La yugadora |
Laboraba en la fábrica Langosta, ganaba un sope veinte la jornada. Pero chiva del todo, mina posta, largó, como otras tantas, de estufada. Chapó el trocén y se metió en la noche piantándole al yugar de aparadora. Rochepu... Tropezón... bacán con coche, pal gil tuvo su clase añapadora. Que iba a pensar que la tasuer de chanta la encanaría de marroca fiera con el final que espera a toda ranta. Con un yogaba’e ropa le dió el chanta, espiró de la saca y la fulera pa revolear la vida a la marchanta. |
Julián
Centeya
De“La Musa Mistonga”
Editorial Freeland, Buenos Aires, 1964
Gentileza: Rolando Revagliatti: www.revagliatti.com.ar
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