otros misterios, justamente porque es real cuando es
imaginario y es imaginario cuando es real. Pues bien, no estamos aquí
para juzgar cuestiones de tan poca monta. Lo cierto es que el segundo
dragón tiene predisposición a soñar al tercero.
3) El tercer dragón cambia de formas y colores según quién lo imagine.
Cuando lo sueña Un Misterio, se llama Yo. Cuando lo sueña la empleada
municipal se llama Vos. Y si lo sueña el cuarto dragón antes de que éste
sea soñado, se convierte en Innominado Dragón Anterior al Sueño. Esto se
vuelve particularmente primordial, a la hora de soñar al dragón número
cuatro, pues no hay leyenda que lo avale.
4) El cuarto dragón, es el desvelo de la empleada municipal. Desvelo
puede, según su voluntad, no ser soñado por los hombres y las mujeres, y
a regañadientes se deja soñar de vez en cuando por Un Misterio. Esto se
debe a que tiene en su genealogía algo que lo hace rebelde a todo tipo
de ciencia fabulosa que lo quiera incluir en zoologías fantásticas. Por
eso cuesta tanto al tercer dragón convocarlo en las noches en que se
desata el dominó.
A esta altura la noche se vuelve un verdadero tajo. Ni el parecido, ni
las etimologías, ni ninguna teoría del arte nos sirve para explicar la
hendidura porque hay manojos de sueños que recuerdan una flor abierta de
par en par, otros en los que aparece un rostro de marqués a punto de
tragar algo que para algunos son suspiros y para muchos son orgasmos,
otros en los que la lengua de una mariposa gigante lame a otra mariposa
de igual tamaño y feminidad.
Pero esas coincidencias no explican la desesperación de aquel primero
que es sueño y siempre se despierta cuando sueña a la empleada
municipal, por unas cuantas razones:
1) El que sueña a la empleada municipal es a su vez un sueño de quien lo
narra.
2) Quien lo narra es a su vez un sueño de quien escribe.
3) Quien escribe es a su vez un sueño de la palabra.
4) La palabra es un sueño del lenguaje.
5) El lenguaje es un sueño de la poesía.
6) La poesía es Dios.
7) Dios es un dragón.
8) Los cuatro dragones de la empleada municipal son la santísima
cuaternidad de las mariposas gigantes, que también son Dios.
9) Las mariposas dan de beber sus orgasmos al marqués que es el Dios de
los orgasmos.
10) El marqués es soñado frecuentemente por la empleada municipal que es
la diosa de los orgasmos del marqués.
Y así podríamos seguir in aeternum, porque a cierta altura de la noche
el dominó se vuelve espiral, dado que tarde o temprano:
1) El marqués se vuelve dragón.
2) El dragón se vuelve lenguaje.
3) El lenguaje se vuelve empleada municipal.
4) La empleada municipal se vuelve mariposa.
Y nadie sabe quién es el primero en soñar ni el último en lamer la flor.
Pero todos saben que nada de esto ocurre en vano.
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