La misma que soy,
de Michou Pourtalé (Vinciguerra, Buenos Aires, 2010, 80 páginas) por Germán Cáceres |
Las imágenes de este excelente poemario se despliegan en versos modernos, de honda espiritualidad y sentido lirismo, colmados de las sensaciones y vivencias que plantea este difícil y a la vez magnífico siglo XXI. Continuamente Michou Pourtalé bucea en su interioridad y se revela lúcida en su introspección (“yo viví en erosión sin preguntarle/a mi adentro el porqué de esa arruga/tristona que vociferaba su silencio). Varias de sus poesías adquieren giros del habla popular y se adentran en los recovecos de un Buenos Aires mágico (“Por favor un café chico/que en la negrura del pocillo/voy a tirar un rezo matutino”). En otras su sensibilidad refiere la belleza de lo minúsculo y cotidiano, como los cantos al banco (“nunca será reconocido por aquellos/que al levantarse llevan bajo el brazo/un proyecto nuevo en otra dirección”) y a los balcones (“Vestíbulos aéreos se abren como los brazos/de un amigo de la infancia”). En las poesías dedicadas a sus padres aflora un sentimiento profundo y visceral, mientras que en “Algún canto rodado” se respira vigor y contundencia (“Observo el guijarro ocre gris, /heredero directo de un ancestro pétreo/monologa imperturbable su diáspora”) y la cuarta parte del libro celebra el amor corporal (“En bidimensional figura dos amantes/desflecan sus formas y la alcoba ata/esa cópula de esculpido volumen”). Emotiva y conceptual la ilustrativa contratapa de Ernesto Goldar. |
Germán Cáceres
Ir a índice de América |
Ir a índice de Cáceres, Germán |
Ir a página inicio |
Ir a mapa del sitio |