El
arquero y el gol |
El fútbol tiene esas cosas de pasión y sentimiento, esas cosas que tan solo se las siente bien adentro, Pues a veces te critican y te mandan al infierno, y más tarde en un instante sos un ángel de los cielos, No hay medida, ni barrera, en el canto futbolero, que de pronto sos un héroe o culpable sin remedio Esta historia es de un partido de una fiesta a puro aliento, pues aquel que lo perdiera se enterraba en el descenso Los dos colas se jugaban esa tarde a cielo abierto, la final de esa patriada que tenía solo un premio Esa ansiada permanencia entregaba su boleto, solamente al que ganara al final de aquel encuentro El partido comenzó con coraje y con esfuerzo, con más garra que con fútbol yo diría a puro nervio La visita a todo o nada empujaba en cada centro, y fue así que en un ollazo sin pensarlo tuvo el premio La pelota que llovía sin destino y sin un puerto, se escapó burlonamente de las manos del arquero Rebotando y despacito se metió casi sonriendo, el que no se sonreía fue Reinaldo Samaniego Samaniego hijo del diablo le gritaron a concierto, hoy nos vamos por tu culpa sin remedio hasta el descenso El partido no variaba ni tampoco el uno a cero, ni tampoco los insultos que apuntaban al arquero El alambre sujetaba esas fieras al acecho, que querían echarle mano al arquero por el cuello El partido se moría y con el también los sueños, de seguir en la primera que se iba en ese encuentro. Y fue entonces que el empate les cayó casi del cielo, fue de un loco zapatazo que llegó de treinta metros Había alargue si empataban y penales de por medio, que seguro en los dos bandos alargaba el sufrimiento Cuarenta y cinco del segundo ya marcaba el minutero, y fue entonces que hubo un corner y esperanzas de festejo Como un rayo fue adelante a buscarla Samaniego, fue a lavar tal vez el nombre de su herido sentimiento La pelota cruzó el área y en el último momento, Samaniego voló alto casi junto con el viento Samaniego puso todo hasta el alma y el aliento, de cabeza hizo un golazo entre el cielo y el infierno El tablón con un delirio estalló en un grito inmenso, que vivando sin descanso bendecía a Samaniego Esa tarde dos a uno se escaparon del descenso, y fue gracias al villano que insultaron todo el tiempo |
José Cantero
de "Saliendo a la cancha"
joscantero@yahoo.com.ar
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