Osvaldo Soriano, palabra y obra |
Hice esta entrevista a Osvaldo Soriano el 19 de noviembre de 1995. “Mi
hijo Manuel es mi último gol”
Por
Cristina Castello
- Vendió un millón de sus
libros en todo el mundo.
- Lo
tradujeron a quince idiomas. Pero él prefiere ni hablar del tema.
- Le gusta más sostener que
los ideales son la única forma de saber que estamos vivos.
No
hay un punto de inflexión en nuestra charla. Ni un antes o un después,
ni una brecha. El clima es parejo, en la madrugada de café
y exaltación de la
palabra. Y
de eso se trata. A Osvaldo
Soriano le gusta conversar y hasta
hilvana guiones con el contenido de nuestro diálogo. Con un pucho sin
prender en la mano, cosa de ex-fumador,
tira una ceniza inexistente en un inexistente cenicero y
escarba. Y hurga simultáneamente
en su interior y en la médula de Argentina,
en curiosa simbiosis entre él
y "su" país. Como si lupa en mano, anduviera en busca de algo. -
¿Qué buscás? -
Bueno, aunque quede ridículo
que lo diga (con simplicidad),
uno siempre anda buscando los orígenes: nuestra identidad. -
¿Difícil hoy
y aquí, no? -
Sí, porque aunque parezca una sátira hoy parece que fuera lo mismo
luchar por los ideales (se ilumina) -como (Juan José) Castelli en
los días de Mayo- que ir a comer con Mirtha Legrand. Quiero decir que paradójicamente lo "light"
caló tan hondo que es un hecho "hard". ¿A quién
le importa desentrañar qué
significa ser argentino si eso es meterse en un lío de identidades? -
Mejor no develar misterios: caerían muchas máscaras. ¡Por
favor! (sonríe, comprensivo con la condición de argentinos)... ¡Que
nadie se atreva! Mire qué pasa con Gardel, uno
de nuestros mayores mitos. El
sólo quería tener una casita y jugar a los burros pero en su
imagen misma y con la incógnita de su nacionalidad,
muestra desconcierto...¡Y
eso nos viene bárbaro!
Nosotros jamás aceptaríamos que
se probara si era uruguayo,
francés o ruso, porque perderíamos
la incertidumbre y no
sabríamos qué hacer sin ella. -
Se seguiría discutiendo sobre Maradona, ¿es un mito viviente? -
No, Maradona es un rey en un país sin corona y así se ubica él: como un
rey que nos habla a nosotros, los súbditos. Pero hay que entenderlo
porque el tipo debe pensar: "¿qué me van a aplicar la ley justo
a mí, si les hice un gol con la mano a los ingleses?” Y tiene razón:
si acá los corruptos andan sueltos y
ni siquiera nos dan felicidad.
Como él. -
No a
mí pero es curiosa tu descripción, ¿la vida es
un relato? -
(Muy llano) Para mí lo es porque fui formado por mi mamá y para
que me durmiera, ella me contaba historias de gente medianamente loca. Del
Gordo y el Flaco (Laurel y Hardy), a quienes necesito tener "para
mí". Son míos: una metáfora de la ingenuidad y del genio
frente a los poderosos. -
Tu mamá te sembró la primera semilla de ficción... -
Sí (parece descubrirlo recién)...y es curioso porque ella es más
bien sombría. Quizás por eso el personaje emblemático que tuve (sonríe,
tierno) fue mi padre: él siempre
miraba al país....no fuera
cosa que desapareciera. -
¿Y desaparece? -
(Sonríe) Bueno, no soy tan fatalista pero diría que Argentina se
desarma en el desamparo y la ilegalidad. Y hay una absoluta disgregación de la
sociedad porque se rompieron los
lazos que nos unían como nación. -
¿Nación...qué quiere decir hoy y aquí? -
Que cada vez seamos más los que estemos mejor. -
Lo contrario de este capitalismo “a la argentina”: el desamparo
del Estado
y la pérdida del sentido de
vida y los
valores. -
Sí, pero tampoco la
gente vincula que todo lo que nos pasa es producto de la historia, aunque
nadie vela por nuestras vidas. -
Y se impone la idea del “dios” Mercado.... -
Sí, todo está a merced del libre mercado
y el libre mercado acá consiste en
fabricar ravioles "Pirulín" sin decir de qué están
hechos, sin registros, ni
inspecciones. Y lo peor es que muchos no hablan porque
están más preocupados porque no comen, que por la calidad del
alimento. -
Muchos se cansan de tener ganas.
Hay una ausencia de rebeldía: vivimos la “cultura” de
la resignación. -
Si, falta la queja que sería
indispensable. -
Quejas hubo sobre todo en las provincias, pero sin un Norte.... -
Claro, cada levantamiento no significa un horizonte o una ilusión,
sino una expresión de la bronca. Entonces, la policía
pega tres bastonazos, y cada uno se va a su casa y no sale más .(descarnado)...¡aunque
coma lauchas! -
Antes se
esperaba la democracia...¿y ahora? -
Ese es el tema: ¿y ahora qué?
Bueno, satirizando un poco(lo tienta su costumbre de construir
ficciones) digamos que "ahora" vamos a encontrarnos
en un inmenso shopping, en cuyo sótano habrá una villa miseria con el
Comandante Marcos (el Jefe del Ejército Zapatista mexicano) , pero...¡negociando!.
Y habrá miles de canales de cable, y...y bueno, es
la posmodernidad vista
desde esta (duda en decir la palabra)... patria. -
¿Decís
"patria" con timidez por tanto mal uso que se hizo
de su nombre? -
Sí, porque con ella en la boca se
justificó lo horroroso. Pero bueno... no hay que regalar las palabras
nobles a los canallas, así que (sencillo,
y con ímpetu) siento el
derecho de decir: "¡Patria!". Y porque, además tengo en mí aquellos discursos patrióticos que decía mi viejo,
como humilde inspector de Obras Sanitarias. -
Ahora es Aguas Argentinas y ya no es estatal... -
Claro (travieso)...y si mi viejo lo supiera se moriría de nuevo
(se ríe). Quizás no se opondría a una sociedad de oferta y demanda
pero si el Estado regulara los apetitos y pasiones,
para que el objetivo de cada cosa no fuera el lucro para los
privados. -¿Tu
papá es para vos
un espejo del país que fue este? -
Me parece que por ahí anda la idea, porque además de amarlo
lo recuerdo como un constructor de cosas concretas. (Se deleita)
El construyó las cloacas de Mar del Plata, por ejemplo; y estaba
orgulloso de levantarse a las cuatro de la mañana y en camiseta para
controlar el agua y velar por la salud de la población. Vivió de modo
muy frugal pero luchó por
este país que seguía ganando metros al desierto. -
Hablas de tu padre como si fuera
El Gordo (Hardy)... -
(Divertido) Es verdad... era como El Gordo, porque intentaba significar la autoridad: le decía
al Flaco cómo hacer las
cosas y a él le salían como
el diablo. Y así era, mi viejo: "no camines para ese pozo",
decía (se alboroza, como si viviera la infancia)... ¡y se caía
de traste! -
¿Desde chico te diste cuenta de cuánto lo querías? -
Sí, por suerte (habla despacito para no quitar magia al instante)
y fui feliz, con los dos juguetes que tuve: una lanchita a kerosén y un
camioncito de madera que me hizo él. Ganaba
ciento catorce pesos y yo tenía un solo pulóver,
un solo guardapolvo y no me importaba.. Pero...(introspectivo)
hubo una cosa que hoy me duele: ¿por qué no me preguntó si yo quería
vivir en todos los sitios adonde lo llevaba su trabajo? -
¿Tus exilios
de niño te dieron desamparo y soledad? -
(Con tristeza) Esas son las palabras. Aquellos desarraigos me
cortaban los afectos con amiguitos o novias. Pero bueno, él era un
luchador y nos llevaba de
pueblo en pueblo porque creía
que había un mañana mejor
para la Argentina. -
Lo ves como la contracara del presente... -
Sí, porque ahora no hay caída, hay decadencia y
a él le dolería como a mí.
(Con dulzura, de nuevo) Pero a pesar de aquella locura
tierna que tenía, no
heredé casi ninguna de sus pasiones: él era de River y yo de San
Lorenzo; él me quería ingeniero electrónico, y yo soy negado para matemáticas. El era gorila hasta el punto de decir "ese
degenerado de Perón" y yo hasta los trece años fui peronista; y
después dejé de serlo pero nunca pude ser antiperonista. -
¿Con qué argumentos él era anti y vos
peronista? -
El era un gran demócrata y veía en el peronismo
la conculcación de sus derechos. Y yo de chico no comprendí el
componente fascistoide de Perón y veía
que él plasmaba mis derechos y ansias de justicia social. -
¿Por eso lloraste
36 horas cuando murió Evita, sin que ella te viera campeón de fútbol? -
Sí...a mí la muerte de Evita me sonaba (todavía deslumbrado) como un cuento de hadas.
Y lloré ¡tanto!. En mi cuarto...mientras en el otro mi viejo la
insultaba de la forma más agraviante. Curiosamente,
es la misma situación que vi en la calle una vez que voltearon un
busto de ella: "se llevan a la prostituta", decía la
mitad del pueblo; "se llevan
a la santita", decía la otra mitad. (Parece incrédulo
de la capacidad para el mal, de los humanos)¿Cómo una mujer puede
haber generado tanto odio? -
Suele ocurrir con personalidades intensas, y capaces de cambiar
estructuras... - Es verdad, Evita llegó en
un momento en que la mujer era sólo para la cama y para la cocina. Y con
su pelo teñido y su fuerza, despertó las emociones... ¡y pateó todos
los tableros! -
¿Entonces ella sola
era como el dúo del Gordo y el Flaco? -
(Sonríe, algo se le revela) Sí, sí...¡Evita era el Gordo
y el Flaco! Evita era la concepción universal de la inocencia,
frente al Poder. -
Y la pasión. Ahora la única que une a los argentinos es la del fútbol -
Sí, y reemplazó a la pasión política. -
¿Cuál es el corazón de ese fervor futbolero que tanto convoca? -
Creo que el fútbol tiene la significación de una guerra sin muertos,
pero con conflicto. Con drama, reflexión e ironía. Y amalgama a la
familia, cosa que no consigue la política. -
No se cree en nadie y se vota en contra y diferente. También está
en crisis la teoría de la argumentación. -
Y hay diferencias (lo dice, como si escribiera un guión), porque
la mujer le dice al marido: "Viejo, ¿por quién vas a
votar?"; "Y...por Carlitos (Menem)", dice él. "Pero
si Carlitos te jodió", le acota ella. Pero
él contesta: "y bueno pero Carlitos va a volver a ser
peronista". Y responde así, porque necesita pensar que Menem se
va a reivindicar; lo que quiere decir que espera que
ese hombre con pinta de peronista del 45, va a salir a gritar: "¡se
acabó compañeros, (Soriano
golpea, sobre el escritorio) se acabó el país de Cavallo, ahora
vamos a hacer la revolución productiva y....viva Perón carajo¡” -
¿Por qué gana el menemismo desde el ’89? -
La anterior es una de las
razones entre varias. Otra es que la alta dirigencia y la clase más
disminuida, son dos polos
opuestos, que se miran en el mismo espejo y dicen: "en una de
esas, mañana nos va mejor". Y otra causa es que desaparecieron
los partidos: el radicalismo no existe. -
Sobre todo después del Pacto de Olivos, entre Alfonsín y Menem. -
Sí, pero seamos sinceros: el peronismo tampoco existe y hay
"políticos" pero sin partidos, porque fueron desbordados
por una condición "new age" del subdesarrollo. Por eso
no hay capacidad crítica ni se tiene en cuenta que el voto cobra
sentido cuando se cumplen las promesas. -
Y no sólo no se cumplen: se traicionan. -
...Y por eso se pierde
la confianza en
el prójimo y - en el hecho de votar. -
Pero es que no hay educación, no hay cultura, no hay memoria, ni
lazos de solidaridad: el retroceso de Argentina es feroz. -
¡Claro! Entonces alguien le dice a algún chico: "¿cómo votaste
a (Antonio Domingo) Bussi, si él
mató a tu papá?", y el chico contesta: "no me di
cuenta, no me enteré". -
No
rigen los valores universales: la verdad, el bien, la justicia... -
Sí...en algún lugar están,
pero acá nunca se dijo que
-para construir una democracia- hacen falta demócratas. -
¿Entonces? -
Entonces esos
personajes de la dictadura, en dos generaciones más estarán muertos; y
también lo estaremos los que venimos de la época
comunismo-anticomunismo, o River y Boca. Y eso será bueno porque les habrá
llegado el turno a los chicos. Que hicieron la escuela en democracia, que
saben de los juicios a los militares y de los tabúes pasados, como
el del sexo. -
¿Sufriste
aquellos tabúes? -
Sí, los tabúes y la virginidad como valor se llevaban hasta la
exageración. Pero éramos felices. Me acuerdo ( tiene alegría) de
la primera vez que hice el amor con una novia...en las butacas de un cine,
que era de su padre: me sentía como en la película "Cinema
Paradiso" y por supuesto que no la había visto. -
Y sin que amar significara el riesgo de
SIDA - ¡Claro!...él temor era
el embarazo pero la pastilla solucionó el tema. En cambio ahora
conviven la informática y la Edad Media que significa el mundo tenebroso del SIDA. -¿Cómo
compensabas
el dolor que desde chico te
provocaba la injusticia? -
Yo iba a trabajar cargado de miseria y espanto por las injusticias pero
me llevaba en la moto "Los hermanos Karamazov" (de
Fedor Dostoievski), y lo leía entre las horas de trabajo. Y después seguí
con Faulkner, con Hemingway y con Chandler y llegué
a Borges y a tantos otros, a quienes
leí con infinita voracidad. En
realidad, (muy reflexivo) creo que los libros me hicieron nacer
otra vez, porque empecé a
leer recién a los veinte años:
antes no había librerías en los pueblos donde vivimos. -
¿Y en busca de
identidad acudiste a los padres
de la literatura? -
Creo que sí, como un destino
que se agudiza ahora. Pero cuando empecé a bucear a fondo en nuestra
historia, fue porque lo que me
interesaba era humanizar a nuestros padres. -
¿Te enamoraste
de Belgrano porque sentiste
que a él "le pasó" la vida? -
Claro (entusiasmado)...le pasó de todo: le dieron palos, se enfermó,
perdió batallas, tuvo que mandar a buscar a su amada por todo un
territorio -porque se le había casado con otro;
y, mientras le pasaba todo eso, lo atacaban los españoles
.Entonces, a este patriota que demostró dureza se lo descubre ingenuo, tierno, piadoso,
generoso. Y eso
me importa. -
¿Y San
Martín? -
(Muy franco) San Martín no me despierta ternura pero se me hace
querible por el resultado de lo que hace y por su final fue
imprevisible. En cambio, Castelli y Moreno
me provocan pasión. -¿Dónde
están hoy los próceres? -
Hoy no hay próceres: hay "ídolos". Pero es bueno escuchar a qué
patriotas nombran los presidentes en sus discursos. O si no los
nombran: en ambos casos hay un mensaje bien interesante. -Contame
de los valores fundantes de Mayo de 1810... -
¡Ah¡ Aquella (con emoción) fue la época de la utopía, palabra
que hoy parece antigua. Fue cuando
se construyó la Nación: la empresa mayor de la mentalidad humana que
pensaba a los demás,
incluidos en un gran ideal. A aquellos hombres (muy conmovido) yo... los amo. -
Te sentís humano sólo con ideales: única forma de vivir aunque
ahora digan lo contrario... -
Sí (con pasión) no puedo vivir si no armo epopeyas o las invento
en mis novelas. Y creo (humilde,
y convencido) que los ideales, son la única prueba de que estamos
vivos. -Parecés
El Flaco... -(Ríe,
potente) No, no (con amor hacia el personaje)... El Flaco
es el que mete el dedo en el ventilador, llora porque se lastimó y vuelve
a meterlo. Es un paradigma de lo ingenuo y de lo bueno. Como las Madres
de Plaza de Mayo: ellas son un símbolo universal. Y siguen en lo suyo. Pero si no, nadie convoca salvo los
pastores que dicen que Cristo va a bajar. Pero eso es ficción. Lo que no
es ficción es que Jesús existió, que sostuvo una causa noble, que dijo basta
a los ladrones, que estuvo con los pobres y que terminó mal. Entonces
hablamos siempre de lo mismo: pasamos de Gardel a Belgrano y a
Jesucristo...¡y ya está¡ -¿"Está"
o un día habrá lugar para la esperanza? -Sí,
habrá porque la esperanza
consiste en sentir la democracia como un lugar de espera para convivir
todos y crear reglas de juegos que nos den un mundo mejor. -Un
mundo que las personas, los ciudadanos debemos construir. Con bondad, con
sentido fraterno de la vida y con una exigencia sin concesión alguna al
Poder para que trabaje por una vida humana para todos. ¿Tenés certeza de
que eso ocurrirá? -(Sonríe,
sencillo) Mirá, vos misma dijiste que yo ando rastreando a los
padres, así que...déjeme en eso.... ¡no me pida certezas
futuras! -¿Acaso
los paisajes desérticos -con su potencia y su inmensidad- que están
en tus libros no
son una certeza? -(Muy
reflexivo) No lo había pensado así, pero... es verdad. En
esos caminos, uno ve todo en primer plano: los coches, el horizonte
y el Universo mismo. Y ahí es difícil esconderse y entonces se hace más fácil
la confesión con uno mismo o el encuentro con el despuntar de
alguna certeza. -¿Tu
certeza
hoy se llama Manuel? -Mi
hijo Manuel es una esperanza. Pero también es mi último gol. |
|
Rayos X
Hace
poco firmó un contrato por 500.000 dólares, con el grupo editorial
Tesis Norma. Por esta cifra inusual se compraron sus derechos de autor.
Tiene un millón de ejemplares vendidos en todo el mundo.
Sus obras fueron traducidas a quince lenguas.
Entre otros premios, recibió
en 1994 -en el Festival de
Cine Courmoyeur- el "Raymond Chandler Award", que antes
había ganado el escritor Graham Greene.
La revista "Análisis" de Santiago de Chile, le otorgó el
premio Carrasco Tapia por
su defensa de los derechos humanos.
En Argentina lo
distinguieron las fundaciones Konex
y Quinquela Martín.
Publicó once libros, desde 1973 en adelante. Entre ellos: "Triste,
solitario y final"(a partir de su recreación la historia de El
Gordo y el Flaco), "Cuarteles de invierno", "Una sombra
ya pronto serás", y "Cuentos de los años felices" y
"El ojo de la patria"
Algunas de sus novelas, son libros de textos en algunos colegios
secundarios.
Tres de sus libros, fueron llevados al cine.
Ganó el Oso de Plata en el Festival de Berlín '84, con
"No habrá más penas ni olvido", que dirigió
Héctor Olivera, y protagonizaron Federico Luppi, Miguel Ángel
Solá, Ulises Dumont, Héctor Bidonde, Lautaro Murúa
y Rodolfo Ranni.
Las otras son: "Cuarteles de invierno", con dos versiones:,
una argentina y otra
italiana. Y "Una sombra ya pronto serás", que tuvo como
director a Héctor Olivera, y como protagonistas a Miguel Ángel Solá,
Pepe Soriano, Alicia Bruzzo y Luis Brandoni.
Alberto Olmedo quiso producir "A sus plantas rendido un León",
y Soriano se sintió feliz: lo admiraba. Pero no pudo ser: Olmedo murió
y -según el escritor- "con él desapareció una forma de hacer
comicidad". Su
último libro, de publicación
reciente, es "La hora sin sombra" (novela). (Cristina Castello) Documento de
Identidad
Vive en Palermo Viejo (Buenos Aires, Argentina) pero hasta hace poco, su lugar fue La Boca. Pero no son los únicos domicilios que tuvo.
Nació en Mar del Plata el día de Reyes del '43 -hijo de José Vicente
Soriano, catalán que llegó a la Argentina a los dos meses de vida- y
de Doña Eugenia, tandilense.
El padre era inspector de Obras Sanitarias.
De sus años adolescentes, se recuerda a sí mismo a bordo de su
motoneta "Tehuelche", donde llevaba una foto de San Lorenzo.
Y tiene muy presente la imagen de su padre, piloteando un viejo "Gordini".
A sus tres años su familia se instaló en Tandil y después en San
Luis, hasta sus diez. El próximo destino fue Río Cuarto (Córdoba),
por un año y después otra vez Tandil, Cipolletti, Tandil y Buenos
Aires.
En el 69 se instaló en Buenos Aires, en una pensión de Avenida de
Mayo.
En 1976, por decisión propia -ante el golpe de estado- se fue a vivir a
Bélgica y después, a París: limpiaba oficinas o iglesias.
Volvió a Buenos Aires en 1984 pero
alterna con tiempos de residencia en Mar del Plata.
Nunca terminó el secundario.
Se ganó sus primeros pesos como número 9 en la Liga del Alto Valle.
Todavía extraña sus tiempos de jugador.
Después envolvió manzanas
en La Patagonia, en un
frigorífico y en una metalúrgica, como sereno: simultáneamente escribía
sus primeros cuentos.
Empezó a hacer periodismo en "El eco de Tandil".
Después, lo ejerció en
"Primera Plana", "Panorama", "La Opinión"
y "El Cronista". Es co-fundador del diario "Página
12", donde actualmente es columnista.
Es el corresponsal argentino de "Il Manifesto", de Italia.
Está casado con la francesa Catherine Brucher, con quien tiene un hijo:
Manuel, de cinco años, inseparable de su gato "Pirulín".
Se viste de sport y no sale nunca de su cueva, donde tiene un romance
pasional con la computadora. Dice que podría vivir preso, si tuviera
esos "chiches" y recibiera visitas.
Se considera uno de los últimos Mohicanos de la época de la intensidad
pero reflexiona que los intensos se metieron en muchos líos.
La noche es su cómplice. Escribe hasta las ocho de la mañana y duerme
hasta las cuatro de la tarde.
La luz del día en los amaneceres de noches de vigilia lo pone
francamente mal.
Actualmente no toma nada de alcohol pero -aunque más delgado- conserva
el gusto por la buena comida.
Detesta la publicidad -"machista" que exhibe cuerpos femeninos
como mercadería: "no sé si acá es una ventaja para las chicas,
el hecho de ser lindas", dice.
Abomina de la discriminación y sostiene que los argentinos la
ejercitamos: "con los vecinos de los países limítrofes, a
quienes tratamos como animales, y aún en la impericia de las
investigaciones sobre el horror de la Amia".
Recuerda -como si fuera de hoy- la voz "dramática y quebrada de
Evita" y el "Cinco por uno no va a quedar ninguno",
de Perón.
Perón le mando camisetas de fútbol y una pelota de tiento cuando era
chico. También una carta manuscrita: el papá se la rompió en mil
pedazos.
Teme que Buenos Aires se convierta en un nombre para la correspondencia
y nada más. Su pasión por el fútbol lo desmereció ante círculos intelectuales, no populares. El dice que ellos "son los que están lejos del cuerpo, como fuente de esos placeres, que no tienen que ver con la razón." |
Cristina
Castello
Buenos
Aires – Argentina
Publicado
en “Viva”, revista dominical del Diario “Clarín” el 19 de noviembre de
1995
http://www.cristinacastello.com
Ver, además:
Osvaldo Soriano Letras Uruguay
Editado por el editor de Letras Uruguay
Email: echinope@gmail.com
Twitter: https://twitter.com/echinope
facebook: https://www.facebook.com/carlos.echinopearce
Linkedin: https://www.linkedin.com/in/carlos-echinope-arce-1a628a35/
Métodos para apoyar la labor cultural de Letras-Uruguay
Ir a índice de periodismo |
Ir a índice de Cristina Castello |
Ir a página inicio |
Ir a índice de autores |