Quino
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En una charla informal en la que todo valía, el papá de Mafalda conversó conmigo una hora, en mi casa.
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Para
el pasaporte, Joaquín Lavado. Para
el mundo, Quino. Es
un escritor que dibuja. Así
lo definió un muy amigo. Y
hago míos sus decires. Duende
Quino. O
gnomo. Le
gustan los gnomos. Tanto
como los dioses mitológicos, porque también se equivocaban. También
le gustan los árboles y el sol. La
Naturaleza, su visión de Dios, quizás. Una
mirada animista de la Creación. Duende
o gnomo de páginas de humor. ¿Humor
o ideas dibujadas? De
libros, de videos, de tiras en los diarios. De
ángeles. Ángeles
amargos a veces. Quisieran una vida mejor. Para todos.
Lector
de la Biblia pero no por creyente: por sus querubines y demonios, que
después aparecen en sus historias dibujadas. Papá
de Mafalda. La
niña –vive en todos nosotros en el Mundo todo- que abrió los ojos
en 1964. Dos
mil tiras que recorren el mundo traducidas hasta al idioma chino. Quedó
fuera el sánscrito. Y bueno, otra vez será. El
Duende dijo adiós a Mafalda en 1973. Qué
importaba a Quino no pasar más por ventanilla. No
quería repetirse. “Paren
el mundo que me quiero bajar”, bramó Mafalda alguna vez. Y
su papá y yo acatamos la orden un momento. En
mi casa con risas, mate y algún dolor oculto tras las risas. Parado
sobre sus algo más de cincuenta, Quino es hombre de lecturas llevar. Después
desaprende los libros y deja que vida lo pueble. Alma
desnuda y ojos bien abiertos. Ojos
que ven el Mundo como algo terrible.
- ¿Terrible el Mundo? -
Sí. Por eso con Alicia no tenemos hijos. Sería una infamia traer a
alguien a este mundo. Yo no hubiera querido nacer. Pero
Nació
“Mi
familia que es española, llegó a Mendoza desde Andalucía: Vivíamos en
una casa tipo longaniza: piezas y mas piezas, la cocina por allá y el baño
detrás de todo; había un gran fondo con un arbolito, donde yo jugaba: ,
mataba
cucarachas
y hormigas. No tenía
ningún contacto con la ciudad. Así llegué a la escuela primaria
sólo con mi ‘Idioma” andaluz, con
conflictos expresivos y de comunicación. Y por eso elegí
el dibujo para
expresarme” -
¿Tan mal pasás la vida? -
Sí, cuando hice la colimba los fines de semana eran amargos. Pensaba que
tenía que volver al cuartel. Y lo mismo me pasa con la vida: no tengo
ganas de pasar el mal trago de morirme... ¿Por qué? (Indignado)
¡Hubiera preferido no nacer y se acababa la historia!
-
La vida te gusta: no querés morir... -
(Muy serio) Bueno, ya que estoy no voy a pegarme un tiro pero... ¿qué
es eso de estar pensando en no ser un viejo ñañero? -
Parecés Mafalda.... -
En realidad me parezco más a Felipe. Y por suerte dejé de hacer Mafalda
en 1974. La tira estaba basada en que el Mundo no va. Y no va, no
va.... ¡es una porquería!
-
1984, en el umbral del próximo siglo: no son buenos tiempos.
-
¡Pésimos¡
-
Pero la vida puede ser trascendente y podemos luchar para cambiar lo
malo.... -
Sí, pero la cosa viene manejada por otros lados y un humorista no puede
modificar nada. Lo único que sirve es el laburo en conjunto del
dibujante, del actor, del autor, de toda la sociedad. Y eso no pasa y... -
La existencia como un hecho fraterno... -
Sí, pero no se vive así. Esta vida definitivamente no me gusta. -
Te creo. Pero también “hacés” un personaje fatalista, sin fe en la
humanidad y con una suerte de pesimismo antropológico.... -
No, porque hay cosas que me gustan. La música, la pintura, los
paisajes...qué sé yo...Comer...hacer el amor...¡eso es
lindo¡ (detrás de los
anteojos, los ojos le titilan pero...) Pero... ¡no alcanza¡.¿Qué
estamos haciendo todos en este planeta? ¿Te das cuenta?: no tengo un
sentimiento religioso de la vida. -
¿Dios no existe? -
Se supone que existe porque hay una palabra para nombrarlo, pero no creo
en ese invento humano de un señor con barba sentado en una nube. Bueno...¡creo
en Dios como puedo creer en los fantasmas!. -
¿Qué mezcla es esa entre Dios y los fantasmas? -
Mirá....mi viejo murió
cuando yo era chico y hace dos años se me apareció en el balcón (con
seriedad, dan ganas de creerle) -
¡Vamos! Hablábamos en serio
- Y si... yo sigo hablando en
serio... Ese día yo estaba tomando una sopita y levante la vista y lo vi.
Él me miraba como si dijera:
“Después
de todo, éste se arregló bastante bien en la vida”
-
¿Y vos que hiciste?
- Y... yo dije...”Bueh,
parece que tenemos visitas”. (No
pretende ser gracioso) ¿Cómo no voy a creer en los fantasmas...si vi
a mi viejo ahí, en el balcón de mi casa?
-
¿Lo viste como algo difuso...como una fotografía fuera de foco?
- ¡Ma que difuso! (Convencido)
Lo vi de la cabeza a los pies y lo peor de todo es que.... ¡fumaba!...y
el médico se lo había prohibido.
(Risas)
-
¿Te dijo algo?
- No, porque estaba detrás
del vidrio pero me miraba con carita bastante placentera.
-
¿Cuánto duró esa presencia? -
Dos cucharadas de sopa.
-
Quino... ¿qué es esto de medir presencias por cucharadas?
- Claro, yo tomé una
cucharada y
dije
“tenemos visitas”; bajé la
cabeza; tomé otra, lo miré y a la tercera...¡no estaba más¡
-
¿Te causó inquietud?
- ¡Pero no! Me gustó muchísimo...
como en el filme “Ocho y medio”...
¿te acordás?
-
No vi “Ocho y medio”, es una de las asignaturas pendientes.
- (Desesperado)
¿Y qué hacés acá con esta entrevista si no viste “Ocho y
medio”? ¡Dale, salí urgente, ya mismo a buscarla¡
-
¿Y vos comiste los ravioles de “La
Real”? -
(Carcajadas)
No, tampoco... ¡tenés razón¡ Pero....este asunto de las arterias... ¡fabrico
colesterol! No como pan, ni pastas, ni hidratos de carbono. -
Fundirías el negocio de Manolito
- No, no, porque
con el vino... ¡Nada!, no le llevo el apunte... mis dos botellitas
por día, tranquilamente.
-
Además del vino, ¿nunca un desborde?
- Sí, cada vez que tengo que
viajar en avión. Entonces me como todo, porque pienso que si se cayera me
sentiría un imbécil... ¡yéndome al más allá mientras hago dieta!
-
¿Tanto miedo te da volar?
- Sí, pero me gusta. Es como
con los terremotos...esa idea de que el mundo se mueva...ese susto tan
grande y tan lindo.
Quino
y Mafalda
“Mis
padres murieron
cuando
yo tenia doce años y fuimos a vivir con un tío, dibujante publicitario y
pintor. De ahí mi contacto con la gráfica, los lápices, los pinceles y
esas cosas. Pero la
escuela primaria me resultaba terrible... era como el Felipe de Mafalda.
Claro que seguí: me convenció mi madre cuando me dijo que para dibujar
historietas, tenía que saber leer y escribir. Pero me costaba. Y
muchas veces tiraba los cuadernos a las acequias para decir en mi
casa y decir que, así, no podía volver al colegio”.
.
¿Con Mafalda quisiste contribuir a cambiar el mundo? -
Pensaba en concientizar al lector. Ahora
sé que no sirve.
-
Si Mafalda estuviera en acción, seguiría en el intento...
- Sí...pero
el personaje de Mafalda es el que menos me gusta. Prefiero a los
otros, que son posibles por ella, pero
no pontifican ni se ponen pesados con la paz mundial y todas esas
cosas.
-
Ella decía lo mismo que vos pensabas....
- Claro... cuando lo hacía,
creía en esas cosas.
¿O acaso vos podés hablar del futuro del mundo...o del tuyo? A
ver....¿Cómo te imaginás dentro de quince o veinte años?
-
Creo que seguiré en el intento de cambiar mi pedacito de mundo. Con poesía
y en poesía. Quinó qué opinión te....?
- ¡Ah no! No creo en eso de dar opiniones, porque bien puedo pensar hoy una cosa y mañana otra. -
Parecés un malhumorado, casi autoritario... -
Que quede claro que no es con vos. Pero decime si cuando a uno lo pisan en
un colectivo no se siente un autoritario. Además, si los autoritarios
hicieran huelga no pasaría nada, pero tampoco si la hiciéramos los
dibujantes. El desastre sería que no trabajaran los panaderos o los
basureros. -
A pesar tuyo, sigamos con las opiniones. De la Iglesia, por ejemplo... -
Los de la Iglesia me parecen unos
tipos geniales, unos capos. ¡¡Mirá que mantener el Poder tantos siglos¡¡¡
-
El poder, tema preferido en tus páginas...
- Yo no sé ejercerlo, ¿cómo
voy a mandar a un tipo que por ahí tiene ganas de hacer otra cosa?
Personas
y personajes
“Terminada
la escuela primaria, hice dos años en Bellas Artes. Y me harté de
dibujar trapitos, jarrones y patos embalsamados. A los dieciocho años
vine a Buenos Aires y recorrí las revistas con mis dibujitos espantosos.
Por supuesto, me dijeron que no en todas. Vuelta a Mendoza, la colimba y
de nuevo Buenos Aires. Acá empecé en “Esto es”, pero como era una
revista peronista – no se de que tendencia – desapareció con la
revolución del 55”
-
En Miguelito pusiste muchos opiniones sobre lo “absurdo de la vida”...
- Bueno, pero no pontificaba
como Mafalda. Bien sabés porque lo hablamos antes de que encendieras el
grabador, que nació por una casualidad. El día que me llamó Miguel
Brascó y me dijo que la fábrica de heladeras Siam quería trabajar con
otra línea: Mansfield.
-
Y querían una historieta como Charlie Brown, que tuviera una familia
tipo... -
Claro, no querían que dijera:
“Que linda heladera!”. Querían un argumento y que – chiquito
– dijera el nombre y el modelo. Pensaban llevar a la tira de los diarios
como regalo, pero al final no se concretó nada.
-
Y la tira que es parte de la vida de niños y adultos, casi quedó en el
recuerdo.... -
Sí, hasta que salió la revista “Primera Plana” donde apareció
durante seis meses. Después me fui de allí y a través de Miguel Brasco
- que en aquel momento hacía de padre mío
– conseguí publicarla en el diario “El Mundo”. Y
tuve que hacerla todos los días, sin saber yo mismo que quería
con ella ni adónde me llevaría.
-
Pero aparecieron los otros personajes.
- Sí, Susanita y Guille.
-
Todos muy educaditos...nunca una mala palabra...
- (Ríe)
Pero a mí resultan inevitables y utilísimas. Creo que fue en Israel,
donde preservaron una zona para que no se contaminara con ellas. Pero
quienes vivían ahí, las inventaron.
“La
libertad es chiquita”
“Después
de “Esto es” ,dibujé
en “Que”, en “Avivato” y en “Rico Tipo”. Estuve una
pila de años. De allí, mi encuentro con Divito, tan
importante en mi vida: me pedía los dibujos a lápiz, para
corregirme los desastres. Hasta entonces, mi línea había sido simple,
nada de grises o negros. Y a partir de allí cambié. Después, de revista
en revista, publiqué en todas las que se editaron en Argentina”
-
Quino, tus temas frecuentes son la vejez, la enfermedad, el Poder, los
prejuicios sexuales, la hipocresía....y siguen las firmas.... -
(Sonríe) Me meto con lo que más
conozco, como temas de medicina, pero nunca habrás visto ningún dibujo
con el deporte....no sé nada de eso.
-
¿Tu actitud contra los totalitarismos nació con vos o algún hecho te
marcó? -
Yo creo que me marcaron mucho en la infancia, la Guerra Civil Española y
el fascismo.
-
¿Y el interés por la vida de todos es anterior o consecuencia de los
problemas de salud que sufriste? -
Mejor no hablar de eso. ¿Para qué?
-
Porque en la vida de todas las personas hay una zona de fractura, que hace
que en su vida haya un antes y un después. ¿Fue tu caso? -
No sé, no sé, no pienso en esas cosas.
-
Está bien, ¿qué es Alicia para vos? -
Mi mujer: ella tiene todo lo que me falta.
-
Sos una suerte de conciencia crítica de Argentina, desde tu humor donde
habitan angustia
y
ternura... -
No, no, soy nada más que un dibujante.
-
Quino, tanto viajaste... ¿cómo te sentís en Europa?
- Bien, porque entre trámite
y trámite puedo ir a ver La última
cena, o descubrir la casa donde murió Florencio Sánchez (en Milán), o conocer por dónde anduvo Mozart ¿Vos sabés que una vez me volví loco: no sabía de dónde conocía a una chica, que era secretaria de una clínica?
“¿La habré visto en la calle?”, me preguntaba....hasta que al final me di cuenta....¡”Trabajaba” en
La Primavera de Botticelli.
-
Querés decir que....
- ¡Sí, que era idéntica a
una de las mujeres de esa obra¡
(ríe
divertido)
-
Me parece que esto pierde seriedad, A ver, ¿hacia dónde va el mundo? - No tengo la menor idea...No te olvides que tanto a Mafalda como a Miguelito, les sorprendió que la libertad sea algo tan pequeño, precisamente como Libertad. |
Cristina
Castello
Periodista y poeta
Buenos Aires (Argentina), 02 de mayo de 1984
Publicado en el Diario “Tiempo Argentino” – Glorioso diario que fue el último bastión del verdadero periodismo en Argentina. Creado y dirigido en principio por Raúl Horacio
Burzaco.
http://www.cristinacastello.com
Editado por el editor de Letras Uruguay
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