Por tu amor y tu servicio que regalas cada día
que es eterno abecedario de tu noble vocación,
que lo vuelcas en el grado siempre firme en la vigilia,
eres página encendida que palpita de emoción.
Por los años silenciosos enseñando la tarea
por tu culto a la lectura, al dictado y la lección,
por tus gestos de ternura que a través de la docencia
nos llevaste por la senda a beber la educación.
A tu vida y a tus horas los envuelvo en este aplauso
sumamente merecido por tu entrega y tu labor,
por brindarnos tu cariño a lo largo de los años
y dejarnos en los bancos el sentir de tu candor.
Muchas gracias por tus sueños compartidos en el aula
que es la savia y la nutriente de tu inmenso corazón,
hoy te hago este presente con mi abrazo desde el alma
y te digo muchas gracias por la obra de tu amor.
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