El botox puede dañar el cerebro |
La
obra de arte que acompaña esta entrega es una de las piezas maestras
de la pintura victoriana. El "Retrato
de la madre del artista",
de James
Whistler (1834-1903),
norteamericano residente en Inglaterra. La anciana ha sido retratada
de perfil, para sugerir las dificultades de comunicación entre ambas
generaciones. Whistler llevaba la vida bohemia que era casi
obligatoria entre los artistas de su tiempo, pero tenía que
esconderle sus amantes a su madre, y cada vez que ella lo descubría
con un vaso de whisky en la mano le pedía que rezara
para pagar ese pecado.
Mientras
tanto, nosotros renunciamos al complejo diálogo entre las personas que se
saben diferentes y nos inyectamos venenos para simular que el tiempo
puede detenerse. ¿Vale la pena correr esos riesgos para planchar unas arruguitas? |
Hemos
señalado en otras oportunidades las consecuencias de un proceso de
mercantilización aplicado sobre el cuerpo humano. Dijimos
que los implantes de siliconas pueden esconder la detección del cáncer
de mama, con lo cual "hacerse
las lolas"
puede ser una forma de destruirlas. Ustedes pueden leer el informe completo
sobre los riesgos de esos implantes cuando son solamente estéticos en: http://elistas.egrupos.net/lista/abrailovsky/archivo/indice/161/msg/169/ La
cuestión de fondo es que existe en nuestra cultura un proceso de negación
de los ritmos de la naturaleza, incluyendo entre ellos los efectos del
paso del tiempo sobre nosotros mismos. Se nos prohibe envejecer y se nos
obliga a correr riesgos innecesarios para simular que no envejecemos. Tal
vez la más impresionante muestra de esa negación del tiempo sea el uso
de la toxina del botulismo para paralizar los músculos del rostro y
disimular las arrugas. Su nombre comercial es botox
y usa uno de los peores venenos conocidos. El
botulismo es una enfermedad provocada por intoxicaciones alimentarias, al
comer alimentos contaminados con la bacteria Clostridium
botulinum.
Su toxicidad es tan alta que sólo probar un alimento para constatar que
está en mal estado puede desencadenar la enfermedad y -en muchos casos-
llevar el paciente a la muerte. Esta toxina provoca una rigidez muscular
que, cuando afecta a los músculos respiratorios, hace que el paciente
muera por asfixia. Se
lo emplea con cuidados extremos en el tratamiento de ciertas enfermedades,
pero en los últimos tiempos se ha generalizado su uso para disimular
arrugas. Cuando se inyecta botox
en un músculo, el mismo queda paralizado por un período de varios meses.
Esta parálisis da la apariencia de que se han "planchado" las
arrugas y el paciente parece haber rejuvenecido. El resultado son
rostros lisos y poco expresivos, porque la persona pierde el dominio de
muchos de los músculos de su cara. En
1994, la U.S. Food and Drug Administration (FDA) de los Estados Unidos
denunció la promoción del tratamiento de arrugas como "un
ejemplo de promover un biológico potencialmente tóxico para propósitos
cosméticos". Si embargo, más tarde lo aprobó para esos usos,
suponemos que bajo presión política del laboratorio que los fabrica. Un
estudio reciente muestra que el botox puede salirse de los músculos
tratados y migrar hacia el peor lugar en el que uno quisiera tener un
veneno: el cerebro. También se está investigando la muerte de varios niños a
los que se trató con esta sustancia. En
esta entrega ustedes reciben:
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4 de abril de 2008 |
CONCLUSIONES
DE CIENTÍFICOS NORTEAMERICANOS Polémico
estudio sobre el Botox Un
reciente estudio muestra que la neurotoxina botulínica Tipo A, vendida
como el Botox de Allergan Inc. para las arrugas, puede
trasladarse desde el lugar en donde es inyectada hasta el cerebro.
|
8 de febrero de 2008 |
La
FDA revisa la seguridad de Botox tras la muerte de varios niños con parálisis
cerebral Los
pequeños recibieron la toxina botulínica para combatir los espasmos
musculares 08/02/2008 MARÍA
SAINZ MADRID.-
La agencia estadounidense del medicamento (FDA) está revisando la
seguridad de Botox tras recibir una serie de notificaciones detallando
varios efectos adversos relacionados con su uso. Estos informes recogen
desde problemas para sostener la cabeza hasta la muerte de varios niños
con parálisis cerebral. Según
ha notificado la agencia en un comunicado, tanto Botox y Botox Cosmetic
—toxina botulínica tipo A, comercializada por Allergan— como Myobloc
—toxina botulínica tipo B fabricado por Solstice Neurosciences Inc.—
"se han asociado con algunos casos de reacciones adversas, incluyendo
fallo respiratorio y muerte, después de aplicarlo para tratar una
variedad de trastornos y usando un amplio rango de dosis". Los
casos más serios, que han
conllevado la hospitalización e incluso la muerte de algunos afectados,
corresponden en su mayoría a niños con parálisis cerebral a los que se
les inyectó la toxina para tratar los espasmos musculares -espasticidad-
producidos por su trastorno mental. Este uso, tal y como declara la FDA,
no está aprobado en EEUU, aunque sí en otros países, como España. "No
se ha establecido la seguridad, eficacia y dosis de la toxina botulínica
en el tratamiento de la
espasticidad propia de la parálisis cerebral o de cualquier otro
trastorno en niños menores de 12 años", destaca la agencia. Usos
no aceptados por la FDA Por
lo tanto, las reacciones adversas detectadas se han producido al utilizar
el producto en los casos aprobados por la FDA como en los no aceptados. No
obstante, la agencia sostiene que es muy posible que éstas se deban a una
sobredosis de Botox, ya
que "no hay evidencia de [...] cualquier defecto en los
productos". "Las
reacciones adversas parecen relacionarse con la difusión
de la toxina a áreas lejanas del lugar de inyección y que se
asemejan a los síntomas del botulismo, que podrían incluir dificultad
para tragar (disfagia), debilidad y problemas respiratorios", apunta
el comunicado. Las
complicaciones pediátricas
detectadas "se dieron en pacientes menores de 16 años, que mostraron
distintos síntomas, desde disfagia hasta insuficiencia respiratoria, que
requirió intubación y ventilación artificial". Entre
los casos adultos, se
dieron distintos síntomas como pacientes a los que les costaba mantener
derecha la cabeza, con disfagia o ptosis -caída de párpados-, pero no se
detectó ninguna muerte. Una
serie de pautas Aunque
la FDA no recomienda a los profesionales que dejen de usar el producto sí
les recuerda una serie de pautas a seguir. Así,
los especialistas deben tener en cuenta, entre otras cosas, que: las dosis
de un tipo de Botox no equivalen a las de una clase distinta; el producto
puede dar lugar a una serie de efectos secundarios ya descritos y que
pueden aparecer inmediatamente o días después de la inyección; en caso
de sufrir algún tipo de efecto secundario, los pacientes deben recibir
atención médica rápidamente. Junto
con los informes que describen todos estos efectos secundarios, la agencia
esta revisando una serie de estudios clínicos, enviados por los
fabricantes, y otra serie de ensayos realizados para conocer la seguridad
y la eficacia del Botox. En
España,
la toxina botulínica está indicada, además de para el tratamiento de la
espasticidad en niños con parálisis cerebral, para la rigidez muscular
después de un accidente cerebrovascular o ictus. Entre sus aplicaciones
también se incluye la distonía cervical (una tortícolis que afecta a
los músculos del cuello y los hombros), el espasmo hemifacial
(contracciones involuntarias de los músculos de la cara) y la
hiperhidrosis primaria de la axila (es decir, el exceso de sudoración). |
Antonio Elio Brailovsky - 30 de setiembre de 2008
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