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Asterión Bonaparte en un laberinto incalculable
por Miriam Cairo
cairo367@hotmail.com 

(Conversación jamás oída en la redacción de Rosario/12)

- Asterión (Susurrando): Cairo, Cairo...

- Cairo: ¿Qué pasa?

- Asterión: Tengo hambre.

- Cairo: Yo tengo sed.

- Asterión: ¿Qué hacemos?

- Cairo: Esperar

- Asterión: ¿Y si no nos encuentran?

- Cairo: Hay pocos indicios para saber dónde estamos. Sólo tu nombre.

- Asterión: ¿Sabrán mi nombre?

- Cairo: La gente decente sabe nuestros nombres pero no los repite.

- Asterión: En una palabra, estamos perdidos.

- Cairo: Es una tradición. O un cálculo de probabilidades. O una comedia. O un consuelo. Pero estamos perdidos.

- Asterión (sorprendido): ¿Ah, sí?

- Cairo: Creí que lo habías entendido desde un principio.

- Asterión: ¿Perdidos en un consuelo?

- Cairo: Eso dice quien nos está escribiendo.

- Asterión: Sospecho que quién nos escribe no está ciego.

- Cairo: No. Lamentablemente no.

- Asterión: Me gustó ser escrito por el hombre ciego.

- Cairo: A quién no le hubiera gustado.

- Asterión (susurrando otra vez): ¿No estaremos muertos?

- Cairo: No creo... Ahora no. Antes sí, pero ahora no.

- Asterión (confidente): "Las palabras son máscaras solitarias paseándose a la altura de los hombros".

- Cairo: Nos están escribiendo en versos...

- Asterión: Versos largos...

- Cairo: Sí, versos contemporáneos. (Cairo y Asterión ríen y nada cambia).

- Asterión: ¡Disculpe quien nos escribe! ¡Es una risa nerviosa! (grita sacando del texto su enorme y bella cabeza de toro).

- Cairo (riendo aún): Ahora sí que estamos perdidos para siempre.

- Asterión (usando la palabra apropiada): Mejor...

- Cairo (usando la misma palabra que Asterión): Sí, mejor...

- Asterión: Entonces, ¿qué hacemos ahora?

- Cairo: Esperamos que no nos encuentren.

- Asterión: Ayer, en uno de sus borradores, quien nos escribe decía que era imposible probar nuestra existencia. Que eso le daba un toque trágico a nuestras vidas.

- Cairo: ¡Qué tema! ¿Qué teme?

- Asterión: Que no le paguen.

- Cairo: Pero, incluso si el mundo fuera real no se podría probar su existencia.

- Asterión: La realidad es un género tardío.

- Cairo: Cierto lo había olvidado.

- Asterión: Sí, pero andá a hacérselo entender al editor del diario. (Quien los escribe, deja entrever su alma trémula, de pasada, pero con orgullo, para no quedar afuera de su creación).

- Cairo (espantando con la mano algo que anda por el aire): Se nos entró un alma.

- Asterión (espantando él también algo en el aire): Se va a llenar de almas porque hoy no salimos en papel y nuestros lectores de los bares nos están buscando. Pueden ser las almas de Diana, de Roberto, de Coco, de Ana, de Claudia, de Luis...

- Cairo: Pero si no nos conocen.

- Asterión: Nos buscan igual.

- Cairo: Si nos encuentran dejaremos de estar perdidos.

- Asterión: No creo. Si nos encuentran ellos también se habrán perdido.

- Cairo: Ah, qué alivio.

- Asterión: Si en este punto nos detenemos...

- Cairo (continuando la idea): ...es porque quien nos escribe no quiere terminar nuestra historia.

- Asterión (rodea la boca de toro con las manos humanas y saca la cabeza del texto otra vez): ¡No se preocupe, esta historia no terminará nunca! ¡Nosotros no nos iremos jamás!

- Cairo: ¿A dónde vamos a llegar por los siglos de los siglos?

- Asterión: Depende de los verbos. De las magnolias. De la vida infinitesimal. De la escritura infinitesimal. Y también depende, en parte, de quien nos escribe...

- Cairo (con la voz de Vicente Aleixandre): "Aquí, mastines, pronto; paloma, vuela; salta toro, toro de luna o miel...". Siempre lee los mismos versos (dice Cairo recuperando su propia voz).

- Asterión: La relectura es un vicio incontrolable.

- Cairo: Es bueno saber que nunca más saldremos de aquí.

- Asterión: Maravilloso. Por más que lo intente, quien nos escribe no podrá nunca sacarnos del imposible porque quien nos escribe es un imposible.

- Cairo: Hablás como quien nos escribe.

- Asterión: No puedo evitarlo, es parte de mi ser.

- Cairo: El editor es imposible.

- Asterión: El diario es imposible.

- Cairo: Nuestros lectores son imposibles.

- Asterión: Estos imposibles son más fuertes que cualquier posible.

(Silencio)

- Cairo (en un susurro): "Y es que hay mentiras que sientan tan bien que parecen verdades ocultas".

- Asterión: ¿Es la lluvia?

- Cairo: Es Concha Buika. Siempre escucha las mismas canciones.

- Asterión: Nunca más saldremos da aquí.

- Cairo: Nunca. Afortunadamente.

 

por Miriam Cairo
cairo367@hotmail.com 
Originalmente en Página12 (Rosario) 

Sábado, 18 de agosto de 2012
Link a la nota: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/rosario/14-35159-2012-08-18.html

Autorizado por la autora

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