Como un grito |
Había la costumbre de dar por descontado la postura diversa de un destino oprimido, creyendo comprensible que no fuera el latido, más que un biorritmo cierto partiendo del costado. Como un grito de sangre de pronto levantado, busca hallar por sus medios el lógico sentido, que alimente la fuerza del naciente vagido, y entienda este designio sabido y aceptado. Como un dardo que surca los espacios astrales dirigido quién sabe por qué manos divinas, que tensaron un arco de frágiles corales, llega el áureo destello de luces diamantinas, poseyendo las fibras que yacían fetales, y armoniza en nosotros las zonas peregrinas. |
Jerónimo Castillo
De “Testimonio
americano” (Sonetos)
Edición del Ministerio de Hacienda y Obras Públicas de la Provincia de San
Luis
Argentina – año 1989
Capítulo del Hombre
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