Rememoración de la muerte de Cabañas Coordinador
Comité Pro Restauración Casa en que murió Cabañas |
Según
uno de los biógrafos de José Trinidad Cabañas Fiallos, el Doctor JOSE
REINA VALENZUELA, un día de la Pascua de Navidad de 1870, corrió la
noticia de que “el General” estaba grave y medio Comayagua se movilizó
para indagar la verdad. El viejo Soldado estaba en angustiosa lucha con la
muerte. Desde principios de diciembre había dejado su finca a orillas del
Río Selguapa, trasladándose a la capital porque los aires fríos
reavivaban el reumatismo y le afectaban profundamente su salud, y
su médico el Dr. Jesús Bendaña fue de parecer porque buscara
reposo, sometiéndose al régimen que habría de indicarle. La antigua
casona en que convalecía el Héroe era una colmena: entraba y salía
gente de todas las condiciones sociales; hubo
junta de médicos: se llamó a Don Rómulo Colindres, al Dr. Pedro
Francisco de La Rocha que era Ministro del Gabinete y al Lic. Don Manuel
Fernández; los amigos velaron al enfermo largas noches para acompañar
también a Doña Petronila, su amante y abnegada esposa, en aquellos
momentos de angustia y hasta el Gobierno se interesó por la salud de
aquel ilustre enfermo. Pero la ciencia médica, que no estaba tan avanzada
en nuestro medio, fue impotente para vencer una
“Neumonía doble” y una “oclusión intestinal complicada” según
reza el dictamen de los facultativos. El 8 de enero de 1871, las
campanas de la imponente catedral, anunciaban con sus dobles melancólicos,
que El Soldado Ilustre de la Patria, el General José Trinidad Cabañas
Fiallos, acababa de morir. Aprovecho
para destacar que la casa del duelo
perteneció una parte, al Lic. Serapio Hernández Castellanos (del portón
principal para el Norte, en donde hoy se encuentra el Restaurante Villa
Real) y la otra que comprendía la esquina, a Don Jesús Padilla, que hoy
es propiedad del Instituto Hondureño de Antropología e Historia,
al haberla adquirido por compra a NENA MARIA SALGADO PADILLA, RAMÓN
PADILLA y ALEYDA FONSECA LÓPEZ, herederos de don Jesús Padilla. La
restauración de dicha casa será iniciada este 8 de enero de 2008. Señala
Reina Valenzuela que las exequias fueron solemnes, presididas por el
Vicario General y el alto Clero, con asistencia del señor
Presidente de la República Capitán General José María Medina, altos funcionarios, sociedad y pueblo; un piquete de tropa y
la Banda Marcial formaron el cortejo y nadie se apartó del séquito hasta
llegar al templo de San Sebastián.
En el atrio de la Iglesia de la Merced, fue colocado el ataúd en un
catafalco; se rezó un responso y EL LICENCIADO DON MANUEL COLINDRES
PRONUNCIÓ UNA ORACIÓN A NOMBRE DEL PODER EJECUTIVO. El Cortejo prosiguió
entre marchas y sollozos y al bajar a la tumba, tres descargas de fusilería
y varios cañonazos, dieron la señal de que el General José Trinidad
Cabañas Fiallos se había incorporado a la madre tierra. El Presidente
José María Medina, que le había adversado en el campo de batalla, fue
el primero en honrar su figura prócer, emitiendo un Decreto
en el que le llama “Benemérito y Soldado Ilustre de la Patria”,
ordenado las exequias y el Réquiem “con
todo el aparato correspondiente a tan distinguido Ciudadano”,
haciendo llegar a Comayagua “la fuerza estacionada en La Paz, para que
unida con la que se halla en esta plaza, haga al cadáver los honores de
ordenanza”, y mandando que los gastos fuesen pagados por el Estado. La prensa centroamericana se refirió al doloroso suceso con respeto, enalteciendo las virtudes de Cabañas. |
Lic. Miguel Cálix Suazo
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