A Morazán tampoco le permitieron reformar la Constitución Federal de Centroamérica |
Desde el inicio de la República Federal de Centroamérica la Constitución, promulgada el 22 de noviembre de 1824, resultó no estar en concordancia con la realidad centroamericana, debido a que en buena medida había sido copiada de la Constitución de Estados Unidos de América, por lo que las Cámaras Legislativas de algunos de sus Estados reclamaron su reforma. El Presidente Manuel José Arce pudo haber buscado el correctivo inmediatamente, por ser el más sencillo y legal, lo que hubiera evitado todos los males que después sobrevinieron a Centroamérica durante tantos años, especialmente por la existencia de las autoridades federales en el mismo lugar en que residían las del Estado de Guatemala; pero al gobernante le pareció que ello llevaría mucho tiempo para ejecutarse. Y se decidió por el otro procedimiento, el empleo de la fuerza, pues a la menor desavenencia, en 1826, DIO EL PRIMER GOLPE DE ESTADO de nuestra Historia y ordenó apresar al primer Jefe de Estado de Guatemala, don Juan Barrundia, y se hizo el desentendido con el asesinato del Vice Jefe Cirilo Flores, al frente de la Catedral de Quetzaltenango, después de arrastrarlo a la calle desde el Altar donde se había refugiado. |
Los problemas de Arce con los demás Estados se agravaron y al año siguiente, además de invadir El Salvador para deponer al Jefe de Estado, en marzo-abril invadió Honduras por medio del traidor Vice Jefe de Estado José Justo Milla Arriaga, con el pretexto de proteger los tabacos de Santa Rosa de los Llanos de Copán, aunque su finalidad era sitiar a Comayagua y deponer al Jefe de Estado, don Dionisio de Herrera, a quien se llevó preso a Guatemala. Como consecuencia de ello y por ausencia de Herrera, Morazán tras triunfar en las Haciendas La Maradiaga y La Trinidad, asumió el Ejecutivo, por ser el Presidente del Consejo Representativo; y como Vice Jefe de Estado juró don Diego Vigil. A
partir de la hazaña de La Trinidad, la carrera política de Morazán fue
apoteósica en defensa de la
Constitución Federal y de las libertades públicas, y de esa manera
en abril de 1829 hizo capitular a la Ciudad de Guatemala. En ese momento
PUDO TOMAR EL PODER DE CENTROAMÉRICA, MAS POR SU FORMACIÓN DEMOCRÁTICA,
NO LO HIZO, Y PERMITIÓ QUE SE NOMBRARA COMO PRESIDENTE PROVISIONAL AL
GUATEMALTECO DON FRANCISCO BARRUNDIA. Como
premio a sus servicios por la causa de la unidad centroamericana, Morazán
fue electo popularmente
Presidente de la Federación y prestó el juramento de ley el jueves 16 de
setiembre de 1830. La
razón de la lucha de Morazán desde que surgió a la palestra pública
fue la defensa de la Constitución Federal y de la Unión de Centroamérica,
así como el establecimiento de la Paz y de las libertades del pueblo. Al
jurar el cargo de Presidente de Centroamérica, dijo justamente que “en
su observancia ofrezco sostener
a todo trance la Constitución Federal que he defendido como soldado y
como ciudadano”. Pese a que el Congreso Federal decretó las reformas a la Constitución, que en concepto de Morazán podrían salvar a la Nación, los pueblos centroamericanos continuaban en agitación. Era necesario que los legisladores acordaran una medida grande que se hallara en consonancia con la opinión pública, que se había declarado en favor de una Asamblea Nacional Constituyente. Por tal razón, Morazán, convencido de los males que amenazaban a los pueblos para caer en la guerra civil y en la funesta disensión de los enemigos de los principios liberales, propuso al Congreso Federal el martes 16 de abril de 1833 que se diera una amnistía general, QUE SE EXPIDIERA LA CONVOCATORIA PARA UNA ASAMBLEA NACIONAL CONSTITUYENTE con igualdad de representación de cada Estado, y que ese Cuerpo se reuniera en uno de los pueblos pertenecientes a El Salvador, Nicaragua u Honduras. Manifestó en seguida que “Sea cual fuere la carta que tengan mis opiniones en los que buscan pretextos para desacreditarme, nada temo cuando se trata de salvar a la República: he expuesto por ella muchas veces mi vida… Y la que prestare en lo sucesivo, será la mejor garantía de las sanas intenciones con que me dirijo a los Representantes del pueblo”. En 1835 la Asamblea de Honduras debía pronunciarse sobre el Proyecto de Reformas a la Constitución Federal, que no gustaba a los Diputados sacerdotes, que advertían que con tales reformas si bien no iban a ser desplazados en la Asamblea, sí se limitaba el número de ellos; y además no podían aceptar que se estableciera la libertad de cultos. También se buscaba que a partir de las elecciones de 1836, para ser elector y ser electo se necesitaba saber leer y escribir. La Asamblea, dando largas al asunto y para ganar prosélitos para la causa confederal, resolvió que debía oírse el parecer de los pueblos, con lo cual se abrió el camino a la rebelión, ya que a nombre de la religión ofendida los reaccionarios comenzaron a explotar el fanatismo y a amenazar la paz pública. En base a esto José Trinidad Cabañas, que se hallaba en Selguapa, Comayagua. fue llamado de urgencia a la Capital, Comayagua, en junio de 1835 para nombrársele Jefe Intendente y Comandante de Armas de Tegucigalpa, lo cual aceptó. Todavía
en marzo de 1836, en su Mensaje al
Congreso Morazán insistió para lograr la aprobación de las Reformas
a la Constitución, que sólo las habían aprobado Costa Rica y Nicaragua:
“Tal es, Ciudadanos Representantes, el cuadro de la República, que
estimo haber trazado con la fidelidad que debo, presentándoos los males
que amenazaron al Gobierno. Atacarlos
en su origen, reformando la Constitución Federal, es el único medio
de prevenirlos y el modo más seguro de evitar que se reproduzcan.
Pero de esta reforma tan necesaria como deseada de todos los amigos de la
felicidad general, no se podrá ocupar el actual Congreso. Pendiente como
está de la Asamblea del Estado de Honduras la que se decretó en 1835, veremos
pasar todavía el precioso tiempo de sus sesiones sin tratar de este
asunto interesantísimo, si no se exige el cumplimiento de la Ley que
atribuyó a aquel Cuerpo la facultad de sancionarla. DE
ESTE PASO IMPORTANTE (DE HONDURAS) PENDE LA SUERTE DE LA REPÚBLICA.
Es el áncora de esperanza para los hombres conocedores del verdadero
origen de nuestros males, y la única tabla de salvación para todos los
que ven como inevitable el naufragio que amenaza a la Patria. La
Constitución abunda en principios altamente luminosos; en su formación
excedieron sus dignos autores las esperanzas del centroamericano, ESTABLE-CIENDO
ESTA PATRIA VACILANTE E INCIERTA BAJO EL SISTEMA DE GOBIERNO QUE NOS
RIGE; pero doce años de aguardar entre infortunios y vicisitudes ese
futuro de prosperidad, tantas veces prometido, ha inspirado a los
pueblos el justo deseo de una reforma radical, y revelado al hombre
pensador los vicios de que adolece, al considerarla SEMEJANTE A UN ÁRBOL
HERMOSO QUE TRASPLANTADO A UN CLIMA EXÓTICO SE MARCHITA Y DECAE A
POCO TIEMPO, SIN HABER PRODUCIDO LOS FRUTOS QUE SE ESPERABAN”. El 8 de junio de 1836, la Asamblea de Honduras expidió el decreto correspondiente por medio del cual no aceptó el Proyecto de Reformas a la Constitución Federal que había emitido el Congreso Federal el 13 de febrero del año anterior. Luego se convocó a elecciones de Diputados y del Jefe y Vice Jefe de Estado, circunstancia que el 24 de diciembre de ese año fue aprovechada por los conservadores para recurrir a la insurrección, la cual fue repelida por Cabañas, en la que resultaron dos muertos; razón por la cual al día siguiente la Municipalidad pidió al Presidente que separara a Cabañas de su cargo, lo que no se aceptó y más bien se le envió en su ayuda un piquete de 25 soldados a cargo del teniente Coronel León Ramírez. Esto provocó a los sediciosos, y el 29 de diciembre se lanzaron contra el cuartel con más de 200 hombres. Cabañas los mantuvo a raya y en un descuido de éstos, protegido por la oscuridad, los atacó también por la retaguardia; luego, con el refuerzo de León Ramírez, los terminó de aniquilar. Morazán prosiguió en 1837 planteando el mismo problema al Congreso Federal en estos términos: “Ciudadanos Representantes: los centroamericanos elevan de nuevo su voz al Congreso para pedirle la reforma de la Constitución Federal. La libertad y el orden que disfrutan no pueden considerarse bastantemente asegurados si la Ley Fundamental no recibe las saludables mejoras que necesita. Los restos de la antigua tiranía y del fanatismo que sufrieron nuestros padres, duermen y no están enteramente extinguidos. La anarquía levanta aún por momentos su horrible aunque impotente cabeza para volverla a sepultar enseguida, llevando siempre tras sí algunas víctimas y dejando por todas partes las señales de sus sangrientas huellas”. La
prédica vehemente de Morazán en pro de la reforma de la Constitución se
manifestó todavía en su Alocución del domingo 27 de enero de
1839 ante la Asamblea Legislativa de Guatemala.
“La República entera –señaló- se encuentra en una crisis peligrosa,
en la que la han colocado los pronunciamientos de hecho de los Estados de
Costa Rica, Nicaragua y Honduras, y sólo las reformas que decretó el Congreso en sus últimas sesiones
sobre reunir una Convención de Estados, medida sancionada ya por la opinión
pública, podrá salvarla de la anarquía que la amenaza. Dichas reformas
no han obtenido aún el pase de la legislatura de Guatemala, y ésta es la
principal causa por que se emitió el citado Decreto que dispone la manera
de reunirla”. Meses
después de este Mensaje, Morazán concluyó su segundo período
presidencial y asumió la Jefatura de Estado de El Salvador, por el voto
de sus ciudadanos, pero las desavenencias de los centroamericanos
continuaron, por que los otros Estados siguieron hostigando a Morazán. POR
ESTA RAZÓN, UN DÍA DE 1840, EL DOMINGO 5 DE ABRIL, ANTE UNA JUNTA DE
NOTABLES DE EL SALVADOR, DECIDIÓ IRSE VOLUNTARIAMENTE AL EXILIO...
Con
la actitud de MANUEL JOSE ARCE, señalada al principio de este artículo,
los centroamericanos nos graduamos con Maestría en dar Golpes de Estado;
y ahora en Honduras en el 2009 hemos obtenido el Doctorado, pues como si
todavía estuviéramos bajo el dominio de los Reyes Carlos IV y Fernando
VII, sucesor éste del primero, llamamos a tal Golpe “Sucesión
Presidencial” – expresión
ésta que no existe ni nunca ha existido en ninguna de las
numerosas Constituciones que hemos tenido. Y además, en violación
flagrante los artículos 99 y 102 de la tantas veces pisoteada Constitución
de 1982 por los mismos que cínicamente dicen defender, a balazos –en
horas no legales ni por la autoridad legal, en este caso la Policía- se
allanó la casa del Presidente Manuel Zelaya Rosales y en un avión se le
envió al exilio. Y esto se hace más inexplicable, si se toma en cuenta
otro delito, el referente a la falsificación de la firma del Presidente
en una ridícula carta de renuncia exhibida en el Congreso Nacional el
jueves 25 de junio de 2009, tres días
antes del genocida Golpe de Estado. Los artículos de la Constitución actual que he citado, dicen textualmente: “ARTICULO
99.- El
domicilio es inviolable. Ningún
ingreso o registro podrá verificarse sin consentimiento de la persona que
lo habita o resolución de autoridad competente. No obstante, puede ser
allanado, en caso de urgencia, para impedir la comisión o impunidad de
delitos o evitar daños graves a la persona o a la propiedad.
Exceptuando
los casos de urgencia, el
allanamiento del domicilio no puede verificarse de las seis de la tarde a
las seis de la mañana, SIN INCURRIR EN RESPONSABILIDAD.
La
Ley determinará los requisitos y formalidades para que tenga lugar el
ingreso, registro o allanamiento, así como las responsabilidades en que
pueda incurrir quien lo lleve a cabo”.
“ARTICULO 102.- NINGÚN HONDUREÑO PODRÁ SER EXPATRIADO NI ENTREGADO POR LAS AUTORIDADES A UN ESTADO EXTRANJERO”. |
Lic.
Miguel Cálix Suazo
Premio Nacional de Ciencia “José Cecilio del Valle” 2008
Presidente Instituto Morazánico
mcalixs@yahoo.com
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