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Cuando tenemos un libro en la mano, por
descontado que estamos ansiosos de encontrar un contenido nuevo en un
envase conocido, siendo la poética, en este caso, el género al que
corresponde la obra. Nada más distante de este presupuesto, porque así
como el poeta es un inventor, que más prefiere le digan creador, Marieta
lo es también en otros sentidos, cuando a la metáfora le adiciona una
terminología nueva, a extramuros del diccionario, pero con una
racionalidad que permite su incorporación en el mismo momento en que la
leemos.
Pero no es esta originalidad lo que
destacamos en la obra, que si bien nos impacta gratamente, es la
dialéctica de la autora, mediante la cual nos entrega su mensaje, y que
contiene todos los elementos básicos para que podamos encuadrar en esta
fórmula discursiva la presentación de sus argumentos poéticos, ya que
hace la propuesta con toda su carga de emotividad y a la vez se enfrenta
al objeto tratado con una antítesis que solamente tiene su explicación
en la síntesis final con que da término a cada una de sus poesías. Es
allí donde queremos detenernos y comenzar a transitar por los caminos
que Marieta nos señala.
Cada una de las divisiones del libro
corresponden a una temática definida, aunque en toda la obra sobrevuele
la personalidad de la autora. Y si bien están presentes los elementos
terrenales y corpóreos, las palabras con que tienen sustento están
cargadas de un positivismo creador que las intangibiliza y sublimiza sin
nece-sidad de tener que recurrir a nexos o circunloquios para adentrarse
en la espiritualidad por ellas contenida.
Marieta Cuesta nos lleva de la mano,
adentrándonos en su poética, hasta que de repente produce un quiebre
estructural que deja el mensaje subyacente; somos los lectores quienes
tenemos que aprender el camino que nos señala su enfoque. Parecieran que
son sólo premisas, sin embargo, cuando hemos leído más de una vez la
estrofa, el verso desestructurado de los cánones clásicos, pero
compenetrado de su destino transmisor, encontramos la circularidad del
poema de Marieta, y nada ha sido puesto al azar, sino que forma parte de
un todo que solamente pertenece como patrimonio a los elevados espíritus
creadores entre los que nuestra autora se encuentra inscripta.
Saludamos este maravilloso nuevo libro y
nos alegramos de haber tenido acceso a una muestra que enaltece nuestra
poética hispanoamericana.
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