Alfredo Alcón, actor |
¿Qué es
estar vivo? Es
tener alegría. ¿Te
da alegría que te digan
“el mejor”? No,
no, eso del “mejor” me suena a éxito. A ruido, a clasificación, a
molde. Además, durante mucho tiempo pensé que todo se debía a un gran
malentendido. ¿Por qué? Porque
un día comprenderían que yo era una... mierda. Pero no pasó. No,
porque soy un privilegiado. Porque me tienen afecto. Por
suerte se inventó el amor. Aunque ahora casi todo apunta a las
extremidades y poco al corazón... Es cierto. Porque nos educan mal. Porque nos dicen que el amor debería ser la razón de la vida. |
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Alfredo Alcón |
¿El
sentido de la vida? Digamos
que sí. La mezcla de la sinrazón del amor, con la necesidad del
conocimiento y con el juego de la imaginación. ¿Es
tu definición del amor? No,
no podría definirlo. No soy poeta. Y no quiero hablar como si
estuviéramos en la época de los griegos en una isla y con una cítara en
la mano. ¿El
amor no es posible en tiempos de Dios
Mercado? Es
difícil para los que no ganan ni para sobrevivir. Son la mayoría y ahora
les están amputando el alma. ¿Culpas
al gobierno? No.
Acá hay un estado de desprecio al hombre y a sus valores que tiene
distintos nombres. Este presidente pasará y vendrán otros. Por eso,
hablar mucho de estos pequeños les da mucha importancia. Ellos no saben
amar. ¿Los
condena al silencio? No,
porque no creo en el silencio. El silencio es un lenguaje. ¿Qué
es un árbol? Es
un árbol y es parte del lenguaje. Pero cuando a dos personas se les
aparece la misma imagen de árbol, árbol es una resonancia. La misma música...
¿Tocas algún instrumento? No,
soy un desastre. Pero
bailas bien... Sí,
a veces bailo solo. Y me hace bien. ¿Te
gusta nadar, por la sensualidad del contacto con el agua? Sí,
y por curiosidad. Es vislumbrar cómo es ser pescado. ¿Qué
es la utopía? La
única forma de ser- humano. Si uno no es utópico, no es. ¿Dónde
están tus alas? Se
despliegan cuando encuentro esos seres, que me hacen sentir que todo es más
liviano. ¿Te
gusta tu cuerpo? No
sé... ¡qué pregunta! Cuando veo una estatua... ¿Te
gustaría ser como el David de Miguel Ángel? Claro,
pero cuando escucho a Ernesto Sábato me gustaría tener su inteligencia.
Es la nostalgia por la perfección. ¿Qué
obra de la pintura de todos los tiempos sintetiza tu mundo? No
sé. Pero me gusta Joan Miró. Y cuando voy al Prado y pienso que veré al
Cristo de Velázquez, me digo “ya voy llegando, ya voy llegando”. ¿Es
más importante el deseo que la concreción? Bueno,
dicen que peor que no tener algo es tenerlo. Pero yo prefiero tenerlo. ¿Por
qué la poesía? Porque
revela mundos. ¿Qué
es un teatro? Es
un lugar donde la gente se junta para ensayar la vida. ¿Una
ceremonia, en el sentido de los chamanes? No
me gusta la palabra ceremonia. Es ceremoniosa. ¿El
erotismo está en la mente o en el cuerpo? Es
el guiño de los cuerpos. ¿Dónde
están tus maldades? En
ese día o en ese un minuto,
cuando me siento indiferente.
La indiferencia es el infierno. ¿Es
posible que rías de inocencia? No
sé. Pero trato de crecer con la curiosidad del asombro. ¿Por
qué nunca hablas de tu mamá? Por
eso: porque es mi mamá. Es chiquita, flaquita y tiene una rara fuerza, en
su fragilidad. ¿Guardas
archivo de sus notas periodísticas? Mi mamá hace el archivo de todo lo que publican sobre mí. Por eso me gustan las notas: para que ella las vea. |
© Copyright Cristina Castello
Publicado en “Clarín Revista”, entonces revista dominical del Diario “Clarín”, previa al nacimiento de “Viva”.
Buenos Aires, 23 de octubre de 1993
http://www.cristinacastello.com
poesia@cristinacastello.com
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