Comedero de pájaros |
La mano que del pájaro mitiga la levedad del hambre tras el vuelo, recibe el canto en pago de su anhelo para que siempre su actitud prosiga. Lejos del ruido, la maldad, la intriga, el ave puede recorrer el cielo para volver a compartir tu suelo con la certeza de encontrarte amiga. Si das por ello en la ración el gesto más apreciado en corazón de plumas, también recreo habrás de hallar en esto. Pues tu carińo crece porque sumas el canto alado que concurre presto aunque diga su silbo que lo abrumas. |
Jerónimo Castillo
De
“Vecindad cerril”
Capítulo de la tierra
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