Niño anciano |
Permite que la mano te envuelva la mirada en ascendente abrazo prolongado en la espina que hacia la interminable bóveda declina su protectora imagen en actitud velada. Los años se insinúan en tu cara rosada como un destino cierto hacia donde camina ineluctable el cosmos ciñendo repentina la danza de trapecios con ave perfilada. Nervados ademanes que me cuentan los años preanunciados indican tu pasado-futuro hiriéndote la cara de atemporales daños. Las estrellas gigantes sobre ese cielo oscuro son escalas dispersas de dispersos peldaños que me anuncian un niño y anciano prematuro. |
Jerónimo Castillo
De “Testimonio
americano” (Sonetos)
Edición del Ministerio de Hacienda y Obras Públicas de la Provincia de San
Luis
Argentina – año 1989
Capítulo del Hombre
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