Estudioso de las leyes, ejerció como abogado y se desempeñó con el rango de “poeta fijo” en los teatros venecianos Sant’Angelo y San Luca. Escribió más de 150 obras, inicialmente sobre temas heroicos y melodramas a la manera de la opera buffa. Inspirado en Molière, renovó su concepción de la comedia con obras como Arlecchino..., lo que le significó sumar detractores. El más contundente fue Carlo Gozzi (1720-1806), contrario a su teatro realista escrito en lenguaje popular e incluso en dialecto. Gozzi simbolizaba entonces al autor de lenguaje culto que atrapaba a los espectadores con historias en las que incursionaban princesas y príncipes y animales hablantes. Cuando la polémica arreció, Goldoni, invitado por el Théâtre des Italiens, viajó a París, donde se estableció y murió en total orfandad económica.

La adaptación de Strehler (1921-1997) es emblema para el Piccolo..., fundado por este artista en 1947, junto a Nina Vinchi y el vanguardista Paolo Grassi. Fue el primer teatro estable subvencionado y el lugar donde de-sarrolló una actividad que hizo escuela en otras ciudades europeas. Animado por la idea de que el teatro es una eficaz herramienta de comunicación e investigación, superó las 200 puestas y no abandonó a sus autores preferidos. En su programación se multiplicaban las obras de William Shakespeare, Anton Chéjov, Goethe y Bertolt Brecht. Otros predilectos eran Goldoni, Luigi Pirandello y Eduardo De Filippo (quien dirigió en colaboración con Grassi el Teatro San Ferdinando, de Nápoles). Entre los compositores, Mozart y Verdi figuraban entre los más representados por Strehler, en tanto Arlecchino..., estrenada en 1947, siguió siendo la puesta emblemática del Piccolo. A semejanza de Goldoni, fue combatido. Cuando en 1968 se potenciaron las críticas a su conducción, se alejó del cargo sin renunciar. Lo hizo recién en 1992. En aquel temporario alejamiento del ’68 lo reemplazó Grassi, pero sólo por cuatro temporadas, pues este director fue invitado a conducir el Teatro La Scala, de Milán.

El Piccolo..., con el aditamento de Teatro d’Europa, es dirigido desde 1998 por Sergio Escobar, con asesoramiento artístico del director Luca Ronconi, quien se inició como actor en el Piccolo y realizó montajes que hicieron historia, como Orlando furioso, de Ariosto, en 1969, para el Festival de Spoleto; y las innovadoras puestas de Strange Interlude (obra de Eugene O’Neill) y Affabulazione, de Pier Paolo Pasolini, las dos en la década del ’90, en el Teatro Stabile de Turín.