El
olímpico |
Ya marcaban los cuarenta las agujas del reloj, era un cero de ida y vuelta de bravura y de fervor. Cuando ya quedaban cinco entró un viejo jugador ya muy cerca del retiro que venía de uno lesión. Tenía el veinte en las espaldas el olvido era su voz, lo ponían por gauchada en la última función. Iban ya cuarenta y cuatro y el rugido del tablón, palmo a palmo las hinchadas desnudaban su emoción. Se inclinaban cada una por su equipo y su color, no querían un empate „ con la tarde a puro sol. Vino un centro envenenado que pegó en un defensor, lentamente se metía con agónico temblor. El arquero con esfuerzo, demostrando reacción, con la punta de los dedos hacia el corner la mandó. El partido se extinguía sin tener un ganador, con la hora solo a un paso de bajar con el telón. Hacia el tiro de la esquina enfiló el de la lesión, el silencio en la tribuna se abrazó a la agitación. Tomó el fútbol en sus manos no era buen cabeceador, tenía buena la pegada y bien ancha la ilusión. En el vértice del campo con ternura acomodó, la pelota contra el césped para darle dirección, Le pegó con sutileza con el alma la tocó, fue una comba indescriptible, de increíble perfección. Contra el cielo de la tarde con su chanfle dibujó, una auténtica pintura, que hacia el ángulo voló. Se metió como en un sueño, el arquero la miró, como entraba mansamente desatando una ovación, Y fue olímpico aquel corner, y fue olímpico aquel gol, aplaudieron los contrarios y aplaudió hasta el corazón. El partido se ganaba, terminó después del gol, un histórico golazo que marcó el de la lesión. |
José Cantero
de "Fútbol, Tablón y Goles"
© José Cantero Verni
ISBN: 978-987-05-1034-5
joscantero@yahoo.com.ar
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