del
cerro es aplanada y posee un gran espacio a manera de plaza amurallada. Algunos
Pukaras del período son Copaquilla, Saxamar en la Quebrada de Oxa,
Tangani, Charcollo en Tignamar, San Lorenzo en Azapa, Camarones pueblo y
Sabaipurgo en el Valle de Camarones, Taruguire y Chilcaza en Surire y
pobablemente Suri Plaza en Copaquilla(digo que probablemente, porque no
existen estudios de esa zona de General Lagos). En esta misma época
existe la aldea de Cerro Sombrero, que no constituye un pukara, pero es un
importante centro de comercio e intercambio de productos marinos que no
existen en los valles, quebradas y altiplano, por lo cual todas las rutas
comerciales se dirigían a ese sector lejano de la cordillera andina. El
desarrollo de la textilería, rica en sus diseños, colorido y complejidad
con motivos ganaderos, agrícolas y marítimos están dentro de los logros
más importantes del período, lo cual se suma a que dichos diseños de
textiles son únicos y particulares en las actuales Provincias de Arica y
Parinacota, en la metalurgia, se sigue conservando los diseños del
periodo Tiwanaku, por lo cual no se produjo un gran desarrollo, pero si se
integra a este período el uso del oro, plata y cobre en los distintos
utensilios, la alfarería o cerámica se caracteriza por su variedad de
estilos y decoración como lo son los estilos San Miguel y Gentilar, al
igual que en la textilería sus diseños sólo están presentes en Arica y
Parinacota. En
el caso de la Provincia de Iquique existen poblados y pukaras en Huarasiña,
Pachica, Huaviña, Sibaya, Chiapa que están ligados entre si debido a un
intercambio constante de productos en el sector de Pukar Qollu (cercanías
de Isluga) e Isluga y Cariquima. Otro centro de desarrollo de los señoríos
Aymaras en la Región de Tarapacá, serán la actual Miñi Miñe en la
Quebrada de Chiza y Pica, esta última se caracteriza por el gran
desarrollo de la textilería y en particular por lo peculiar de los
estilos de gorros, turbantes y tocados. El caso de Pica, al igual que
cerro Sombrero en Arica, Chiza o Pukar Qollu, es un importantes centros de
intercambio, pués en él confluían los señoríos Aymaras ubicados en la
actual región de Tarapacá y las sociedades altiplánicas del sur de la
actual Bolivia. Para entender, esa etapa de la historia andina de la
actual Provincia de Iquique no existen
muchas referencias y estudios. El
historiador Tristan Platt(1975) nos expresa que “hay una fuerte
interdependencia entre los costeros y serranos en tiempos recientes: la
necesidad del acceso de los diversos microclimas del valle por los
serranos y la dependencia de los costeros con los de arriba para la
renovación periódica de algunas semillas y la obtención de las
aguas”. Lo cual nos dice, que: “La
dependencia entre la actual precordillera y la costa, fue
bastante fuerte no sólo por la administración de los recursos naturales,
sino también por el funcionamiento de su economía, cultura
y principalmente de su identidad distinta a la de los reinos Aymaras
del altiplano”. La
zona de Arica y Parinacota, para el período, es una zona en permanente
tensión entre las comunidades serranas y costeras con los reinos del
altiplano, que buscaban instalarse en algunas zonas agrícolas, esto debió
ocurrir sin duda, pero con la creciente cantidad de conflictos y guerras,
por ello, debemos decir, que junto con ser un período de conflictos, es
un época de una compleja relación multiétnica, pero que también
definió la identidad territorial de las comunidades de precordillera y
valles costeros hasta nuestros.
En este mismo tema, la arqueología regional nos dice que las comunidades
agrícolas de precordillera y los valles poseen su independencia de los
reinos del altiplano “y que mantuvieron relaciones de intercambio
comercial y cultural fluido y en determinadas circunstancias aceptaron
compartir algunos sectores en las quebradas[5]”
con las colonias de los reinos del altiplano. Durante
este período las poblaciones de la costa y sierra, centran su desarrollo
sobre la base de una economía que articulaba los recursos marítimos de
la costa, agrícolas de los valles y serranías y la crianzas de llamas,
alpacas y cuyes en el altiplano de Parinacota. En
ese tiempo los señoríos Aymaras en la sociedad indígena de la Región
de Tarapacá, es decir en las Provincias de Arica y Parinacota, se
encontraba formada por agricultores
y pescadores que habían logrado estructurar:
A partir de un desarrollo progresivo de la tecnología y ciencia en general se generan grandes avances en la textilería, metalurgia, astronomía, ingeniería, medicina y matemáticas. El éxito del sistema económico social, cultural y científico permitió que los señoríos de Arica pueda considerarse como una época clásica y la de mayor esplendor en la historia prehispánica de la región de Tarapacá. El
origen de los inka debe ser entendida desde las evidencias históricas
recopiladas por los cronistas españoles y los hechos míticos contadas
por los descendientes de la nobleza cuzqueña, ambas fuentes han llevado a
la construcción de una versión oficial del origen de los primeros
habitantes del Cuzco. Uno
de los principales mitos sobre el origen de los inka fue el de los
hermanos Ayar, salidos de una cueva llamada Pacaritambo: posada de la
producción. Dicho lugar se encontraba en el cerro Tambotoco, el mismo que
tenia tres ventanas: Maras toco de la cual
procedía “sin generación de padres”, a manera de generación espontánea,
el grupo de los maras; Sutic, ventana que dio origen al grupo de los
tampus, y Capac Toco, de la que salieron los cuatro hermanos cuyos nombres
eran Ayar Uchu, Ayar Cachi, Ayar Mango y Ayar Auca. Ellos estaban acompañados
por sus cuatro hermanas. Los
legendarios Ayar con sus hermanas iniciaron una lento andar por punas y
quebradas cordilleranas, con el propósito de
encontrar un lugar apropiado para establecerse y solo después de
un largo peregrinar llegaran al sector que hoy conocemos como el Cuzco.
Será en esta zona donde el Ayar Mango pasó a llamarse Manco Cápac. Durante
muchos siglos se ha dicho que los inkas fueron una etnia o pueblo que
desde el Cuzco iniciaron un gran imperio andino, civilizando a parte
importante de los Andes, más aún se les han atribuido importantes
avances culturales y tecnológicos, esto no es así, pues muchos de los
adelantos culturales y tecnológicos que son atribuidos a los inkas, ya
existían antes de que el cuzco fuera una simple aldea, como por ejemplo
el propio camino del inka, ya existía según el arqueólogo Javier
Escalante (2001) y la Historiadora Maria Rostworowski (1999), pues esos
caminos fueron construidos por el imperio Tiwanaku y otros tantos
adelantos fueron desarrollados por el imperio Wari en el centro del Perú
y Mochica en el Norte. Respeto al origen de los inkas el Historiador
Roberto Choque nos dice: “Manku Qhapaq, el primer inka, según Garcilazo
de la Vega, era oriundo de Tiwanaku. Con otros Tres hombres fue a
Pakaritambu, donde aparecieron como señores enviados del Sol. Para Waman
Puma, un señor que había que salir de Pacaritambo un Cápac Apo Inga rey
llamado Mango Cápac Inga hijo del sol y de su mujer la luna. De modo que
los términos Apu e Inka, que menciona Waman, son importantes para
establecer el significado de cada uno de ellos, por que han sido empleados
con criterios político – religiosos. Así Qhapaq es el título máximo
de una autoridad superior en un estado Aymara; Apu (Achachila) es
la categoría divina que corresponde a la significación de las
divinidades tutelares, e Inka es el termino que connota la categoría
superior de una autoridad en un estado como es el Tawantinsuyu. El
primer Inka Manku Qhapaq, en este caso representa el avance Aymara para
establecer un poder politico – religioso en el Cuzco. Resulta, además,
que según los estudios lingüísticos, que el Cuzco quedaba dentro del
habla Aymara”. Por otro lado, el Antropólogo Tom Zuidema nos dice, que
los inka no fueron una etnia nueva en los andes, sino que fueron parte de
pueblos andinos como el Aymara o el Quechua, que se revelaron al Imperio
Wari o lo que quedaba de él. Coincidimos con Roberto Choque, en el
sentido de explicar de manera precisa el alcance de lo que era el Inka,
pues más adelante en la historia nos encontraremos con inkas Aymaras y
quechuas, es decir, que la mala interpretación de los españoles de los
cargos políticos y religiosos en el Tawantinsuyu convirtió a la elite o
nobleza andina en una etnia. Tal cual informábamos al comienzo de este
texto, la historia andina se esta escribiendo nuevamente y solo a partir
de ello, podremos conocer la verdadera historia andina. Cuando
en el norte de Chile las sociedades del desierto luchaban por mantener a
raya a los pueblos del altiplano y en este mismo período los alrededores
del Cuzco se comienzan a producir importantes transformaciones sociales,
económicas y culturales que cambiarán a todos los Andes desde el sur de
Colombia al Sur de Chile, incluyendo gran parte de los Territorios del
Ecuador, Perú, Bolivia y la parte norte de Argentina. Esto a consecuencia
de la agresiva y dinámica expansión del Imperio Tawantinsuyu, que “tiño
de manera mas refinanda” los territorios andinos con los principios de
organización política, económica y religiosidad que existían desde
hace mucho tiempo atrás en el mundo andino y el norte de Chile. Su
expansión, sin embargo, se canalizó a través de distintas estrategias
geopolíticas y acuerdos con pueblos y territorios, conquistados, anexados
y aliados. De
esa manera la marginalidad económica de los valles precordilleranos y
Arica, su situación de aislamiento y de alejamiento de la ruta principal
de Camino Real del Inka incidieron que esta zona se incorporará
indirectamente al imperio, sin que fuera conquistada directamente y
administrada por un regente inka con sus dignatarios como ocurrió en la
zona del Lago Titicaca(Copacabana). La
zona del Lago Titicaca fue de gran importancia económica y ritual para el
Inka, dado que su origen mitológico se sitúa en la Isla del Sol, una
isla sagrada en el lago. La zona de Arica se integró a la red panandina
del Tawantinsuyu Inka a través de los Estados Aymaras como los Lupaka,
Pacaje y Karanka que en épocas anteriores habían tratado de establecer
dominio sobre estos territorios. Dueños
de una tremenda capacidad organizativa y militar, los Inka en poco tiempo
construyeron uno de los imperios más grandes de la historia de la
humanidad y solo comparado con el imperio griego de Alejandro Magno, el
imperio Romano y el Mongol de Gengis Kan, el afán expansivo del imperio
del Tawantinsuyu residía en el mecanismo
de la “Herencia Dividida[6]”. Al fallecer un gobernante, su panaqa(familia y
antepasados) heredaban toda la riqueza y los territorios conquistados por
el difunto. Los
Nuevos Zapa Inka(Inka Supremo) en cambio, heredaba solo el ejército, por
ello toda su vida debía procurar, conquistar y anexar nuevos territorios
para construir su propia riqueza. Hacia 1471 le correspondió al Tupaq
Inka Yupanqui emprender la conquista de los reinos Aymaras y por ende de
Bolivia, Argentina y del norte de Chile. La
incorporación de los aymaras no fue un tema fácil para el Tawantinsuyu
pues lo aymaras seguían siendo un pueblo aguerrido y valeroso en especial
en la zona que va desde el lago Titicaca hasta el océano pacifico y otras
regiones centrales de la actual Bolivia y centro – sur de Perú. Esta
combatividad que los Aymaras se mantuvieron inalterable de todo el periodo
inka, pues los Aymaras resistieron con gran fortaleza la expansión inka y
protagonizaron varias rebeliones contra ellos. Según
el historiador indígena Santa Cruz Pachacuti Yampi, el Inka Viracocha
mando a su hijo el Inka Orcon a conquistar el Qollasuyu(región de las
naciones Aymaras) con un numeroso ejército. La expansión fracaso pues el
inka fue muerto y su ejército destruido por los aymaras – collas. Luego
Viracocha Inka “… halló a los canches(aymaras - canchis) puestos en
orden de guerra y allí se dio entre unos y otros la batalla … y fueron
los canches vencidos” y se rindieron al Inka. Los Canas (otra etnia
Aymara) opto por aliarse con el inka, quien le envió ricos presentes en
señal de amistad. Pachacuti Inka Yupanqui, sometió a los estados Aymaras
de los Collas, Lupacas y Pacajes. Los aymaras nunca se resignaron a la
dominación inka, pues siempre procuraron su libertad, rebelándose en
cada ocasión posible, por lo cual las represalias era cada vez más
violentas y crueles. Una vez integrados plenamente al imperio los aymaras
gracias a su belicosidad se convirtieron en guerreros especializados del
inka. Sobre
este último tema Edmundo Guillen nos dice sobre Wayna Qhapaq y sus
guerras “Tampoco pudo mantener esta paz por mucho tiempo. Cuando estaba
ordenando las tierras del valle de Cochabamba (Qachapampa) en el actual
territorio Bolivia, estalló la rebelión de las provincias de: Quito,
Cayambe, Carange y Otovalo, que obligaron al Inka a suspender sus trabajos
en este valle y regresar al Cusco. En esta ciudad, preparó la campaña
contra las provincias sublevadas y designó a su hijo Tupa Kusi Wallpa (Wascar
Inka) como su correinante. Según varios testimonios, el Inka salió de
esta ciudad con un poderoso y galano ejército de “doscientos mil
hombres”. Los “Hanancusco”, al mando de Auki Tupa y los “Hurincusco”,
a órdenes del joven Michiq Waka Mayta. Este ejército dividido en
escuadrones de mil hombres repartidos por ayllus y parcialidades, con
capitanes lucidamente ataviados con sus armas típicas y estandarte, daba
la impresionante visión del poder bélico de Tawantinsuyu. Se afirma que
parte de este poderoso ejército estuvo integrado por soldados del
Collasuyo que tenían la fama de ser los guerreros más valientes del
Imperio”. Montes (1983) nos informa además que: “Estos
ejércitos Aymaras tuvieron una destacada actuación
en todos los confines y fronteras del imperio;
por el norte conquistaron para el Inka el
territorio del actual Ecuador y parte de Colombia, por
el sur defendieron al imperio contra los Chiriguanos y Guaraníes”. Si
bien todos los pueblos y etnias aportaban hombres para el ejército
imperial, el valor de los aymaras se destacaba por sobre los otros pueblos
indígenas; y por último se convirtieron en las tropas de élite de los
ejércitos del Tawantinsuyu. En
las guerras de conquista y en la formación de las huestes se conservaban
las divisiones por etnias, y los kurakazgos designados para contribuir con
la mita guerrera proporcionaban soldados conducidos por jefes de sus
propios pueblos. En el Tawantinsuyu se estimaba y valoraba a sus ejércitos
y a sus jefes militares. Las tropas se dividian siguiendo la organización
política, es decir en decurias y centurias comandadas por sus jefes. Dentro
de las numerosas conquistas que realizó Tupac Yupanqui fue parte
importante de Argentina, Chile y la costa norte del Perú. Es en el sector
Huancavelica donde las conquistas del imperio se realizaron por mar y por
tierra, pues se emplearon balsas de vela. Este relato del cronista
Sarmiento de Gamboa, nos dice de la presencia de mercaderes marinos y del
misterioso viaje marítimo efectuado por el inka durante nueve meses a
unas islas lejanas, que para el noruego Thor Heyerdahl, fueron la isla de
Pascua. En el mismo tema el navegante Quitin Muñoz en el viaje de la Mata
Rangi desde las costas de Arica a Rapa Nui. Cuando
las tropas imperiales del Tawantinsuyu ingresan al norte grande de Chile,
traen como aliados estratégicos a los reinos altiplánicos13,
los rivales de los señoríos de la precordillera y la costa como el señorío
de Arica y es a través de ellos, que los inkas dominan a los pueblos del
desierto chileno, inaugurando una última etapa del desarrollo, economía,
cultura e identidad de los Aymaras de la Región de Tarapacá. En
Arica, la dominación inka se tradujo en una ampliación de las tierras de
cultivo y en la aplicación de técnicas más avanzada en la explotación
y producción de los recursos naturales y artificiales de esta parte de
los Andes. Es importante decir, que el sistema económico tradicional
antes de los inka, las comunidades producían para su consumo y comercio.
Con el Inka debieron agregar a su ciclo productivo horas/hombre para
trabajar en las labores encomendadas por el Estado. Los efectos que esto
trajo en el bienestar de las comunidades del norte de Chile. Lo cierto es
que entre las tareas encomendadas las comunidades debían cultivar las
tierras del Inka y del Sol y producir una serie de bienes, como tejidos y
ropas de lana o algodón de uso diario, tejidos finos, tiestos de cerámica,
ojotas, utensilios domésticos de madera, cestería, pescado seco, carne
seca salada(ch’arqui), etc. Esta prestación de trabajo se denominaba
mit’a; y como “compensación” el inka le entregaba bienes de consumo
y uso ceremonial que servían para fortalecer el control y las alianza con
las comunidades. Van
Kessel14 nos dice que “la administración imperial de la economía
consistía en primera instancia en una acertada distribución de la fuerza
de trabajo”:
Es
un período en el cual hubo una mejoría muy notoria en la infra-estructura,
pues se construyeron sistemas de correo y caminos de norte a sur, que en
esta zona se conoció un camino costero y otro cordillerano. Natan Wachtel
afirma: “es un período en el cual el aparato administrativo, junto con
la organización militar y económico es amplio” y por lo tanto cada
rincón del imperio esta controlado por el estado. Muchos historiadores
españoles del periodo de la conquista han afirmado que el imperio se
caracterizaba por sus crueldades, inclemencia y pesados tributos, lo cual
no era así pues “el
inka solo solicitaba lo razonable, y el propio inka se aseguraba al pueblo
la satisfacción de todas sus necesidades, aún en tiempos de mala
cosecha; alimentaba y vestía a la gente; y los trabajos de faena tenían
el carácter festivo[7]”. Dos
de los centros de administrativos inka más importantes en la zona de
Arica y Parinacota fueron Purisa (cercanías de santuario de Las Peñas)
en el Valle de Azapa y Mollepampa (cercanías de Poconchile), en el Valle
de Lluta. Estos y otros asentamientos como el Tambo de Chungará, hoy
conocido como Tambo Quemado, el Tambo de Zapahuira ó el centro ceremonial
de Sahuara en la Comuna de Camarones. Los
centros administrativos y religiosos estuvieron unidos por el camino del
inka, que atravesaban una extensa zona del imperio del Tawantinsuyu. Los
temas administrativos en esta época están cargo del Qhapaq, Apu Mallku y
Mallku de cada Marka (nación o región) y Jilakatas(ayllus -
comunidades), es decir la organización y distribución del trabajo. La
contabilidad esta a cargo de los Camayoc que estaban a cargo del control
contable y administrativo y eran enviados del inka, pero los Mallku también
tenia sus propios contadores o Camayoc que lo asistía en los tema de
contabilidad para no tener diferencias con el contador del imperio. Los
inka respetaron las creencias de los pueblos conquistados y aliados, no
obstante, en muchas de las altas cumbres del norte de Chile colocaron a
sus propios dioses. En las faldas y cimas de los principales cerros,
construyeron recintos ceremoniales e hicieron grandes hogueras, realizaron
sacrificios y dejaron ofrendas de hojas de coca, figurillas de plata,
plumas multicolores y finas prendas textiles en miniatura. Algunos
logros culturales y científicos en el Tawantinsuyu. El
desarrollo de las leyes son unos de los aspectos fundamentales de los
avances culturales de los pueblos andinos, antes y durante el imperio de
Tawantinsuyu. La legalidad esta muy arraigada al cumplimiento de las
normas y estas tienen una fuerte relación al mundo sagrado y religioso.
Por ello no es raro aun que las normas, leyes y sanciones o penas desde la
visión del mundo andino sigan vigentes en algunas regiones específicas,
en cambio en otras sólo son una sanción moral. El
Inka es el legislador, pues mandaba a aplicar las leyes existentes y sólo
él puede revocarlas cuando son de carácter administrativo, pero no puede
revocarlas cuando tienen relación a lo sagrado y religioso. Durante el
Tawantinsuyu existe un Tucuy Ricuc (el que todo lo ve y lo mira), este es
un funcionario que tiene bajo su control a los jueces y toda la burocracia
estatal. La filosofía de la justicia inka se basaba en el castigo
corporal y moral, pues se consideraba que este era mucho más efectivo que
la simple confiscación de bienes o la pena pecuniaria (multa). Se preferían
los castigos radicales y definitivos, en el entendido que la ley debía
ser rigurosamente aplicada y en su integridad, pues solo así se podía
mantener su contundencia y su fuerza. Las sanciones de mayor peso social,
después de la pena de muerte, eran el destierro a zonas de frontera y el
apedreamiento público, así como la amonestación pública. Son
considerados como delitos en este período lo siguiente: •
El adulterio. •
La corrupción de menores y jóvenes. •
La violación. •
La brujería. •
El estupro (abuso de las vírgenes del sol o la luna). •
El aborto. •
La poligamia. •
La borrachera. •
El consumo de la hoja de Coca por el pueblo. •
La caza de animales sagrados, entre muchos otros delitos. Inversamente
a lo que ocurre en la actualidad, ante cualquier falta, las castas más
altas de la sociedad (nobleza) eran más duramente castigadas, bajo el
precepto de que debían dar el ejemplo a los demás, pues “hacia burla
de ellos si les viesen decir uno y hacer otro (Garcilaso de la Vega,
1605)”. Podemos
decir, entonces, que en el imperio del Tawantinsuyu predomino el derecho
penal, pues existen normas para el orden público y privado. Las leyes del
imperio estaban basadas en la ética, que se resume en: “ama
llulla, ama sua, ama qhella ” No
seas mentiroso, no seas ladrón, no seas flojo Otras
normas que se agregaban a estos eran: “El
que no trabaja, no come”. “De
cada uno según su capacidad, a cada uno según su necesidad”. En
el Tawantinsuyu funcionaban las siguientes formas de trabajo: §
El
personal. Es el trabajo de cada
cual en la familia. §
El
familiar. Son los compromisos
familiares de reciprocidad. §
El
ayni. corresponde al trabajo de
todas las familias de una comunidad que se ayuda mutuamente, es decir, es
la prestación de ayuda entre las familias, nadie puede librarse de éste
precepto pués esparte esencial del mundo andino. §
La
minga. Corresponde al trabajo del
ayllu o la suma de varios ayllus controlados por el Kuraka. Son, además,
el trabajo colectivo en bien de la comunidad o de las comunidades. §
La
m’ita. es un trabajo estatal
ordenado, planificado y supervisado por el estado, un ejemplo de ello, es
haber construido el camino del inka. La mita no solo es en trabajos agrícolas
o construcciones de templos o caminos, si no también era en el servicio
militar para todos los hombres. El
mundo andino desarrollo un sistema numérico decimal, que dio origen a un
sistema complejo de aritmética y geometría, que le permitió desarrollar
avanzados cálculos matemáticos que le permitió inventar:
Los
científicos de la cultura andina no solamente resolvieron el problema
de la cuadratura de la circunferencia, sino que además determinaron,
simultáneamente el valor geométrico mas aproximado de
pi(ð)
que es posible obtener por métodos gráficos. Estos mismos avances
matemáticos permitieron el ordenamiento regional del Tawantinsuyu,
similar a la regionalización y a los planos reguladores de
las ciudades modernas. William
Burns ("Decodificación de Kipus") considera a la escritura
incaica como marcas (grafías) que se dejan en papel con pluma y tinta o
algo parecido. Y si la escritura es vista como un "sistema para
almacenar información", entonces se puede dar crédito a las
"bases" de Burns, tales como cronistas como Cieza: "los
quipus significaban diversas cosas y cuanto los libros pueden decir de
historias, leyes ceremoniales y cuentas de negocios"; o Huamán Poma:
"Los escribanos asentaban todo en el kipu con tanta habilidad que las
anotaciones resultaban en los cordeles como si se hubiera escrito con
letras". Para
Burns hay una relación acrofónica entre el sistema decimal, empleado por
los antiguos inkas, con grafías (kellkas) de características geométricas
que equivalían a 10 consonantes. En su libro aparece en un dibujo de Huamán
Poma, Wiracocha Inka con un tocapu de signos geométricos. Los
Inka no fueron los primeros en observar los cielos y ciertamente no los únicos
en rendirle culto al sol. Los relatos históricos nos muestran que el
interés andino por la astronomía tiene una base agrícola y ganadera. El
cielo fue centro permanente de observación del inka y los diversos
pueblos andinos del Tawantinsuyu. Las estrellas, galaxias y constelaciones
se observaban por medio de observatorios localizados en las diversas
regiones del Tawantinsuyu. Los
observatorios eran conocidos como uhsnu o espejos astronómicos que le
permitían observar los eclipses y estrellas. La constelación de la
yakana o Vía Láctea fue una de las principales zonas de observación
junto a la chacana (cruz del sur). La
constelación de la Yacana, es el camac de las llamas, ósea su fuerza
vital, el alma que
las hace vivir. Yacana camina por un grán río (la Vía Láctea). En su
recorrido se pone cada vez más negra en dos ojos y un cuello muy largo.
Se cuenta que Yacana acostumbraba beber agua de cualquier manantial, y si
se posaba encima de alguien le transmitia mucha suerte. Mientras este
hombre se encontraba aplastado por la enorme cantidad de lana de Yakana,
otros hombres le arrancaban la fibra. Todo esto ocurría siempre de noche.
Al amanecer del día siguiente se veía la lana que habían arrancado la
noche anterior. Esta era de color azul, blanca, negra, parda, las había
de toda clase, todas mezcladas. Si el hombre afortunado no tenía llamas,
rápidamente compraba algunas y luego adoraba la lana de la Yakana en el
lugar donde la habían arrancado. Tenía que comprar una llama hembra y
otra llama macho, y sólo a partir de estas dos podía llegar a tener dos
mil o tres mil. Esta era la suerte que la Yakana confería a quienes se
posaba encima de ellos. Se
cuenta que en tiempos muy antiguos, esto le ocurrió a muchas personas en
muchos lugares. A la media noche y sin que nadie lo sepa la Yakana bebe
toda el agua del mar, porque de no hacerlo el mar inundaría al mundo
entero. Yutu
(la perdíz) es una constelación pequeña que aparece antes que la Yacana.
Según cuenta la tradición, la Yakana tiene un hijo que cuando mama ésta
se despierta. Tambien hay tres estrellas que caminan juntas y en línea
recta. A éstas les han puesto los nombres de Kuntur (cóndor), Suyuntuy
(gallinazo) y mamani (halcón). La tradición cuenta que cuando aparecen
estas estrellas más brillantes que antes, ese año será bueno para el
cultivo. Si en cambio aparecen poco brillantes, ése será un mal año,
con mucho sufrimiento. La
cruz del sur, es una maravillosa constelación que posee forma de cruz
cuadrada y esta conformada por cuatro estrellas, cada estrella tiene una
orientación a una región andina. Se encuentra de bajo de la constelación
del centauro para Europa y con el nombre de la constelación de llama para
el mundo andino. Con
relación a las estrellas, los Inkas concibieron un cielo poblado de
animales y algunos elementos vinculados
con la actividad productiva, "dibujándolos" tanto en los
sectores estrellados como en los de total oscuridad. La Vía Láctea
simbolizaba un río, de allí su nombre mayu (río). Las Pléyades (las
cabritas) eran conocidas como collca (depósito de granos) y su movimiento
se relacionaba con la producción del maíz. Venus, era llamado Chasca
cuyllor o Pacaric chasca o Pacari cuyllor, entre otros nombres. El Cinturón
de Orión (las tres Marías) era conocido como Chacana (líneas cruzadas o
cruz). Además formaban constelaciones con las partes o "nubes"
oscuras como la Machacuay (serpiente), Yutu (perdíz), Llamacñawin (los
ojos de la llama con cría), Urcuchillay (llama macho), entre otros. Como
se puede apreciar en esta apretada e incompleta síntesis, la astronomía
en el tiempo de los Inkas fue muy compleja y lejos estamos de poder
comprender la real dimensión que tuvo en el mundo andino. Sin embargo,
podemos afirmar que este complejo sistema astronómico sirvió para
calcular los días, semanas, años, calendarios solares y lunares,
estaciones del año y el movimiento de la tierra, al igual que
contribuyó a mejorar el sistema de cálculos matemáticos y geometría. No cabe duda que la astronomía tuvo un papel importante en la organización imperial del Tawantinsuyu y que sus conocimientos de astronomía incluyeron elementos de los cuales no existe ya ninguna evidencia física o histórica. Reflexiones finales sobre la destrucción del Imperio del Tawantinsuyu En
el año 1528 se comienzan a circular en el Ecuador y Norte del Perú
noticias que informan que gentes extrañas están recorriendo la costa del
Ecuador, pero no existe mayor claridad de estos hechos y menos aún de
cual fue la reacción de los gobernantes regionales y el propio estado
Inka. Será entre 1528 al
1531 un período en el cual los españoles liderados por Francisco Pizarro
y Diego de Almagro exploraran las costas del norte del Tawantinsuyu. La
historia de los Andes construida por los cronistas españoles e
historiadores modernos nos hablan de un imperio Inka o Tawantinsuyu
dividido por una guerra civil entre Huascar y Atahualpa que disputaban el
trono imperial y que debido a esto el imperio de dividió en dos facciones
irreconciliables que no descansaran hasta destruir al otro y será en
estos momentos de la historia en la cual aparece Francisco Pizarro y los
conquistadores españoles. Durante los últimos años los historiadores
indígenas del mundo andino han comenzado a reescribir estos hechos históricos
en base a la información de los cronistas, la arqueología y la
antropología, y han colocado en tela de juicio la existencia de la guerra
civil descrita por los españoles, pues no se ajusta a la cultura andina
la existencia de una guerra a muerte entre pueblos andinos y más aún
cuando corresponden a realidades culturales tan similares, además, es
claro que cuando llega Francisco Pizarro este supo de la supuesta guerra
civil por medio de informaciones entregadas por sus traductores, por ello
es más correcto creer que lo que vieron los españoles fe una guerra
ritual similar al enfrentamiento que hoy presenciamos en el Tinku moderno
y en el caso que hubiese habido una guerra esta debió ser una magnitud
mucho menor pues no seria lógico en el mundo andino destruir los bienes
de producción, espacios sagrados y menos aún no respetar el ciclo
ritual. Además se debe tener presente que las guerras en los Andes no se
desarrollaban como en Europa. Sobre este tema algunos historiadores como
Edmundo Guillen en su texto “La Guerra Reconquista Inka” 1536 – 1572
nos habla que gran parte de la historia que existe de América fue
inventada por los españoles y sobre
lo mismo el historiador y antropólogo Nathan Wachtel nos dice: “En
nuestra memoria colectiva, la aventura de los conquistadores evoca imágenes
de triunfo, de riqueza y de gloria, y aparece como una epopeya”. La
historiografía occidental asocia el «descubrimiento de América» a los
conceptos de «Renacimiento» y de «tiempos modernos»; la expedición de
Colón coincide con la imagen de una nueva era. Pero se trata de una nueva
era para Europa. Desde
la perspectiva de los indios vencidos, la Conquista significa un final: la
ruina de sus civilizaciones, para «descubrir» realmente América, el
historiador nacido en la sociedad de los vencedores debe despojarse de sus
hábitos mentales y, en cierto modo, salirse de sí mismo, preguntemos
directamente entonces a las fuentes indígenas”. Durante
muchos años se ha mencionado que la conquista de América fue realizada
por aventureros españoles que buscaban fama y riqueza, pero estos no fue
así, pues según la Capitulación(es una resolución de los reyes de España)
suscrita en la ciudad de Toledo el 26 de julio de 1529 por su contenido y
objetivos, constituyó una tácita declaratoria de guerra de España
al Tawantinsuyu, por lo cual la captura del Inka Atahualpa fue
solo una consecuencia de los planes de España para incorporar estas
tierras a la Corona Española. El
16 de noviembre de 1532 en la ciudad de Cajamarca el último Zapa Inka del
Tawantinsuyu fue al encuentro de los españoles con un espléndido ejército
en la ciudad de Cajamarca en donde se disponía a conversar con los españoles
para pedirles que se marcharan de las tierras de andinas y pagasen por las
destrucciones y atropellos realizados. Al ser este la primera entrevista
formal entre el Zapa Inka y los extranjeros, fue desarmando como era la
costumbre en los Andes y como lo había acordado con los emisarios españoles,
pero fue traicionado cuando se disponía a conversar con los españoles. Sobre
los acontecimientos de Cajamarca y como se preparo la traición de Pizarro
a Atahualpa nos basaremos en las escrituras de Francisco de Xerez,
secretario de Pizarro testigo ocular de estos hechos, dice: “El
gobernador mandó secretamente a todos los españoles que se armasen en
sus posadas y tuviesen los caballos ensillados y enfrenados, repartidos en
tres capitanías, sin que ninguno saliese de su posada a la plaza; y mandó
al capitán de artillería que tuviesen los tiros asentados hacia el campo
de los enemigos, y cuando fuese tiempo les pusiese fuego. En las calles
por donde entran a la plaza puso gente en celada; y tomó consigo veinte
hombres a pie, y con ellos estuvo en su aposento, porque con él tuviese
cargo – de prender la persona de Atabalipa. Y mandó que fuese tomado ávida;
y a todos los demás mandó que ningún saliesen de su posada, aunque
viesen entrar a los contrarios en la plaza, hasta que oyesen soltar la
artillería, Y que él tenía atalayas, y viendo que venían de ruín
arte, avisaría cuando hubiesen de salir; y saldrían todos de sus
aposentos, y los de a caballos, cuando decir ¡Santiago!”. Juan
Ruiz de Arce, testigo ocular en la plaza de Cajamarca nos dice: el fraile
Valverde, - fue parte del ardid- que para asegurar a su víctima, salió a
recibirle y tratando de atraerle hacia donde estaba escondidos los españoles,
le dijo: “Atabalica: el gobernador te está esperando para cenar y
te ruega que vayas, porque no cenará sin ti. Él (Atahualpa) respondió:
Habéisme robado la tierra por donde habéis venido y ahora estáme
esperando para cenar. No he de pasar de aquí si no me traéis todo el oro
y plata y esclavos y ropa que me traéis y tenéis, y no lo trayendo téngoos
de matar a todos”. A continuación el Fray Valverde increpa al
Inka a renunciar al imperio y a la religión andina y aceptar la cristiana
por orden del Papa, pero el inka le responde: “Obedecer
al Papa no está bien, que debe ser loco, por que da lo que no es suyo y
e manda a dejar el reyno que yo heredé de mis padres y quiere que
lo dé a quién no conozco. Religión tampoco quiero más de la que tengo,
que de sobra buena es. Yo me hallo muy bien con ella y nó tengo para que
poner en disputa cosa tan antigua y aprobada como está. Vosotros tenéis
por Dios a Cristo y decís que murió, pues yo venero al Sol que no ha
muerto jamás ni morirá, ni la Luna mucho menos, ¿Quién os dijo a
vosotros que vuestro Dios creó el mundo…? ”(Crónica de Fray
Prudencio de Sandoval Amberes, año 1681). Antes
de finalizar la conversación el Inka y su delegación es atacado por los
españoles que dan muerte según las cronistas a miles de indígenas entre
los cuales se encontraban los líderes, gobernadores, príncipes del
Tawantinsuyu. Al final del día el Inka es capturado y tenido como rehén
y viendo el Inka lo peligroso de la situación ofrece el pago de una
cuantiosa suma de oro y plata por su libertad sólo en la primera quincena
del mes de junio de 1533 Atahualpa reunió un rescate que alcanzó la suma
de 1.326.599 pesos de oro suma que hoy en día seria de miles de millones
de dólares. A pesar de a ver pagado el rescate el Inka Atahualpa fue
asesinado con un garrote en la cabeza el 26 de julio de 1533 en la plaza
de Cajamarca. La
conquista también trajo consigo las peores expresiones de los valores
humanos por la gran cantidad de millones de personas que fueron asesinadas
atrozmente, tal cual lo cuenta el padre Bartolomé de las Casas: “Entraban
los españoles en los poblados y no dejaban niños ni viejos ni mujeres
preñadas que no desbarrigaran e hicieran pedazos. Hacían apuestas sobre
quién de una cuchillada abría un indio por medio o le cortaba la cabeza
de un tajo. Arrancaban a las
criaturas del pecho de sus madres y las lanzaban contra las piedras. A los
hombres les cortaban las manos. A otros los amarraban con paja seca y los
quemaban vivos. Y les clavaban una estaca en la boca para que no se oyeran
los gritos. Para mantener a los perros amaestrados en matar, traían
muchos indios en cadenas y los mordían y los destrozaban y tenían
carnicería pública de carne humana… Yo soy testigo de todo esto y de
otras maneras de crueldad nunca vistas ni oídas”(Fray Bartolomé de las
Casas. Brevísima Relación de la Destrucción de las Indias 1552). La
conmoción que siguió de la muerte de Atahualpa se ve reflejada en las
palabras del Curaca de Tumbaco en Quito (1534) nos dice en su obra Wanka: Sobre
pacay enorme el viejo búho con su fúnebre lloro Se
lamentaba Y
la tierna paloma en la alta fronda Presa
de honda amargura se lamentaba. Los
crueles Blancos que oro pedían, Como
una plaga nos invadieron. Al
padre Inka después de hacerle prisionero Después
de infundirle confianza, Muerte
le dieron. Con
entrañas de puma Con
astucia de zorro Tal
si fuera una llama le mataron. Después,
el rayo hendió los aires se desplomó el granizo Desapareció
el Sol y se impuso la noche. Y
los sabios ancianos, vencidos por el miedo, Junto
con muchos hombres vivos se sepultaron. 48
49¡Cómo
no he de verte amargo llanto Al
hallar en mi tierra gentes extrañas!. Juntémonos
tan sólo los que somos hermanos Y
en la llanura ensangrentada nuestro dolor lloremos. Tú,
Inka, padre mío que habitas en el mundo de arriba, Siempre
serás testigo de mi infortunio. ¡Pienso
en todo esto y aún no muero! ¡Mi
corazón ya está fuera del pecho, Y
vivo todavía!. La
destrucción del imperio del Tawantinsuyu no culmina con la muerte de
Atahualpa y la elite del imperio, sino se le deben sumar las consecuencias
de las epidemias traídas por los españoles como la viruela, el sarampión
y la gripe; la falta de una unidad nacional entre los diversos pueblos
andinos; la colaboración de los Cañari, Huancas (estos pueblos indígenas
eran enemigos del Tawantinsuyu) entre otros con los españoles; la ventaja
tecnológica de las armas españolas; la diferencia de la guerra ritual y
la guerra de exterminio practicada por los españoles y los europeos. El
exterminio de millones de personas y el modelo económico impuesto por los
españoles terminaron por corroer y destruir el último gran imperio
andino, a la vez con ello se impuso la servidumbre indígena y la dominación
española en el ya devastado mundo andino.
Referencias: [1]
Proviene
de la palabra Mito. Para la Real Academia de la Lengua Española, mito
significa:”Narración maravillosa situada fuera del tiempo histórico
y protagonizada por personajes de carácter divino o heróico. Con
frecuencia interpreta el origen del mundo o grandes
contecimientos de la humanidad”. [2]
Los primeros pobladores (20.000 al
9.000 A.C.), Lautaro Núñez (1989). [3]
Periodo formativo en el norte de
Chile, 1989. [4]
José Berenguer Rodríguez en el
Norte Grande en la Prehistoria, 1997. [5]
Cita del artículo de V.
Schiappacasse, V. Castro y H. Niemeyer: Los desarrollos regionales en
el norte Grande (1.000 a 1.400 D.C.), 1989. [6]
José Berenguer Rodríguez en el
Norte Grande en la Prehistoria, 1997. [7] Idem. |
Publicación autorizada, para Letras-Uruguay, por parte del autor, el día 19 de enero 2008
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