Pensamiento de Simón Bolívar
Prof. Jorge Nicolás Campos Reina

Ideario socioeducativo y moral en el pensamiento del Libertador Simón Bolívar 

expuesto en el discurso de Angostura

(Una Aproximación y Visión Integral Prospectiva y  Retrospectiva al Problema)

Resumen

Las ideas expuestas a grosso modo, representan parte de la discusión académica, planteadas en el Diplomado: Bolívar y Martí Raíces de la Integración Continental. El estudio planteado tiene como finalidad analizar críticamente el Discurso presentado por el Libertador Simón Bolívar ante el Congreso de Angostura el 15 de febrero de 1819. Se toma como delimitante temporo-espacial referencial la Venezuela de los siglos XVIII y XIX. Tiempo histórico en que se presenta el nacimiento y muerte de Simón Bolívar (1783-1830) al igual que el surgimiento de una serie de hechos que se gestan en la Sociedad Colonial que incidirán de manera directa e indirecta en una marcada crisis estructural, en la cual estará presente como uno de los principales gestores históricos al lado de una gran colectivo popular la figura del Libertador, una vez que se da en Caracas el 19 de abril de 1810. Movimiento que provoca la Declaración Conservadora de los Derechos de Rey Fernando VII de parte de la Junta Suprema, pero al mismo tiempo estaría creando las condiciones para que Simón Bolívar entrara a la Historia Emancipadora de América con el Discurso pronunciado en la Sociedad Patriótica. Con el que se inicia una serie de hechos en los cuales Bolívar tendría el compromiso histórico de dirigir el camino hacia la primera independencia y liberación de cinco países, con aciertos y desaciertos pero de igual manera con traiciones y perdones que impidieron la concreción del sueño de integración de un gran bloque de países hermanos que le hicieran frente a las pretensiones imperialistas de nuevas potencias en vías de expansión como lo fue los Estados Unidos de Norte América. Todo esto él lo analiza con gran claridad en el Discurso de Angostura.

Palabras Claves: Discurso, Sociedad Colonial, Imperialismo, Moral, Emancipación, Crisis

I - A Manera de Introducción. Ubicación Teórica-Referencial, Metodológica, Histórica e Historiográfica

Se pretende, en este ensayo, aproximarnos a la comprensión lógica del ideario del Libertador Simón Bolívar, referente a la Moral y a lo Educativo, expuesto en el Discurso de Angostura (15 de febrero de 1819)[1]. Para ello se considera necesario ubicar temporal y espacialmente a la Venezuela del momento antes de su exposición, lo que permitiría brindar, una visión panorámica, por demás muy sintetizada del inicio del proceso Revolucionario-Emancipador de Venezuela haciendo particular referencia al 19 de abril de 1810[2], bajo una visión histórica e historiográfica.

Cada uno de los hechos estará sujeto a una visión integral del proceso histórico, lo que permitirá vincularlo –gracias a la aplicación rigurosa del método histórico-, con nuestro presente. Un presente que, sobre la base de los hechos acontecidos en Venezuela durante estos primeros años del siglo XXI, exige ser analizado con una mirada prospectiva y retrospectiva, es decir en términos temporales-referenciales.

Consideramos necesario para una mejor comprensión del problema, tratar de ubicarlo en el/su contexto cronológico espacial en el cual se inicia y desarrolla. Por lo cual, mantendremos una visión de totalidad y de síntesis para poder en cierta forma reconstruir a grandes rasgos su causalidad y fenomenología en el país, con un aliento de larga duración.

Para el logro de ello recurriremos a los aportes que al efecto nos han dado los historiadores: Germán Carrera Damas [1930], Mario Briceño-Iragorry [1897-1958], Manuel Pérez Vila [1922]. Estos tan sólo por citar algunos.

La historia de la historiografía venezolana podría considerarse que es relativamente nueva. De acuerdo con la opinión de Germán Carrera Damas (1996), expuesta en el tomo I de su Historia de la historiografía venezolana (Textos Para su Estudio) para el inicio de ésta:

Quizá pueda tomarse como criterio (...) el momento en que pueda afirmarse la existencia de una sociedad venezolana constituida, no importa que se tratase de una sociedad autónoma o de una sociedad que estuviese inserta en una realidad política global, como lo fue el Imperio Español.[3]

Será en esta sociedad, durante el período republicano[4] donde surge la preocupación y necesidad por conocer y valorar la historia, y, en la cual “hubo afán de hacer historia durante los años iniciales de la República, mas el numen que guió a los trabajadores estuvo circunscrito a las grandes hazañas de la epopeya emancipadora”;[5] lideradas por la figura de su Excelencia el Libertador Simón Bolívar,[6] a través de un discurso emancipador,[7] poseedor para la época, de una alta carga revolucionaria, nutrida con los hechos populares-reivindicativos, personificados en su mayoría por los grupos de color: pardos, mulatos, indios, zambos, negros, etc., a parte de la Conspiración de los Mantuanos, de 1808, la cual fracasó, y las cartas que desde Londres escribía Francisco de Miranda al Cabildo caraqueño y al Marqués del Toro en 1809 incitándoles a formar una Junta de Gobierno con plena autonomía política-administrativa los cuales, son descalificados y desconocido por una historiografía mediática, falseadora de la realidad, que niega todo accionar del “pueblo llano”, de “los grupos populares” que precedieron el estallido de aquel 19 de abril de 1810, al ser catalogados como simples “revueltas” o hechos “vandálicos” de “hordas salvajes” sin ninguna dirección y formación. Expresiones con las cuales pretenden “borrar de un plumazo” de la memoria histórica del colectivo venezolano, del hombre común, del “pata en el suelo” y “sin camisa” la realidad de los hechos. Imponiendo la denominada “Historia de los Vencedores”.

Con éste –discurso- estos “trabajadores”,[8] trataban o tratan de “... conservar glorias que de establecer y explicar hechos”[9] o sucesos efectuados en el país, durante el desarrollo del llamado proceso emancipador, para acentuar en la sociedad venezolana del momento una conciencia histórica que repercutiría en la concertación de un verdadero sentimiento de patria.

Apoyados en la inculcación de ciertos valores[10] fundamentales, tales como:

a)       El concepto de nación-patria.

b)       El culto heroico.

c)       El criollo, noción imprecisa que estuvo originalmente destinada a operar en una fase de definición negativa de la conciencia nacional.

d)       La cultura criolla, como expresión de lo nacional independiente, y

e)       La valoración liberal del pueblo.

 

Al respecto, Germán Carrera Damas (1980) señala que estos trabajadores, de las primeras producciones historiográficas, construyen su discurso: 

... sobre las narraciones de testigos-actores de la Emancipación, cuyo carácter bélico, sumado al hecho de que sólo recogiesen jirones de todo el proceso y a las circunstancias postbélicas en que fueron historiadas, condujeron naturalmente al predominio absoluto de la narrativa épica, muy acorde, por otra parte, con el tono del romanticismo literario que campeaba. Pero no es esto lo más notable de esa historiografía. Sus significados más reveladores habría que buscarlos por una parte en su contenido ideológico, acorde con las circunstancias de la sociedad venezolana de la época, y en la fijación de una vez por todas de determinadas características metodológicas cuyo influjo aún se muestra poderosamente en la historiografía venezolana...[11] 

Igualmente, Germán Carrera Damas, -una vez más- en el Tomo I de su Historia de la Historiografía... nos delimita temporalmente el inicio de la historiografía en Venezuela.

Al exponer que:

La historiografía de la Emancipación marca el nacimiento de la historiografía venezolana propiamente dicha, tanto en razón del acontecer histórico concreto como de su expresión en la conciencia histórica. Pero subsiste una dificultad, nutrida por la distancia que media entre estos primeros planteamientos de lo que sería una temprana conciencia histórica venezolana, todavía más intuida que fundamentada, todavía más aspiración que práctica, pero documentable, y  lo que sería la definitiva floración de ella a partir, aproximadamente, de la década del cuarenta del siglo XIX, con la obra[12] de Rafael María Baralt, valorada como presentación sistemática de la nueva conciencia histórica, fundada en una reinterpretación del período colonial y de buena parte de la historia de Europa.[13]  

Con ello evidencia, el grado de influencia que generó el pensamiento historiográfico europeo, en el territorio venezolano, en aquellos –“trabajadores”- que se dedicaron a la labor historiográfica, pero de la cual, según aclaratoria del Dr. Germán Carrera Damas:

   

... sólo se podría hablar de historiografía venezolana a partir del momento cuando los venezolanos comenzaron a verse a sí mismos, en sentido temporal y espacial, como venezolanos, y no como súbditos del rey de España o como españoles de América; tampoco como americanos, sino específicamente cuando comenzaron a verse a sí mismos, en perspectiva histórica como venezolanos, diferenciándose positivamente de cualesquiera otros contextos.[14] 

II -Visión Histórica-Historiográfica de los Hechos Precedentes al Congreso de Angostura

El pueblo venezolano a raíz del 19 de abril de 1810, estaría impulsando su AUTODETERMINACIÓN, de Libertad, Independencia y Soberanía; (principios fundamentales para la construcción de una nueva República) acción que hoy más que nunca debemos todos, emular e impulsar para evitar ser, sujetos de pretensiones NEOCOLONIALISTAS-IMPERIALISTAS, fundamentadas por la “Doctrina Monroe”[15] y representadas por la bota norteña de los Estados Unidos de Norte América, recordemos aquel pensamiento lapidario de nuestro Simón Bolívar, expuesto en comunicación enviada a Patrick Campbell, encargado de negocios de Inglaterra en Bogotá, escrita en Guayaquil, el 5 de agosto de 1829 en la cual expresa “ Los Estados Unidos, (…) parecen destinados por la Providencia para plagar a la América de miserias a nombre de la Libertad”.

Los hechos del 19 de abril de 1810, sería el Movimiento que inicia en Caracas el proceso histórico de la Independencia de Venezuela, al ser destituidas las autoridades españolas y sustituidas por una Junta de Gobierno a la cabeza de la cual figuran los 2 alcaldes del Cabildo Municipal, ese día el Cabildo Municipal ejerció el primer acto de soberanía popular deponiendo a las autoridades españolas presididas por el Gobernador y Capitán General, Don Vicente Ignacio Antonio Ramón de Emparan y Orbe, pero de esta acción protagonizada por el grupo detentor del poder económico colonial, amerita las siguientes interrogantes: a) ¿Porqué éste acto de fidelidad a la Corona metropolitana?, b) ¿A caso sería más que un acto de disimulación política, o sería tal vez una estrategia de persuasión, en espera de la coyuntura política necesaria para impulsar realmente la ruptura definitiva con el nexo colonial?, c) ¿Oh sería el primer acto en que se evidencia la Crisis de la Conciencia Criolla, venezolana?. En razón de ello, consideramos que “siempre será posible discutir sobre si se trató de estratagema o de argucia. Probablemente abundarán buenas razones en uno u otro sentido”[16] no se olvide que son hecho sociales, los cuales tienen que ser captados por la visión acuciosa y abstracta del historiador, para ser sometidos al análisis crítico propiamente dicho, apegado –insisto en esto- a la rigurosidad del método histórico.

Por ello, “quizá sea más productivo indagar sobre las condiciones que hacían necesaria una u otra alternativas o ambas, combinadas según momentos y personajes”[17]. “Pero cualquiera que sea la justificación del explícito lealtismo del 19 de Abril de 1810, se desemboca en una misma comprobación: la ausencia de una auténtica conciencia monárquica”[18] correlacionada con la conciencia cristiana católica, es decir la invocación de uno suscita de inmediato la del otro. Esto bien podría ser argumentado y sujeto a estudio, pues en la mentalidad del momento se planteaba la diatriba de “Se es en Dios como se es en el Rey” quizás aquí, con esta aseveración estaría la clave que permita la comprensión del hecho histórico en su complejidad.

Hecho en el cual, la mentalidad criolla del momento, vio que la crisis de la monarquía española, representó una gran amenaza para su posición como clase dominante, por cuanto faltaba la clave de la estructura de poder, que bien podría desvanecerse. “Este fue el caso de Venezuela: los criollos comprendieron que su condición de clase dominante se vería comprometida si se debilitaba la estructura de poder fundada en la conciencia monárquica”[19] por esta razón aquel 19 de abril de 1810, la Junta Suprema de Gobierno se declararía Conservadora de los Derechos del Rey Fernando VII, desconociendo la autoridad del Consejo de la Regencia. Pues “los mantuanos fueron partidarios de que dicha junta se convirtiera en permanente. Los españoles se oponían a esa pretensión, porque ella significaba compartir el poder con los criollos”[20]. De la misma manera

los mantuanos rechazaron toda vinculación con Francisco de Miranda: el 24 de octubre el marqués del Toro le entregó al capitán general una carta que desde Londres le había escrito Miranda el 20 de julio, en la cual le incitaba a promover la instalación de una junta en Caracas a través del Cabildo Municipal y a ponerse luego de acuerdo con los cabildos de Santa Fe de Bogotá y de Quito para lograr, decía Miranda, ‘nuestra salvación e independencia’[21]

En otro orden de idea, este 19 de abril de 1810, aportaría elementos necesarios que cambiarían la historia política venezolana, a partir de aquí, ya no sería lo mismo, pues se estaría preparando la acción participativa y protagónica del pueblo que en esta fecha vio vulnerado sus sueños por intereses clasistas del momento, que fue utilizado al arengar a viva voz contra Emparan “No lo queremos” acción que bien puede ser catalogado como el primer acto de referéndum popular, que la historia política-electoral bien podría tomar como antecedentes, pues allí, está plasmado a pesar de la intención, el espíritu participativo de un pueblo a decidir los cambios políticos inmediatos.

Una vez que se dan los hechos del 19 de abril de 1810, con sus consecuencias inmediatas, de orden social, político, militar y económico; comienza en el país el proceso de agudización de la lucha por la libertad e igualdad, en la cual estará presente a lo largo de todo el proceso las contradicciones dialécticas que serán el elemento dinamizador de la Emancipación venezolana. Impulsados por un conjunto de factores, tales como: a) las ideas del movimiento de la Revolución Francesa (1789) que llegarían a Venezuela de manera indirecta, b) por una acentuada decadencia del poder metropolitano, c) por una complejidad ideológica, en correspondencia a los intereses de clases, bajo la versión ideológica: antillana, francesa y española, y d) por el surgimiento sistemático y progresivo de una conciencia nacional y de clase a lo largo del proceso revolucionario. Hasta el estallido bélico como expresión de la crisis que justificaría el replanteamiento integral de la sociedad colonial venezolana.

Con este señalamiento estaríamos entrando en la última parte de estas consideraciones, en la cual se daría respuesta a la segunda interrogante de este ensayo historiográfico, -al hecho histórico-, a la Aproximación a la Comprensión Lógica del Discurso de Angostura. 

III - La Moral y lo Educativo en el Pensamiento de Bolívar 

A la luz de todos estos hechos, recogidos ampliamente por la historiografía venezolana, es en donde se resalta la figura antropológica de Simón Bolívar, no tan sólo por su accionar militar, sino por la claridad de visión política e histórica, que alcanzó su madurez en el proceso directo de los hechos, en su cotidianidad, lo que demuestra, como él, logró entender las particularidades de su momento histórico. Esto lo manifiesta en cada una de sus intervenciones de manera progresiva y sistemática.[22]

Por lo cual, una vez que Simón Bolívar efectúa el Análisis Crítico de la situación del país, tanto en el orden: socioeconómico, táctico militar, político administrativo, geopolítico e ideológico, entre otros., expuestos en un conjunto de Comunicaciones y Discursos precedentes al Discurso de Angostura, en los cuales deja ver su preocupación por el país y los motivos que incidieron en las perdidas de la Primera y Segunda República; Bolívar plantea con urgencia en el año de 1818 ante el Consejo de Estado, la convocatoria a elecciones de un grupo de Ciudadanos, a efectuarse el 22 de octubre del mismo año, quienes en su roll de Diputados por las provincias[23] de Caracas, Barcelona, Margarita, Cumaná, Barinas y Guayana, instalarían el Segundo Congreso Nacional Constituyente, con el cual se diera una salida constitucional a la crisis del país y se demostrara al mundo la capacidad que se tenía para organizar y poner en marcha el Poder Legislativo, a pesar que no contaban con el control de todo el territorio, porque ello, “…además de asegurar el respeto por parte de los extraños, daba una sensación de seguridad a los que se habían acogido al régimen republicano”[24]. Sobre la base de estas justificaciones, Bolívar logra que los Diputados electos instalaran el 15 de febrero de 1819, en Santo Tomé de Angostura (hoy Ciudad Bolívar), provincia de Guayana, el Congreso de Angostura, en el que legaría para los estudios históricos-historiográficos venezolanos y del mundo el tratado sociológico, filosófico, político-constituyente y educativo en el que se expresa el pensamiento más acabado del momento para la llamada Gran Colombia y algunos países hermanos. Este discurso es conocido con el nombre de Discurso de Angostura, en el cual Simón Bolívar reconoce y exalta la Soberanía Nacional, al señalar

Señor. ¡Dichoso el Ciudadano que bajo el escudo de las armas de su mando ha convocado la Soberanía Nacional para que ejerza su voluntad! Yo, pues, me cuento entre los seres más favorecidos de la Divina Providencia, ya que he tenido el honor de reunir a los Representantes del Pueblo de Venezuela en este Augusto Congreso, fuente de la Autoridad legítima, depósito de la voluntad soberana y árbitro del Destino de la Nación.[25]

Ya con estas palabras, se deja ver el ideario revolucionario sociopopular del Libertador, quien no sólo quería un pueblo libre y fuerte, quería un pueblo con hombres virtuosos e ilustrados, para que los códigos sociales no resultaran “obras muertas”. En razón de ello expresó

…a veces son los hombres, no los principios, los que forman los Gobiernos. Los códigos, los sistemas, los estatutos por sabios que sean son obras muertas que poco influyen sobre las sociedades: ¡hombres virtuosos, hombres patriotas, hombres ilustrados constituyen las Repúblicas![26]

Esto explica el porqué de la propuesta del establecimiento del poder moral “cuya función era grandiosa, abrir camino al hombre Sudamericano que Tocqueville nos pinta en su Democracia en América lleno de vicios…[27] y otros males.

Para Bolívar la construcción de una gran sociedad, debe reposar en el pilar moral, visto como el poder que permita deslastrarse de las malas costumbres, de los vicios y dependencias del hombre hispanoamericano. Para el logro de tal visión, se inspira en el antiguo cuerpo de leyes de las culturas clásicas: Grecia y Roma, y de manera consciente propone ante el Congreso Constituyente reunido en Angostura un nuevo poder, el Poder Moral[28] que ejercería una autoridad plena e independiente sobre las costumbres públicas y sobre la primera educación, bajo la figura compuesta por dos cámaras: Moral y Educación. Lo que representaría la figura de el Areópago, tomado de la sociedad Griega Ateniense y de los guardianes de las costumbres Romana tomaría sus Censores y Tribunales Domésticos y de Esparta sus austeros establecimientos o instituciones, con lo que se formaría, -para Bolívar- tres manantiales una fuente de virtud para dar a la República de la Gran Colombia una “…cuarta potestad cuyo dominio sea la infancia y el corazón de los hombres, el espíritu público, las buenas costumbres y la moral Republicana”[29]

Pero esta propuesta fue rechazada por los constituyentes, quienes después de acalorados debates decidieron que para su aplicación era necesario “…consultar la opinión de los sabios de todos los países por medio de la imprenta. Hacer algunos ensayos parciales y reunir hechos que comprobasen las ventajas o los perjuicios de esta nueva institución…”[30] por lo que se decretó que la propuesta del Poder Moral se publicase como Apéndice de la Constitución con la intención de que los ciudadanos del mundo pudiesen considerarla y comunicasen sus opiniones.

Hoy día el Poder Moral, tan solo en Venezuela, tras una espera de 180 años, es una realidad, -¡es letra constitucional!- desde la Constituyente de 1999. En ella se analizó y se tomó la propuesta de Bolívar, por la gran necesidad de crear instituciones que se ocupasen de velar por superar la deteriorada salud moral de nuestro pueblo. Donde la realidad sociopolítica de la Venezuela contemporánea nos ha evidenciado “…que los vicios subsisten cuando la sociedad no está alerta, y que la corrupción (…) el tráfico de influencia, el peculado, florecen lo mismo en las dictaduras que en las democracias”[31].

Sobre la base de este señalamiento, ofrecido por el Dr. Ramón J Velásquez, el cual compartimos, se considera necesario observar que estos flagelos, han estado presentes en la Venezuela de ayer al igual que están en la Venezuela de hoy. Estos fueron uno de los tantos males que enfrentó, enjuició y denunció el Libertador. Contra los cuales tomó medidas considerables, quizás algunas coherentes y otras pocas coherentes, pero todas tras la búsqueda de subsanar tal situación, es por ello su insistencia ante el Congreso Constituyente de Angostura de la conjugación del Poder Moral con el Educativo, indispensables para el buen ejercicio del gobierno. Por ello señaló “la educación popular debe ser el cuidado primogénito del amor paternal del Congreso. Moral y luces son los polos de una República, moral y luces son nuestras primeras necesidades”[32]. Esta es una de las ideas que hoy tienen mayor vigencia en nuestra contemporaneidad y, a la cual se le ha dado vital importancia para la refundación del país[33].

Más cuando se está plenamente convencido, que el Libertador tenía absoluta razón al pensar y hacer la autocrítica sociológica referente a la forma de dominio o esclavitud, a la cual el “Pueblo Americano”[34] “uncido (…) al triple yugo de la ignorancia, de la tiranía y del vicio, no hemos podido adquirir, ni saber, ni poder, ni virtud”[35].

Por ello, nuestro Libertador, entiende que para construir una nueva Sociedad, con nuevos fundamentos, exigía la aplicación de una nueva filosofía educativa. “Él quería forjar una sociedad más humana, en la cual el hombre no fuese un simple instrumento de dominación política, y esto no es posible sin la educación”[36]. Pero no era una educación concebida de modo parcial, como mera formación técnica, sino coma actividad integral, de formación del ciudadano, donde participen como entes directrices el Estado y la familia, pues el hombre es o será lo que se haga de él en el sistema de instrucción.

Por tal razón, el Libertador, entendió el papel fundamental del binomio social moral y luces, para la preparación del ciudadano. Por ello Barboza de la Torre, al analizar el ideario educativo de Bolívar, concluye que él[37], siempre colocó

…la moral exactamente al lado de la Educación, al momento de hablarle a un Congreso revolucionario constituyente, (…) y que lo dijese el hombre fuerte y poderoso que tenía pendiente (sic) de la cintura una espada, constituye un acontecimiento extraordinario, donde el protagonista rutilaba ante ojos y oídos colmados de asombro[38]

de cada uno de los asistentes a tal importante acto constituyente. Quienes oyeron de boca del Libertador afirmar que

Por el engaño se nos ha dominado más que por la fuerza; y por el vicio se nos ha degradado más bien que por la superstición. La esclavitud es la hija de las tinieblas; un Pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción…[39]

Ambos conceptos: Moral y Educación, expuestos ante el Congreso de Angostura no han perdido vigencia. Y ellos van a ser, en lo sucesivo una constante propuesta de Bolívar, en sus escritos y discursos para el desarrollo del proyecto legislativo.

Nuestro Libertador tuvo un concepto muy elevado de los principios educativos y morales, para él, eran grandes y significativos, de allí que en sus documentos sean estos, eslabón principal de sus ideas.

Sus juicios en aspectos fundamentales del vivir latinoamericano, mantienen actualidad y muchos de los problemas que el Libertador tenía planteado como gobernante en 1819 o en 1827, siguen vigente. Por ello, se hace necesario recordar que el Libertador Simón Bolívar con unja gran claridad y proyección en el tiempo señaló: “un pueblo pervertido si alcanza su Libertad muy pronto vuelve a perderla; porque en vano se esforzarán en mostrarle que la felicidad consiste en la práctica de la virtud…[40] 

IV - Conclusión

A 176 años de la desaparición física de Simón Bolívar, aquel fatídico 17 de diciembre de 1830. Hoy más que nunca su grito de libertad, su denso y profundo pensamiento, siguen perdurando en América, con un lenguaje de nitidez y transparencia admirable que lo ha llevado a remontar las auras del tiempo, prolongándose no únicamente en su época, sino en la nuestra, por esta razón se le ha atribuido poseedor de una visión futurista y hasta apocalíptica. Con lo que se reafirma, una vez más que la historia es la “ciencia de los hombres en el tiempo”[41].

Simón Bolívar (1783-1830) tal vez no tuviera para algunos crítico o detractores la refinada cultura de Miranda, ni los conocimientos militares de San Martín, pero su pasión por la independencia de América, su carismático poder de convicción, sus ideas sobre la integración, la moral y la educación, la fuerza contundente de sus palabras y accionar al igual que la firmeza de su pluma, entre otras, hicieron en él, el símbolo y la voz de la libertad Americana, tal como lo comprendió el apóstol de la Revolución Cubana, José Julián Martí (1863-1895) en su momento. Al señalar en una de sus obras

Hay hombres que viven contentos aunque vivan sin decoro. Hay hombres que padecen como en agonía cuando ven que los hombres viven sin decoro a su alrededor. En el mundo ha de haber cierta cantidad de decoro, como ha de haber cierta cantidad de luz. Cuando hay muchos hombres sin decoro, hay siempre otros que tienen en sí el decoro de muchos hombres. Esos son los que se revelan con fuerza terrible contra los que les roban a los pueblos su libertad, que es robarles a los hombres su decoro. En esos hombres van miles de hombres, va un pueblo entero, va la dignidad humana. Esos hombres son sagrados. Bolívar de Venezuela; San Martín del río de la Plata; Hidalgo de México. Se les debe perdonar sus errores, por que el bien que hicieron fue más que sus faltas. Los hombres no pueden ser más perfectos que el sol. El sol quema con la misma luz con que calienta. El sol tiene manchas. Los desgraciados no hablan más que de las manchas. Los agradecidos hablan de la luz.

Es innegable la influencia que ejercieron en Simón Bolívar el pensamiento de sus maestros[42], y los acontecimientos sociales de la época que ocurría en el territorio venezolano al igual que en otras latitudes, pero de la influencia de sus maestros, de todos ellos se resalta la figura de Simón Carreño Rodríguez, -el Robinson de América- quien se encargó de su educación, dejando honda huella en su pensamiento y personalidad, con lo que se evidencia que los grandes hombres se nutren del pensamiento que refleja la realidad del Mundo y de la praxis que desarrollan las virtualidades progresivas de la historia en correspondencia con su tiempo. En razón de ello, entre el retumbar de los cascos de los caballos y el olor acre de la pólvora, protagonizaría Bolívar al lado de los grupos populares, la gente de color del pueblo llano, algunas de las acciones más hermosas y proféticas del acontecer sociohistórico político y moral de Hispanoamérica para los siglo XVIII y XIX, proyectadas todas ellas a la actualidad.

Por ello recordamos una vez, uno de los postulados del maestro, combatiente y revolucionario, Marc Bloch, -historiador francés-, quien señalaría que “la incomprensión del presente nace fatalmente de la ignorancia del pasado. Pero no es, quizás, menos vano esforzarse por comprender el pasado si no se sabe nada del presente”[43].

V - Referencias Bibliohemerográficas

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BLOCH, Marc (1988) Introducción a la Historia. (14ta. Edic) México: Fondo de Cultura Económica, Brevario, Nº 64.

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VELÁSQUEZ, Ramón J “Bolívar, Filósofo, Político y Legislador”, en Bolívar Filósofo y Legislador (Ciclo de Conferencias 78-80), LUZ, 1981, pp.301-316

AUTOR:

Prof. Jorge Nicolas Campos Reina

jorgecampos1471@gmail.com

Magíster en Historia de Venezuela

Referencias

[1]  Pronunciado por Simón Bolívar ante el Congreso de Angostura.

[2]  Este hecho es la resultante de una crisis social y política cada vez más acelerada que se inició en el territorio desde el mismo instante en que se inició el Proceso de Violencia e Implantación Colonial, con la cual se inicia lo que GCD ha denominado la Fase de Planteamiento de la Crisis de la Sociedad Colonial Venezolana. Para mayor información Véase de GCD La Crisis de la Sociedad Colonial Venezolana.

[3]  Germán Carrera Damas; “Para una Caracterización General de...”, en Historia de la Historiografía..., t. I, p.11

[4] En relación con ello, Mario Briceño-Iragorry, nos dice que durante el período Republicano “el aspecto heroico de este período miró a la exaltación providencialista de los hombres, y recién salidos de la matriz colonial, el discurso histórico hubo de adquirir carácter polémico que defendiese las razones de la Independencia. Más que historia crítica se escribió historia política, enderezada a justificar la revolución, y harto especioso sería pedir hoy que los hombres de la nueva república hubiesen tenido para el juicio del pasado la claridad que alumbró en sus últimos años la mente desencantada de Bolívar”(Mario Briceño-Iragorry; Introducción y Defensa de nuestra historia, 1952, p.18)

[5] Mario Briceño-Iragorry; Ob. Cit., pp.17-18

[6] Véase: Carrera Damas Germán (1973) El Culto a Bolívar. (2da Edic) Caracas, Ediciones de la Biblioteca de la UCV.

[7] “... con este discurso se pretende resaltar la justicia de la lucha del pueblo contra sus opresores y justificar la nueva organización política que ha sustituido el sistema de dominio hispánico...” (Catalina Banko; “La Historiografía Venezolana...”, en Boletín de la Academia Nacional de la Historia, Caracas, Nº 283, julio-septiembre, 1988, p.132

[8]  Calificativo dado por Mario Briceño-Iragorry, a los que se abocaron a escribir la historia de Venezuela.

[9]  Carrera Damas Germán; Metodología y estudio de la historia, 1980, p.125

[10] Véase: “Sobre Conciencia Histórica y Momento Histórico en Venezuela Contemporánea” de Germán Carrera Damas;  en Jornada de Historia Crítica, Ediciones de la Biblioteca, Caracas, 1993

[11] Carrera Damas Germán; Metodología y Estudio de..., p. 177

[12] Primera producción en el país de gran aliento titulada, El Resumen de la Historia de Venezuela, compuesta con la participación de Ramón Díaz.

[13] Carrera Damas Germán, “Para una Caracterización General de...”, en Historia de la Historiografía..., t. I, p.15

[14] Ibídem, p.12

[15] Declaración que recoge los principios de la política exterior de Estados Unidos con respecto a los derechos y actividades de las potencias europeas en el continente americano, expuesta por el presidente James Monroe en su comparecencia anual ante el Congreso de Estados Unidos el 2 de diciembre de 1823, y que llegó a ser la base de la política aplicada por ese país respecto a Latinoamérica. Criticada en su tiempo por la Visión Antiimperialista de Simón Bolívar. Véase: Bolívar: Pensamiento Precursor del Antiimperialismo, de Francisco Pividal.

[16] Germán Carrera Damas, Jornada de Historia Crítica, p. 150

[17] Ídem

[18] Ibídem., p.151

[19] Ibídem., p.152

[20] Francisco Pividal, Bolívar: Pensamiento Precursor del Antiimperialismo, 2004, p.37

[21] Manuel Pérez Vila, “Conspiración de los Mantuanos” en Diccionario Multimedia de Historia de Venezuela

[22]  Entre ellos se resaltan antes del Congreso de Angostura los siguientes: Discurso ante la Sociedad Patriótica (4 de julio de 1811), Manifiesto de Cartagena (15 de diciembre de 1812), Manifiesto de Carúpano (7 de septiembre de 1814), Carta de Jamaica (6 de septiembre de 1815), y después del Congreso de Angostura los siguientes: Mensaje al Congreso de Colombia (25 de mayo 1826), Mensaje en la Convención de Ocaña (29 de febrero de 1828), entre otros.

[23]  Cada Provincia estaría representada por cinco Diputados, lo que sumarían un total de treinta

[24] Mario Briceño Perozo, “El Congreso de Angostura” en Diccionario Multimedia de la Historia de Venezuela, editado por la Fundación Polar.

[25] Simón Bolívar “Discurso de Angostura” en Simón Bolívar Escritos Políticos, Alianza Editorial, 1982, p.93

[26] Ibídem, p. 106

[27]  Domingo A, Labarca Prieto “Estudio Preliminar” en Bolívar Filósofo y Legislador (Ciclo de Conferencias 78-80), LUZ, 1981, p.61

[28]  El poder Moral estatuido en el proyecto de Constitución, presentado por Bolívar, fue considerado por algunos diputados como la idea más feliz y la más propia a influir en la perfección de las instituciones sociales. Por otros, como una inquisición moral, no menos funesta ni menos horrible que la religiosa. Y por todos como de muy difícil establecimiento e impracticable.

[29] Simón Bolívar, Ob. Cit., p.117

[30] Luis Beltrán Prieto Figueroa, “El Areópago en el Proyecto de Constitución de Angostura” en Bolívar Filósofo… p. 334

[31] Ramón J, Velásquez “Bolívar, Filósofo, Político y Legislador”, en Bolívar Filósofo…, p.303

[32] Simón Bolívar, Ob. Cit., p.116

[33] El gobierno Bolivariano, ha creado las Misiones Educativas: Robinson, Ribas, Vuelvan Caras al igual que la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV) entre otras instituciones de carácter educativo formativo-popular, con la única intención de permitirle al pueblo venezolano acceder a la educación, y de esta manera saldar parte de la deuda social para que los sectores populares puedan romper con las cadenas de la oscuridad, tal como lo visualizó Simón Bolívar.

[34] Expresión pronunciada por Simón Bolívar en el Discurso Pronunciado ante el Congreso de Angostura (1819)

[35] Simón Bolívar, Ob. Cit., p. 97

[36] Domingo A, Labarca Prieto, Ob. Cit., p.64

[37] Se refiere al Libertador Simón Bolívar.

[38] Pedro A Barboza de la Torre, “La Originalidad de Bolívar, Como Legislador” en Bolívar Filósofo…, p. 203

[39] Simón Bolívar, Ob. Cit., p. 97

[40] Ídem.,  p. 97

[41] Marc Bloch, Introducción a la Historia, 1988, p. 26

[42] Simón Carreño Rodríguez, Andrés Bello y el Padre Andujar

[43] Marc Bloch, Ob. Cit., 1988, p. 38

Prof. Jorge Nicolás Campos Reina
Autorizado por el autor el día 3 de mayo de 2008

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