¿Qué Causó la lectura del libro PAULA: UN DÍA MÁS Y UN DÍA MENOS en algunos de sus lectores de las dos primeras ediciones?: |
“Sólo
alguien que se abrazó a la cruz de Cristo, para mitigar el gran dolor
generado por la partida de su pequeña hija, puede dar testimonio de
lo que el amor de Dios hace por nosotros cuando en Él confiamos y
con Él marchamos hacia la patria celestial. “Puedo
decirte que vi la diferencia en
tu testimonio al narrar tu gran
dolor, con el dolor vivido por mis
padres (perdí un hermano!), y lo que hace la
diferencia es nada más ni nada
menos que sentir el amor a
Dios, cuando la fe nos acompaña. Ante el
dolor, sabemos que es la cruz
que debemos llevar y que aceptándola, acompañamos
a Jesús que tanto sufrió por
nosotros. Llevar nuestra cruz con
resignación hará aumentar nuestro
amor a Dios y por ende a
nuestros hermanos.” Lidia. Montevideo, Uruguay. “En
cuanto leí este libro, a pesar de la tristeza y el dolor que me causó,
también vi mucha esperanza y fe, me demostró que se puede salir adelante
y afrontar los momentos más dolorosos que podamos llegar a experimentar
en nuestras vidas. Luego me impresionó con razonamientos que sólo se le
ocurren a él, seguramente por la gracia de la fe. Realmente te hace ver
la vida de otra forma. No tengo más que agradecerle por compartir tantas
cosas conmigo que me sirvieron muchísimo en momentos malos de mi vida.
Simplemente gracias.” Simón. Laboulaye, Córdoba. “Silvio:
Debo confesar que a través de la lectura del libro sentí una gran
energía, positiva, por supuesto, que desde mi mirada, me parecía difícil
de tener después de haber perdido un hijo, sobre todo habiendo
transcurrido tan poco tiempo del suceso. Sentí que eso se debía a
la presencia de Dios y a una gran cuota de fe de tu parte.”
Teresa. Río Cuarto, Córdoba. |
“Recibí un email más del montón de
una revista digital. Allí encuentro el relato de Paula Valentina. Luego,
me contacté con el papá y en la semana estuvo el libro en mis manos. Lo
leí varias veces, me veía reflejada en mis emociones internas y esa
desorientación espiritual que me inundaba, pero recibí el impacto del
cuadro comparativo de: "CASUALIDAD O PROVINDECIA?". Ahora,
descubro y buceo en mi interior, pero ya con Dios y la Virgen. Fue tal el
cambio, que hoy tengo mi primer Biblia, leo la liturgia diaria, y trato de
aplicar lo que Dios nos pide: Amor!” Nélida, Formosa Capital. “Aunque no haya pasado por una situación
tan tremenda y dolorosa, como la que les tocó vivir a vos y a tu esposa,
puedo percibir que día a día, crece tu fe inconmensurable hacia Dios... es
sorprendente tu fuerza de voluntad, tu perseverancia y tu permanente
búsqueda hacia el camino de Dios; seguramente por tu enamoramiento
creciente hacia Él, quien en respuesta te baja esa gracia para hacerlo.
Realmente te admiro, te respeto y te quiero mucho como hermano, amigo y
colega”. Maricel. Río Cuarto, Córdoba. “QUERIDO HERMANO: Cada vez que he
leído tú testimonio de vida (que fueron varias) me asalta el llanto.
Paradójicamente una muerte despierta vida y en abundancia. Por que lo
escrito son palabras Vivas, fruto de la intervención misericordiosa del
Espíritu Santo; que perduran y trascienden ésta vida. Gracias por
compartirlo. Alberto. Río Cuarto, Córdoba”. “El libro refleja testimonialmente y en
forma muy clara, como se puede salir del dolor y continuar viviendo,
aún después algo tan fuerte como la pérdida de un hijo.
Comparto totalmente lo vertido en "Paula, un día mas y un día
menos" ya que lo he experimentado personalmente, porque
también pasé por la muerte de un hijo y ofreciendo el sufrimiento ante
la Cruz del Señor, Él no solo nos da la fortaleza y la paz que
necesitamos, sino que nos permite tomar un nuevo sentido de la
vida, transformándonos en personas nuevas, atentas a las necesidades de
los demás. Las "Diosidencias", como aprendí a llamarle a las
casualidades que el Señor permite, como en el caso del colectivero, no son
mas que sogas que el Él con su inmenso amor y misericordia nos tira, para que
no caigamos, hacernos sentir su cercanía y que vivamos con
la esperanza que lo mejor está por venir. Adriana”. Jovita, Córdoba. “Silvio: habría que hablarle al de
arriba que siento dicta tus pasos y tus líneas. Me siento agradecida
de haberlo tenido en mis manos. Más que un libro, es un acto de fe. Un
libro puede comprarse en una librería y lo puede escribir cualquiera, un
acto de fe no puede no cualquiera es capaz de escribirlo y son menos en
cantidad. NO es un libro para analizar, sino para sentir, pues va más
allá. La verdad, a mi me maravilla que se pueda atravesar semejante dolor
con tanta fe. Te volvería a decir que te admiro y vos me volverías a
contestar que no es a vos a quién debo admirar. Sin embargo, yo admiro a
las personas que tienen esa fe que va más allá de todo. TE digo por qué:
yo creo que Dios nos invita a todos, nos elige a todos, pero no todos
aceptamos su invitación de la misma manera. Creo que hay seres (he
conocido a muchos gracias a Dios), que dicen que SI A VIVA VOZ a esa
invitación y le hacen el mayor de los honores. Creo sin dudas que el
libro ha de ser de gran ayuda para quienes atraviesan un duelo y para
quienes no están pasando por esa situación también ayuda a plantearse
cuán fuerte es la fe que tenemos no?” Liana. Ciudad Autónoma de Buenos
Aires. “Silvio:
Dios quiso, hasta el presente, no ponerme una prueba tan dolorosa como la
pérdida de un ser querido; pero soy conciente que tarde o temprano nos
enfrentamos con el dolor. Tu testimonio, a pesar de ser muy conmovedor,
nos da una gran esperanza y paz. Es hermoso descubrir lo que puede la fe:
donde había oscuridad, puso luz; donde había tristeza, puso esperanza,
donde había dolor, puso paz. Sólo con la fe, que tú abrazas, es posible
transitar por esta vida, dignos, alegres, confiados en la promesa de
Cristo Jesús: que hay vida después de esta vida, y la hay en abundancia.
El Espíritu Santo, te guía Silvio, continúa con esta hermosa obra que
lleva consuelo a los que sufren. Eres un valioso instrumento en Sus manos.
Dios te bendiga a ti y a tu familia”. Marina. Río Cuarto, Córdoba. “Silvio:
el libro es maravilloso y me llena de emoción al saber que la voluntad de
Dios marca en fuego tu corazón y los lectores reciben una parte de tu
experiencia, que ayuda a superar situaciones de tanto dolor, sufrimiento y
desencuentro; pero al final saber que la mano de nuestro Creador está
ligada siempre en nuestra existencia y que el espíritu Santo guía
nuestras vidas así como lo hizo con María Santísima al ver a su hijo en
la cruz”. Carlos. Ciudad de Córdoba Capital. Católico
Apostólico No Romano “Es un excelso trabajo del duelo. La
descripción del intrincado laberinto del dolor y las consecuencias
humanas, derivadas de ese vacío que provoca el duelo. La llegada del
dolor, tantas veces desvastantes, es
abordado con un lenguaje ameno, tierno, reflexivo y esperanzador sobre
todo. Esta lejos de teorizar sobre el dolor ajeno, pocas veces certero.
Muy por el contrario en este material, el dolor es tratado a partir de una
experiencia propia que obviamente comprende a su familia. Es un mensaje de
fe y esperanza para aquellos quienes transitan por el dolor, sin resignación
y esta nunca debe ser olvido. Si bien a partir de la fe en su credo,
invita a los que no lo son, en un acto de verdadero amor al prójimo a
compartir su experiencia, de la cual debo confesar que he palpado en un
caso emblemático como fueron ayudados por este libro. Es
un principio activo revelador para ver la luz al final del túnel del
dolor.” Juan. Río Cuarto, Córdoba. Cristiano Evangélico “Un
libro que refleja un múltiple propósito de Dios. Jehová sabía que
Silvio tenía potencial para escribir. Conocía del temor reverente y la
obediencia que él y su esposa Celeste le profesaban. La adversidad no los
derrumbaría, porque se apoyarían en Él. Jesús los sustentó y llenó
de amor…, y así vio la luz este testimonio de dolor y sufrimiento por
la pérdida de una hijita; pero que a la vez contiene un alto mensaje de
fe y esperanza para aquellos que aún no pueden superar la muerte de seres
que aman. Un libro para todos que exalta la vida y acepta la muerte.
Florencia María. Río Cuarto, Córdoba. Cristiana Evangélica Aclaro
que dichos lectores no han leído los Capítulos 2 y 3 que incluyen esta
tercera edición del libro, y que sólo pongo el culto que practican de
aquellos lectores pertenecientes a otros cultos diferentes al mío. En
nombre de Jesús, mi hija Paula y el mío propio, te invitamos a que seas
el próximo. |
por Silvio Darío Cepeha - Escritor
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