Respuestas
marginales |
El
género de estos escritos no es menor sino inconfesable.
* Lo
que viene a continuación exige mantener los ojos cerrados. Esto no
significa que alguien vaya a hacer trampa sino que hay cosas que se hacen
mejor a tientas.
* Esta
mañana mis culonas sacudieron los almohadones como si sacudieran sus
matrimonios. Feos golpes. Terribles muertos sacaron de sus camas.
* Del
ron me vienen todas las respuestas marginales.
* El caso es que cualquier noche, antes de dormirnos, vos y yo nos percibimos articulados, inmediatos, ceñidos, cómplices de los kilómetros de distancia que fingen separarnos. (Yo confío en la lentitud y la alevosía con que elaboro mis desvelos.)
* A
quienes todavía crean en los milagros les diré que en esta página no
hará su aparición ningún pontífice. Prueba de ello son estos caminos
de hormigas transitados por lobos.
* Convengamos
que el cuerpo merece satisfacer más necesidades de las que por lo general
le concedemos. Yo propongo a mis culonas que no oculten su gemido de
animal que vive. |
* Con
las vendas llenas de ojos aprendo que frena más la idea de final que un
muro. Más peligrosa es la flor que su espina.
* La
espuma de légamo me obliga a escribir con las dos manos y a comer con las
dos bocas. (Explicar mi método de escritura podría parecerte jovial y
carnicero.)
* Por
vasto que sea el mundo no sé gemir siempre a lo largo y no estoy segura
de que sea necesario cortarme la cabeza para perder la memoria.
* Mis
culonas están en huelga de conformismo. Quieren abolir las formas, los hábitos,
la histeria conyugal. Sus pensamientos ensimismados son un lenguaje bélico.
* Lo
que sucede es que él sólo conoce el sentimiento y el sexo desbordados.
Quiero decir: sin bordes y sin bordados. Por su parte, ella deja que la
fantasía se desarrolle irresponsablemente. Busca en su propia mente, como
en la pantalla del cine, la irrupción de un culo macizo sacudiéndose a
una velocidad depredadora. Luego llega el momento en que ambos advierten
que la castidad es la peor de las perversiones.
* Cuando
ella viene de la calle no tiene tiempo para cortarse las manos. Entonces
busca una copa de ron, un libro, un rostro, una corbata para desanudar.
Busca una cintura donde apoyarse, un fruto para sostener, una boca abierta
donde meter los dedos.
* Es
curioso. Curiosísimo cómo se retuerce tu calidoscopio en el estuche de
mis espejos. Pero no quiero continuar estos fragmentos sin antes lanzar a
los cuatro puntos cardinales unos cuantos significados de escaso volumen y
contenido para ir confundiendo un poco más las cosas: muchas noches, el
lector de estos relatos, se sintió enfermo de mi misma enfermedad. Él
nunca tuvo confianza en mi salud ni siquiera un mínimo conocimiento de mi
ficha sanitaria. Mantuvo conmigo algunas relaciones claras y otras oscuras
porque sentía que la luz me encandilaba. Cuando estaba solo en su
habitación, sostenía el cocodrilo con la mano y lloraba, como si estar
solo fuera una especie de desgracia.
* Digámoslo
una vez más: el sexo es una lección de soledad. La escritura es una
lección de soledad. Parir hijos es una lección de soledad. La
soledad es la razón por la cual una intimidad tan profunda puede ser
escrita.
* Ella
tiene un nudo en el vientre que se desata con los dedos, con puñales, con
almohadas. Ella tiene un nudo en la garganta que se desata con ron, con
dedos, con llamadas. Ella tiene un nudo en la memoria que se desata con
versos. Ella tiene un nudo en la noche que se desata con ron, con un dedo,
con dos dedos, con palabras.
* Hay
personas que hablan de preservativos y de alcohol como si hablaran del
hampa. Nunca llovió cuando ellas no tuvieron paraguas.
* Hagámoslo
aquí ¿quién nos va a ver, si todos están ciegos? (Pido silencio porque
son tres los dedos azules que me han traído de regalo.)
* Ellos
son un emergente de sí mismos y de los otros. Un repertorio de trances
que exige conductas liberales y lúbricamente solidarias. Pero el plato
fuerte es la fusión de estos dos, correlativos a la inquietud, al humor
sutil, al onanismo, al riesgo erótico. Y todo va más allá de una apología
del estar solos aullando cada cual en su casa a las dos de la mañana. Lo
que ellos demuestran, apenas, es que su privilegio consiste gozar en de
una inusual sintonía con el cuerpo propio.
* Mis
culonas afilan el borde de las palabras. Dicen amor y se lastiman.
* Cuando
digo que te extraño quiero decir que extraño la rapidez con que me
convertís en agua derramada sobre la alfombra.
* Yo
pensé que un animal pequeño se me sacudía en el túnel. Luego vi tu
cara escondida entre mis piernas y la apreté con las rodillas. Era lo
mismo que abrazar un cordero. Entonces me di cuenta de que nos queríamos
porque todo lo que nos hacíamos nos provocaba ardor.
* No
en el campo de la maternidad ni en el de las cirugías estéticas, pero sí
en el del sexo, mis culonas se han visto obligadas a mostrarse pobres y
sin inventivos.
* Ella gusta sacar la flauta del estuche y beber ron con sabor a hormigas rojas, con sabor a piedras de la luna. Yo tengo claro que una mujer no es lo que cree ser. Un hombre no es lo que cree ser. Un Dios no es lo que cree ser. Somos un mundo imaginario. |
por Miriam Cairo
cairo367@hotmail.com
Originalmente en Página12 (Rosario)
Martes 26 de abril de 2005
Link a la nota: http://www.rosario-12.com.ar/2005/04/26/index.htm
Autorizado por la autora
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