El
gol que no fue |
Aquel partido en mi pueblo tenía nombre de final, era un partido distinto por la gran rivalidad. El contrincante de siempre venía también a ganar, se jugaba a todo o nada pues ninguno iba a aflojar. El equipo de los nuestros, que jugaba de local, adelante tenía un nueve que goleaba sin piedad. Eleuterio se llamaba de apellido Corvalán, y la hinchada lo apodaba el temible Sandokán No venía de la Malasia aquel tigre singular, lo sacaron de la zafra y lo pusieron a jugar. En mi pueblo ese partido era algo personal, era toda una revancha el poderlos enfrentar Hijos nuestros nos gritaban aquí llega su papá, esa afrenta nos dolía, la queríamos lavar. Rodó el cuero por el césped y salimos a matar, ellos bien ordenaditos defendían nada más. Eleuterio de un bombazo casi moja al comenzar, al arquero lo salvaba el maldito horizontal. Nuestra hinchada sin descanso parecía un vendaval le pedía a los muchachos fútbol, garra y voluntad. El rival ordenadito concebía bien su plan, no quemaba gasolina ni amagaba acelerar La tocaban despacito sin dejarla de cuidar, esperando algún descuido, algún hueco donde entrar Y a los siete del segundo nos vinieron a mojar, fue de un centro con las manos que llegó de un lateral Hijos nuestros nos gritaban con pasmosa libertad, para colmo en nuestra cancha desatando un carnaval Inclinamos el terreno con la furia y el afán, les rompimos los tres palos por quererles empatar Juan Rufino a los ponchazos se mandó sin vacilar, gambeteando se fue solo hasta el área del rival Eleuterio por el medio le decía sin parar, le gritaba mía, mía, que aquí estoy para marcar. Juan Rufino hizo un esfuerzo y tiró el centro atrás la pelota fue botando casi encima de la cal Era gol con un suspiro solo había que soplar, estaba el arco vencido a los pies de Sandokán Sandokán le dio de punta y la quiso reventar, la pelota del bombazo reventó el horizontal El empate fue al infierno a dormir con Satanás, se perdió aquel partido uno a cero y de local Los contrarios se llevaron el torneo Regional, y dejaron ese canto que de hijos nos tendrán Aquel gol que pudo ser que no fue y que no será, ese gol de todo un pueblo que se hizo de rogar Sandokán el Eleuterio, al que nadie olvidará, otra vez allá a la zafra lo volvieron a llevar |
José Cantero
de "Fútbol, Tablón y Goles"
© José Cantero Verni
ISBN: 978-987-05-1034-5
joscantero@yahoo.com.ar
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