Morazán, reconstructor del Estado de Costa Rica
Por Lic. Mguel Cálix Suazo 
Vicepresidente del Instituto Morazánico
Secretario General de la Fundación Morazánica

Hace unos diecisiete años comencé a investigar la actuación de Morazán en Costa Rica, basada en documentos irrefragables de su Archivo Nacional; y desde entonces ambicioné tener la oportu-nidad de demostrar, en forma totalmente documentada, que la primer labor de Morazán fue reconstruir el Estado, pues antes de su llegada todos los órganos, instituciones y leyes prácticamente habían desaparecido, pues sólo imperaba la voluntad del gobernante inamovible, perpetuo e irresponsable, Don Braulio Carrillo Colina, que se respaldaba por una policía represiva de todas las libertades del individuo. Los Códigos que Carrillo había sancionado y para los cuales había nombrado una Comisión de cuatro personas presidida por el Presbítero salvadoreño Dr. Isidro Menéndez, no tenían ninguna aplicación. Los fusilamientos, destierros y encarcelamientos de los desafectos estaban a la orden del día, de lo que no escaparon ni personas que otrora fueron sus partidarios.

Esa oportunidad la tengo hoy en el seno del IX Congreso Centroamericano de Historia que durante la semana  del 21 al 25 de julio de 2008 tendrá lugar en San José, en la que expondré tres ponencias, la primera de las cuales es con este título, en la cual  además de señalar los numerosos expedientes de los gobiernos tiránicos de Carrillo entre 1835-1837 y 1838-1842, destacaré la labor bienhechora de Morazán entre el 12 de abril y el 9 de julio y del 10 de julio al 15 de setiembre de 1842. Morazán comenzó con dejar los mismos Jefes políticos departamentales de Carrillo; decretó un olvido general de los hechos pasados; derogó el Reglamento de Policía existente; revaluó el Peso, la moneda de entonces; erradicó la esclavitud; nombró una Comisión de doce asesores, todos costarricenses, para reconstruir el Estado, en la cual figuró don José León Fernández, que más tarde lo traicionaría, y que fue abuelo del Historiador Ricardo Fernández Guardia, que fue quien tergiversó la historia de la actuación de Morazán; con la asesoría de esos notables, Morazán restableció las garantías individuales y políticas; organizó provisionalmente el Poder Judicial; restableció el Pabellón Nacional; estableció el pleno e independiente funcionamiento del Poder Judicial; rescató del abandono las escuelas de primeras letras; puso en vigor y fuerza la ordenanza; eliminó las disposiciones de Carrillo que alejaban de los funcionarios del Estado la propiedad y garantías a ella consiguientes; estableció el pleno funcionamiento de la Cámara Judicial en forma independiente; apoyó al Supremo Tribunal y dio acatamiento a sus disposiciones, contrario a Carrillo que había pisoteado indisputables derechos de los ciudadanos. Pero la decisión más importante de Morazán en pro de la actual democracia de Costa Rica fue la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente, en cumplimiento del Pacto del Jocote; puso a milicianos de Cartago y Alajuela a que resguardaron la Asamblea; y logró que las elecciones se efectuaran en perfecto orden y libertad.  

En el segundo período de su Gobierno, la Asamblea Constituyente legitimó el Poder Ejecutivo y nombró el Tribunal Superior de Justicia; restableció provisionalmente las municipalidades y nombró el Vice Jefe de Estado, que recayó en Don Juan Mora Fernández: la labor de los Jefes Políticos no sufrió ningún menoscabo; organizó el Ejército; declaró que Costa Rica sería parte integrante de Centroamérica; se denominó a Morazán LIBERTADOR DE COSTA RICA; ORDENO DEFENDER LA INTEGRIDAD DEL DEPARTAMENTO DE GUANACASTE; nombró el Director de la Imprenta; estableció el funcionamiento adecuado y ágil del correo; no se abolió toda la legislación de Carrillo; se decretó para que se declarara haber lugar a formación de causa; y se decretó la reconstrucción de la Iglesia, casa municipal y la fundación del Colegio San Luis Gonzaga en Cartago.

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