Argentina: Martínez de Hoz o el rostro del espanto |
Cuando
me acompañó hasta el ascensor, le pregunté: -
Doctor, qué sentía usted cuando sabía que ponían muy fuerte la
radio, para que no se escucharan los gritos de los pobrecitos
torturados. (El
ministro de economía del genocidio en Argentina bajó la cabeza). -
Doctor, pusieron ratas en las vaginas de muchas mujeres y las
“cosieron”; nuestros mares y ríos albergan cadáveres de niños y
adultos y… (Martínez
de Hoz bajó más la cabeza). -
Doctor: ¿Qué es el respeto a la sacralidad de la vida? -
Tiene el ascensor, señorita.... Abrió
la puerta y respiró aliviado con mi partida. (Cristina Castello) |
José
Alfredo Martínez de Hoz, primer ministro de la dictadura genocida en
Argentina (1976-1983), es una máscara petrificada de horror.
Su
política, indispensable para la «Doctrina de Seguridad Nacional»,
dentro del marco de la «Doctrina de Seguridad Continental», fue
indispensable para implantar
el terror.
Según la
Agencia Dyn, acaba de reivindicar a Jorge Rafael Videla y hasta se permitió
decir que «el Che Guevara era un asesino».
Martínez de Hoz: «Raza
de los que funden los huesos del pueblo con la mentira y el engaño»,
escribió William Yeats. Fui la única periodista a quien concedió una entrevista hace veinticuatro años. Se arrepintió siempre de haberme aceptado. Después de aquel artículo y otros como el que hice al verdugo Monseñor José Antonio Plaza y a torturadores varios, tuve un accidente de tránsito gravísimo. Todo el periodismo -pues entonces algo quedaba de «periodismo», pensó que había sido un atentado. Ahora, un viaje al ayer, que no es recuerdo sino vivencia: aquella entrevista, muy autocensurada pues nadie se animaba a publicarla. «Videla
es un patriota» (Nótese
que esta entrevista tiene fecha 29
de diciembre de 1983. Si no, no podrá
leerse correctamente) Según
el ex-ministro de economía, Jorge Rafael Videla -quien mató tantas
vidas- es un ejemplo a seguir. Y sus expresiones no son caprichosas.
Su
política en materia de economía, fue el andamiaje que necesitaban
los dictadores para el
terror. Los monstruos capaces de
torturas, represión y muerte desde el terrorismo de Estado y con la suma
de Poder.
Hoy la mayoría hace
responsable a Martínez de Hoz del caos económico del país. Hoy, recién
hoy; la “ciudadanía” argentina es muy lenta para reaccionar. A contrapelo de la
dignidad de la vida, Martínez de Hoz asegura que mejoró la
dignidad del hombre y de los desposeídos. Nuestro diálogo en su
departamento fue gélido. Con Martínez de Hoz
frente a frente aunque no mira a los ojos, afuera es un diciembre de verano
en estas tierras de Buenos Aires. Y adentro, en su departamento del Edificio Kavanagh, es impiadoso el invierno. «Los
militares tomaron el poder para salvar al país»
- ¿Cuál es su
balance del proceso? -Mire, las Fuerzas
Armadas intervinieron en marzo del ’76, para restablecer un sistema jurídico-político-democrático:
para combatir el terrorismo y para lograr un orden económico. El balance
más importante que puede hacerse entonces, es a partir de analizar si el
país cambió o no. -Cambió. La muerte se llevó adultos,
ancianos, niños y bebés por nacer.... - (Ignora mi pregunta)
Creo que el 30 de octubre del 83 –con la elección que hubo (Alfonsín-Luder)
- no hubiera sido posible sin el 24 de marzo del ’76. A fines del ’75
y comienzos del ’76 era evidente el caos en lo político, en lo económico
y en lo social, y el alto grado de terrorismo que había. Ante ese estado
de cosas, los militares fueron requeridos insistentemente por muchos
civiles...incluso por algunos que hoy se proclaman muy democráticos. -¿Cómo quiénes? -No
creo oportuno decirlo en este momento, sólo quise señalar que se presionó
a los militares para que pusieran fin al caos. Recuerde usted que incluso
el gran jefe del partido radical, el doctor Balbín dijo que él no tenía
soluciones... yo creo que las Fuerzas Armadas no tomaron el poder, sino
que lo recogieron. - Es verdad,
el pueblo –sin lucidez- pedía el golpe de Estado. Y lo pedían los
mismos peronistas y políticos en general... - Sí, nosotros fuimos
apoyados por ellos. -Usted dijo
una vez que Massera, Agosti y Videla lo citaron a un departamento del
primero de ellos, en Avenida Libertador; que entonces le pidieron un
programa económico por si derrocaban al gobierno de la señora de Perón
y... -Sí, ya para entonces
las Fuerzas Armadas sabían que era inevitable que tomaran o recogieran el
poder. -...Y agregó
que aquella reunión fue a las 02. 31, de un viernes. ¿De qué mes y año...cuándo
empezó a gestarse el golpe? -Era marzo del ’76,
sobre las vísperas del 24. Fíjese... yo después les he preguntado por
qué no dejaron que siguiera el caos para dar –después- una solución más
sólida. La respuesta fue que el alto grado de terrorismo que había era
un motivo real de preocupación social. -¿Por qué no
apoyaron al gobierno constitucional, en lugar de tomar el Poder? -Bueno... ya estaban
haciendo eso, pero paralelamente había una gran descomposición en la
estructura político-social. Entonces, una vez agotada la instancia política,
los militares asumieron el poder, para salvar el país... No olvide que
las Fuerzas Armadas fueron consideradas tradicionalmente, en la Argentina,
como guardianes del orden en última instancia. -¿Y cuál es
su balance de la política económica de estos casi ocho años de muerte y
destrucción? -
(Gélido, no acusa recibo) Entre el ’76 y el ’80 la parte económica
se desarrolló de una forma congruente y hay muchas cifras que así lo
demuestran. Pero después del ’81 hubo tres presidentes y cuatro
ministros de economía que sucedieron al gobierno. Todos ellos, salvo uno,
declararon que sus propósitos eran seguir una política económica
totalmente diferente de la nuestra. La
Argentina de Martínez de Hoz y -¿Desde el
punto de vista de la economía hubo procesos dentro del proceso? -Sí,
porque faltó la continuidad necesaria para que el ciclo se completara. - Dios nos libre... - Quiero decir que con
el cambio de autoridades se hizo lo contrario de cuanto se había
prometido y así se generó un proceso de desconfianza en el pueblo; después,
a partir de ‘81, se desataron situaciones graves de recesión, de baja
de salarios reales... - Pero su política
económica destruyó el aparato productivo del país... - Ese es un slogan que
se ha hecho. A través de una encuesta que encargó hace poco la Unión
Industrial Argentina, surge muy claro que en el período ’76-’80 la
inversión industrial aumentó un 19 por ciento con respecto al quinquenio
anterior, y que declinó fuertemente a partir del ’81. - Parecería
que durante su gestión hubo dos países: uno, el suyo, floreciente a
partir de cifras. Y otro, el real: el del desempleo, del hambre, del
miedo, de la imposibilidad de soñar. - Yo coincido con usted
en que hay que ver si las cifras coinciden con la realidad. Pero también
hay que ver si esta coincide con la proclamación vocinglera que de ella
se hace. -No hablo de proclamaciones sino de
realidades. -Mire, en los años
’80 habíamos llegado al nivel más alto que alcanzó la Argentina en
los tiempos modernos en materia de salario real y... -¿En el
salario real de quién...en el suyo? - En el de
toda la población. Recuerde usted lo que podía comprar con su
sueldo en el año ’80... Porque el salario fue aumentando su capacidad
adquisitiva en términos reales de moneda constante y alcanzó en el ’79
y en el ’80 su máximo nivel. Por otra parte, entre el ’79 y el ’80
la tasa de desocupación fue del 2 por ciento, es decir plena ocupación.
Por todos lados había carteles que decían: “Se piden tal cosa...”, y
no se requería trabajo, sino trabajadores. - Doctor: lo
que usted dice es un atropello a la vida humana. -No. Yo sé que después
aumentó la desocupación pero no en aquel momento. Creo que hay que tomar
las cosas en su aspecto global y... -Doctor,
ninguna propuesta económica es válida si no se toma como punto de
partida al hombre y su dignidad personal. -Sí, para eso
estuvimos nosotros. Y atendimos
y mejoramos la dignidad del hombre. - Pero si la
economía debería ser una ciencia social y la suya fue elitista.... -¡Todo lo contrario!
Nosotros ofrecimos un mayor número de trabajo mejor remunerado,
realizamos nuestra política en un clima de libertad y... -¿De
libertad? -Sí, en un clima de
libertad y de competencia. Establecimos reglas objetivas de juego, para
que la gente progresara de acuerdo al esfuerzo propio; favorecimos el
interés general de la sociedad y apuntamos al mejoramiento de la calidad
de vida de los pobres. Durante nuestra gestión, propiciamos un
equipamiento en la medicina particular, en los hospitales y sanatorios del
país, e incorporamos desde elementos simples hasta los aparatos más
sofisticados para tomografías computadas. ¿Eso es ser elitista? -¿Recuerda
cuando decían que usted era Robin Hood... pero al revés? - Sí... eso se dijo al
principio, cuando todavía no eran evidentes los alcances del plan; cuando
se veía que controlábamos la espiral salarial, mientras liberábamos los
precios. No obstante, después se demostró la eficacia de esa política. - ¿La
eficacia para matar personas, sueños, vidas? Eso corre por su
cuenta. - Doctor:
durante la dictadura sólo se criticaba su política, para dar la imagen
de una libertad de prensa que no existía. Pero usted estuvo de
acuerdo.... -
En materia de economía siempre hubo libertad de prensa. Por otra parte,
creo que durante el proceso se elevó el nivel de vida y de pensamiento en
la Argentina. Hasta entonces habíamos vivido aislados del resto del
mundo, pero entre el ’76 y el ’80 la gente pudo viajar y conocer otros
países. - No sé a qué
llama usted “nivel de vida” mientras se asesinaban personas.
Además, ¿quienes
viajaron y con qué costo para el país? - Viajó la gente
modesta, gente que después me paró en la calle para decirme que gracias
a mí y a mi política había podido hacerlo. Yo quiero un país abierto y
tengo una mentalidad abierta a la civilización y la cultura. «El
general Videla tiene gran moral»
- ¿Por qué
se somete a esta entrevista? - Porque creo que es
importante cambiar opiniones y dar explicaciones sobre circunstancias. Que
no todos conocen. - ¿Si alguien
tiene la conciencia en paz tiene que dar explicaciones, sin negativa
alguna? - Claro... - No es el caso
de Jorge Rafael Videla, quien no recibe al periodismo a pesar de tantas
muertes en su haber... -¡No! ¡No! La actitud
de Videla en este momento es de una gran discreción y tendría que ser
alabada. - ¡Claro¡
Organizó acá un mundial de fútbol, sospechado de “vendido”. En
arreglo con el Norte tuvimos hasta una Mis Universo argentina. Y decía
“somos derechos y humanos”. Pero
sembraba la muerte... -No, no, permítame que
discrepe con usted. Yo he leído muchos comentarios –no sólo del
aspecto económico- referidos al gobierno de Videla y todos fueron
respetados. - Su opinión
sobre el enjuiciamiento a los miembros de las tres primeras juntas
militares del proceso..... - Yo le anticipé que
de ese tema no quiero hablar. Y no hablaré. - Defina a Videla
por favor. - El General Videla es
un gran patriota, tiene una gran altura moral, es íntegro en sus
procederes y posee un gran equilibrio. - ¿”Patriota”
un hombre durante cuyo gobierno desaparecieron 30.000 personas, hubo
torturas y detenidos (en condiciones infrahumanas) sin proceso ni causa? -
Mire, ya le dije que no
quiero entrar en estos temas porque serán debatidos en otros ámbitos. Sólo
agregaré que no seamos desmemoriados y recordemos cómo empezó esta
situación en la Argentina. Todo nació cuando se quitaron los
instrumentos legales para la represión de las actividades ilícitas, como
el terrorismo: luego, en el ’73, los terroristas fueron amnistiados y
volvieron a sus andanzas. Así fue que durante mucho tiempo los
pobladores, desde los más modestos hasta los más encumbrados, sufrieron
los embates de la subversión, con muertos, heridos y desaparecidos. - Detesto toda
violencia. Pero el terrorismo de Estado a nada puede compararse.
Por favor, deme una sola razón que justifique un genocidio. Claro,
si hablamos entre seres humanos... - Mire... yo tuve a un
subsecretario de trabajo muerto: Miguel Padilla; y recuerde también los
casos de los doctores Klein y Alemann, quienes se salvaron por milagro y
la muerte del padre del doctor Soldati, y... -Insisto en la
pregunta anterior. - Le quiero decir –y
no deseo seguir hablando del tema- que hay veces en que un país empieza a
sentir un embate muy fuerte y difícil de controlar, y que es entonces
cuando la autoridad de gobierno –en defensa del orden social
establecido- protege la vida y los derechos humanos. Fue lo que pasó: se
protegió la vida de los veintiocho millones de argentinos, contra una
minoría que los puso en jaque. - ¿Usted
justifica que un hombre mate a otro? - Bueno... cuando los
ciudadanos de un país son atacados por el terrorismo, hay algo que se
llama defensa propia. -¿Usted dice
“desaparecer” personas con el argumento de la “defensa propia”? - Yo no quiero entrar
en detalles. - ¿Detalles? - Sí, no puede estar en un plano de
igualdad el terrorismo que mata gente inocente y el gobierno que lo
reprimió en defensa del orden y de la vida de la población. Después,
puede haber una larga discusión sobre la forma de la represión... pero
yo ahí no quiero entrar. - ¿Por qué? - Porque no me
corresponde. - Pido su mirada
como ciudadano.... -
Yo le dije que mi entrevista de hoy era para otras cosas y así lo
convinimos. Además, este tema va a ser resuelto en la jurisdicción que
corresponde, de acuerdo lo ha dispuesto este gobierno. - A ver, cuénteme
de los derechos humanos... - Ya le dije cuál es
mi opinión... ¿quiénes comenzaron a atacar los derechos humanos y la
vida? -Doctor... ya le
dije, cuando la represión se ejerce desde el Estado, sin apelar a la
justicia, con la suma del poder y... - Bueno... hay que ver
si fueron inocentes. Claro... pueden haberse producido excesos... - No se puede hablar de “excesos”
cuando está en juego...¡la vida¡ -
Pero... usted está tratando de arrastrarme a esta situación y yo le he
dicho de entrada que no quiero hablar de esto. - Recuerdo la
imagen de Videla por televisión, cuando comulgaba - Y me parece muy bien,
pero no quiero entrar en esta discusión, a la cual usted me quiere
arrastrar. Perdóneme, pero esto se termina. «La
libertad, el amor
- ¿Votó,
doctor? - Sí. - ¿Por quién? - El voto es secreto,
¿no le contaron? - Había dicho
que votaría por el partido con el cual se sintiera representado...¿lo
encontró? -
Ciertamente en la última elección no lo había. Pero creo que la gente
votó por algo nuevo... y la única cara y el único estilo nuevos fueron
los del doctor Alfonsín. Por eso le decía que los años del proceso no
pasaron en vano. - Ciertamente: hay madres que no recuperarán
a sus hijos, niños que crecen con los asesinos de sus padres y... - Bueno, pero es que
también hay errores de los argentinos. Y tres fundamentales. Uno es el
excesivo dogmatismo ajeno a la realidad, que hace que los dogmas sean
inaplicables. Como el suyo... - Si defender la vida, la vida de todos, es
ser dogmático, Cristo lo fue... - Esa es su opinión.
Lo segundo –quería decirle- es el facilismo; y el tercer punto es
administrar la cosa pública con sentido de corto plazo. Yo espero que con
esta elección se logre coherencia. - Hoy se habla de
“Unidad nacional” ¿cree en ella? - Yo creo que de la
discusión fecunda nacen las buenas ideas... pero acá las discrepancias
suelen transformarse en denuestos. En este país se lanzan insultos a los
que no sostienen las mismas ideas y –para descalificar al adversario- se
lo llama “vendepatria” o “antinacional”. - Y ustedes llamaban subversivo a todo
quien no pensara como ustedes.... - Pero lo que yo quiero
decir que hay gente que cree tener el monopolio del patriotismo, de la
verdad y de la ética y eso es soberbia. Acá hay que partir de que cada
uno de los argentinos merece respeto. - ¿ Y cómo
“respetaron” ustedes las vidas en campos de concentración? - No quiero volver a
ese tema. - Doctor... ¿Qué es la libertad? - Es la característica
básica que Dios le ha dado al hombre. Sin libertad no hay vida, es el
valor máximo que hay que defender. -
Curiosas palabras en su boca, ¿esa libertad hubo entre el ’76 y el
’83? - Mucha
más: los programas en lo político, en lo económico y en lo
social estaban basados en la libertad. -
Mire, este parece un diálogo entre alguien que habla en sánscrito y
otro en japonés ¿Qué opina del ministro actual de economía, Bernardo
Grinspun? - Le deseo el mejor de
los éxitos. - ¿Qué piensa
de los políticos que...? -
No quiero hacer juicios sobre ninguna persona. - Está bien, ¿qué es el amor? - Es un sentimiento
primigenio que hace que una persona tenga como más importante que su
propia persona a la del prójimo. - ¿Usted amó a su prójimo... el pueblo? - Amo al pueblo. -
¿Y que siente cuando ese pueblo lo abuchea y detesta? - Mire, la gente en la
calle me manifiesta su solidaridad y simpatía y me recuerda cuanto mejor
estábamos en aquella época. Además todos tenemos que aprender, porque
los militares no actuaron nunca solos. - Es en lo único en que coincido con
usted, ¿cómo vive hoy? - Trabajo
en cosas familiares y en consultas de problemas legales o económicos.
Pero...disculpe pero es hora de terminar esto. - ¿Cuando
usted muera irá al
cielo o al infierno? -El único que puede
garantizar eso es Dios, pero uno hace lo posible por cumplir con Él y con
la sociedad. - ¿Y Videla qué lugar tendrá en el “más
allá”? -
Si yo estuviera en el lugar de Dios, conociendo a Videla como lo conozco,
no dudaría en darle el cielo. - Muchos se mudarían
al cielo de enfrente... - Usted está
equivocada con Videla. - No, doctor. Hay personas que apuestan
a la vida y otras que apuesta a la muerte. Yo apuesto a la vida. -
Yo también.... ¿qué le hace dudarlo? |
Cristina
Castello
Periodista y poeta
Publicada en la revista «La Semana»
Buenos Aires – Argentina el 29-12-83
Hoy, 25 octubre de 2008, en Letras-Uruguay
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