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Periodista: Como Presidente de Centroamérica ¿Cuáles eran los fines políticos que Morazán consideraba que debía tener la educación?
Cálix: Al prestar el juramento como Presidente de Centroamérica, el jueves 16 de setiembre de 1830, Morazán definió claramente los fines políticos de la educación, al expresar al Congreso que respecto a la instrucción pública que proporciona las luces, destruye los errores y prepara el triunfo de la razón y de la libertad, nada omitiría para que se propagara bajo los principios que la ley estableciera. Por desgracia –dijo- hasta ahora mucha parte de la juventud se ve entregada en manos de la ignorancia y la superstición. Los funestos vicios del sistema colonial se trasmiten entre nosotros, de padres a hijos, y el trastorno y las revoluciones que se han repetido en los Estados desde su Independencia, son la escuela en donde ha aprendido a conocer sus derechos esa desgraciada y preciosa porción de la República que era la destinada a consolidar el sistema democrático que regía.
En estas interesantes definiciones, que también resalta mi amigo y gran historiador Longino Becerra, en que Morazán afirma que la educación proporciona las luces, pueden apreciarse las huellas que en él dejaron las lecturas de Locke y Rousseau, pues para ambos autores los conocimientos o las luces, inequívocamente se reciben mediante la educación, ya sea que ésta provenga de la naturaleza, de los hombres o de las cosas. Lo mismo puede decirse sobre la tesis morazanista de la educación como destructora de los errores, pues tal idea viene también del iluminismo. Asimismo, al expresar Morazán que la educación prepara el triunfo de la razón, se manifiesta en el sentido más alto acerca de la enseñanza y del hombre mismo, pues si la razón bien formada tiene la capacidad de triunfar y es la enseñanza, formal e informal, la que la configura de ese modo, entonces la triunfadora es también la enseñanza. En la frase “La educación prepara el triunfo de la razón y de la libertad”, Morazán quiere decir que si no se eleva la conciencia de quienes harán uso de los derechos que conceden las leyes, muy poco se habrá ganado a favor de la libertad.
Periodista: Las guerras en Centroamérica ¿entorpecieron la educación de la juventud? ¿Qué pensaba Morazán al respecto?
Cálix: Sí. Las guerras son siempre un atraso para las naciones y en el caso de Centroamérica sí afectaron el proceso educativo. El sábado 12 de marzo de 1831, en el Mensaje presentado al Congreso Federal al abrir éste las sesiones ordinarias, hablando de la Educación Morazán expresó que no quería hablar de la educación de la juventud, si no era para presentarla en toda la perfección de que era susceptible. Pero que uno de los mayores males que había ocasionado la guerra, había sido el olvidarse de la más preciosa parte de la República, la juventud. Esta porción escogida para regir en un tiempo los primeros destinos de la Nación, se le ha visto muchas veces abandonada a su propia suerte. Lejos de adquirir virtudes republicanas, ha tenido ejemplos funestos en esos monstruos de desorden, que nacen y mueren con las revoluciones. Pero luego que desapareció la guerra que había afligido a Centroamérica entre 1827-1829, se ocuparon sus autoridades de este interesante objeto. En San Salvador, en Honduras y Nicaragua se abrieron diversas clases de enseñanza, y en Guatemala y Costa Rica continuaban las antiguas. En todas partes se estaban estableciendo escuelas de primeras letras, y en la ciudad de Guatemala había hecho grandes progresos la que se había creado bajo las reglas del admirable Sistema Lancasteriano de Enseñanza Mutua. Una ley que arreglase la educación bajo unos mismos principios, influiría en sus progresos y destruiría los obstáculos que se oponían a su perfección.
Periodista: En su gran mayoría, el pueblo no sabía leer ni escribir y así participaba en las elecciones de las autoridades, ¿estaba Morazán de acuerdo con ello?
Cálix: La Constitución Federal al regular los procesos electorales establecía que eran ciudadanos todos los habitantes de la República, naturales del país, o naturalizados en él que fueren casados, o mayores de dieciocho años, siempre que ejercieran alguna profesión útil o tuvieran medios conocidos de subsistencia. Además para las elecciones en general, las Asambleas de los Estados dividirían su población con la posible exactitud y comodidad en juntas populares, en distritos y en departamentos. Pero en el contexto de las ideas pedagógicas de Morazán, el Congreso Federal aprobó en 1833 una reforma para regular las elecciones, estableciendo que correspondía al pueblo por sí mismo y sin intervención de juntas electorales, el nombramiento inmediato de todas las autoridades de la Federación y de los Estados y que todo ciudadano debería votar verbalmente, mas para la elección de 1836 en adelante se requeriría saber leer.
Esta modificación, que buscaba elevar el nivel cultural de la población, no mereció, sin embargo, la aprobación de tres Estados, incluido el de Honduras, por lo que la reforma de la Constitución aprobada por el Congreso en 1833, en materia electoral, no incluyó modificación alguna a la de 1824.
Peridista: ¿Cuál era el tipo de educación por el que propugnaba Morazán?
Cálix: Morazán nunca se olvidó de que la educación pública era básica para el progreso de la República de Centroamérica y el afianzamiento de la libertad. Así, el lunes 21 de marzo de 1836, en su Mensaje anual al Congreso Federal acerca de la labor realizada por el Ejecutivo, Morazán dijo sobre la Educación lo siguiente: “La educación de la juventud, de esa porción escogida para regir en algún día los destinos de la República, ha merecido muy particularmente la atención del Gobierno. Un pueblo que, rompiendo las cadenas de la esclavitud, se arroja, digámoslo así, de repente en el camino de la libertad, no puede marchar sin tropiezos por él, sino buscando en la educación el cultivo de su inteligencia e instruyéndose en el cumplimiento de sus deberes. No hablo aquí de la educación culta y esmerada que exige grandes establecimientos literarios, Y SE ACOMODA TAN BIEN A TODA CLASE DE GOBIERNO; hablo de la sencilla educación popular que, sin tener por objeto las ciencias exactas, que han dado celebridad a muchos hombres, es el alma de las naciones libres. Humilde en sus deseos y simple en sus aspiraciones, la juventud se contenta con saber leer, escribir y contar. Algunas nociones de moral y de política y unos pocos conocimientos en otras materias, que faciliten el de las artes y oficios, es todo lo que necesita un pueblo para su dicha y libertad, y esta es la clase de instrucción que el Gobierno procura a los habitantes del Distrito con el mejor éxito”.
Periodista: ¿Como Presidente de Centroamérica, Morazán apoyó a Honduras en alguna ocasión sobre algún problema educativo?
Cálix: Hay un documento fechado en junio de 1838 en que Morazán se dirige desde Villanueva, en Guatemala, a José Justo Herrera, Jefe de Estado de Honduras, poniendo en su conocimiento la triste situación en que se hallaban unos becarios hondureños enviados durante el Gobierno de Joaquín Rivera para hacer estudios del Método Lancasteriano, en el Liceo que dirigía don Manuel Muñoz. Morazán expresó “que este paso que no me habría sido indiferente, AÚN CUANDO LAS PERSONAS QUE IBAN A SUFRIR SUS FUNESTOS RESULTADOS, HUBIESEN SIDO DESCONOCIDAS, hubiera sido en extremo sensible para mí, si se hubiese llevado a cabo entregando a la miseria a jóvenes que por su aplicación y talentos deben considerarse como los destinados a difundir conocimientos útiles en un Estado a que he merecido tantas consideraciones”. Deseoso de evitarlo, Morazán auxilió a los niños en la medida de sus posibilidades y propuso al Gobierno estatal la forma adecuada para resolver el problema.
Periodista: ¿Se puede decir que la conducta cívica de Morazán es un ejemplo educativo para la juventud?
Sí, usted tiene toda la razón. Como la de Bolívar, la vida de Morazán, es una escuela viva, pues todos los actos de su conducta son un ejemplo cívico, que debemos imitar, tales como su probada y extraordinaria valentía ante el peligro, de la cual vasta recordar su actitud ante la hora suprema de su asesinato en Costa Rica, pues no quiso que lo vendaran y él mismo dio las voces de mando al pelotón que lo fusilaba. “DECLARO –dijo-: Que mi amor a Centro América muere conmigo. Excito a la juventud, que es llamada a dar vida a este país que dejo con sentimientos por quedar anarquizado, y deseo que imiten mi ejemplo de morir con firmeza antes que dejarlo abandonado al desorden en que desgraciadamente hoy se encuentra”. También es un ejemplo la firmeza de principios y de carácter que demostró toda su vida, como cuando rechazó el ofrecimiento de la nobleza de Guatemala para que asumiera la dictadura; y cuando le capturaron a su familia en San Salvador en setiembre de 1839 y pretendieron chantajearlo, y él les dijo que pasaría sobre los cadáveres de sus hijos, pero que haría escarmentar a sus enemigos. Otros ejemplos son su modestia, así como su sencillez y honradez que lo llevaron a contraer deudas por la liberación de Centroamérica, como es el caso del préstamo que por dieciocho mil pesos obtuvo del General Pedro Bermúdez. Y finalmente, en su escuela se destaca su probado patriotismo en la defensa de la integridad territorial de la acechanza de Gran Bretaña; y por la Unión de Centroamérica, causa por la que ofrendó su vida muchísimas veces. |
Lic. Miguel Cálix Suazo
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