¡Urge emular a Cabañas! |
Hemos
entrado a un nuevo año, que desde el primer día ha comenzado a
distinguirse por los afanes politequeros de quienes, sin descanso, se
dedicarán en éste y el próximo 2009 a procurar cada uno alcanzar el
poder, no importando los fines o medios para ello, aunque estén reñidos
con la ética e integridad que enarboló José Trinidad Cabañas Fiallos,
que este 8
de enero cumple 137
aniversarios de haber fallecido en Comayagua y 202 años de haber venido
al mundo –el 9 de junio- en Tegucigalpa. Por
tal razón, creemos conveniente solicitar la contribución de los
medios de comunicación para que nos ayuden con la urgente tarea de
contribuir a que los hondureños comencemos a reivindicar y emular a este
prócer- el más honrado que ha producido Honduras y Centroamérica; y que
de esa manera se posibilite el rescate de los valores cívicos, morales y
espirituales, que tanta falta nos hacen para evitar caer en mayores y
deprimentes niveles de corrupción. Que nos ayuden a hacer
llegar al pueblo muchas cosas que se desconocen del más fiel y valiente
soldado de Morazán, y que fue Presidente de Honduras y electo Presidente
Provisorio de Centroamérica en uno de los tantos intentos fallidos de
reconstrucción de la Patria Grande. Que dichos medios contribuyan a que
los hondureños emulemos a ese paradigma del valor y la honradez, llamado
con razón el Caballero sin Tacha y sin Miedo o el Bayardo de Centroamérica,
en rememoración de otro pro hombre nacido en el Sureste de Francia hace
varios siglos y que se llamó Pierre du Terrail, a quien se le denominaba
con tales apelativos. En
estos dos años en que estaremos siendo arrollados por la campaña política
–vacía de propuestas de verdaderos Estadistas- ojalá que quienes
buscan el favor popular se identifiquen y sepan corresponder a aquella
actitud de Cabañas cuando declinó recibir la pensión vitalicia que le
otorgó el Estado de Honduras en mayo de 1851, mediante la cual él mismo
quería contribuir con sus escasos recursos a ayudarle al Gobierno a
realizar su labor. En tal ocasión pronunció estas palabras inmortales:
“Y YO,
QUE DESEARÍA TENER CUANTIOSAS RIQUEZAS QUE SUMINISTRARLE (AL GOBIERNO),
a fin de que cubriese tantas y tan importantes atenciones a que no es
posible acudir por falta de medios, ¿cómo
habría de querer aumentar sus apuros gravándolo con aceptar una pensión?”.
Sentenció además: “Todos los ciudadanos tenemos la más estrecha
obligación de ser útiles a la Patria, y defenderla cuando se ve
amenazada de algún peligro; y, cuando hemos tenido ocasión de prestarle
algún servicio señalado no hemos
hecho más que llenar nuestro deber...” Luego agregó que el Decreto
del Órgano Legislativo del 11 de mayo de 1851, mediante el cual lo
condecoró con el título de Soldado de la Patria “es un premio más que
suficiente por los servicios que yo haya prestado, y que DEJA
MI AMBICIÓN SUPERABUNDANTEMENTE SATISFECHA, NO SIENDO DESPUÉS DE ESTO
DABLE QUE ACEPTE UNA PENSIÓN…”. Estas palabras debieran estar esculpidas en la mente y el corazón de todos los hondureños, y ellas solas debieran ser suficientes para mover la conciencia nacional para que, sin mezquindades que ofendan su memoria, le tributemos la justicia que hasta ahora le hemos negado y nos aboquemos, con verdadero patriotismo, a resaltar las acciones y principios que normaron su vida de hombre que con luz propia brilló al lado del otro gigante de nuestra Historia Centroamericana, Francisco Morazán Quesada. |
Lic. Miguel Cálix Suazo
Coordinador Comité Pro Restauración Casa en que murió Cabañas
Vice Presidente del Instituto Morazánico
Secretario General de la Fundación Morazánica
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